Escribir la historia de las instituciones educativas es uno de los anhelos más importantes de una nación. Desde el siglo XX la historiografía universitaria surtió un gran impulso por la necesidad de testimoniar los desarrollos de instituciones que fueron constitutivas en la conformación de la República. No es tarea fácil acometer la historia de instituciones tan grandes y longevas. A veces, se requiere de las manos de varias generaciones de historiadores, bien sean profesionales o que hayan desarrollado sus tareas por simple vocación. Desde hace una década, la Pontificia Universidad Javeriana decidió iniciar procesos parciales de documentación histórica basados en las unidades que por excelencia son constitutivas del ámbito académico: las facultades. Estas dependencias iniciaron una tarea silenciosa que consistió[…]