ISBN : 978-958-781-326-5
ISBN digital: 978-958-781-327-2

El documental como apuesta de investigación en comunicación

Fernando González

Doctorando en Comunicación de la UNLP. Magíster en Diseño de Programas y Formatos de la Universidad Complutense. Comunicador social - periodista.

fgutierrez@uniminuto.edu

Fabio Medellín

Magíster en Comunicación Educativa de la UTP. Especialista en Comunicación Educativa de Uniminuto. Diseñador gráfico de la Universidad Nacional y pedagogo del arte de la misma universidad.

fmedellin@uniminuto.edu

Juan Camilo Ruiz Salazar

Doctorando en Comunicación de la UNLP. Magíster en Ciencias de la Comunicación de la UFRO. Sociólogo de la Universidad Santo Tomás.

jruizsalaza@uniminuto.edu.co

Resumen

El presente documento da razón de la experiencia investigativa desarrollada en el marco de la construcción de un documental audiovisual sobre “el miedo a la paz”, interés que surgiría por el equipo investigador de experiencias pasadas en torno a la idea del miedo como dispositivo de control, además de los hechos políticos, sociales e incluso económicos que se han dado en el país en las últimas décadas. Lo anterior cobra sentido al comprender que en Colombia, en lo corrido de este siglo (17 años), se han vivido dos procesos de paz con grupos armados ilegales, las AUC y las Fuerzas Armadas Revolucionarias - Ejército Popular (FARC-EP), lo cual despertó profundos sentimientos en la población colombiana, de diversos sentidos y de diversos efectos. Así, este documento deja en evidencia la experiencia y la apuesta por el reconocimiento de la producción de documentales audiovisuales como una iniciativa de investigación coherente y pertinente para el campo de la comunicación.

Palabras clave: metodología, técnica, documental.

Introducción

“El miedo a la paz” como investigación en clave audiovisual, no solo ha dejado como evidencia un material para ser observado, escuchado y sentido, además en torno a éste se han producido una serie de experiencias, desde las cuales es posible establecer un recorrido, un hacer de la investigación, con un enfoque claro en torno al campo de la comunicación social.

Acorde con lo anterior, el lector encontrará en las próximas líneas un proceso de sistematización que se guía por el reconocimiento de una apuesta clara, coherente y pertinente para la producción de investigación en el campo, para este fin se ha organizado o mejor, se a querido establecer un recorrido clásico de la investigación, reconociendo de esta forma un diálogo con el saber mismo del campo, reconociendo por este una estructura estructurante estructurada (Bourdieu, 2012), de donde es necesario establecer los diálogos comunes con el campo en el que se encuentra inscrito, en este caso el de la comunicación.

Se ha querido establecer el texto desde cuatro escenarios de producción. En el primero de ellos, denominado como la aproximación epistemológica, se deja en evidencia el lugar desde el cual se produce la mirada frente al documental y su producción, permitiendo así la consolidación de un procesos de objetivación al interior del proceso investigativo. En un segundo escenario, se reconoce en coherencia con la propuesta epistemológica, el camino, es decir, los recorridos que implica el pensar y desarrollar documental en el marco de una investigación.

De lo anterior, que es posible el reconocimiento del tercer escenario, los aspectos técnicos, donde las técnicas de investigación válidas en el campo de las ciencias sociales tienen lugar, en un ejercicio de producción específico como se podrá ver más adelante. Finalmente, en las relaciones entre los escenarios previos se puede producir una serie de conclusiones en las que se buscará dejar en evidencia el sentido y fuerza del documental como apuesta investigativa en el campo de la comunicación.

Aproximación epistemológica

Una de las primeras discusiones que es preciso establecer en este escenario, es el rol de la investigación en las ciencias sociales, en el caso particular de la comunicación social. Recordando aquellos debates que tomaran lugar en Cartagena, cuando se reconoce el surgimiento de la Investigación Acción Participativa (IAP), de donde se establecían las discusiones en torno a la investigación para la producción de documentos que terminan archivados en bibliotecas, es decir, la investigación para la producción de conocimiento para el conocimiento.

En otro de los debates que surgieran en la década del 70, la investigación surgía entonces como el proceso por medio del cual se producen artículos y ponencias para ser expuestos en eventos académicos, ahora la investigación se encuentra al servicio por y de la comunidad académica. Es en estos espacios que se comienza a generar de la mano de la teología de la liberación la necesidad de una investigación social que busque producir cambios en las condiciones materiales de la producción de la vida social.

Es en este marco de interés que se asume el documental como apuesta investigativa, vale decir, un documento que no es en sí mismo el fin último de la investigación, sino que sea éste un detonante, que en este caso permita abrir discusiones y pensamientos diversos en torno a temas relevantes de lo público, entendiendo por este la posibilidad de aproximarnos como sociedad al bien común, promesa profunda del desarrollo de las democracias a lo largo del siglo pasado en el sueño moderno de la consolidación de los Estados Nacionales.

Teniendo en cuenta lo anterior, en términos del rol de la investigación es preciso ahora establecer cual es la perspectiva sobre la cual se produce la mirada, es decir, en clave epistemológica por donde transita el proceso de producción del conocimiento en el marco de un documental audiovisual. En un primer lugar es preciso reconocer la incapacidad de las ciencias sociales para la producción de leyes sociales universales bajo el esquema de los axiomas, por lo tanto, este tipo de apuesta investigativa se alejará notablemente de las propuestas más positivistas, pues en éstas se consolidan miradas que tienden a un saber absoluto universal, vale decir a una mirada hegemónica en la construcción de una verdad.

Lo anterior, nos lleva a establecer que nos restan dos posibles miradas, por un lado la fenomenológica y por otro lado, la hermenéutica, reconociendo además que en cualquiera de estas dos formas de producción de sentido en la observación y del conocimiento es posible incorporar rasgos críticos. Así las cosas, un primer elemento a distinguir en el marco de una investigación fundamentada desde un documental audiovisual será el saber que objetivo se persigue, evidenciar el como el sujeto vivencia el fenómeno sobre el cual se investiga (fenomenología) o si se quiere interpretar los fenómenos, causas, y elementos relacionados (hermenéutica).

Así las cosas, es posible comprender el documental audiovisual desde una perspectiva epistemológica en la que se expone en términos de producción de pensamiento en torno a lo público desde la experiencia de los sujetos inmersos en los fenómenos comunicativos en indagación o se pueden ofrecer interpretaciones sobre los mismos, es clave en este punto, reconocer que no se ha querido abordar esta apuesta investigativa en clave de una mirada positivista en la medida, que esta reduce las posibilidades de producción de sentido de pensamientos diversos sobre lo público, perdiendo de esta forma el sentido mismo del quehacer investigativo.

Es en esta apuesta de incidencia de los procesos de producción tanto de conocimiento en torno a los fenómenos del orden público, donde el documental como audiovisual se transforma en un proceso altamente relevante. Esto en la medida que la producción del material audiovisual requiere de una serie de tratamientos en términos de mediaciones que pueden llevar los resultados investigativos a diversos públicos, a partir de los cuales producir los efectos buscados en clave de consolidar efectos investigativos sobre la sociedad y así escapar de la idea de la investigación como un hacer para el libro o para una comunidad exclusiva.

Se trata por lo tanto de reconocer no solo un medio de difusión de la investigación, sino de un foco de producción de la investigación en sí misma, donde más allá de exponer resultados, toda la estrategia de investigación gira y se acopla en el marco de lograr que el material audiovisual en sí mismo pueda evidenciar los giros, sentidos y conocimientos que se ponen en dialogo, todo con el fin de lograr que el quehacer académico permita salir de los edificios universitarios para ingresar en otros escenarios que puedan incidir en las formas de pensar y comprender las realidades en las cuales nos encontramos inmersos como sociedades.

Diseños metodológicos

Ahora bien, una vez se reconoce el sentido de la investigación en términos de lo político es preciso el establecimiento de una suerte de mecanismo o camino por medio del cual desarrollar el proceso investigativo, desde la experiencia de “el miedo a la paz” surge la siente apuesta de trabajo, la cual se plantea en líneas generales desde fases de trabajo.

Fase I. Taller creativo (pre-producción)

Este primer escenario/fase, se encamina al reconocimiento de los intereses y miradas previas existentes sobre el tema que se quiere desarrollar en términos investigativos, así las cosas, es preciso que por medio de talleres donde el factor lúdico se encuentre presente, sea la clave del proceso de construcción del objeto de investigación, vale decir en este punto el proceso de objetivación.

Para el caso de “los miedos a la paz” este escenario consistió en un grupo de encuentros por más de seis meses, en los que se discutió y construyó un plano analítico sobre el sentido que se le otorga al miedo, como elemento central del trabajo a desarrollar.

Comprendido y construido el miedo, fue el momento de establecer en que espacio sería relevante observarlo y producir una investigación, en este caso surgió de la mano con el plebiscito por la paz del año 2016; así las cosas se generó la idea y el interés de comprender los miedos a la paz en Colombia, los talleres creativos dejaron por lo tanto un camino o mejor, una comprensión previa del fenómeno de interés, era por lo tanto el momento de iniciar una nueva fase de trabajo investigativo.

Fase II. Exploración oportunidades de campo

Teniendo en cuenta el interés sobre el “miedo a la paz” como punto clave de trabajo, se inició una reflexión sobre el abordaje más adecuado, de donde surgen varias miradas, donde por ejemplo se podría desarrollar un proceso explicativo desde lo reconocido en los talleres creativos de la fase I, así las cosas, el proceso de campo se encaminaría a recolectar evidencias empíricas que permitieran sustentar y configurar las hipótesis surgidas en la fase previa.

Por otro lado, también se podría realizar no un proceso de sustentación de orden corroborativo de los elementos previos reconocidos, sino un proceso de orden más explorativo, donde por ejemplo a partir del discurso mediático noticioso del país se pudiera poner en juego las concepciones sobre el miedo, así un rastreo y análisis permitiría dejar en evidencia aquellos mecanismos utilizados en términos de construir y reconocer los miedos a la paz desde los discursos hegemónicos de los grandes medios de comunicación en el país.

Estas dos formas de abordaje relacionadas con la fase I, permitirían la producción de un documental con unos rasgos específicos, sin embargo éstos, dejarían en evidencia un rol específico de los investigadores y de la investigación en un marco social más amplio, así las cosas era necesario con el fin de garantizar una coherencia con nuestro debate epistemológico, una forma de abordaje donde los prejuicios, y categorías que se desarrollaron por parte de los investigadores pudiesen ser puestos en tensión.

Acorde con lo anterior, se construyó un tercer camino posible, en éste, la posibilidad de construcción de la investigación se basaría en las voces de sujetos diferentes, quienes desde su experiencia, sus experticias y sus lecturas de la sociedad colombiana, pudiesen establecer que tipo de miedos a la paz perciben. Se construye por lo tanto un trabajo de campo donde será las voces de otros (no la de los investigadores) el centro y foco del proceso, permitiendo así poner en tensión no solo las nociones previas construidas en torno al fenómeno, sino que además permitiría la emergencia de nuevas miradas, categorías y explicaciones.

Fase III. Trabajo de campo (producción)

Acorde con la Fase II, se consolidó un grupo de sujetos, de más de 30 posibles entrevistados, de donde el grupo de producción del documental inició los contactos y aproximaciones para finalmente lograr nueve entrevistas, que serían realizadas a partir de modelos abiertos.

Un elemento clave en este ejercicio fue el reconocimiento de los territorios que serían relevantes para los entrevistados, es decir, cada uno de ellos definió el lugar en el cual sería realizada la entrevista, permitiendo de esta forma también establecer una lógica estética específica en cada uno de ellos, ingresa en este sentido la apuesta de producción de sentido no solo desde lo que se dice, sino además el donde se dice y el cómo se dicen las cosas.

El trabajo de campo en este caso tomo cerca de seis meses de trabajo tanto del grupo investigador como del grupo de producción del documental.

Fase IV. Taller creativo

Una vez se realizaban las entrevistas, cada una de ellas, fue sistematizada por dos medios paralelos, en el primero de ellos uno de los integrantes del equipo de trabajo investigador, seleccionó los momentos que serían de mayor relevancia para la construcción del documental, así entonces, se realizó un breve video de cada uno de los entrevistados, donde se paso de un promedio de entrevista de 40 minutos, a un video de momentos claves de en promedio de 20 minutos.

Cada fue observado por el equipo de trabajo para ir buscando conexiones, discusiones y puntos de encuentro y desencuentro entre todos los entrevistados, permitiendo de esta forma reconocer de forma creativa las categorías emergentes de la investigación.

De forma paralela, las transcripciones de las entrevistas fueron sistematizadas por medio del uso del software Atla.Ti, de donde se reconocieron otros grupos de categorías emergentes, así las cosas, las nueve entrevistas contaron con dos formas diferentes de aproximación y discusión, de donde fue posible establecer un desarrollo preliminar de lo que podría contemplar el producto final sobre los miedos a la paz.

Fase V. Análisis creativo (post-producción)

Finalmente, mediante el análisis y triangulación de los mecanismos empleados para la producción de sentido colaborativo entre nueve entrevistados, fue posible la construcción de un material audiovisual preliminar, sobre el cual desde la observación y la discusión entre los miembros del equipo se buscó generar lo que sería el material final.

De nuevo en este escenario componentes estéticos fueron una pieza clave, al reconocer que se trata de un documental investigativo de orden audiovisual, por lo tanto la narrativa y la estético del producto debería contar con su propia identidad, lejana en muchos aspectos por ejemplo de una narrativa televisiva.

Es en estas discusiones que fue posible reconocer desde el material mismo, su personalidad, su identidad, en últimas su forma narrativa, que permita reconocer las potencias, fuerzas y sentidos desarrollados desde los nueve entrevistados, donde los investigadores y productores del proceso pasarían por lo tanto a un segundo plano, respetando en este sentido el rol del investigador que por ejemplo dejaría en exposición Orlando Fals Borda en el IAP, donde el centro del interés debe ser la comunidad.

Finalmente de estos debates se pudo contar con un material audiovisual que da razón de las experiencias de nueve sujetos, de sus experticias, en últimas de sus apuestas por comprender, los miedos a la paz en Colombia.

Aspectos técnicos

En este campo es importante reconocer que para el desarrollo de la investigación se contó con dos técnicas específicas de desarrollo que marcarían de forma trascendental el desarrollo y la perspectiva misma de la investigación, no solo en un nivel del hacer sino además desde la profundidad del abordaje epistemológico. Es preciso por lo tanto reconocer los dos espacios claves en nivel técnico de esta investigación.

Entrevista abierta: Para el caso de este proceso, se trató de una entrevista que partía de cuatro grandes preguntas, por medio de las cuales, se buscó no dirigir el conocimiento de los sujetos entrevistados, sino por el contrario, abrir las posibilidades para que sus discusiones y propuestas comprensivas pudiesen ser expuestas de la forma más subjetiva y personal posible.

El mayor éxito del trabajo de campo, se consolidó a través de esta estrategia, donde se juega con elementos incontrolables, pero que a su vez plantea la posibilidad de la emergencia de significaciones diversas en torno al fenómeno de análisis, planteando posteriormente tanto en la sistematización como en el análisis general, el reconocimiento de miradas diversas y en ellas de sesgos interpretativos producidos en la primera fase de la investigación.

Talleres creativos: Este espacio, no es reconocido como una técnica en los textos de metodología, ahora bien, es el centro del trabajo, se trata de una forma de organización de trabajo colectivo usado en las áreas del conocimiento relacionadas con el arte, donde es en el dialogo, debate entre los miembros de un equipo de trabajo, buscando ampliar al máximo las lecturas y perspectivas sobre el fenómeno, que se reconocen los pormenores, detalles y generalidades de los elementos disponibles para la comprensión del fenómeno.

Es en el taller creativo donde la mirada de la investigación como un camino previamente diseñado como forma única de investigación, es puesto en profunda tensión, siendo entonces un proceso continuo de reflexión brindando la posibilidad reconocer formas de sentido y así construir la narrativa adecuada de la investigación.

Algunas conclusiones

La necesidad de presentar esta ponencia, nace del interés de sistematizar la experiencia en la medida que como se puedo evidenciar, implica la construcción investigativa en clave de un proceso fluctuante, de cambio y en él de adaptación a los elementos que emergen de la investigación misma, retomando así las tensiones del campo en movimiento. Además de lo anterior, es en este tipo de producciones que es posible además la consolidación de investigaciones en comunicación que busquen principalmente comunicar.

Lo anterior, requiere de la producción y reconocimiento del sentido político que se le otorga al quehacer investigativo, en este caso, una práctica que busca promover y fortalecer formas de opinión en torno a lo político, permitiendo así un análisis de los contextos en los que nos encontramos sumergidos, movilizando por lo tanto por medio del audiovisual en este caso, nuevas formas de significación, al menos, de tensión frente a las prácticas hegemónicas, estableciendo el documental como un proceso de construcción metodológica en sí misma, desbordando sus concepciones teóricas y abordando así las prácticas comunicativas.

Referencias

Bourdieu, P. (2012). La distinción. Barcelona: Taurus.