ISBN : 978-958-781-326-5
ISBN digital: 978-958-781-327-2

Comunicación para lo común: la apuesta académica del programa de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad del Tolima

Pierre Edinsson Díaz Pomar

Estudios de máster-doctorado en Historia de América Latina en UPO, España. Magíster en Estudios de la Cultura UASB de Ecuador. Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor de planta de la Universidad del Tolima.

pediazp@ut.edu.co

Resumen

La semántica y las prácticas neoliberales llevan varias décadas afianzándose en varios terrenos de combate: Estado, empresas, multinacionales, medios de comunicación, escuelas, planes de desarrollo, etc. La Universidad latinoamericana no ha estado exenta al embiste de este modelo de vida, que además de consumar relaciones de explotación, racismo y desigualdad, ha fortalecido la posición individualista y egocéntrica del sujeto, al eludir todo aquello que tenga que ver con el otro. A pesar de ciertas resistencias y oposiciones, en general los programas de Comunicación Social y similares han quedado supeditados a las exigencias de un modelo económico y cultural que fortalece el mercado capitalista en desmedro de la vida. Bajo la lógica neoliberal, muchos de los temas, contenidos, cursos, bibliografía, trabajos de campo y ejercicios investigativos han sido definidos desde la demanda e intereses de sectores privados, multinacionales y monopolios financieros; así, muchos de los imaginarios ya no solo del estudiantado, sino, también, del profesorado, comprenden la profesión, el estudio, el periodismo, la comunicación, pero además el futuro, la vida, la felicidad, la utopía y la sociedad, desde las definiciones que ha inventado el discurso neoliberal. Ante este panorama académico-político, el programa de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad del Tolima ha decidido que es urgente la consolidación de un proyecto curricular que subvierta la visión y las prácticas neoliberales que un número considerable de estudiantes, egresados y programas de Comunicación Social han naturalizado sobre su profesión y la comunicación. La ponencia es la presentación de la idea de comunicación para lo común, apuesta teórica y curricular que sustenta el proceso de reforma curricular que se viene desarrollando en el Programa de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad del Tolima, que tiene como objetivo fundamental la consolidación de una apuesta académica crítica, generadora de sujetos descolonizadores y entornos anticapitalistas.

Palabras clave: reforma curricular, descolonización, comunicación para lo común.

Comunicación para lo común

La enunciación de una “comunicación para lo común” causa asombro porque un rápido vistazo a la afirmación permitiría inferir que lo común no solo etimológicamente está presente en la palabra “comunicación” sino que se podría advertir que, por definición, cualquier comunicación gira, se da y responde en lo común y tiene como gran intención la construcción de lo común. Y en parte es cierto que, en general, la comunicación, cualquier tipo de comunicación gira en torno a lo común, pues cualquier sujeto, entidad, empresa, organización que comunica quiere llegar a otro sujeto para de esa manera ampliar el espectro y la cantidad poblacional de su mensaje. No obstante, el diagnóstico del PCS-P es que necesitamos redefinir y rehacer la comunicación para de esa manera poder ser otro ser común.

En general, somos dados a pensar que las cosas, las sociedades y las relaciones siempre han sido de la misma manera. Además, se suele asumir que el modo como entendemos y definimos la vida, la sociedad, el progreso, la felicidad, la guerra, el otro, la libertad, la ética, la educación, las relaciones sociales está biológicamente determinado y que la especie humana, como el resto de las especies vivas, lo que ha hecho a lo largo de su existencia es sobrevivir bajo el riesgo de verdades implantadas por la naturaleza en la información genética de cada persona. La antropóloga cultural Susan McKinnon se opone a este teoría sobre la especia humana y la vida y en su libro Genética neoliberal. Mitos y moralejas de la psicología evolucionista demuestra que los estudios genéticos más publicitados en el mundo contemporáneo se sustentan en la tesis de la psicología evolucionista que afirma que todo lo que acontece en el mundo de la vida humana corresponde a verdades biológicas determinadas genéticamente.

La autora nos recuerda que el modelo neoliberal ha echado mano de esta teoría y de estos trabajos científicos para insistirle a la población contemporánea que la vida no tiene que ver con procesos históricos intervenidos por poblaciones de carne y hueso sino que es un evolucionismo biológico donde la competencia, la lucha a muerte con el otro, el egoismo, la ley del más fuerte, la sobrevivencia, entre otros, son principios naturales que condicionan la manera de desenvolvernos en el mundo. Siguiendo a McKinnon queremos decir que esas verdades defendidas por el modelo neoliberal son una invención histórica sustentada en relaciones de poder que al reivindicar un discurso y unas prácticas de vida generan un marco conceptual donde absolutamente todas las cosas, objetos, relaciones, sentimientos y palabras son entendidos y defendidos de manera que la propuesta de mundo del modelo neoliberal sea comprendida como la realización de verdades inherentes a la especie humana.

En Costumbres en común, el historiador inglés Edward Thompson nos recuerda que el escocés Adam Smith sustenta su teoría económica en lo que él denomina sentido común, es decir, en sentimientos de carácter universal que son compartidos por todos los hombres del mundo. Pero lo que Thompson nos demuestra es que no solo Smith sino todos los defensores de la teoría liberal del mercado inventaron una definición del sentido común para agregarle unas intenciones económicas que iban de la mano con toda la teoría del libre mercado. De esa manera, cuando Smith criticaba a los escépticos que veían como imposible el conocimiento y acceso del mundo externo a la conciencia, el economista escocés proponía todo lo contrario: por sentido común el hombre quiere acceder al mundo externo. Cuando pasamos del plano filosófico al plano económico nos vemos que el principio antiescéptico de Adam Smith valida la migración del campo a la ciudad, la apertura de fronteras, la comercialización de productos en naciones extranjeras y la desregulación estatal, políticas que, según él son inherentes al sentido común y que permiten construir el bien común.

Para demostrar la falsedad de lo que Smith denomina sentido común, Thompson revisa la historia de los campesinos y obreros ingleses del siglo XVIII demostrando que la economía moral de la multitud fue el modelo económico de estos campesinos y obreros que hasta finales del siglo XVIII creían en un sentido común bien distinto al de Smith y los teóricos liberales, pues para los campesinos y obreros era reprochable el acaparamiento, la usura, el rebusque, la sobreventa, el intermediario, el banquero y la sobreproducción. Así como McKinnon nos demuestra que los neoliberales definen de una sola manera al hombre y el mundo y pretenden que toda la sociedad acoja esa sociedad como una verdad biológica inherente a la condición humana, Thompson nos demuestra que la historia es un procesos de tensiones, guerras y conflictos entre sectores poblacionales que entienden la vida y hacen la historia de maneras distintas.

Tomamos a Adam Smith y sus conceptos de sentido común y bien común para indicar por qué es necesario establecer una distancia más que prudente de la semántica neoliberal tan en boga en el mundo y en muchas de las universidades latinoamericanas. Lo que se ha querido demostrar es que debemos hilar con sumo cuidado para no equivocarnos porque es claro que la semántica del lenguaje dominante está dispuesta a incorporar los lenguajes de la resistencia y la oposición política y universitaria, tarea que a lo largo de la historia a realizado a cabalidad. Entonces, cuando se habla de comunicación para lo común de entrada hay que decir que es una propuesta académico-política que se quiere desmarcar, en su totalidad, del sentido que de común han manejado liberales, neoliberales y capitalistas. Los medios de comunicación neoliberales son exitosos porque tienen la capacidad de inventar realidades donde todos quedan contentos: empresarios que ven con candor la realización de su proyecto económico y ciudadanía que en muchas ocasiones queda satisfecha al saber que no está solo en su desgracia existencial que le ayuda a no desprenderse de la aspiración individual enmarcada en los sueños del mundo neoliberal. En el caso de la mayoría de las universidades colombianas, el diagnóstico del PCS-P de la Universidad del Tolima indica que la lógica mercantilista obliga a que muchos planes de estudio respondan de manera eficiente a esta lógica irracional y neocolonizadora. En el caso de los programas de Comunicación Social, la lógica imperante insiste en darle prioridad a todo aquello que le permita al individuo solventarse en la dura realidad evadiendo cualquier posibilidad distinta a la del profesional ególatra, ensimismado que con tal de progresar y desarrollarse como profesional está dispuesto a romper cualquier código ético y principio moral que lo haga partícipe de una sociedad(PCS-P:5).

Comunicación para lo común es el proyecto académico-político contra la ley del más fuerte que a lo largo de la historia se ha defendido y reivindicado como condición natural para vivir en sociedad. Desde esta persectiva, el ingreso a la universidad es la posibilidad de aprender desaprendiendo, lo que para el caso no solo del estudiantado del PCS-P de la UT sino también del profesorado y el futuro profesional comprende inciar un doble ejercicio de contravía: por un lado comprender que la universidad como escenario cultural es fundamental porque permite el encuentro con historias, proyectos, interpretaciones y puestas en escena que rompen con muchos de los deseos del sujeto que en realidad son interiorizaciones de los condicionamientos de la lógica cultural del capital, pero a su vez la universidad como lugar de vida es la posibilidad de reivindicar historias, experiencias, prácticas e interpretaciones del mundo que históricamente han resistido y se han impuesto a la lógica de la cultura dominante pero que son lecturas y procesos que también han sido desconocidos, estigmatizados y ocultados por discursos y prácticas colonizadoras de la universidad.

La comunicación para la común es la construcción de otra sociedad. Si los discursos colonizadores, ególatras e individualizadores han construido sociedades sustentadas en las relaciones racistas, sexistas, machistas, de discriminación racial, explotación económica y desigualdad social, y si estamos de acuerdo en que la existencia no está supeditada a una lucha natural entre buenos y malos, vencedores y vencidos, aptos e inhábiles sino que las relaciones de guerra responden a procesos históricos definidos por sujetos y poblaciones, entonces es absurso que las prácticas, temas, conversatorios y contenidos de las universidades y programas de comunicación y afines permanezcan incólumes ante la lógica instrumental del capital. En este sentido, se propone “pensar y empezar a hacer un programa que piensa, hace y reflexiona la comunicación en torno a lo común significa abrir la posibilidad de irrumpir con las maneras de ser instrumentales a la lógica imperante construidas y establecidas como naturales en el quehacer académico y profesional del estudiante, profesor y varios de los Programas de Comunicación Social”1 en Colombia y Latinoamérica.

Varios enunciados del documento propuesta del PCS-P permiten comprender otros significados de lo común:

  1. Construir y mantener un lugar académico que siempre afirma la vida en contraposición de prácticas socioculturales y políticas destructoras de la comunidad. En Colombia la propuesta política de la modernidad/colonialidad capitalista se ha hecho evidente a través del irrespeto por la muerte. Los representantes y asiduos defensores de este proyecto económico, político y cultural no han dudado en expulsar indígenas, asesinar poblaciones afro, violar mujeres y despojar y exterminar a toda/o aquel que interpretaba y hacía el mundo de una manera distinta a la proyectada por el capital. El historiador colombo-francés Jacques Aprile nos cuenta que en la historia del despojo y del destierro las víctimas siempre han sido los sectores empobrecidos y expulsados del modelo imperante y los victimarios son los representantes y funcionarios de dicho modelo. Ante la historia del genocidio, el asesinato, el despojo y el destierro, es fundamental pensar en prácticas y discursos que permiten lo común como un relato y práctica de solidaridad y compromiso con el otro.
  2. Deconstruir imaginarios estáticos que por estar anclados en discursos, prácticas y representaciones racistas, sexistas, de explotación económica y de desigualdad social imposibilitan la vida en comunidad. En Latinoamérica y el mundo el proyecto de Estado-nación se convirtió en una tradición inventada que funciona en la realidad. Una comunicación para lo común debe dinamizar identidades e imaginarios no para caer en la relativización total de la vida o en la contingencia permanente de la identidad sino para comprender que estamos, somos hechos, nos debemos a las diferencias subalternas y que sin la posibilidad de la impresión del vecino, del afro, del indígena, del “otro” no podremos modificar el modelo imperante.
  3. Construir imaginarios dinámizadores y alternativos a la mercantilización de la vida. El capitalismo es un modelo económico, político y cultural que para mantenerse con vida necesita transformarse de manera permanente. Prueba de ello es que desde desde 1492 hasta la actualidad genera revoluciones en el manejo y desarrollo de los medios de producción que afectan a las mayorías en beneficio de minorías económicas. El capitalismo ha generado discursos que en muchas ocasiones han calado de manera profunda en la sociedad. No obstante, la exclusión de comunidades enteras sumada a la autoexclusión de poblaciones agotadas de la lógica capitalista han sido decididas para corroborar que además de existentes es también fundamental inventar otros imaginarios.
  4. La apertura de lecturas conflictivas y emancipadoras sobre la región, el mundo, los discursos imperantes, la sociedad. La apuesta positivista que desde finales del siglo XIX invadió a las universidades latinoamericanas produjo la idea de que la existencia de las ciencias humanas y sociales solo tiene sentido si auna esfuerzos científicos capaces de determinar progresos para la sociedad. Admitiendo la historia como una línea ascendente que evoluciona con el paso del tiempo, la positivización de las ciencias humanas y sociales omitió los intereses ideológicos y políticos presentes en cualquier marco téorico de explicación de la realidad social, impidiendo que muchos cientistas de dichas áreas cayeran en la cuenta de que su trabajo científico se enmarcaba en el proyecto de modernización capitalista de la sociedad. En este sentido, es claro que tanto las denominadas ciencias duras o puras como las ciancias humanas y sociales históricamente han jugado un papel preponderante en la consolidación del proyecto de Estado-nación de corte liberal. Atrapados en las epistemes de la modernidad capitalista, la comunicación para lo común exige lecturas problematizadoras de los proyectos desarrollistas de la región, interpretaciones de la realidad que cuestionen los determinismos biológicos, históricos y culturales con los que en muchas ocasiones se quieren explicar las situaciones complejas de la sociedad, para confirmar que sí es posible otra lectura, otra comunicación y otra sociedad.
  5. Prácticas otras generadoras de nuevas relaciones sociales que abogan por el vivir bien o buen vivir de la comunidad. El modelo neoliberal se debe a semánticas, discursos pero también a prácticas que sustentadas en esas semánticas y discursos terminan reproduciendo un modelo de razón y sentir instrumental. En el tema de prácticas podemos ubicar dos escenarios: el relacionado con las prácticas que el estudiantado del PCS-P de la UT debe hacer en sus últimos semestres de pregrado y el segundo escenario es el de la cotidianidad. En el caso colombiano, la práctica estudiantil se convirtió en el lugar de la naturalización de las relaciones y la comunicación dominantes pues en muchas ocasiones tanto la universidad como el estudiantado están de acuerdo en que la práctica se debe hacer en una empresa, diario, medio del sector privado de la comunicación donde las relaciones jerárquicas, contenidos, maneras de ser y de hacer de la lógica dominante son la conducta natural. El diagnóstico sobre las prácticas estudiantiles concluyó que el PCS-P no puede legitimar la situación imperante no solo en la gran mayoría de los medios privados sino en la sociedad en general y pensándose en un lugar otro del trabajo comunicativo ha propuesto problematizar las ideas que rigen muchas escueles y programas de comunicación que advierten al estudiantado que la comunicación es y son los medios y que la práctica es repetir lo que día a día hace el medio.

    El cuestionamiento a verdades establecidas ha permitido redefinir conceptos y agendas de trabajo: el lugar del comunicador social no se restringe al del medio privado de comunicación sino que el barrio, el pueblo, la comunidad indígena, las organizaciones campesinas, los movimientos sociales también son lugares de y para las/os comunicadoras/es sociales que deben poner en práctica sus conocimientos, interpretaciones y experiencias que revaloran y repotencian los ejercicios de oposición y resistencia y que reevaluan las prácticas y discursos de la lógina dominante.

  6. Es la confrontación del discurso modernizador/colonizador dominante. El antropólogo colombiano Arturo Escobar nos enseñó que la Modernidad como proyecto epistémico de Occidente ha generado una serie de problemas que la misma Modernidad ha sido incapaz solucionar. Sobre esta misma lógica podemos plantear que en el ámbito de la comunicación social, el periodismo y áreas afines contamos con una serie de problemas epistémicos e inconsistencias éticas que las teorías y paradigmas del pensamiento determinados por la lógica del mercado capitalista no estás dispuestos a solventar. Sin omitir la existencia de una Modernidad crítica, la experiencia histórica de los países marcados por una estructura colonial es que el llamado a la modernidad en la mayoría, si no en todas las ocasiones, es el llamado a la colonialidad, es decir, a la reproducción de relaciones racistas, de explotación económica y de gran violencia física y simbólica. Ante un panorama colonizador, la comunicación para lo común es una apuesta epistémica insurgente que además de revelar las relaciones de discriminación, explotación y desigualdad económica y sociocultural, trabaja en la consolidación de proyectos académicos que materializan relaciones otras sustentadas en la solidaridad, el trabajo con los sectores críticos y la reivindicación de la cultura popular.
  7. Es un proceso de creación crítico de la modernidad capitalista negadora de la comunidad emancipada. Es un temor infundado pensar que los proyectos académicopolíticos que actualmente están interesados en la construcción de la comunidad caen en hermetismos, dogmatismos y homogenizaciones negadores de la libertad individual. Autores como Alain Touraine, Richard Sennett y Zigmun Bauman presentan varias preocupaciones sobre proyectos que tienen como gran finalidad la contsrucción de comunidad. En los tres autores están presentes las experiencias nefastas del nazismo, el fascismo y el falangismo y estamos de acuerdo que ese proyecto de comunidad es un peligro político para cualquier sociedad. Sin embargo, estos autores omiten las experiencias comunitarias latinoamericanas que construyen comunidad desde un marco epistémico y político distinto al de la modernidad eurocéntrica, configurando una relación entre individuo-comunidad que demuestra que la relación individualizadora afirmada por un número considerable de teorías eurocéntricas es solo una relación más de las posibles en la vida social.
  8. Es un orden alternativo, indisciplinado, del mundo y del campo de conocimiento denominado Comunicación Social. El modelo cultural y económico imperante ha definido conceptos y generado prácticas que legitiman al propio modelo. Así, han logrado que el orden y el caos sean entendidos y asumidos de manera conveniente a la lógica imperante. El llamado al indisciplinamiento es el interés por consolidar un orden otro en el que las mayorías estén presentes y donde la solidaridad y el trabajo con el otro sean condiciones insoslayables del quehacer del comunicador y profesionales afines. La posibilidad de otros contenidos, otras epistemes, el diálogo de saberes, la comunicación intercultural, otras relaciones sociales, historias y reportajes de la cultura popular, la lectura crítica sobre los sectores dominantes, la interpretación descolonizadora del entorno y las relaciones económicas y políticas, así como la narración histórica desde los sectores subalternos son ejercicios académicos que sustentan la propuesta por una comunicación comprometida con el proyecto de que otro mundo sí es posible.

Para concluir

El proceso de reforma curricular del Programa de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad del Tolima aún no ha terminado. Está pendiente decidir sobre cursos, seminarios, contenidos, líneas de investigación, teorías, historias de la comunicación, prácticas, pasantías y trabajos de grado. Lo importante es que la comunidad universitaria está de acuerdo en lo fundamental: la Universidad debe ser un lugar de la transformación social que ante los índices de empobrecimiento económico, injusticia, explotación y discriminación no puede convertirse en un espacio reproductor de relaciones atomizadoras de la comunidad. Sabemos que la discusión compromete temas trascendentales que van desde la manera de relacionarme con el otro hasta la interpretación sobre el entorno, la concepción de la historia y las versiones sobre el futuro. La discusión sigue sabiendo que el ejercicio de especulación metafísica sobre todo aquello que se quiere debe convertirse en política efectiva materializable en el día a día del Programa.

Referencias

Escobar, A. (2005). Más allá del tercer mundo. Globalización y diferencia. Cauca: Universidad del Cauca.

Galindo, N. (2009). Decolonialismo y comunicación: la diversidad epistémica como proyecto universal (tesis de pregrado). Bogotá: Universidad Javeriana.

McKinnon, S. (2012). Genética neoliberal. México D. F.: fondo de cultura económica.

Rama, Á. (1998). La ciudad letrada. Montevideo: arca.

Souza de, R. (2014). Las cárceles del conocimiento: investigación activista y revolución en la era de la globalización. En B. De Souza y M. Paula Meneses, Epistemologías del sur. España: ediciones akal.

Torres, Y. (2006). Repensar a la comunicación desde la colonialidad del poder. Revista Porikan, 11.

Velancia, J. (2012). Mediaciones, comunicación y colonialidad: encuentros y desencuentros de los estudios culturales y la comunicación en América Latina. Revista signo y pensamiento, XXX(60).


1 Documento propuesta Comunicación para lo común, Programa de Comunicación Social-Periodismo, Universidad del Tolima, 2014.