Preliminares
Protestas y estallidos sociales: representaciones mediáticas, discursos, derecho a la información y nuevas formas de expresión ciudadana
José Miguel Pereira G.1Profesor asociado del Departamento de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana. Comunicador social con estudios de maestría en Filosofía. Doctorando en Comunicación. Coordinador académico de la Cátedra Unesco de Comunicación en la Pontificia Universidad Javeriana. Áreas de interés: teorías e investigación en comunicación; comunicación y organizaciones sociales; formación y profesiones de la comunicación; y, comunicación y trabajo. Contacto: jmpereira.como@javeriana.edu.co
Nadya González Romero2Profesora del Departamento de Lenguas de la Pontificia Universidad Javeriana. Doctora en Ciencias Sociales y Humanas de la PUJ. Magíster de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia. Licenciada con Estudios Mayores en Español e Inglés de la Universidad Pedagógica Nacional. Áreas de interés: narrativas y vínculos entre humanos; relatos de infancias, juventudes, adultos y viejos; lenguajes, tecnologías digitales y nuevas prácticas discursivas; neurobilingüismo y tecnologías digitales; análisis crítico del discurso. Contacto: ngonzale@javeriana.edu.co
Aída Quiñones Torres3Licenciada en Filosofía, magíster en Estudios Políticos y en Filosofía. Doctora en Estudios Ambientales y Rurales. Profesora asistente del Departamento de Ciencia de la Información, Facultad de Comunicación y Lenguaje de la PUJ. Áreas de interés: transparencia de información en conflictos socioambientales. Contacto: aquinones@javeriana.edu.co
Introducción
En la XXVIII Cátedra Unesco de Comunicación, realizada en octubre de 2021, se compartieron reflexiones, investigaciones y experiencias de comunicación, información y lenguaje sobre los aportes de la academia a la comprensión de la protesta social y a la construcción de consensos para fortalecer el pluralismo y la democracia en Colombia.
Específicamente, se preguntó cómo, desde el periodismo, se puede planear una mejor cobertura de los movimientos y los estallidos sociales para comprender sus reclamos y sus demandas, sin que se criminalice la protesta legítima de los ciudadanos. Asimismo, se abordaron el papel de la información y la memoria en el marco de la protesta social, el acceso y el uso de la información como derecho humano universal y la necesidad de salvaguardar la memoria individual y colectiva de los diversos grupos, organizaciones y movimientos sociales en el país.
En el evento participaron unas 150 personas de varias universidades y regiones del país. Se realizaron 3 coloquios y 5 paneles, y en los 11 grupos temáticos se presentaron 72 ponencias derivadas de investigaciones y experiencias de comunicación social, periodismo, los estudios del lenguaje y la ciencia de la información, realizadas por profesores, investigadores, estudiantes y activistas en el país. Igualmente, se realizó la Muestra Audiovisual Ventana, que reunió a creadores, para presentar 26 trabajos audiovisuales de todo el país, y se presentaron 10 libros de profesores e investigadores en coordinación con la Editorial de la Pontificia Universidad Javeriana.
Por otra parte, se celebraron dos homenajes. El primero fue dedicado a monseñor José Joaquín Salcedo Guarín (1921-1994), con motivo de los 100 años de su natalicio. Monseñor Salcedo fue fundador de las escuelas radiofónicas Acción Cultural Popular (ACPO), programa pionero de la educación a distancia y de la radiodifusión colombiana.
El segundo certamen fue un homenaje póstumo a Joaquín Emilio Sánchez, S. J., quien fue el creador de la Cátedra Unesco de Comunicación en 1994, así como decano de la Facultad de Comunicación y Lenguaje y rector de la Universidad Javeriana; a Jesús Martín-Barbero, profesor y asesor de la Facultad de Comunicación y Lenguaje y un gran intelectual que hizo aportes a la investigación y a la formación de profesionales de la Comunicación Social y el Periodismo en Iberoamérica, y finalmente, a Jürgen Horlbeck, quien fue decano de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana durante un largo periodo. Los tres fallecieron en 2021, e hicieron aportes significativos al desarrollo de la Comunicación Social y el Periodismo en Colombia.
Paneles, coloquios, conferencias
En esta edición de la Cátedra Unesco de 2021 se realizaron cuatro paneles, una conferencia y dos coloquios. En el desarrollo de esta edición de la cátedra podemos destacar los hechos que se detallan a continuación.
El coloquio Protestas, cubrimiento mediático y expresiones ciudadanas realizado el 20 de octubre, contó con la participación de Mauricio Archila (investigador del Centro de Investigación y Educación Popular [Cinep]), Jesús Abad Colorado (periodista, reportero, fotoperiodista) y Germán Rey (profesor de la Pontificia Universidad Javeriana [PUJ]) como panelistas, y de Alejandro Manrique, profesor del Departamento de Comunicación de la PUJ, en calidad de moderador. En el eje de este coloquio se discutieron las diferentes perspectivas de la comunicación en relación con las protestas que ocurren en Colombia desde hace dos años.
De acuerdo con Mauricio Archila, (2002, 2018) la protesta social está relacionada con acciones sociales colectivas que enfrentan los poderes, impactan la conducta de otros, presionan acciones de parte del Estado y manifiestan desigualdades y desajustes de las sociedades. La protesta es una forma de hacer visibles los movimientos sociales en la palestra pública. En su intervención describió las diversas manifestaciones sociales que se han desarrollado, los actores que han participado, sus motivos, sus adversarios, las modalidades de protesta, entre otras cuestiones. Detalló las muy particulares características del estallido social del 28 de abril, en medio de la crisis de la pandemia, resaltando las novedades en cuanto a participantes, cobertura y el tipo de reivindicaciones y las formas extremadamente violentas de las partes. Subrayó dos sesgos en la relación entre movimientos sociales y los medios de comunicación. El sesgo de selección, consistente en privilegiar el tema violento sobre las reivindicaciones y, sesgo de descripción y análisis que permite encasillar a quienes protestan desde la ideología de quien informa. Concluyó que el gobierno colombiano persiste en ver la protesta desde la óptica de la Guerra Fría, estigmatizando a los manifestantes como comunistas, expresando una cultura política que desconoce las nuevas realidades sociopolíticas en nuestro país. Archila y otros investigadores participan en un libro reciente, coordinado Celis (2023), sobre el estallido social del 2021 en Colombia.
Por su parte, Jesús Abad Colorado, desde su experiencia como reportero gráfico del conflicto colombiano, compartió algunas de sus apreciaciones sobre las protestas sociales. Resaltó el valor de la producción académica sobre el conflicto, pues para un reportero gráfico como él, amplía la visión de país, para saber “qué ver”. Manifestó que la labor del periodista debe estar al servicio de la gente, como el juntar los trozos de un espejo roto, para indignarnos y evidenciar los atropellos que sufre la población. En medio de las protestas, consideró que la reforma tributaria fue el florero de Llorente para protestar por los atropellos contra la vida que existen en el país, para visibilizar quién despoja, quién mata, quién pone los muertos. Considera que la función de su trabajo fotográfico es generar una conciencia que contribuya a sacudir y movilizar para el cambio social. Afirmó que la labor del periodista es una misión, una vocación al servicio de la gente y no del poder. Las movilizaciones han cambiado en la medida en que ahora no solo se protesta por la vida e integridad humanas, también se lucha por las demás formas de vidas en el planeta. Consideró que los medios de comunicación deben dejar de ser agentes que propagan el odio, para no matar la esperanza de la población en un futuro mejor.
Por su parte, Germán Rey realizó un análisis sobre la representación de los medios de comunicación de las protestas actuales. Consideró que en la actualidad ocurre la mayor pérdida de confianza ciudadana en los medios de comunicación. Durante varias décadas los medios de comunicación se dedicaron a mostrar al conflicto de una forma parcial, lo cual ha erosionado su imagen positiva ante la sociedad; la representación de los medios se ha centrado en la imagen del crimen y sus narrativas.
Para Germán Rey, a la hora de representar la protesta social, como un derecho de las ciudadanías a manifestar sus demandas públicamente, los medios no lo hicieron adecuadamente. Consideró que los medios de comunicación se desconcertaron al ver la amplia cobertura poblacional que tenían las protestas en diferentes regiones del país. Se observaron estigmatizaciones mediáticas hacia las primeras líneas y a la minga indígena. Las tomas simbólicas de los monumentos fueron abrumadoras para los medios en términos de llevar a un replanteamiento los valores patrimoniales de la nación. La confrontación entre manifestantes y la fuerza pública fue representada dentro de la visión del conflicto armado, del enemigo y del vándalo, atravesado por la desinformación. Los medios construyeron una imagen de la protesta como algo creado por entidades superiores de corte transnacional, evidenciando su incapacidad para interpretar aquello que les resulta inexplicable.
Finalmente, consideró que existe cierto histrionismo simbólico de la protesta, entendido como manifestaciones del quiebre de las relaciones entre la ciudadanía y los medios de comunicación. Las redes sociales ganaron poder frente a los medios tradicionales para representar la protesta, pues sus dinámicas son similares en niveles racionales, de velocidad y en el flujo de desinformación, entre otros. Manifestó su preocupación por la limitación al acceso a internet que, de manera deliberada, en algunos momentos de la protesta, hizo el gobierno nacional. Así mismo, subrayó la importancia que debe tener la neutralidad de la red, el control policivo y la no criminalización a quienes protestan y se pronuncian en redes las sociales.
En el siguiente coloquio, titulado Cubrimiento mediático del estallido social: prácticas y alternativas, se contó con la participación de Diana Salinas (directora editorial y cofundadora de Cuestión Pública), María Belén Sáez de Ibarra (curadora de las exhibiciones Vidas Robadas y El Testigo, además es editora y gestora cultural) y Jonathan Bock (director de la Fundación para la Libertad de Prensa [FLIP]), y los acompañó Vanessa Rosales, profesora del Departamento de Comunicación de la PUJ, como moderadora.
Para María Belén Sáez, el arte es fundamental en términos de activismo político en su relación con el periodismo, ya que todo arte es político, es un espacio propicio para hacer acciones de memoria, especialmente de aquellas más dolorosas. Con la obra de arte Vidas Robadas se logró hacer visible la brutalidad de la represión policial al caminar sobre un piso hecho con armas fundidas. La muestra recoge información de 56 víctimas mortales durante las protestas organizadas entre 2019 y 2021 en Colombia. Las víctimas ya habían sido excluidas o despojadas del conjunto social, lo que evidencia un clasismo marcado que se manifiesta en prácticas de exclusión y desplazamiento.
Manifestó que los trabajadores de la cultura sufren de una especie de censura taimada, que se traduce en trabas administrativas que impiden la labor artística de denuncia. Consideró que deben existir unos canales institucionales que permitan la independencia periodística, con el fin de poder generar disidencia e independencia comunicativa. El sistema de contrapesos está roto en el país, no hay autonomía de las instituciones para que se controlen y armonicen su trabajo. Concluyó que vamos en una deriva autoritaria en el país y solo los periodistas abordan o le ponen la cara a esta situación. Asimismo, que es hora de reconocer socialmente las razones del estallido y de vincular a los participantes de las protestas.
Por su parte Diana Salinas, manifestó que inicialmente Cuestión Pública no pensaba cubrir la protesta social, pretendía cubrir un vacío periodístico existente ante la convivencia entre medios y poder para no ejercer control sobre la gestión pública. Su interés en las protestas sociales surge ante la posibilidad de ver en vivo los eventos que estaban ocurriendo y como respuesta a la prensa hegemónica y las etiquetas atribuidas a los manifestantes, como “vándalo” y demás. Se optó por desarrollar su trabajo en forma de monólogo, otorgando a los protagonistas y a sus familias la oportunidad de contar su versión para confrontarla con la versión oficial de los medios tradicionales.
Señaló que la prensa es incapaz de hablar o discutir sobre las alianzas entre civiles y policías, que se enmarcan en el discurso patriarcal. Dado el carácter fuerte de los hechos era menester presentarlos de manera urgente y disruptiva. Al trabajar sobre el tema de las desapariciones ocurridas en Cali, se buscó eliminar todo componente moral de la crónica con el fin de mostrar los hechos solo de manera objetiva, tal como ocurrieron y para desvirtuar la calidad de fake news que los medios hegemónicos otorgaron a ese hecho.
En sus análisis, Cuestión Pública encontró que en la prensa hegemónica hubo total ausencia de los atropellos ocurridos contra las mujeres o miembros de la comunidad LGBTIQ+, como si no importaran. Resalta el valor de las alianzas entre medios y formas de expresión artística como motores de expresión y comunicación alternativas.
A raíz de la violencia del paro, elaboraron una base de datos de las víctimas fatales con el fin de contar sus historias, para darles rostro y para hablar sobre su paradero. Trabajaron en identificar a las personas detenidas y establecer quiénes estaban desaparecidos. Con toda esa información publicaron una especie de réquiem que fue visto por María Belén y Doris Salcedo. Ellas se interesaron en usar esa información para hacer un acto de memoria, un duelo para que las víctimas fueran lloradas. Esto constituyó un acto de desobediencia hacia el gobierno que aún sigue negando la manera en que reprimió a la juventud que se manifestaba.
Por otro lado, consideró que se asiste a un momento en el que aún no se logra establecer las consecuencias que tendrá el modelo neoliberal de la financiación de los medios. Como alternativa se viene gestionando con la cooperación internacional y las comunidades que son gestoras de medios de comunicación. Así mismo, estima que en Colombia sí existen personas dispuestas a pagar sumas de dinero para financiar medios alternativos.
Por su parte, Jonathan Bock (director de la Fundación para la Libertad de Prensa de Colombia [FLIP]), consideró que, en medio del estallido social, hubo aparición de una importante cantidad de medios comunitarios y alternativos, que por su naturaleza son estigmatizados por los medios del poder o las instituciones del Estado. Manifestó que, en la actualidad, existe un debate sobre la conveniencia de que los Estados financien a los medios para garantizar su independencia del gran capital. Además, que es muy deficiente el trabajo de la Fiscalía en todos los temas, incluyendo el asesinato de periodistas e incrementando la impunidad.
Así mismo, planteó que los medios y el periodismo en Colombia desde los análisis de la FLIP, enfrentan una triple censura. En primer lugar, la herencia de violencia y asesinatos contra periodistas en Colombia, que ha ocurrido y sigue existiendo aún cómo un mensaje de intimidación para romper el tejido comunitario y sus reivindicaciones. En segundo lugar, la censura taimada, que tilda de enemigo al periodista y a la expresión que se da en espacios cívicos, artísticos. Y, en tercer lugar, la criminalización de la expresión en línea, con vigilancia en las redes sociales, creando un enemigo interno en las noticias falsas, estigmatizando a quienes opinen de manera diferente al gobierno.
Por otro lado, el coloquio internacional titulado Protestas y estallidos sociales en América Latina contó con la participación de Carlos Baca (Universidad Iberoamericana, Puebla - CITSAC, México), Carlos de Valle (Universidad La Frontera, Chile), Jair Vega (Universidad del Norte, Colombia), Elder Cuevas-Calderón (Universidad de Lima, Perú), Rosane Streinbrenner (Universidade Federal do Pará [UFPA], Brasil) y Germán Muñoz González (Universidad Minuto de Dios [Uniminuto], Colombia) como panelistas, y Juan Ramos Martín, director del Doctorado en Comunicación, Lenguajes e Información de la PUJ, como moderador. Los panelistas establecieron un contexto de las diversas protestas sociales que se han presentado en los países de la región latinoamericana, y se especifican las problemáticas sociales que han llevado a las manifestaciones en Colombia. Destacaron entre otras, las siguientes cuestiones.
La situación de levantamiento popular ocurrida en Colombia es una cuestión absolutamente inédita en la historia del país, que expresa las inconformidades sociales ante un Estado que responde con extrema represión policial. La protesta se torna en un cuerpo, una presencia que trasciende los espacios físicos, y pasa también a ocupar una presencia digital, y facilita así una capacidad para trasladar características de movimientos sociales de un país a otro.
La industria cultural se ha esforzado por representar un antagonismo entre el Estado y el pueblo mapuche en el contexto chileno. Como contraparte, los movimientos desarrollan una agenda comunicacional evidenciando los discursos de parte y parte, lo que pone a la comunicación en un rol estratégico para la resistencia de quienes protestan y para posicionar las demandas que se reivindican.
La comunicación juega un papel central en los procesos de resistencia, pues permite ver los procesos de erosión de la democracia en cabeza. Se hace un recuento de los movimientos sociales y los cambios que han logrado en Brasil a lo largo del siglo XX. La comunicación digital y las redes sociales se posicionan como un factor fundamental para movilizar la sociedad en busca de las transformaciones.
Las reformas de segunda generación que han ocurrido en Latinoamérica han propiciado que las comunidades se manifiesten y demanden las reformas sociales y la reivindicación de derechos. La comunicación debe entenderse como un medio de intercambio que se da como parte del proceso de transformación de una sociedad. Se realiza su análisis en el marco de las manifestaciones de Oaxaca, de lo cual cabe destacar un grupo de mujeres que tomaron un canal estatal ante la negativa de dejarlas expresar sus demandas.
En el panel se concluyó que la comunicación había logrado aglutinar diversos intereses y diversas poblaciones en torno a objetivos diversos que confluyen en las movilizaciones sociales que han ocurrido en Latinoamérica. Se ha resignificado el papel de los medios tradicionales como contraparte a los medios comunitarios o alternativos enmarcados en las narrativas de las protestas. Los medios comunitarios resignificaron el papel de la comunicación ante los señalamientos gubernamentales que tildaban a los medios comunitarios como subversivos e ilegales. La comunicación popular fue considerada como escenario de resistencia social y reexistencia política. Se logró crear apertura al diálogo con todos los actores y en todos los territorios con sus nuevas narrativas, pensar en otra comunicación que permitiera crear otros mundos posibles.
El 21 de octubre, la conferencia La relevancia del análisis del discurso de la prensa en torno a las acciones colectivas de protesta en América Latina estuvo a cargo de Alberto Mayorga Rogel, PhD de la Universidad de la Frontera, de Chile, como panelista; lo acompañó, en calidad de moderadora, la doctora Deyanira Sindy Moya Chaves, profesora del Departamento de Lenguas de la PUJ.
El conferencista sostuvo que el análisis del discurso —como materia de estudio y técnica de análisis— resulta esencial, pues, dentro de todas las afectaciones y los problemas que llega a vivir la sociedad, y que la ponen en estado de crisis, permite entender la hegemonía, al individuo y a la sociedad. Principalmente, se vuelve imperativo entender eso mismo dentro del contexto latinoamericano, debido a la dimensión política que ha caracterizado a estos países a lo largo del tiempo. Así, la prensa queda inscrita dentro de los procesos de construcción de los imaginarios sociales, y es desde las ciencias sociales, al analizarla, desde donde se puede aportar algo al entendimiento de la crisis.
Los medios de comunicación son, entonces, planteados como la circulación de discursos que permiten interpretar y organizar un mundo social en crisis, que no son neutrales y fortalecen ideas tradicionales y hegemónicas de la sociedad en los ámbitos económico, político, coercitivo y simbólico. Esto hace que las narrativas mediáticas —en tanto medios tradicionales, como el periódico, y contemporáneos, como las redes sociales— tengan grandes efectos en la sociedad, lo que hace necesario, a su vez, plantear cómo son las narraciones y los discursos que se dan para determinar y fijar ciertas miradas. Y es el análisis del discurso lo que permite darles respuesta a dichas preguntas, al deconstruir las miradas sesgadas del discurso asociadas a ciertas ideologías.
Entonces, los medios tienen un rol muy importante en la democracia, en tanto son instituciones culturales que permiten a las personas en el poder que mantengan un control sobre este y determinen lo público. Pero, cabe aclarar, los medios también ponen en tensión dichos discursos, al dar espacios para cuestionar las instituciones. Por eso, los medios en la actualidad no deben entenderse desde lo objetivo, sino que, al ser actores del sistema político, deben tener una opinión —o una mirada— subjetiva, una posición respecto a lo que está pasando.
Las audiencias también cumplen un rol importante, y por ello deben tener pensamiento crítico a la hora de recurrir a los medios, siempre tomando en cuenta que estos generan experiencia mediática y configuran a la audiencia a través de la mediación. Y es a través de la protesta, como una forma de acción colectiva y política, generada por las audiencias, por los ciudadanos, como se les da un giro a los medios, los cuales se movilizan para darles cobertura a estos eventos y, por ende, para otorgarle sentido al conflicto.
El análisis del discurso permite, entonces, comprender, de manera histórica y desde nuevos paradigmas, las tensiones de la sociedad: por ejemplo, no ver a la mujer como histérica, sino como histórica. Nos invita a entendernos a nosotros mismos dentro de un escenario social y político, que permite comprender que nuestro entendimiento es atravesado por las prácticas discursivas ya mencionadas. Estas últimas se hallan legitimadas, mientras la audiencia, aunque pueda publicar todo cuanto quiera en redes sociales, no tiene una validez discursiva, lo cual crea una relación de poder desigual con los medios.
Así, sostuvo que los medios, como entes políticos con roles fijos, y que impactan e influyen la manera de ver y estar en el mundo, deben abarcarse desde lo crítico para dar pie a debates y análisis de los contenidos que logren deconstruir y cambiar la hegemonía. También, el discurso es producción, circulación y apropiación de sentidos; por esto mismo, es importante entenderlo, para tensionarlo y generar preguntas en torno a lo que pensamos, para cuestionar de manera constante por qué pensamos lo que pensamos.
Finalmente, compartió un estudio hecho por la Universidad de La Frontera, sobre el análisis del discurso de la prensa chilena en torno al estallido social en 2019, y el cual llegó a la conclusión de que el conflicto y la crisis que se sienten a lo largo de toda Latinoamérica hacen que el análisis de discurso sea sustancial; por lo tanto, debe ser impulsado por las universidades y las instituciones educativas, como parte de un ejercicio integral de nuestra sociedad.
El panel Lenguajes, poderes y transformaciones: las prácticas discursivas como acciones sociales constructivas fue abordado por tres panelistas: Juliana Molina, profesora de doctora en Comunicación y Lenguaje de la PUJ, especializada en Sociolingüística y Discurso, con la charla Nosotros y los otros, dicotomía de la polarización en las marchas sociales; Diana Moreno, doctora en Ciencias Sociales, especializada en Performatividad Política, con la charla Tomarse las calles para ampliar los sentidos sobre la movilización social en Colombia: performatividad política y lenguajes del contrapoder, y Vladimir Núñez, director del Departamento de Lenguas de la PUJ, y especialista en Estudios Culturales, con una charla sobre el papel de la prensa en los conflictos constantes de Colombia. El evento fue moderado por Javier Reyes, profesor de la Facultad de Comunicación y Lenguaje, de la PUJ.
En el panel se consideró que uno de los retos más grandes en la actualidad para los estudios del lenguaje es comprender y develar las dinámicas y los patrones subyacentes a las prácticas discursivas mediante las cuales se crean, se legitiman y se transforman realidades. Algunas preguntas que orientaron la reflexión estaban relacionadas con comprender: ¿De qué forma opera el discurso como dispositivo generador de realidades? ¿Cómo se puede abordar ese poder transformador en espacios educativos y en momentos de coyunturas como la actual?
Juliana Molina expuso en su charla que la dicotomía nosotros y los otros se plantea desde la relación entre estos dos, en tanto narrativa performativa que cierra el espacio para el diálogo con lo otro. Entonces, la actualidad está configurada desde una narrativa maestra creada por los medios de comunicación, la cual define las relaciones que se dan en la sociedad, y que permiten etiquetar y categorizar a los actores de los movimientos sociales. De esta forma, es una manera de control social que se manifiesta desde el performance legitimando, afirmado y construyendo roles, según lo cual es un instrumento político en la mano de unos pocos, y que amplía la brecha entre nosotros y los otros.
Esta dicotomía implica un dominio del lugar de enunciación desde el cual se produce el discurso y que emplea categorías buenas para nosotros (personas de bien), y malas, para los otros (vándalos, ladrones), lo que despoja a los otros de una garantía de derechos en las manifestaciones. Así, cuestionar estas categorías permite preguntarse quién es realmente el sujeto que marcha. Y al romper con estas narrativas, se quiebra con las estructuras institucionalizadas, y se logra evocar múltiples sentidos. Por esto, los nuevos medios se vuelven esenciales a la hora de plantear una nueva manera de estar en el mundo social y en las manifestaciones.
Después, en la ponencia Tomarse las calles, Diana Moreno se pregunta por las implicaciones de esta acción como una performatividad política, y también, desde el lenguaje como una batalla simbólica. Entonces, en el contexto de la movilización social surgen nuevas configuraciones de esta, se descentralizan los movimientos y se restructura el discurso. El espacio de la movilización se vuelve el encuentro de subjetividades por algo común con nuevas maneras de manifestarse, como lo son las actuaciones públicas, o performances, que permiten establecer acciones del contrapoder para controvertir los discursos hegemónicos y establecerse como batallas simbólicas. Todos estos elementos permiten plantearse qué voces circulan a través de estas manifestaciones. Así, estas nuevas formas dejan de tener la connotación de anonimato, para llegar a una construcción colectiva.
Tomarse la calle es, entonces, el surgimiento de unas operaciones discursivas y performativas que se apropian de la esfera pública y reconfiguran las formas de movilizarse dando paso a lugares de reunión que permiten nuevas significaciones de los espacios, las ideas y los cuerpos. Lleva a la irrupción de marcos simbólicos transformando la identidad colectiva y los modos como se generan diálogos en torno a esto.
Luego, en su ponencia, Vladimir Núñez indagó en la prensa del siglo XIX sostenida por la élite colombiana —los periódicos El Tiempo y El Espectador—, y sobre su impacto en una Colombia atravesada por guerras. La prensa tiene, entonces, una función política e ideológica, que ayuda a construir simbólicamente a las élites políticas y económicas, y permite el sostenimiento de la violencia en Colombia. Por esto, la acción simbólica de los medios de comunicación debe analizarse acorde a los contextos sociales en los que se hallan inmersas su producción y su recepción. Los medios tienen así una posición política importante que define a la sociedad, señalan y establecen cómo se habla de las diferentes comunidades e impulsan el discurso de los grupos minoritarios dominantes.
Finalmente, el contexto de violencia, protesta e inconformidad social en Colombia se presenta como el eje de estos tres panelistas, para analizar, a partir de ello, las implicaciones del discurso deconstruyendo las miradas de lo otro y lo diferente, los grupos dominantes y las maneras de narrar.
El 22 de octubre, en la conferencia Archivos y derechos humanos para la construcción de la memoria, impartida por Marcela Inés Rodríguez Vera (CNMH), moderada por el profesor Orlando Gregorio-Chaviano del Departamento de Ciencia de la Información de la PUJ, se presentó al Centro de Memoria Histórica de Colombia y específicamente, una descripción de sus fondos y colecciones. Además, se abordó cómo se crea la estructura de la clasificación documental del archivo de derechos humanos y, de la ruta de procesamiento técnico que incluye aspectos como acopio de documentos, organización, descripción documental y servicio. De igual forma, nuestra invitada nos compartió la experiencia del archivo virtual de derechos humanos, y, a través de su intervención resaltó la función primordial de los archivos como parte del patrimonio documental que sirve como testigo de los tantos acontecimientos, de tal forma que los documentos procesados y organizados puedan ser utilizados por todos los ciudadanos en defensa de los derechos y con propósitos investigativos. Finalmente, planteó aspectos como el dinamismo en la legislación y acción del Estado para garantizar su uso y acceso que incluya la protección de datos.
Así mismo, en el panel Memoria, Estallido Social e Información, moderado por la profesora Myriam Adriana Reyes, del Departamento de Ciencia de la Información de la Facultad de Comunicación en la PUJ, participaron como ponentes Sidssy Uribe Vásquez; Mónica Villota Martínez y, Jimena Andrade Forero, artistas, académicas militantes y docentes. Por medio del panel se buscó interpretar la relación entre la memoria, el estallido social y el papel de la información.
La información tomó así su lugar, con un talante que nos remite a las memorias, desde las cuales se exige información. Recordamos que la información va más allá del sólo dato, en tanto exige procesamiento, interpretación y reflexión para la acción. Las memorias están cargadas de información y se convierten en fuente para su salvaguarda; porque es, con y desde estas, que se mantiene el recuerdo, se trasmite, se crea y transforma.
Con estas miradas, a través del panel se buscó interpretar el significado de estas luchas en el Estallido Social, entendiendo la relación entre memoria e información, para comprender la esencia del mismo, no sólo como una acción, sino como una reflexión cargada de información que se transforma en argumentos. En la perspectiva de provocar el diálogo, las panelistas abordaron preguntas como: ¿cómo se lograba trascender este detonante de información para que fuera visible este estallido en el mundo entero? ¿Cómo se utilizó la información en los medios alternativos y las redes sociales? ¿Cuáles fueron los hechos más significativos que quedaron como memoria viva de este hecho?
Al respecto Sidssy Uribe Vásquez, hermana de Lucas Villa Vásquez, uno de los artistas icónicos que nos brindó su alegría con su manera de manifestarse en el estallido social. La historia de Lucas mostró que con su baile, motivaba una forma pacífica de manifestarse, frente a la que sin embargo la intolerancia no admitió su muestra de amor.
Sidssy nos permitió entender cómo ella tomaba las banderas de su hermano, en una evidente muestra salvaguarda de memoria, a través de su expresión también como artística, movió el corazón desde su creatividad y fortaleza, a pesar del dolor que la embarga por el asesinato de su hermano. En su compartir, Sidssy nos mostró como cada pieza artística lleva información procesada en mensajes, que se esculpen para siempre. Se trata de dar forma a este momento tan significativo para que perdure, no solo por el mensaje que trazó su hermano y que significó su sangre, sino que el mismo estallido significa la lucha de todos los que buscamos dignidad, como símbolo de la memoria colectiva de las resistencias en el país.
En medio del análisis discursivo y la participación acción en este estallido social, con Mónica Villota Martínez, comprendimos que la academia tiene una voz sustancial para generar y producir eco, su trabajo no se limitó solo a estos momentos del estallido, sino que trasciende a un ejercicio que desde su experiencia busca de manera permanente resignificar las luchas y resistencias como hechos transformadores y creativos que alimentan la paz.
Jimena Andrade Forero, puso de manifiesto la importancia de los medios de comunicación alternativos y las redes sociales, por medio de los cuales se potencializan las experiencias artísticas-críticas, que fungen como prácticas objetoras de conciencia al sistema de valoración estética en el campo de las diversas artes, a través de las cuales se busca garantizar las condiciones de su politicidad. Al final de su intervención, nos compartió tres estudios de caso, que son fruto del estallido social, expresados en la música, la escultura y la movilización social.
El panel concluye con una visión holística de la manera en que el estallido social se tomó las calles y se insertó en todos los escenarios que marcan la historia de nuestro país. Se trata de una historia y unas memorias vivas que continúan construyéndose desde las voces y rostros, como memorias de luchas que enfrentan la represión estatal con alta carga de violencia no sólo física, sino en la constante espiral estructural. Colombia se convirtió en escenario de resistencia, de lucha, gritos, creatividad y vida.
Los jóvenes se alzaron en toda esta mezcla que recoge las memorias, buscaron no solo ser escuchados, sino tazar nuevas y otras historias. Sus voces tuvieron eco, no solo en el país, sino por fuera del mismo, las memorias tomaban el nombre de “Estallido Social”, porque se trató de un estallido fuerte para transformar y crear. Aparecieron luchas multidimensionales que se seguirán tejiendo entre la defensa de derechos, la vida digna, la defensa del ambiente, entre muchas y tantas manifestaciones, que solo buscan alcanzar una paz real y estructural en un país donde su pueblo está cansado de la guerra y la indignidad.
El coloquio Periodismo disruptivo y su impacto en la cobertura de protestas y movimientos sociales contó con la participación de Ignacio Riffo (Universidad Central, Chile), Teresita Goyeneche (Mutante), Sebastián Duque (Cartagena Federal) y Edwin Bohórquez (periodista de El Espectador), y lo moderó Alejandro Manrique, profesor del Departamento de Comunicación de la PUJ. En este coloquio se abordó cómo la revolución digital ha cambiado las coberturas de las protestas. El rol del periodista se ve modificado con la aparición de las redes sociales; así pues, se hace necesario unirse y hacer colaboraciones entre ellos. Nunca había existido un medio masivo de información, como pasa ahora con los celulares; antes de la revolución digital, todo giraba en torno al periódico.
Cada individuo tiene un teléfono móvil y graba lo que los medios tradicionales no hacen, como las protestas o la represión policial que vive el pueblo. Por lo tanto, la información es subjetiva, porque se comunica un hecho según como se decida presentarlo, lo cual nos dice que la objetividad en la prensa no existe. Las redes sociales le aportan al periodismo alternativo dejando en claro que los medios no son un obstáculo. El periodismo disruptivo, como las redes sociales, ha ayudado a ver otras perspectivas de los mismos sucesos.
Existe una disrupción interna en el periodismo por la aparición de los nuevos medios. No todo lo disruptivo es nuevo, y no todo lo nuevo es disruptivo. Se debe saber que el tiempo y el espacio ahora son diferentes, y debemos adaptarnos a ello. Debemos sacar el mejor provecho de las herramientas de ahora, pues de este momento podemos aprender muchísimo. El periodismo es un servicio, pues no se trata de ser activistas o jueces, sino de informar con total transparencia, así compartamos o no las ideas presentadas. No debemos confundir al público.
No basta solo con la verificación, pues siempre habrá sesgos al escribir, ver, documentar. Se debe buscar que lo que se transmita sea lo más honesto posible. Se debe reconocer la reflexividad propia y la de los demás. El ambiente nos afecta a la hora de documentar, factores como el sexo, la raza y el estrato social, entre otros, articulan la subjetividad propia; entonces, siempre se debe estar abierto a hablar con nuestros colegas.
Es necesario cambiar constantemente; así pues, nuestra forma de entender el mundo también, pues se dio un paso de lo individual a lo plural. Vivimos en un momento de transición. El conocimiento no es unidireccional, sino que se construye con otros medios y con las audiencias. La audiencia debe poner tema y ayudar a la creación y la difusión. Se debe transmitir el mensaje con honestidad y de la mejor manera posible. A los periodistas los mueve la duda y recordar que todo es político.
El último panel, titulado Retos y oportunidades del ejercicio periodístico y los medios en la (pos)pandemia: ¡Hay Futuro!, contó con la participación de Marlvina Rodríguez (Universidad Nacional de Villa María, Argentina), Jaime Abello (Fundación Gabo), Johathan Bock (Fundación para la Libertad de Prensa - FLIP), Lucevin Gómez (del Círculo de Periodistas de Bogotá - CPB) y Tulio Ángel (de la Asociación Nacional de Medios de Comunicación -Asomedios) como panelistas. Los acompañó como moderador Mario Morales, profesor del Departamento de Comunicación de la PUJ. Para los panelistas, el periodismo hoy en día está más vivo que nunca, pero más complicado. Ahora se está dando un resurgimiento de los libros periodísticos, y los periodistas están empezando a usar las redes sociales, lo que ha ocasionado una crisis con la economía de los medios, pues disminuyó la compra de medios, lo que ha llevado a un problema de viabilidad económica en ellos.
La existencia de las fake news le da sentido al periodismo entre tanta mentira. Mucha gente no cree en el periodismo como un bien público, y por ello, este difícilmente se puede sostener como un negocio; entonces, se hace una renegociación con las plataformas. Hay que crear estímulos para que las personas paguen por el periodismo. Existe una transición entre el periodismo de negocio y el de bien público. Se crea una confianza con la audiencia. El periodismo necesita calidad, porque sin esta no debería existir; es necesario practicar la transparencia.
Los periodistas están llegando a tiempo a esta revolución. En el contexto de la pandemia se podía creer que llegaría tarde, pero ahora, con los medios digitales, todo es más sencillo. No debemos confundir las cosas, pues no todo lo que se muestra en las redes sociales es periodismo. Las personas se encuentran buscando cercanía. Se debe mirar cómo coexistir con los nuevos medios, pues ellos no van a desaparecer; por lo menos, no pronto.
Finalmente, recomiendan que los medios busquen otro mecanismo de financiación, porque si se quedan esperando la financiación del Estado puede que dicha ayuda no llegue. Podemos recibir recursos internacionales, pero guardando la independencia periodística. Necesitamos más investigación en Colombia para comprender la relación de la gente con el periodismo en los medios digitales. Hay que salir de la lógica comercial, porque los medios machacan periodistas, y luego no tienen como pagarles. No todo lo que circula en torno al periodismo es periodismo. Debería haber una reflexión interesante en las universidades. Se debe apostar por un periodismo que no solo sea una revista universitaria, sino que trascienda a otros campos.
Los grupos de trabajo temáticos
En esta versión de la Cátedra Unesco de Comunicación se organizaron 11 grupos temáticos, en los cuales se presentaron 68 ponencias derivadas de investigaciones y experiencias de comunicación social, periodismo, los estudios del lenguaje y la ciencia de la información, realizadas por profesores, investigadores, estudiantes y activistas en el país. En este libro se publican las ponencias presentadas en los grupos, que a la vez constituyen los capítulos de este texto: “Periodismo: cobertura de protestas y movimientos sociales”; “Discurso y poder; información, memoria, derecho a la información”; “De los desajustes discursivos institucionales a los discursos alternativos de las ciudadanías”; “Protesta social, jóvenes y comunicación”; “Comunicación y educación”; “Medios, TIC e industrias de comunicación”; “Comunicación, política y cambio social”; “Comunicación organizacional, publicidad y mercadeo”; “Prácticas de comunicación y procesos socioculturales”, y finalmente, el capítulo sobre “Teorías y métodos e investigación/creación”.
Muestra Audio-visual Universitaria Ventanas
Por otro lado, los días 20, 21 y 22 de octubre de 2021 se llevó a cabo la Muestra Audio-visual Universitaria Ventanas. Un evento que desarrolla la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana, dirigida por la profesora María Urbanczyk.
De acuerdo con María Urbanczyk, la edición número XVII de la Muestra se realizó de manera virtual, dado a la coyuntura del COVID-19, mediante la transmisión en vivo de conferencias y de los trabajos seleccionados por medio de Facebook Live y YouTube. Durante los tres días se consiguieron alrededor de 3000 reproducciones del evento en ambas plataformas.
En el marco de la convocatoria, la muestra recibió trabajos de varias universidades tanto nacionales como internacionales. Para la selección de los trabajos se contó con diferentes jurados: Diana Wiswell, comunicadora social y actriz (Categoría Ficción); Luis Enrique Vanegas, director y guionista (Categoría Otros Formatos); María Alejandra Beltrán, comunicadora social y magíster en periodismo y comunicación digital (Categoría Radio); Adriana Bernal, realizadora audiovisual y magíster en teoría y práctica del documental creativo, y Yesid Hernández, fotógrafo de corazón, artista plástico y visual y magíster en comunicación (Categoría Fotografía). El jurado seleccionó 26 productos de Ficción, Documental, Radio, Fotografía y Otros formatos.
Asimismo, se hicieron tres conversatorios. El primero, “Rol del actor en una obra audiovisual”, a cargo de Sebastián Carpio y Esteban Martínez y se tuvo como invitados a Diana Wiswell y Luis Enrique Vanegas. El segundo, “La radio fuera de su formato tradicional”, estuvo a cargo de Valentina Barbosa quien habló con la invitada, María Alejandra Beltrán. El tercero, “La búsqueda de la voz del documentalista”, dirigido por Ana María Quintero y Daniela Aranguren donde tuvieron como invitada a Adriana Bernal. La información sobre la Muestra Audiovisual se puede consultar en este enlace: https://muestraventanas.com/
Cierre
Este evento se caracterizó por la oportunidad de abordar temas en plena coyuntura del estallido social, cuando el descontento posibilitó abrir el debate en torno a los sucesos que cambiaban el tono de lo que sucedía en la calle, y la manera como los medios comerciales lo contaban de manera tergiversada y sesgada. Fue evidente cómo, gracias a esta diferencia, se abrían nuevos discursos, se amplificaban las voces a través de otros medios, así como desde las redes de información y comunicación. Al tiempo, se recuperaba la memoria desde los más diversos rincones, para evitar que se tergiverse cuando se teje como memoria viva, y evitar así que paso del tiempo la desvirtúe.
Con gran éxito tanto en asistencia como en calidad de contenidos, invitados y gestión, finalizó la XXVIII Cátedra Unesco de Comunicación. Fue un trabajo colaborativo y participativo. Gracias a tod@s por la contribución desde cada una de sus especificidades. Armamos un rompecabezas para analizar, debatir e interpretar las protestas, los estallidos sociales y las nuevas formas de expresión ciudadana.
Las movilizaciones sociales “no tienen, sin embargo, una direccionalidad única, ni un solo punto de llegada, vuelven a poner de relieve las tensiones entre desigualdades y democracia, reflejan diferentes modos de canalizar ese malestar, nos hablan de las promesas incumplidas de la transición democrática” (Murillo, 2021). Las movilizaciones de la sociedad y las diversas formas de protesta social, son modos de ejercer la libertad de expresión, de pensamiento, en el marco del derecho a la información, la comunicación y la libertad de prensa. En Colombia son un derecho fundamental, consagrado en el artículo 37 de la Constitución Política. Son un instrumento constitucionalmente legítimo de reivindicación de los derechos humanos siempre y cuando se desarrolle de manera pacífica y empleando diversos modos de expresión y comunicación ciudadana (Pereira y Sabbagh, 2023).
Referencias
Archila, M. et al. (2002). 25 años de luchas sociales en Colombia: 1975-2000. Bogotá: Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep).
Archila, M. y García, M. (2018) Reglamentar la protesta social: pero ¿cómo? Revista Razón Pública. https://razonpublica.com/reglamentar-la-protesta-social-pero-como/#.W1YM3tf9S48. Consultado el: 11 de septiembre de 2022.
Celis, J. (editor) (2023). Estallido social 2021: expresiones de vida y resistencias. Bogotá: Siglo Editorial; Universidad del Rosario; Colectivo La Mariacano.
Murillo, M. (2021) Protestas, descontento y democracia en América Latina. Revista Nueva sociedad, 294, julio - agosto de 2021. https://nuso.org/articulo/protestas-descontento-y-democracia-en-america-latina/. Consultado 11 de setiembre de 2022.
Pereira, J. M. y Sabbagh, A. (2023). Protesta social en América Latina: narrativas, actores e impacto. Investigación & Desarrollo, 31(1). https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/investigacion/article/view/15055