ISBN : 978-958-781-555-9
ISBN digital: 978-958-781-556-6

Sistematización de las prácticas de producción campesina de dos familias participantes del proyecto Hogares Ecológicos de Corantioquia, en el corregimiento de San Cristóbal, Medellín

Juan José Ramírez Giraldo

Estudiante de la Universidad de Antioquia

juan.ramirez63@udea.edu.co

Juan Pablo Quintana Madrigal

Estudiante de la Universidad de Antioquia.

juanquintanam8@gmail.com

Resumen

La presente investigación tuvo por objetivo identificar los procesos comunicativos del proyecto Hogares Ecológicos y su posible incidencia en la transformación de las prácticas de producción campesina de dos familias del corregimiento de San Cristóbal, de Medellín. Además de la aplicación de un método de sistematización en cinco pasos basados en Oscar Jara, las entrevistas, diarios de campo y la observación no participante fueron las herramientas clave para la recolección y tabulación de la información. Este ejercicio da cuenta de las implicaciones, tanto individuales como colectivas, que ha tenido para las dos familias promotoras participar en proyectos institucionales como Hogares Ecológicos, de Corantioquia. Así mismo, se evidencia la manera como la agroecología se incorpora en la cotidianidad de las familias campesinas y trasciende de niveles microsociales a macrosociales, lo que fomenta la transformación, el diálogo de saberes y la comunicación desde la participación. Se encuentra de igual manera que la corporación ambiental debe cambiar la forma de comunicarse, tanto en su lenguaje como en su participación con sus públicos campesinos; debe llevar a cabo procesos de seguimientos más estrictos para conocer el estado de sus proyectos, y podría replicar sus procesos en todo el departamento de Antioquia, además de compartirlos con otras corporaciones que tengan casos similares o que expresen su voluntad de aplicar el programa en otras regiones del país.

Palabras clave: agroecología, comunicación, diálogo de saberes, prácticas de producción, transformación.

Introducción

Este artículo de investigación, desarrollado con fines académicos para la obtención del título profesional en comunicaciones, tuvo por objetivo la identificación de los procesos comunicativos y su posible incidencia en las transformaciones de las prácticas de producción campesina, a nivel local y social en el corregimiento de San Cristóbal. Dicho ejercicio se llevó a cabo con dos familias adoptantes del proyecto Hogares Ecológicos, donde a través de la metodología llamada “una propuesta en cinco pasos para sistematizar” planteada por Oscar Jara (1994), se ordenan y reconstruyen las experiencias y se explica la lógica de los procesos vividos (p.91).

Investigaciones previas como “Sistematización de experiencias: aplicación del uso transversal de uso sostenible de recursos naturales en el programa PyMerural en Nicaragua”; “Sistematización de la experiencia en 2 años de trabajo. Consejo Popular Arimao”; “Sistematización de experiencias proyecto universitarios por una economía más justa”; “Sistematización de la experiencia de la organización “sé quién soy”: hacia la emergencia de los saberes derivados de sus prácticas”, fueron la guía para el desarrollo de esta investigación, puesto que plantean teorías, temáticas y herramientas posteriormente aplicadas en este ejercicio.

En la primera de las investigaciones, la sistematización estuvo orientada a documentar cómo se ha trabajado el tema de la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales. En las dos siguientes, además de poner en práctica la metodología mencionada en el párrafo inicial, se aplicaron algunos instrumentos como la observación directa y la entrevista semiestructurada. Y la última de estas hace énfasis en la sistematización como la forma adecuada para investigar desde la Comunicación para el Cambio Social.

Asimismo, proyectos y programas de Corantioquia como Guardianes de la Naturaleza y el “PSA Pago por Servicios Ambientales”, fueron de apoyo para entender las prácticas desde el empoderamiento, la sustentabilidad, el cuidado del medio ambiente y conservación de áreas de alto valor ecosistémico.

Para alcanzar el objetivo general propuesto, se plantearon tres objetivos específicos que permitieron (1) caracterizar los procesos de comunicación en las prácticas de producción campesina de las dos familias participantes, (2) describir las interacciones entre el proyecto Hogares Ecológicos y los dos núcleos familiares, y (3) reconocer el proceso de diálogo de saberes entre el proyecto Hogares Ecológicos y los participantes campesinos del mismo.

Organización social, producción campesina, comercialización y movilización social son elementos comunes y de gran impacto puestos en práctica por los campesinos de Hogares Ecológicos, los cuales, además, han tenido gran impacto en la construcción de historia y sentido en el territorio.

Dado que las necesidades son diferentes, porque dependen de las dinámicas sociales y contexto en que se presentan, se crea por parte de y para apoyar el proceso de Hogares Ecológicos, la estrategia Mercado Verde, como alternativa al mercado tradicional tercerizado y como escenario de encuentros que propician el intercambio y el diálogo de saberes, pues uno de los objetivos principales es intercambiar valores. No se trata solamente de que los campesinos conozcan nuevas formas de producción sustentable, sino que ellos refuercen con su conocimiento a procesos “institucionalizados” de producción.

Sin embargo, no se recogen ni se comunican las experiencias de los campesinos en cuanto al conocimiento e intercambio de las técnicas utilizadas en la producción, por lo que centrar esta investigación en recoger y clasificar estos saberes, fue importante para que la población y la institución, aprendan, compartan y se apropien de ellos.

Enfoque metodológico

Para la realización de esta investigación se contó con la participación de dos familias campesinas del corregimiento de San Cristóbal, esta fue guiada por su papel protagonista en el proyecto. Asimismo, es importante mencionar que, los participantes de las dos familias son promotores y conocen a fondo el programa.

Desde el paradigma interpretativo, el cual, bajo la mirada etnometodológica de Mauro Wolf (1979) es “el estudio de los modos en que se organiza el conocimiento que los individuos tienen de los cursos de acción normales, de sus asuntos habituales y de los escenarios acostumbrados” (p.110), y bajo una perspectiva crítica, donde la comunicación es asimilada con criterio propio, se buscó estudiar la cotidianidad de estas familias, con sus variables y contextos. Además, para el cumplimiento de los objetivos propuestos se aplicó un modelo de enfoque dominante (p.21) propuesto por Roberto Sampieri, Carlos Collado & Pilar Lucio en el año 2003.

El enfoque cualitativo, (1) puede o no probar hipótesis en su proceso de interpretación y, según Esteban Sandín (2003) (2) está “orientado a la comprensión en profundidad de fenómenos educativos y sociales, a la transformación de prácticas, a la toma de decisiones y al descubrimiento y desarrollo de un cuerpo organizado de conocimientos” (p.3), lo que permitió responder la pregunta de esta investigación, que se centró en saber sobre el sujeto, sus prácticas y sus experiencias en un contexto rural, y su relación con la institucionalidad.

Para la recolección de datos se realizaron tres entrevistas semiestructuradas a los representantes por grupo familiar, estas permitieron tener un acercamiento al proyecto Hogares Ecológicos desde la voz de los campesinos participantes, Corbetta (2003) sustenta que este tipo de entrevista “concede amplia libertad tanto al entrevistado como al entrevistador, y garantiza al mismo tiempo que se van a discutir todos los temas relevantes y se va a recopilar toda la información necesaria” (p.353).

Para entender la visión de los actores frente a las prácticas de producción campesina desde la agroecología, se recurrió a la observación no participante y directa, y los diarios de campo.

La sistematización, la cual es la “interpretación crítica de una o varias experiencias, que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explica la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese modo” (Jara, 1994, p.91), estuvo orientada por la propuesta metodológica en cinco tiempos de Oscar Jara, que evalúa: el punto de partida, consiste en tener algún registro de la experiencia; las preguntas iniciales, ¿para qué queremos sistematizar?, ¿qué experiencias queremos sistematizar? y ¿qué aspectos nos interesa sistematizar?; la recuperación del proceso vivido, se basa en ordenar y clasificar la información de acuerdo a los datos recolectados a través de instrumentos; la reflexión de fondo, se analiza, sintetiza e interpreta críticamente el proceso y la información; y los puntos de llegada, donde se formulan conclusiones y se comunican los aprendizajes.

Procesos de comunicación en las prácticas de producción de las dos familias campesinas

Para empezar a hablar de las dinámicas que existen en el corregimiento de San Cristóbal con relación al tema de la agroecología y las buenas prácticas de producción en el campo, es importante comenzar hablando acerca de la manera en cómo el fenómeno de la comunicación se encuentra implícito en los diferentes momentos que llevaron a los pobladores a construir redes de apoyo con el fin de consolidar su gremio y ser posteriormente reconocidos por su labor.

La Comunicación para el Cambio Social que, según Amparo Cadavid (2014) y Alfonso Gumucio (2011), surge de la sociedad y se fundamenta en la propia cultura, toma de base la participación y el diálogo, no solamente en el proceso de comunicación, sino hacia otros procesos similares. Además, busca crear redes y orientar a los participantes de la investigación por una línea comunicacional basada en el intercambio y la apropiación del conocimiento, que posibilita que las prácticas trasciendan los territorios y se escuche cada vez más fuerte la voz del sector popular. Sin embargo, para que esto suceda se requiere de un arduo trabajo que implique no sólo reconocerse como campesino frente al territorio, sino también como un sujeto con capacidad para convocar y hacerse sentir frente a la sociedad.

Pertenecer a grupos o asociaciones campesinas en las cuales cada participante pueda desarrollar su propio proceso productivo, desplegar sus propias habilidades y entender que el aprendizaje se construye de conocimiento individual y colectivo, le otorga ser y sentirse importante en la reconstrucción de su territorio y a su vez un compromiso mayor frente a su cuidado y conservación.

Sin embargo, llegar a ese punto implica varias lecciones para los participantes de Hogares Ecológicos, pues su quehacer debe estar orientado hacia la sostenibilidad, la seguridad alimentaria, la protección ambiental y sobretodo el autosostenimiento del hogar campesino. Esto solo se logra a través de la generación de oportunidades y de la capacidad que tiene el campesino para relacionarse con personas de su mismo gremio, con el fin de constituir redes de apoyo que apunten hacia un bienestar colectivo futuro.

La constancia de los cambios y la vigencia de los procesos en el territorio es algo que se produce cuando los sujetos promotores se apropian de los saberes y los aplican en su entorno. Esto no se traduce en imponer, pues significa reconocer que el conocimiento se construye en sociedad, con el otro y con los otros y que el sentir debe ser comunitario y debe ampliar las voces del campesino colombiano.

Promover un tipo de resistencia desde el voz a voz, desde las calles, es lo que le ha otorgado a personas como Nelly y Guillermo sentirse satisfechas con su labor y su sentir campesino, pues dicho modo de actuar “mueve a las instituciones, mueve a la alcaldía, mueve a la gente para que miren a San Cristóbal” (N. Bedoya, comunicación personal, abril de 2018).

Organización y movilización social

Con la aparición de la educación para el cambio y la transformación en las comunidades es necesario conocer y entender cómo se organizan los grupos sociales en pro de sus beneficios. Como dice Brown (1952) los seres humanos individuales están conectados por una serie definida de relaciones sociales dentro de un todo integrado (p.205), donde cada sujeto como parte de una totalidad y situado en relación al otro, crea nuevas formas de apropiación de la cultura y de los instrumentos y técnicas de producción que le permiten crear nuevos sentidos frente a la planificación de su territorio y su accionar fuera de este. Además, permite que en las comunidades se desarrollen otras alternativas de desenvolvimiento territorial, para formar sujetos promotores, multiplicadores y animadores de los procesos de producción y regeneración del tejido social.

La economía agraria descentralizada es una lucha que cargan día a día los campesinos de San Cristóbal. Es por esto que en todo momento unen sus esfuerzos no solo para llevar un buen producto al mercado, sino también para romper las reglas a la hora de trabajar el campo y entender que producir va más allá de “jugar” con la ciencia o la matemática, es un estilo de vida y un modo de progreso. Tal y como lo expresa Guillermo Ospina, en el trabajo agrícola “nada está escrito, todo está dirigido a avanzar, no a quedarse en lo mismo. Es ir más allá” (G. Ospina, comunicación personal, abril de 2018).

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la labor de los campesinos del corregimiento sigue siendo relegada y menospreciada por las grandes industrias, compañías y mercados agrícolas, por lo que estos se han visto obligados a salir a las calles y denunciar el maltrato y la mala comercialización de sus productos. La última vez que se movilizaron fue a través de una “regalatón” la cual, tal y como lo informó el periódico El Colectivo, se dio “por la gran cadena de intermediarios que existen entre el productor y el comprador” (A. Lopera, 2018, párr.3).

Otra motivación para salir a hacer resistencia, según Nelly Bedoya, “fue tener poder sobre las propias cosas, disponer de ellas y regalarlas/compartirlas si es necesario” (N. Bedoya, comunicación personal, marzo de 2018), pues, según Darío Posada, líder local “es anecdótico que un campesino para producir un manojo de cebolla junca tarde tres meses, para que después venga un intermediario, pague mal –y a veces hasta devuelva la producción– y en un día se gane lo que al campesino le costó 90 días de trabajo” (Lopera, A. 2018, párr.3). “Por eso nosotros hicimos esa regalaton, ese acto fue muy bonito” (N. Bedoya, comunicación personal, marzo de 2018).

Producción campesina y comercialización

Para abordar este apartado es importante preguntarse qué significa para cada campesino tener un Sistema Económico Propio y ser parte activa de la sociedad del comercio agrario.

La economía agraria se define, según Bartra (1982) (Citado en Santacoloma-Varón, 2015), “como una célula de producción y de consumo constituida por la unidad orgánica de fuerza de trabajo y medios de producción” (p.40), donde “el conjunto de relaciones que se establecen entre diversos agentes e instituciones que intervienen en el proceso de producción primaria, en la transformación, en la comercialización y en el consumo de alimentos” (Forero, Galarza, Forero y Torres, 2001, p.30), se sostienen sobre el aprovechamiento de los recursos territoriales, lo que constituye un sistema económico propio donde la satisfacción de las necesidades familiares es el principal objetivo. Dicho sistema, además, fomenta el uso de técnicas basadas en el cuidado y la optimización de los recursos naturales, reduciendo la dependencia del campesino de métodos basados en la intervención del producto.

Para personas habitantes de territorios cien por ciento campesinos donde el agro es el corazón del sistema económico local, llevar un buen producto al mercado y al mismo tiempo poder satisfacer sus necesidades propias se convierte en el foco del quehacer del campesino perteneciente a Hogares Ecológicos o procesos similares.

Guillermo y Nelly coinciden en que los productos que cosechan deben ser de buena calidad, pues se debe siempre “pensar en que todos tenemos el derecho a la comida, a la alimentación sana” y creer que esta forma de trabajar la tierra es la más adecuada para alcanzar la sostenibilidad y recuperar el modo de producción ancestral. Sin embargo, la labor no siempre es fácil y el mercado tercerizado representa un problema para el campesino actual.

“Uno tiene que saber lo que come, donde compra y a quien le compra, uno no sabe quién lo está envenenando, y uno se pone a pensar que le entrega un valor agregado a las personas porque se les entrega la comida más natural que puede haber, entonces a uno le duele que le compren el cilantro a uno a quinientos pesos y lo vendan en Medellín a tres mil pesos, ¿dónde está el valor real del campo?” (N. Bedoya, comunicación personal, abril de 2018).

Los núcleos familiares campesinos y su interacción con el proyecto Hogares Ecológicos

Aunque, según lo afirman algunos campesinos, la Alcaldía se encuentra muy lejana de sus necesidades agrarias, existen entidades como Corantioquia que con el desarrollo de programas como Hogares Ecológicos, en el que brinda un fortalecimiento a través de seis atributos que marcan las pautas de ejecución del proceso, ayudan al campesino a empoderarse de sus tierras y tener mayor fuerza e importancia en la economía agraria antioqueña.

Para el desarrollo de este capítulo el concepto de mediación toma gran importancia, no solo porque, según Jesús Martín Barbero (2002), es de donde surgen las contradicciones que delimitan y configuran la materialidad de lo social y la expresividad de lo cultural, sino también porque educa desde la comunicación y permite entender que el mapa cultural de la realidad “se halla tejido de continuidades y destiempos, de secretas vecindades e intercambios, entre modernidad y tradiciones” (Barbero, 2002, p.7). Lo que posibilita conocer, entender y explicar la transformación de las prácticas que se desarrollan en los sectores populares a nivel social, político, económico y cultural.

Los múltiples escenarios de acción, participación e intercambio entre los campesinos promotores y participantes del proyecto, permiten que exista un mejoramiento de los aspectos materiales e inmateriales que conlleva la vida en el campo. Dichos “escenarios de vida y aprendizaje, donde los participantes y su grupo familiar trabajan por el mejoramiento de las prácticas de uso y aprovechamiento de sus recursos, buscando la sostenibilidad” (Hogares Ecológicos, 2012, p.1), son el principio de la transformación desde lo territorial, lo energético, lo alimentario, lo organizacional, lo tecnológico y lo ecosistémico.

Aunque estos atributos revelan las potencialidades del campesino en los territorios agrícolas, no todos se ejecutan y se expresan de la misma forma ni con la misma intensidad, pues los encuentros entre la institución y los participantes de Hogares Ecológicos se dirige hacia la satisfacción de las necesidades allí presentes. La producción e intercambio de conocimiento termina por nutrir los procesos y traspasar las barreras sociales frente al papel del gremio campesino, lo que ayuda a su incorporación en el mercado nacional y por ende a la promoción del verdadero valor de las comunidades agrícolas. Dichas comunidades entendidas como “una construcción teórica de la propia realidad que acostumbra ser algo más sentido que sabido, más emocional que racional” (González, citado por Dieguez y Guardiola, p. 3, 1998).

El reconocimiento y comprensión del territorio por parte de los campesinos como sujetos inmersos en procesos de desarrollo local y desde una perspectiva ambiental, otorgan a este una soberanía alimentaria, es decir, la posibilidad de tener autonomía en la mayor parte de la producción de sus alimentos, permitiendo que éste encuentre mejores formas de habitar y transformar la tierra.

Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) se consideran como una forma específica de producir o procesar productos agropecuarios; esto quiere decir que, el modo como se lleva a cabo el proceso de siembra, cosecha y poscosecha para los cultivos o el manejo que se le da a los animales para aprovechar sus carnes o lácteos, cumple con requerimientos específicos de producción limpia (Agricultura limpia: Buenas prácticas agrícolas).

Para los promotores del proyecto convertir sus fincas en Hogares Ecológicos significó, entre muchas otras cosas, aprender y “pasar de la tradición de los químicos a lo orgánico. Recuperar la tradición de los abuelos” (G. Ospina, comunicación personal, abril de 2018), por lo que es posible afirmar que hay una reconstrucción de memoria y una aproximación a los saberes ancestrales, pues, según lo afirma Molina (2010) la reconstrucción de la memoria es un proceso de reflexión, donde conjugan los recuerdos, los deseos y las diversas experiencias de los sujetos, a lo largo de sus vidas. Lo que permite crear una visión en el espacio y el tiempo y así proyectar su actuar futuro.

Un ejemplo es Mercados Verdes que, aunque es una estrategia y “espacio de integración, intercambio de saberes y cultural, proyección y comercialización de las familias de hogares ecológicos. Y además, un espacio para la promoción del consumo responsable, la economía solidaria, la reconversión productiva y el fortalecimiento organizativo” (Hogares Ecológicos, 2016, p.5), son pocas las personas que tienen la posibilidad y disponibilidad de estar en cada encuentro y en cada espacio.

Construcción de saberes en el proceso de transformación de las prácticas de producción campesina

Desde su propuesta de Educación Popular, Paulo Freire (1984), define el Diálogo de Saberes como el conocimiento que se constituye en el relacionamiento entre el sujeto y sus subjetividades en el plano de lo real, pues “el hombre es un ser-en- situación, es un ser de la praxis, de la acción y de la reflexión” (Freire, 1984, p.29). Gran número de procesos y prácticas sociales están guiadas por el aprendizaje a través del diálogo y el compartir, lo que rescata el mundo del otro, desde lo histórico, lo social y lo cultural.

La construcción de redes a través del relacionamiento y el fortalecimiento de procesos sociales, otorgan al participante y dirigentes de éste, tener presente que lo que se busca no es imponer un conocimiento sino compartir los saberes y articularlos a las prácticas individuales y colectivas.

El diálogo de saberes en la construcción de sociedades plantea la recuperación de sentido desde una perspectiva individual y para hacerlo es necesario interrogar y desentrañar las ideas desde las propias categorías y así aportar al proceso de creación conjunta. Es por ello que este diálogo resultante del proceso no es únicamente entre el proyecto Hogares Ecológicos y los campesinos participantes del mismo, sino también entre estos y los saberes ancestrales de sus padres y abuelos, que hasta la llegada del proyecto es que se ponen en el escenario de acción para aprender, desaprender y reaprender.

Acerca del diálogo de saberes entre la institución y los participantes

Bajo el objetivo de promover la construcción social del conocimiento mediante el intercambio de ideas, conceptos, prácticas e historias, se busca alcanzar la comprensión desde un lenguaje común para Corantioquia y la comunidad campesina, pues como lo dice Nelly, “para el programa de Hogares lo más importante es el campesino, ellos no llegan a enseñar, llegan a fortalecer. Porque para ellos lo importante está en lo que usted sabe, es decir, ellos no dicen “es que eso no es así”, sino “esto es lo que usted sabe, sus buenas prácticas y nosotros las fortalecemos” (N. Bedoya, comunicación personal, abril de 2018).

Respecto al intercambio de saberes, en el caso de hogares ecológicos, los conceptos y prácticas a través de lo orgánico han sido claves para fomentar la búsqueda, por parte de los participantes, de otras formas de producción que le aporten no solo a ese banco de conocimientos para poner en práctica en el propio hogar, sino también trabajar la tierra desde el aprovechamiento de los recursos naturales renovables.

La metodología “Campesino a Campesino” propuesta por Eric Holt-Giménez posibilita que en los proyectos sociales, en los cuales el campesino es el protagonista de su propio proceso, se tenga la forma adecuada para percibir la participación en la promoción y mejoramiento de los sistemas productivos agrícolas, donde el empoderamiento es un elemento fundamental en el desarrollo sostenible. Dicha guía parte de las necesidades sentidas en los territorios y trabaja a través de las capacidades y los recursos propios de las unidades familiares, es por ello que el diálogo de saberes se centra en tanto en el sujeto como en las técnicas utilizadas en su quehacer campesino.

Una de labores importantes en la ejecución del proyecto es atender al campesino en su propio espacio, es decir, que éste pueda experimentar en su cotidianidad lo conocido y aprendido, lo que rescata y da mayor valor a la cultura y a la economía local, porque aprender haciendo brinda la capacidad de apropiarse y no simplemente memorizar. Para Hogares Ecológicos gran parte de la riqueza del proyecto está en involucrar a la familia completa en el desarrollo de prácticas sustentables, sin embargo existen factores que alteran el alcance total de dicho objetivo, como la resistencia al fortalecimiento y la deserción por temas económicos o por poca confianza en el proceso.

El diálogo de saberes en este punto está basado en la capacidad de organización de los sujetos del proceso en la construcción de sentido, pues es indispensable el relacionamiento directo y constante con el fin de que el intercambio que se hace entre los compañeros de Hogares Ecológicos, no solo del valle de Aburrá sino también de otros municipios, esté cargado de aprendizajes desde el modo de hacer germinar la semilla, y vaya más allá de un simple trueque.

Según los resultados obtenidos se concluye que el Proyecto Hogares Ecológicos no llega a imponer un conocimiento a los participantes, lo que hace es compartir una serie de saberes desde lo técnico, los campesinos por lo tanto deciden dejar o tomar estos saberes y articularlos a sus conocimientos y prácticas, las cuales como se mencionó con anterioridad, están permeadas por sus padres o abuelos.

Si bien está claro que se realizan encuentros entre pares del proyecto, es decir, entre campesino y campesino, es necesario que se potencie más los espacios para su intercambio de saberes, pues es necesario que tanto los mismos campesinos como Corantioquia se actualicen y registren todo su aprendizaje.

Por otro lado, aunque el proyecto Hogares Ecológicos tiene seis atributos: alimentario, tecnológico, energético, territorial, organizacional y ecosistémico, no todos se desarrollan, ni se expresan de la misma manera, ni con la misma intensidad, sin embargo es evidente su presencia en todos los ámbitos de vida de una familia campesina, y su dependencia para el sostenimiento del hogar ecológico.

Asimismo, es necesario que el proyecto y sus promotores mantengan contacto constante con las personas que entran al programa, con el fin de que éstas permanezcan y se comprometan con el cambio en el territorio y en el campo, ya que el acompañamiento a los individuos que no son promotores resulta ser mínima.

En una casi invisible vida campesina en la ciudad de Medellín, la intervención de entidades como Corantioquia en comunidades como San Cristóbal es esencial para la visibilización de estos territorios y de sus líderes y habitantes.

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