Hoy en la javeriana: El poder transformador de la investigacion - Hoy en la Javeriana
El poder transformador de la investigación
Luis Fernando Múnera Congote, SJ, rector de la Pontificia Universidad Javeriana
Del 15 al 17 de septiembre vivimos un encuentro inspirador: el XVIII Congreso La investigación en la Pontificia Universidad Javeriana. Allí confluyeron voces provenientes de todas las áreas del saber, desde las ciencias de la salud y las ciencias básicas hasta las humanidades, así como la creación, la tecnología y la innovación. En esta diversidad se reflejan tanto nuestras múltiples formas de generar conocimiento como la riqueza de nuestra comunidad universitaria. Se trata de una diversidad que nos enriquece, nos invita a conocernos cada vez mejor, y nos reta a consolidar un horizonte compartido, en el marco de nuestra misión institucional y nuestro propósito superior.
El Congreso fue un valioso espacio para compartir procesos y resultados de la labor investigativa de nuestros profesores, y un escenario de reflexión sobre el sentido de la investigación en la Universidad y la manera como el conocimiento se enlaza con la formación de los estudiantes y con las necesidades de la sociedad. Tres asuntos transversales emergieron durante estos días: la investigación que transforma realidades, la Universidad en salida para enfrentar problemas complejos, y la importancia de los procesos de largo aliento.
El primer asunto transversal nos deja la certeza que la investigación universitaria no se agota en la producción académica, sino que está llamada a transformar realidades, como lo señala nuestro propósito superior. Las universidades con sólidas capacidades en investigación e innovación, como la nuestra, desempeñan un papel central en la generación y difusión del conocimiento profundo, sistemático y de vanguardia, gracias a las fortalezas de su cuerpo profesoral y de su infraestructura. En ese camino, el debate académico expresado en publicaciones rigurosas y redes nacionales e internacionales, así como los aportes significativos al conocimiento disciplinar e interdisciplinario, son fundamentales. La solidez académica es la base de la confianza que la sociedad deposita en nuestras y nuestros investigadores.
Por nuestra naturaleza universitaria, el impacto académico resulta esencial. Por ello consideramos que toda investigación debe aspirar a un aporte riguroso, significativo y original al conocimiento, sea esta aplicada o empírica, básica, teórica o fundamental.
En el Congreso tuvimos la oportunidad de ver cómo múltiples proyectos javerianos trascienden el espacio universitario: diagnósticos y terapias para enfermedades, estrategias de salud pública, programas para la construcción de paz, incidencia en políticas públicas, experiencias con comunidades locales y desarrollos tecnológicos que ya generan spin-offs y empresas con proyección internacional. La tendencia hacia el impacto social y la interacción más profunda con la sociedad genera debates interesantes, sin embargo, no se trata de contraponer impacto académico e impacto social, sino de reconocer que estas dimensiones son complementarias y mutuamente necesarias. Fue interesante escuchar a nuestros aliados decir que lo que más valoran de nosotros es el conocimiento riguroso, profundo y la posibilidad de su permanencia en el tiempo.
Fue también un escenario muy valioso para tomar el pulso a las formas como se comunica hoy el conocimiento: artículos científicos, libros, documentales, redes sociales, notas de política pública, colaboraciones con medios, podcasts, sitios web interactivos, productos de creación, herramientas pedagógicas y más. Esta pluralidad ─que debe tener como recurso estratégico el conocimiento y el rigor comunicativo─, sin duda amplía el potencial de impacto. Conviene tener en cuenta que una comunicación innovadora no reemplaza la publicación académica tradicional; la complementa, la expande y la conecta con otros públicos.
Así mismo, fue evidente cómo la investigación fortalece la formación integral de los estudiantes, quienes al participar en semilleros y proyectos desarrollan pensamiento crítico, creatividad, trabajo colaborativo y capacidad de comunicación. Se forman, así, ciudadanos globales que comprenden problemas locales y planetarios, y que asumen un rol activo en su solución. La investigación es, en este sentido, una de las mejores pedagogías para la ciudadanía.
Un segundo elemento transversal que nos dejó el Congreso, fue cómo estamos trabajando juntos en ser una Universidad en salida para enfrentar problemas complejos, algo que se manifiesta en la fuerza de la interdisciplinariedad y la colaboración que, cada vez más, nos caracterizan. La integración de campos diversos es clave para responder a los desafíos contemporáneos, así como es crucial fortalecer las redes estratégicas con aliados externos de diferentes niveles. Este Congreso mostró ejemplos elocuentes de colaboración entre teólogos y arquitectos, ingenieros y artistas, médicos y juristas, filósofos y comunicadores. También evidenció cómo los proyectos se enriquecen cuando se articulan con comunidades locales, con organizaciones sociales, con empresas o con entidades del Estado. La investigación universitaria se convierte, así, en un tejido de relaciones que exige confianza, reconocimiento mutuo y comunicación clara.
El Encuentro de Networking y la feria Encuentra Tech fueron espacios para construir esas conexiones que amplían el horizonte del conocimiento. El mapa interactivo de regiones en donde se desarrolla investigación de la Javeriana ─algo verdaderamente emocionante de conocer─, nos puso en contacto con la huella territorial de nuestra Universidad; una huella que conecta lo local con lo global y que da cuenta de una comunidad comprometida con el país, pero también con los debates y desafíos internacionales.
El Congreso hizo visibles, además, procesos de investigación que llevan más de una década de trabajo, recordándonos que la generación de conocimiento requiere paciencia, continuidad y visión de futuro. Ese es un tercer elemento transversal que tener en cuenta. Muchos de esos procesos de largo aliento han creado comunidades académicas y escuelas de pensamiento que trascienden generaciones, integrando investigación, docencia y servicio. El relevo generacional, evidente en la participación de estudiantes de maestría y doctorado, asegura que las líneas de investigación sigan creciendo y transformándose. Garantizar esa sostenibilidad supone también la capacidad de combinar fuentes de financiación diversas y mantener la pertinencia frente a los cambios del entorno.
Merece destacarse la conversación colectiva que se propició sobre la nueva “Política de investigación, creación y transferencia de conocimiento”; una conversación que recogió como insumo los resultados de la encuesta a la comunidad educativa sobre este asunto realizada en los meses pasados. Este ejercicio nos ha permitido construir en conjunto principios que nos orientan hacia el futuro: investigación con impacto; construcción colaborativa de conocimiento con pertinencia local y proyección global; ética e integridad en la actividad investigativa; formación de nuevas generaciones; y sostenibilidad integral. Estos principios nos interpelan a cultivar una cultura universitaria en la que se integren investigación, docencia y servicio, rompiendo silos y favoreciendo el trabajo articulado; se fortalezcan la colaboración y la confianza; seamos responsables y éticos frente a retos de tecnologías como la inteligencia artificial; y en la que el cuidado y la amabilidad sean valores fundamentales.
El XVIII Congreso de Investigación hizo visibles procesos, preguntas, resultados y aprendizajes que nos inspiran a seguir investigando con esperanza. Nos recordó que la investigación universitaria es una responsabilidad ética y social. El conocimiento javeriano está llamado a ponerse al servicio de la sociedad con decisión, creatividad y rigor.
Sigamos trabajando en consolidar un ecosistema de conocimiento y formación integral, donde la investigación, la formación y el servicio están llamados a configurar un círculo virtuoso en el que se nutren mutuamente. Continuemos tejiendo comunidad, fortaleciendo nuestras redes y creando conocimiento transformador, con la confianza que, juntos, podemos aportar a la construcción de sociedades más justas, sostenibles y solidarias.