Hoy en la Javeriana: Atrevete a creer el camino de Edith Gonzalez Bernal, nueva decana de la Facultad de Teologia - Hoy en la Javeriana
“Atrévete a creer”: el camino de Edith González Bernal, nueva decana de la Facultad de Teología
Juan Manuel Llach Velásquez
Comunicador de proyectos institucionales
La profesora Edith es la primera mujer en asumir este cargo en una Facultad Eclesiástica en Colombia y en los 88 años de historia la Facultad de Teología. Su posesión se llevó a cabo el pasado 18 de noviembre.
Cuando Edith González Bernal habla de la Javeriana, lo hace en primera persona. En su discurso de posesión recordó cómo la Universidad “ha moldeado no solo mi mente, sino también mi manera de estar presente en la academia”. Hoy, treinta años después de haber llegado como estudiante y tras una trayectoria que ha pasado por las aulas y la investigación, asume un nuevo reto: es la primera mujer en ocupar la decanatura en la historia de la Facultad de Teología.
Su nombre ya circula en varios portales y noticias de redes sociales como nueva decana, pero detrás del cargo hay una historia marcada por la fe, la gratitud, la perseverancia y una visión de lo que la teología aportar a la Universidad y al país. Hoy en la Javeriana conversó con ella y presenta su perfil.
Nacida en una familia campesina del occidente de Boyacá, en el municipio de Pauna, Edith creció en un ambiente profundamente religioso. “Vengo de una familia muy católica, de una familia que me fue hablando de un Dios, que me fue transmitiendo una idea de Él, una manera de vivirlo”, recuerda. Desde niña, ese Dios del que oía hablar se convirtió, como ella lo dice, en su “compañero de camino”.
En los momentos difíciles, la intuición de una presencia que la sostenía se volvió decisiva: “ante dificultades, ante momentos muy críticos, yo siempre albergaba como esa protección divina y ese deseo de que Dios siempre iba a resolver todo a mi favor; y a mi favor ha resuelto muchas cosas”.
En 1991 ingresó a estudiar Teología en la Javeriana. Terminó sus estudios a mediados de los noventa y en 1998 entró a trabajar como profesora del Departamento de Teología. Desde entonces no se ha ido. “He sido criada en la Javeriana. Totalmente, 100 % javeriana”, dice con una sonrisa.
Su formación profesional no se ha detenido. A la par de su trabajo docente cursó una maestría y un doctorado en Ciencias de la Educación, y más adelante una maestría y un doctorado en Teología. Entre sus intereses académicos se encuentra la teología espiritual, con especial atención a las místicas medievales. En su investigación se encontró con - las beguinas -, un grupo de mujeres laicas, muy formadas, que leían la Biblia en latín y en griego, la interpretaban y la enseñaban fuera de las estructuras tradicionales de la Iglesia.
Esa teología elaborada por mujeres la cautivó: “no es un Dios que juzga ni castiga, sino que siempre está presto a recibir al ser humano… si se quiere ir, que se vaya, y cuando quiera volver, que vuelva”. Esa imagen de un Dios acogedor, de rostros también maternos, marcó su espiritualidad y su manera de entender la fe y la docencia.
Una teología marcada por lo intercultural y la interdisciplinariedad
Su experiencia vital tampoco ha estado aislada de la diversidad religiosa. De niña compartió con adventistas del séptimo día, testigos de Jehová y otras comunidades cristianas. De ellos aprendió prácticas y gestos concretos de cuidado y servicio, como visitar enfermos o acompañar familias. “Eso me parece una riqueza grande y me ha ayudado muchísimo en mi vida profesional, porque yo recibo con agrado las distintas visiones; en la medida que uno conoce la cultura religiosa y los credos, siente un profundo respeto por las personas y por lo que hacen”, afirma.
Esa apertura se reflejará en su proyecto como decana. Para ella, lo intercultural y lo interdisciplinario no son añadidos a la teología, sino “modos concretos de hablar de Dios y de trazar un camino de seguimiento a Jesús”. Por eso insiste en el diálogo de la teología con la filosofía, las ciencias sociales, el derecho, la psicología, la medicina y otras áreas del conocimiento.
La trayectoria de Edith González, ha pasado por las aulas y la investigación
Con mirada latinoamericana, reconoce la riqueza de un continente hecho de pueblos indígenas, afrodescendientes, mestizos y migrantes, con múltiples espiritualidades. Desde hace años la Facultad trabaja en teologías contextuales —indígenas, afrodescendientes, feministas, queer— y en proyectos en territorios como Trujillo, Córdoba o los Montes de María. Edith quiere consolidar e impulsar esa línea, hacer más visibles esas iniciativas y abrir programas más universales e interreligiosos, donde otras tradiciones religiosas puedan presentar su visión de Dios y del ser humano.
Evento de posesión: Edith González junto al rector de la Javeriana, Luis Fernando Múnera Congote S.J.
Su nombramiento como decana fue una sorpresa, para ella refleja algo más amplio que un cambio administrativo: “sentía que en la Iglesia como tal se estaban abriendo puertas, que aquello que el papa Francisco ha dicho sobre la sinodalidad se está dando con pasos, aunque todavía frágiles, pero se están dando”. Se siente honrada, pero no quiere vivirlo como una carga de representación de todas las mujeres: “no es algo que yo sienta como ‘ahora por ser mujer tengo que responderles a todas’. Sigo siendo la misma, lo recibo con humildad. Sí siento que se abre una puerta para mujeres y laicos en esta Facultad, y eso me alegra”.
Desde esa conciencia de fragilidad y gratitud, habla de sus metas como decana. Sueña con una Facultad “viva, que siga aportando en muchos campos”, y con un cuerpo de profesores consolidado, que piense conjuntamente la identidad de la teología que se ofrece. “Quiero ver una Facultad como un cuerpo de producción de investigación y de producción teológica, pero como cuerpo, no como búsquedas individuales”, afirma.
Su mensaje final a la comunidad javeriana es sencillo y exigente a la vez. A los estudiantes les pide que no teman hacer las preguntas difíciles, expresar sus dudas, buscar un modo propio de vivir y pensar la fe: “la Facultad está para acompañar esas búsquedas, no para sofocarlas ni para callarlas; que nuestra docencia parta más de preguntas que de respuestas ya dadas”. A sus colegas profesores y a los egresados les agradece la “pasión silenciosa” puesta en investigar, enseñar y acompañar personas, y los invita a cuidar juntos la Facultad, a discernir y a seguir construyendo comunidad académica y creyente.
Y al conjunto de la Universidad le recuerda algo que considera esencial: “la teología no es un mundo aparte dentro de la Universidad; somos un cuerpo al servicio de la misión, porque nuestra tarea es formar personas más humanas, más justas, más capaces de esperanza”. Si alguna vez la Javeriana tuvo como consigna “atrévete a pensar”, Edith González Bernal se permite añadir una invitación más: “ yo le agregaría otra cosa: atrévete a creer”.

