La Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana ha forjado un camino de investigación y acción durante los últimos 25 años, respondiendo a la urgencia de construir un futuro más justo y sostenible en medio de un Antropoceno en constante evolución. Para esta edición de Hoy en la Javeriana reproducimos el prólogo que el profesor Juan Camilo Cárdenas* escribió para del libro conmemorativo Construyendo nuevos caminos. 25 años de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, publicado por la Editorial PUJ. 

Nuestro país y la región latinoamericana, en general, son expresión de contrastes paradójicos. Enfrentamos grandes desigualdades que persisten a pesar de una reducción de la pobreza en las últimas décadas. Tenemos una obligación moral por conservar nuestro patrimonio natural y, a la vez, por adaptarnos a un cambio climático, en medio de grandes brechas entre lo rural y lo urbano y una carencia de provisión de los bienes públicos mínimos para una vida digna de muchas poblaciones, especialmente en el campo y en las periferias de una región que se desarrolló desigualmente, lo que favorece a los centros privilegiados por condiciones económicas, políticas y de infraestructura. Somos una región que tiene un potencial enorme para desarrollar sistemas agroalimentarios sostenibles basados en la diversidad cultural de pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos, que protegen la vida, pero que, a su vez, están amenazados por una violencia persistente, que se adapta a los nuevos mercados del narcotráfico, la potrerización, la madera, la fauna, el oro, el coltán o las tierras raras. 

En medio del trasegar de estos ecosistemas, pueblos y ciudades diversos, hace veinticinco años nació la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales (FEAR) de la Pontificia Universidad Javeriana, como evolución de lo que fueran el Instituto de Estudios Ambientales y el Instituto de Estudios Rurales en la misma universidad. Estos, a su vez, surgieron de un grupo de pioneras y pioneros que rompieron el molde dentro de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, para construir una apuesta epistemológica que terminó marcando el territorio de los estudios interdisciplinarios y aplicados rurales y ambientales, tan urgentes hoy en un mundo tan complejo como el del Antropoceno. Lo que muchas voces académicas piden a gritos en las universidades, la FEAR ya lo había iniciado hace un cuarto de siglo. 

Estos veinticinco años han sido parte de mi camino intelectual, siendo esta facultad escuela para muchos de nosotros, en donde forjamos amistades y colaboraciones, se formaron estudiantes y maestros, y donde se siguen construyendo procesos donde la investigación, la formación y el servicio se entremezclan de formas creativas en una permanente conversación con comunidades de varias regiones del país, y en un diálogo de saberes entre disciplinas y conocimientos formales y tradicionales. Las interacciones en su momento con la Fundación San Isidro, en Duitama, el Instituto Mayor Campesino (IMCA), en Buga, o el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), en Cali, se complementan hoy con proyectos de esta facultad, como el del Observatorio de Territorios Étnicos y el Instituto Javeriano del Agua. De esos esfuerzos por construir proyectos interdisciplinarios y de trabajo participativo, surgieron también programas de formación desde el pregrado de Ecología, múltiples maestrías y especializaciones y un Doctorado en Estudios Ambientales y Rurales, que sustentan sus procesos curriculares y pedagógicos en esa larga experiencia de implementar proyectos de investigación aplicada en varias regiones del territorio nacional e incluso de colaboraciones internacionales. 

Los siguientes 25 años del país y de la FEAR van a traer retos más complejos aún. La educación superior está sufriendo transformaciones que apenas estamos comenzando a comprender. La transición demográfica, los cambios culturales y la revolución tecnológica de la información van a redefinir la forma en que las universidades seguiremos aportando si queremos tener un impacto positivo en la sociedad. La sociedad está demandando formas de educación posmedia que serán diferentes a la que ofrecemos hoy desde las instituciones universitarias. Será con los esfuerzos permanentes de pensamiento crítico, como el que se da desde la FEAR, que podremos pensar en dichos retos. 

La encíclica Laudato si’ del papa Francisco y la renovación de esa invitación en la exhortación de Laudato Deum, del mismo pontífice, nos ofrecen una hoja de ruta sobre la urgencia de un cambio en el modelo económico, en la cultura y en el contrato social para un cuidado de la Casa Común. De estos llamados deberán venir, entonces, las reflexiones sobre el papel que deben cumplir los proyectos académicos, y de los cuales la FEAR es un ejemplo de intentos por responder a esas preguntas. 

En estos últimos veinticinco años se construyó una propuesta de formación, investigación y servicio que rompió moldes y construyó unos nuevos. El Antropoceno requiere de encuentros de disciplinas, métodos, voces y perspectivas. La FEAR representa ese genuino encuentro de saberes entre disciplinas, entre organizaciones y actores, con oídos y ojos abiertos a leer y escuchar a los territorios y comunidades que han moldeado el paisaje desde la resistencia, desde el actuar, desde la organización y que, habiendo sufrido las dificultades de modelos de desarrollo desiguales y de múltiples violencias, siguen acogiendo a estudiantes y profesores para construir caminos más sostenibles y más justos. Estos principios de actuar y de pensar seguirán siendo esenciales para un buen Antropoceno. 

(*) Juan Camilo Cárdenas  
Profesor titular Universidad de los Andes y Universidad de Massachusetts-Amherst  
Director Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe Miembro de la Comisión de la Tierra 

Construyendo nuevos caminos. 25 años de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, fue escrito por las profesoras María Adelaida Farah Quijano –vicerrectora académica de la Javeriana- y Edelmira Pérez Correa -profesora titular y directora del Departamento de Desarrollo Rural y Regional de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la misma universidad-.