"Las organizaciones políticas, económicas, sociales y culturales de los pueblos nativos, fueron gravemente heridas; es por ello que, para las comunidades indígenas del continente, el 12 de octubre no es una fecha para celebrar aquel llamado “descubrimiento” de una tierra que ya sus ancestros la habitaban en sociedades dinámicas y sofisticadas..."

Mario Andrés Mayolo Obregón - Comunicador Instituto de Estudios Interculturales

Coordinador de comunicaciones del Instituto de Estudios Interculturales

Durante generaciones, en los procesos formales de educación básica primaria y secundaria, en las clases de historia nos inculcaron sobre una América descubierta en 1492, tras el arribo de Colón y las 3 naves enviadas por la corona española, desde las aulas de clase el sistema educativo nos contó una historia tergiversada, que omitió los aportes, avances, conocimientos y valores culturales de los pueblos nativos, y sus imperios ya establecidos sobre este territorio; pues la historia la cuenta el dominante que ocupa un mejor lugar en la carrera armamentista. Aquel encuentro intercultural de dos mundos totalmente diferentes, dado en octubre de 1492, impactaría negativamente a las comunidades locales e históricamente a sus descendientes, lo vivido en el territorio fue un proceso de conquista, y como tal, trajo consigo saqueos, genocidios, esclavización, y una febril búsqueda de oro que atentó contra la Pachamama (la madre tierra). 

Los territorios de los nativos americanos fueron abruptamente tomados por la monarquía española durante más de 200 años, y aunque la resistencia a la colonización se hacía presente, progresivamente el poderío militar del invasor, más las enfermedades que introdujo, determinarían su triunfo, los pueblos nativos fueron sometidos y diezmados, y los daños ocasionados durante tal irrupción se prolongan hasta nuestros días. A partir de la “nueva sociedad colonial”, los verdaderos propietarios de este territorio y sus riquezas pasaron a ser segregados, y a trabajar para el colonizador, ocupando los escalafones más bajos.

Las organizaciones políticas, económicas, sociales y culturales de los pueblos nativos, fueron gravemente heridas; es por ello que, para las comunidades indígenas del continente, el 12 de octubre no es una fecha para celebrar aquel llamado “descubrimiento” de una tierra que ya sus ancestros la habitaban en sociedades dinámicas y sofisticadas, con estructuras sociales igualitarias, que poseían sistemas de escritura o numéricos, y que dominaban la ingeniería, la arquitectura y la agricultura, “no eran los ignorantes que el eurocentrismo de siglos pasados nos hizo creer”. El 12 de octubre, una fecha para conmemorar la fortaleza, la resistencia y la resiliencia de las comunidades indígenas de América, que han pervivido durante estos últimos 500 años de historia, pese a todos los obstáculos y persecuciones, llevando consigo generacionalmente el legado de sus mayores. 

Los pueblos indígenas de todos nuestros países merecen no solo en esta fecha, sino siempre, el respeto, la inclusión, el reconocimiento y el cumplimiento de sus derechos. Su aporte actual sigue siendo invaluable, en materia medio ambiental, las comunidades indígenas han contribuido en la conservación de recursos naturales y biodiversidad en general, en esta lucha contra el cambio climático, sus técnicas en las prácticas agrícolas han aportado históricamente a la seguridad alimentaria del planeta, así como también sus saberes ancestrales han contribuido a la medicina.

En Colombia, existen 115 pueblos indígenas, 65 conservan sus lenguas propias y gran parte de su legado cultural. Estos pueblos originarios, en las últimas décadas han sido afectados por el conflicto armado, que abruptamente dejó una extensa cantidad de víctimas en la ruralidad colombiana, pero, aun así, e igual que sus ancestros estos hombres y mujeres siguen haciendo resistencia, desde su forma de vida y cosmovisión, aportando a la construcción de nación.