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“es una conmemoración para agradecer y recordar a todos aquellos que nos permitieron estar aquí, que dieron sus vidas y dedicaron todo su tiempo a hacer que nosotros podamos salir a la calle a pasar este día celebrando y conmemorando lo que somos”

Día internacional del orgullo: una conmemoración al respeto

La madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como Stonewall Inn, ubicado en un barrio de Nueva York, Estados Unidos, se produjeron manifestaciones en contra de la redada policial que perseguía a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diferentes al masculino y femenino.

Este hecho marcó el punto de partida para que los gais y las lesbianas de Nueva York crearan organizaciones que buscan promover sus derechos homosexuales, iniciativa que en pocos años se replicó en varios países y dio origen al día del orgullo gay.

Este día “es una conmemoración para agradecer y recordar a todos aquellos que nos permitieron estar aquí, que dieron sus vidas y dedicaron todo su tiempo a hacer que nosotros podamos salir a la calle a pasar este día celebrando y conmemorando lo que somos”, comenta Adriana Rodríguez, estudiante de Artes Escénicas. Por su parte, David Mendoza, estudiante de la Licenciatura en Lenguas Modernas, comenta que el día del orgullo “es un recordatorio para las demás personas de que estamos ahí, que existimos a pesar de que por muchos años hemos sido invisibilizados y no hemos tenido el reconocimiento que necesitamos. Esta conmemoración nos permite dar a conocer a los demás que somos como ellos y que merecemos el mismo respeto, el mismo cariño y la misma aceptación que todos”.

Así es como Adriana y David, ambos miembros del grupo estudiantil Stonewall de la Javeriana, conciben cada 28 de junio, pues históricamente la comunidad diversa ha sido marginada e incluso en varios países, entre ellos Colombia, la homosexualidad era declarada como un delito y en otros contextos como una enfermedad mental. Aquí vale la pena anotar que la homosexualidad se eliminó como delito del código penal colombiano en 1980 y que en 1990 se eliminó de la lista de las enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud – OMS.

Hoy en día, luego de más de 50 años de luchar por sus derechos y aceptación en la sociedad, han logrado varios cambios en lo político, social y jurídico como, por ejemplo, tener los mismos derechos patrimoniales que las parejas heterosexuales, cambiar su nombre y género en la cédula de ciudadanía, la adopción homoparental y el matrimonio igualitario.

Es así como cada 28 de junio la comunidad LGBTIQ+ hace un llamado al respeto. “Si alguien que conoces, te cuenta algo, acéptalo desde el amor, porque si antes ya amabas a una persona sin saber [lo que te contó], saberlo no va a cambiarla. Se trata de fundamentar todo en el cariño y en la aceptación y de seguir adelante, porque hay que ver hasta dónde hemos llegado y a quienes hemos perdido en el proceso”, comenta Adriana.

Para David, esta fecha es para recordarle a la sociedad “que ya se puede ser, que podemos expresarnos de la forma que queremos. Que ha sido un proceso que ha tomado muchísimos años, muchísimas vidas, personas que lucharon contra el gobierno, contra las personas con creencias demasiado extremistas; pero que actualmente, gracias a quienes lucharon y gracias a estos movimientos que, en su tiempo fueron ilegales, que en su tiempo conllevaron mucho dolor, actualmente es algo que nos permite ser, desarrollar nuestra identidad, desarrollarnos como personas y ya no hay necesidad de escondernos. Ya no hay necesidad de estar detrás de un closet”.

Finalmente, Adriana y David destacan la importancia de que en las universidades se hable de diversidad sexual y de género, porque “estamos presentes en todos lados. Hay personas de los colectivos LGBT en universidades, en colegios, en los trabajos, solamente que no se nos ha dado el espacio de ser, no se nos ha dado el espacio de poder encontrar personas que se identifiquen como nosotros. Estos espacios en las universidades permiten a personas, que tal vez en su casa o durante su época del colegio no pudieron ser, sentirse seguros, encontrar un hogar, donde se van a dar cuenta que realmente no están solos y que todo lo que han sentido todo y lo que han vivido es una experiencia colectiva”, concluye David.

 

Por: Karem Priscila Díaz Díaz, coordinadora de Comunicación Institucional