Ninguna de las personas que hacemos la pastoral digital estudiamos para ser pastoralistas, y tal vez ser pastoralista no fue nuestro sueño de infancia. De hecho, en este equipo hay ingenieros, filósofas, abogados, contadoras, politólogos, psicólogas, diseñadores y músicos, entre otros perfiles que, a primera vista, parecieran no tener mucho que ver con lo pastoral.

Pero, si tal vez no fueron nuestras disciplinas, ¿qué es lo que nos hizo decidir apostarle parte de nuestra vida a promover el cultivo de la fe y la espiritualidad? La respuesta solo tiene una palabra: vocación. 

Es una vocación que surgió a partir de experiencias de vida que nos tocaron el alma y que nos hicieron dar cuenta de lo importante que era (y sigue siendo) para nosotros cultuivar la humanidad profunda, y no solo la que es visible a los ojos. Y a raíz de esas vivencias, decidimos que queríamos acompañar a otras personas a buscar y hallar el sentido de su existencia.

Y siguiendo esa vocación (o ese llamado del corazón en el que habita Dios), encontramos cómo podíamos desplegar los saberes disciplinares que cada uno de nosotros y nosotras traía, y desarrollar nuestra humanidad de forma auténtica e integral. A continuación, te invitamos a conocer un poco más de cada uno de nosotros y nosotras: