Julio 2022 | Edición N°: 1379
Por: Angélica María García Peña | Auxiliar Dirección de Comunicaciones

Con el propósito de cultivar la herencia ignaciana a través de la espiritualidad, la Universidad celebró la Semana del Carisma Ignaciano.


Recuerda el padre Hermann Rodríguez Osorio, S.J., Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia y Vice Gran Canciller de la Universidad, que la semana del Carisma Ignaciano se creó en conjunto con el Centro de Espiritualidad CIRE y la Javeriana para promover el carisma ignaciano en la semana anterior a la fiesta de san Ignacio. “Al comienzo teníamos una actividad en la que entregábamos, en zonas comunes y playitas, un corazón de diferentes tipos, algunos de poner como collar, otros como pelota antiestrés, pero siempre marcados con frases de los ejercicios espirituales de san Ignacio que nos conectan con nuestro corazón, y así resaltar el sentido que tiene el carisma de los jesuitas, la espiritualidad ignaciana en la semana que celebramos a san Ignacio”

Cuenta Marcela Caicedo, del Centro Pastoral San Francisco Javier que este año es especial, pues también se están conmemorando los 400 años de canonización de san Ignacio y san Francisco Javier, y es el cierre del Año Ignaciano que conmemoró los 500 años de conversión de san Ignacio de Loyola.

Visita manzana jesuita. Iglesia San Ignacio de Loyola

Fue así como la semana del 25 de julio al 1° de agosto se dedicó para que, a través de diferentes espacios, la comunidad educativa javeriana reflexionara sobre su vida interior para servir mejor. Ivonne Stefani Ayala Gómez, estudiante de la Facultad de Medicina, navegó por su vida interior en la carpa que se ubicó en la playita de cubos y que ofreció diferentes actividades en torno al propósito de la Semana. “Me pareció muy buena la actividad en la que participé, realicé el examen ignaciano, es una experiencia que no conocía, las personas además fueron muy amables y me permitieron tener un momento de concentración y me ayudaron con todo el proceso”.

En esta carpa también se fomentaron espacios de oración ignaciana y la carta a un amigo, reconociendo el legado que dejó san Ignacio con más de 7000 epístolas que envió a sus amigos y a personas que acompañaba. Se buscó que los javerianos pudieran hacer este mismo ejercicio y una reflexión de agradecimiento a la persona que ha significado transformación en su vida.

Este año se están conmemorando los 400 años de canonización de san Ignacio y san Francisco Javier, y es el cierre del Año Ignaciano que conmemoró los 500 años de conversión de san Ignacio de Loyola.

En un sentido homenaje también se reconoció la labor, vida y obra de los jesuitas javerianos que trabajaron por la comunidad javeriana y fallecieron en la coyuntura del covid-19, durante el 2020 y 2021. Andrea Ramírez Rojas, promotora de lectura de las bibliotecas de la Universidad resaltó: “En honor a sus aportes a la comunidad javeriana, Colombia y el mundo, recordamos sus trayectorias en el servicio, la formación integral y la investigación desde diversas labores como directivos, escritores, trabajadores, párrocos, consejeros espirituales, divulgadores e investigadores; también participando de campos del conocimiento como la teología, literatura, filosofía, historia, medicina, psicología, bioética, música, comunicación y educación, entre otras.”

La semana contó con el panel de Sinodalidad: Comprensiones y desafíos que tuvo como invitados internacionales a los padres de la Compañía de Jesús: Hugo Gudiel de Guatemala, Manuel Hurtado de Bolivia y Pedro Trigo de Venezuela. Por su parte el padre Trigo también presentó la conferencia, los discernimientos en la autobiografía y su relevancia actual. Asimismo, se realizó el XXI Simposio de Ejercicios Espirituales.