Mayo 2021 | Edición N°: 1367
Por: Carlos Julio Cuartas Chacón | Asesor del Secretario General

La noticia de la muerte del padre Joaco, -así lo llamaban sus amigos y allegados-, causó gran consternación y pesar entre los miembros de la Compañía de Jesús y de nuestra comunidad universitaria, lo mismo que en diversos medios de comunicación, en los cuales también quedó su inconfundible huella.


El pasado viernes 21 de mayo se realizó en la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, la celebración eucarística de exequias del P. Joaquín Emilio Sánchez García, S.J., quien falleció en el Hospital Universitario San Ignacio el 11 de mayo, a los 78 años de edad, 60 de vida en la Compañía de Jesús y 47 de ejercicio sacerdotal. La ceremonia fue presidida por el padre Hermann Rodríguez, S.J., Provincial en Colombia, quien concelebró con un grupo de sacerdotes, entre ellos el Rector de la Universidad, P. Jorge Humberto Peláez, S.J., el Superior de la Comunidad Jesuita de la Javeriana, P. Vicente Durán, S.J., y el Ministro de la misma, P. Antonio José Sarmiento, S.J., quien ofició como maestro de ceremonias, así como también por el hermano sacerdote del padre Joaco, Monseñor Rodrigo Sánchez. Al final de la misa, la urna con las cenizas fue depositada en la cripta de esta Iglesia.

Nacido en Buga el 16 de agosto de 1942, en el hogar formado por Don Pedro Nel Sánchez y Doña Deyanira García, el padre Joaco se destacó especialmente por su servicio pastoral y el apostolado educativo que desarrolló en distintas obras de la Compañía. Su vida como jesuita empezó con su ingreso al Noviciado de La Ceja (Antioquia) el 25 de noviembre de 1960. Luego de concluir su formación en el juniorado de Santa Rosa de Viterbo, su ciclo filosófico en las Facultades Eclesiásticas de la Javeriana, su etapa de magisterio y sus estudios de Teología, también en nuestra Universidad, -contaba con licenciaturas en Filosofía, Ciencias de la Educación y Teología-, recibió su ordenación sacerdotal en Bogotá el 7 de diciembre de 1973. Poco después se trasladó a los Estados Unidos, a la Universidad de Stanford, donde obtuvo su Maestría en Comunicación, área del saber en la que desplegó una importante actividad académica y profesional.

En la labor que adelantó en el mundo de la televisión, que se remonta a 1966, sobresalen, por una parte, la fundación de CENPRO Televisión, “experimento singular de la mejor televisión de sentido social hecha en Colombia”, según Omar Rincón (El Tiempo, 17 de mayo de 2021); y por otra, la creación del conocido programa Educadores de Hombres Nuevos, dirigido a la formación de maestros, antecedente de lo que llegaría a ser Universidad Abierta y a Distancia. Como lo recordó el profesor Rincón, al hablar en su columna sobre “dos grandes de la tele”, -uno, el padre Joaco, el otro, Carlos Benjumea-, “en el Consejo Nacional de Televisión, donde se nombraban a sus miembros por saber, honor y dignidad… Joaco estuvo ahí por muchos años”; además, citando palabras de Germán Rey, él contribuyó “a generar un ambiente abierto y plural de pensamiento en el continente sobre los problemas de la comunicación y la cultura, que diferenciará a esta región del mundo de otros contextos”. Debe recordarse que el padre Joaco impulsó la creación de FELAFACS, la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social.

P. Joaquín Sánchez, S.J. en su inicio como decano de la Facultad de Comunicación Social.

En la Javeriana, el padre Joaco ocupó tres cargos de gran relevancia. En primer lugar, fue Decano Académico de la Facultad de Comunicación, por dos décadas, de 1977 a 1997. De esta forma, trabajó muy cerca de los padres Roberto Caro, Jorge Hoyos y Gerardo Arango, rectores entre 1977 y 1998. A partir de 1999, es nombrado Vicerrector de la Seccional de la Universidad en Cali, en donde pasará a ser Rector de Seccional en 2003, el primero luego de la reforma estatutaria que estableció un nuevo esquema directivo. Finalmente, en 2007, es designado Rector de la Universidad, sucediendo al P. Gerardo Remolina, S.J.; se traslada a Bogotá y permanece al frente del gobierno general de la Javeriana hasta el año 2014, año en que lo sucede el Padre Peláez.

P. Gerardo Remolina, S.J. y P. Joaquín Emilio Sánchez, S.J.

Debe recordarse que el padre Joaco fue rector de colegio en dos etapas de su vida: primero, de 1997 a 1999, en el San Bartolomé La Merced, en Bogotá, -intermedio de su trabajo en la Javeriana, antes de radicarse en Cali por ocho años-; y luego, de 2014 a 2018, en el San Juan Berchmans, en Cali, luego de terminar su labor de treinta y cuatro años en su alma mater.

El padre rector, durante su intervención al final de la Eucaristía, destacó cómo fue su relación con el padre Joaco: los dos ingresaron a la Compañía de Jesús hace 60 años, con pocos días de diferencia, lo que significa “toda una vida compartida”, consagrados a “ese hermoso proyecto que es la Universidad Javeriana; así quisieron servir a la Iglesia y a la sociedad”. Enseguida anotó: “todos recordaremos a Joaco como el amigo cálido, consejero sabio y aterrizado, enorme sentido común, buen organizador, que supo convocar e inspirar para realizar grandes proyectos, espléndido anfitrión. Muchas generaciones de javerianas y javerianos, particularmente de comunicadores, lo conocieron, lo quisieron y hoy lamentan su muerte”.

Por otra parte, en la reseña biográfica leída durante esa ceremonia, se registró que el padre Joaco “se caracterizó por ser un religioso acogedor, festivo, amante de la música popular que ejecutaba con maestría en su típico acordeón; gran chef, experto en la buena cocina, -era proverbial el gusto que sentía atendiendo en buena mesa a sus amigos y compañeros jesuitas-; también fue notable su afición por la fiesta brava”. En efecto, fue capellán de la Plaza de Toros La Santamaría, como lo recordó la nota publicada por la revista Semana (16 de mayo de 2021), que con acierto tituló “Las faenas del Padre Joaco”.

Ese fue el padre Joaco, hombre sencillo y bondadoso, entusiasta, de gran sensibilidad y alegría contagiosa, conciliador y práctico, que hallaba alternativas para superar obstáculos, que sobre todo logró establecer lazos entrañables con todas las personas que lo conocieron.