Mayo 2021 | Edición N°: 1367
Por: Carlos Julio Cuartas Chacón | Asesor del Secretario General

El padre Joaquín Emilio Sánchez, S.J. ejecutó durante su rectorado una serie de proyectos y reformas que impulsaron a la Universidad Javeriana en aspectos como el reconocimiento de su calidad académica, investigación, estructura organizacional y desarrollo del campus universitario.


Como lo anotamos en páginas anteriores, el padre Joaco desempeñó el cargo de Rector de la Universidad entre el 1º de octubre de 2007, fecha de su posesión y de su investidura como Gran Maestre de la Orden Universidad Javeriana, -ese día fue recibido como miembro de esta Comunidad de Honor en el grado de Gran Cruz-, y el 28 de febrero de 2014, día en que asumió su sucesor, el P. Jorge Humberto Peláez, S.J., quien había sido Rector de la Seccional en Cali desde 2007.

Las Memorias del Rectorado, -así se tituló el informe entregado por el padre Joaco en julio de 2014, que preparamos bajo la dirección del secretario general de la Universidad, Jairo Cifuentes Madrid, con el apoyo en artes y diagramación de José Miguel Antía-, correspondientes a ese periodo de seis años y cinco meses, casi un septenio, se estructuraron en cinco capítulos que el Rector saliente explicó de la siguiente manera: “En FUNDAMENTOS, revisamos los asuntos que enmarcan la vida de una universidad como la Javeriana, que crean y explican los rasgos característicos que la diferencian de otras instituciones que se desarrollan en contextos similares”. Aquí cabe hacer mención del nuevo ciclo de planeación, iniciado precisamente en 2007, que tuvo como horizonte el año 2016, y que se concretó en 25 objetivos, 68 estrategias y 680 metas. “En el capítulo siguiente, titulado HITOS, -continúa el padre Joaco-, consignamos lo relativo a los ocho puntos transcendentales de lo ocurrido en el septenio iniciado a finales de 2007 y concluido a comienzos de 2014. A continuación, en AVANCES, se da cuenta de una serie de hechos que, si bien son importantes, no tienen la misma notoriedad que los anteriores. Luego hacemos referencia a los temas que si bien merecieron atención en el periodo que terminó, son esenciales para la proyección de la Universidad en el inmediato futuro; los hemos agrupado bajo el título de PERSPECTIVAS. Y terminamos con un último capítulo dedicado a hechos asociados con personas en particular que merecen ser nombrados individualmente, así como a las publicaciones y los eventos que dejaron su impronta en estos años. Consideramos que sus HUELLAS, -así lo titulamos-, son lo más apropiado para cerrar este documento”.

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Hitos

¿Cuáles fueron esos “ocho puntos trascendentales” que el padre Joaco destacó entre lo sucedido durante su rectorado? En primer lugar, la acreditación Institucional de alta calidad a la Universidad en Bogotá, por el término de ocho años; así como también la de la Seccional de la Universidad en Cali, que por primera vez adelantó el proceso correspondiente. Así quedó consignado en la Resolución No. 2333 del Ministerio de Educación Nacional del 6 de marzo de 2012. Como lo señaló en el informe, “el contenido de esta Resolución constituyó uno de los documentos de referencia esenciales para el análisis prospectivo de la Universidad, ejercicio que se realizó tanto en el Consejo de Regentes como en el Consejo Directivo Universitario. En este sentido, el logro de la reacreditación, si bien fue el punto culminante de un riguroso proceso, sirvió también de punto de partida para una nueva etapa del desarrollo de la Javeriana”.

El segundo punto fue el relacionado con los Estatutos de la Universidad. Por una parte, “el 7 de febrero de 2008 la Congregación para la Educación Católica aprobó la reforma que tenía como propósito incluir a los egresados como parte integrante de la Comunidad Educativa. En este sentido, se modificó la composición del Consejo Directivo Universitario, del Consejo Directivo de Seccional y de los Consejos de Facultad con el fin de incluir a un egresado como uno de sus miembros. En el caso del Consejo de Facultad, se determinó que debe ser elegido por este organismo colegiado; en el del Consejo Directivo Universitario y el Consejo Directivo de Seccional, por los miembros de los Consejos de Facultad de la Sede Central y de la Seccional, respectivamente”. Posteriormente, el 25 de abril de 2013, fue aprobada una nueva reforma de los Estatutos, “en esta oportunidad, realizada con la finalidad de modificar el esquema de gobierno de las Facultades. De esta forma, la Universidad sustituyó el binomio conformado por el Decano Académico y el Decano del Medio Universitario, por el Decano de Facultad que es ‘la autoridad personal de gobierno a cuyo cargo se halla la dirección inmediata de las actividades académicas, del Medio Universitario y administrativas de la Facultad’ (n. 161)”. En las Memorias, el padre Joaco dio cuenta de “los pasos seguidos para su aprobación y, en especial, del fundamento de la reforma”, que representaría, sin duda alguna, un cambio profundo para la Universidad. A él le correspondió hacer los primeros nombramientos para el cargo de Decano de Facultad, Sandra Romero, en Psicología, y Julio Andrés Sampedro, en Ciencias Jurídicas.

El tercero de esos “puntos trascendentales” fue el relativo al Reglamento estatutario de las Facultades Eclesiásticas, vigente desde 1995, que debió ser actualizado en virtud de las nuevas disposiciones de la Congregación para la Educación Católica. Este documento fue aprobado en el Consejo de Regentes el 5 de febrero de 2014. De igual manera, se formuló una nueva Misión Institucional. Este fue el cuarto punto. Al respecto, podemos leer en el informe lo siguiente: “en la sesión conjunta de los Consejos Directivos Universitario y de la Seccional de Cali, realizada en Santiago de Cali, el 5 de febrero de 2013, se aprobó el texto de la nueva Misión de la Pontificia Universidad Javeriana, única para la Sede Central y para las Seccionales. Así quedó consignado en el Acuerdo No. 576 del Consejo Directivo Universitario, del 26 de abril del mismo año. De esta forma, la Universidad reformuló la Misión institucional que por primera vez había establecido en 1992. En ese entonces, y como resultado de sus ejercicios de planeación universitaria, la Seccional de Cali adoptó también propias y diversas formulaciones de la Misión. El proceso se había iniciado el 7 de mayo de 2012”.

El quinto asunto destacado tuvo que ver con la Estructura Organizacional del Gobierno General. “Al iniciar el sexto año de mi rectorado, el 1º de octubre de 2012, -advirtió el padre Joaco en cita textual consignada en las Memorias-, tuve oportunidad de compartir ‘el significado que tiene en mi rectoría el logro de haber transformado la estructura del gobierno general de la Universidad -sin modificaciones sustanciales por cerca de cuarenta años- con la renovación de la rectoría y la Vicerrectoría Académica, y la creación de dos vicerrectorías, una de Investigación y otra de Extensión y Relaciones Interinstitucionales’. La reflexión sobre este asunto y la construcción de la propuesta se inició en junio de 2008, incluyó la participación de los diferentes equipos de la Rectoría y de la Vicerrectoría Académica, de los decanos académicos y del Medio Universitario, recibió insumos en la Jornada de Reflexión Universitaria 2011, y consideró los referentes de universidades nacionales y del exterior”. Las decisiones que se tomaron al respecto quedaron consignadas en el Acuerdo No. 563, del 18 de abril del 2012. Con esta reforma la dinámica institucional recibió un nuevo impulso. Debe destacarse que en 2012 fue nombrada por primera vez una vicerrectora en la Sede Central. Este honor le correspondió a Consuelo Uribe Mallarino, que fue desde ese año vicerrectora de investigación. Dos años antes, en la Seccional de la Universidad en Cali, Ana Milena Yoshioka había asumido como vicerrectora administrativa.

Consejo Directivo Universitario

El Desarrollo Físico de la Universidad fue el sexto de “los ocho puntos trascendentales” identificados por el padre Joaco. “En respuesta a la Planeación Universitaria 2007–2016, como a la proyección de crecimiento a corto, mediano y largo plazo de las diferentes unidades académicas, del Medio Universitario y administrativas, a finales del año 2008 la Dirección de Recursos Físicos adelantó un proceso licitatorio para seleccionar la firma encargada de elaborar el plan maestro y de desarrollo urbanístico y arquitectónico de la planta física de la Sede Central de la Pontificia Universidad Javeriana, con visión prospectiva (año 2028), teniendo en cuenta las determinantes fijadas por el Plan de Regularización y Manejo vigente en ese entonces”. El Plan propuesto a partir de la opción de “permanecer en el campus actual y no abrir campus alternos por el momento”, fue aprobado por el Consejo Directivo Universitario en enero de 2010. Debe destacarse que en agosto de ese mismo año se entregó el edificio del Centro Ático. En las Memorias, el padre Joaco anunciaba que para el segundo semestre de 2014 se tenía prevista la entrega del edificio para la Facultad de Artes, y para el de 2015, la del edificio que entonces se denominaba Universidad-Ciudad.

El séptimo punto fue el relativo al Código de Buen Gobierno, documento aprobado por Acuerdo No. 525 del Consejo Directivo Universitario, del 16 de diciembre de 2009, “iniciativa pionera en el sector universitario del país. Tuvo el propósito de contribuir no solo a la transparencia en las actividades administrativas y de la gestión relacionada con las actividades académicas y del medio universitario, sino también como instrumento para que los grupos de interés puedan conocer los valores, principios y normas que inspiran nuestra labor universitaria y el alcance de las relaciones con ellos. Rige para todos los directivos, profesores y empleados administrativos vinculados laboralmente y de esta manera es el reflejo de la identidad activa de la Javeriana”.

Lo relativo a Tecnología y Sistemas de Información – Centro Ático fue el último punto destacado por el padre Joaco: “Poco antes de iniciarse este rectorado, en septiembre de 2007, el Consejo Directivo Universitario aprobó la creación de la Dirección de Tecnologías de Información (DTI), adscrita a la Vicerrectoría Administrativa. Lo hizo teniendo en cuenta, por una parte, el valor de la ‘información’ como ‘activo estratégico’ de las organizaciones y, por otra parte, la gran importancia que tienen la tecnología y los sistemas de información y comunicación para el desarrollo de las funciones sustantivas de la Universidad, su amplia utilización como herramienta de apoyo en las actividades universitarias y la necesidad de contar con una gestión especializada al respecto”. Cabe destacar que, en el mes anterior a la creación de la DTI, el Consejo Directivo Universitario había aprobado el Plan de Desarrollo de Tecnología de la Universidad, que contemplaba tres componentes: Desarrollo Artístico, Científico y Tecnológico; Aplicación a la Docencia; y a la Gestión Universitaria. Por supuesto, que no podía haber mejor cierre para este capítulo de las Memorias del Rectorado del padre Joaco, que la presentación del balance positivo acerca de los primeros seis años de operación del Centro ÁTICO, concebido como proyecto integrador de diferentes campos del conocimiento. Esto era especialmente satisfactorio para el jesuita que, durante dos décadas, de 1977 a 1997, había sido Decano de la Facultad de Comunicación y Lenguaje, creada en 1970 como Facultad de Comunicación Social. Cómo no recordar también en esta reseña que fue durante este rectorado que la Javeriana hizo su primera aparición en Youtube en enero de 2009, en Twitter, en agosto de ese mismo año, y en Facebook, en septiembre de 2010.


Su nombre en cada acción

En un capítulo aparte, titulado AVANCES, el Rector saliente se refirió a los logros relacionados con otros campos de la Universidad, entre ellos, los asuntos de estudiantes y profesores, la investigación y la interdisciplinariedad, -en 2012 se publicó el libro La Interdisciplinariedad en la Universidad Contemporánea: reflexiones y estudios de caso-, la internacionalización, la responsabilidad social y las relaciones con el entorno, lo mismo que con el Hospital Universitario San Ignacio y lo que se planteaba como “un Sistema Javeriano de Salud”.

De especial relevancia para él, fue consignar en el capítulo que denominó PERSPECTIVAS, sus planteamientos acerca de la Visión, -el estudio sobre su primera formulación se hallaba en curso al terminar el rectorado-, y el tamaño de la Universidad, su lugar en el mundo académico nacional e internacional. De igual forma, se refirió a la Oferta académica, el aseguramiento de la calidad y el desarrollo del Cuerpo Profesoral y del Personal Administrativo. En este aparte de las Memorias del Rectorado, mereció especial atención para el padre Joaco lo relativo a la Estructura de Facultades, un tema planteado años atrás, muy discutido, y que a su juicio estaba “pendiente de llevarse a término para tomar una decisión en esta materia”. También dejó consignado en este aparte sus comentarios acerca de los asuntos económicos y financieros.

En el último capítulo del informe, titulado HUELLAS, se consignó la información sobre reconocimientos, libros, revistas y publicaciones, -la voluminosa obra del P. Alfonso Borrero, S.J., La universidad: estudios sobre sus orígenes, dinámicas y tendencias, que fue presentada el 20 de octubre de 2008-, así como sobre dos hechos muy significativos que tuvieron lugar durante el rectorado del padre Joaco, los cuales merecieron una especial reseña en las Memorias. El primero fue la conmemoración de los 80 años de la Javeriana, en 2010, que tuvo como fecha relevante el 6 de julio, cuando en ceremonia realizada en el Palacio de Nariño, el padre Joaco recibió en nombre de la Universidad, de manos del presidente de la república, Álvaro Uribe Vélez, la condecoración “Orden Francisco de Paula Santander”. El otro acontecimiento fue la visita a Colombia del Padre General, Adolfo Nicolás, S.J., en 2013, y, particularmente, su encuentro con la Universidad en Bogotá, el 12 de agosto de ese año.

Entre los reconocimientos concedidos en este rectorado se puede destacar la Medalla Félix Restrepo, S.J. que recibió Isauro Gómez Cruz, empleado administrativo vinculado desde 1984 a la Universidad y personaje ampliamente conocido en la comunidad educativa javeriana. De igual forma, los Doctorados Honoris Causa otorgados a Rodolfo Llinás Riascos, en Neurociencias, y al Padre Fabio Ramírez Muñoz, en Filosofía.

Isauro Gómez, empleado administrativo, recibe la Medalla Félix Restrepo de manos del padre Joaco.

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El cierre de las Memorias del Rectorado lleva la firma inconfundible del padre Joaco: tres trazos simples y precisos, dos puntos y una pequeña línea vertical a la derecha. Así fueron también las palabras al final del texto: “Hoy como ayer, la Javeriana piensa en la Humanidad, en especial en las gentes de Colombia y los problemas nacionales. Tiene presente que el mundo es bien distinto, que, por ejemplo, ahora contamos con ‘nativos digitales’, y que son grandes los desafíos que enfrentamos como institución de Educación Superior. Pero la Universidad sabe también, -lo subraya el padre Joaco, sacerdote fiel-, que hay algo que permanece con renovada vigencia, los principios y valores del Evangelio que siempre han iluminado el desarrollo de esta importante obra apostólica y se reflejan en una historia que se destaca en nuestro país”.