En un país que ha hecho opción por el sistema democrático, las elecciones constituyen un momento de especial importancia. Como lo advierte con claridad Giovanni Sartori, Premio Príncipe de Asturias 2005, “la frontera entre democracia y no democracia se hace nítida con el término autocracia”, que significa “autoinvestidura, proclamarse jefe uno mismo, o bien ser jefe por principio hereditario”. En contraste, en la democracia el jefe es proclamado por el pueblo. Esto ocurre cuando, al final del periodo dedicado a las campañas y los debates, no siempre moderados, los ciudadanos acuden a las urnas y escogen al gobernante, libremente, dentro de las diversas posibilidades que se le ofrecen. De esta forma, la nación toma decisiones que los afectarán a todos:[…]