“Trabajar en la Javeriana es un regalo maravilloso ¡Gracias!”, P. Jorge Humberto Peláez Piedrahíta, S.J.
Durante el período contemporáneo de la Javeriana, que inicia en 1930 con su restablecimiento, la Universidad ha tenido 17 rectores. Hoy, la portada de esta publicación está dirigida al padre Jorge Humberto Peláez, S.J. quien ha sido rector de la Javeriana desde febrero de 2014 a marzo de 2023. Durante este tiempo, la Universidad renovó su acreditación institucional, obtuvo la acreditación multicampus, aumentó el número de programas académicos, trabajó en el aseguramiento de la calidad académica, en el fortalecimiento de la investigación, así como en su internacionalización y en hacer de la Javeriana una “Universidad en salida”, con presencia real en las regiones y conectada con la realidad del país.
¿Cuál fue la clave para sacar adelante estos proyectos y posicionar a la Javeriana como una de las mejores universidades del país y el mundo?
Jorge Humberto Peláez: En primer lugar, rodearse de un excelente equipo diverso; si todos piensan como uno, esto es un desastre. Equipo con mentalidades distintas, capacidad crítica, sin protagonismos individuales. En segundo lugar, la planeación. Una de las iniciativas más ricas al comienzo del rectorado fue hacer una convocatoria a toda la comunidad javeriana donde empezamos a preguntar sobre el presente y el futuro de la Universidad. A través de esas conversaciones y con una rigurosa metodología fuimos construyendo la hoja de ruta de la Universidad, con unos pocos focos estratégicos. De modo que lo que hemos hecho en estos 9 años todos, aquí no hay protagonismos individuales, es seguir fielmente la hoja de ruta que construimos entre todos. La Universidad sabía para dónde iba, no estamos improvisando ni dispersando recursos ni iniciativas.
En los 3 últimos años ¿Contó con un guía o consejero que lo orientara en los momentos de incertidumbre, de tristeza, de confrontación?
J.H.P: Esta experiencia del covid-19, fue brutal para el mundo entero. Tuvimos que afrontar algo que desconocíamos, todo era por ensayo y error; de modo que, para todas las organizaciones, las familias y todos los seres humanos fue brutal. Cuando pienso en esos años del covid a ratos se me hace como tan lejano el recuerdo y es algo tenebroso. Algo sumamente importante fue la consolidación del Comité de Rectoría. Secretario General y vicerrectores trabajamos durante el covid prácticamente en comité permanente. Otra cosa muy importante es que habíamos desarrollado unos apoyos formidables: el Centro Ático nos permitió tener toda la tecnología e infraestructura para dar ese salto en dos semanas; esto no se improvisa. En segundo lugar, la Universidad ha venido haciendo desde hace años el plan de desarrollo tecnológico: unas inversiones en tecnología en infraestructura tremendamente demandante. Y hacía dos o tres años habíamos creado el CAE+E -Centro para el Aprendizaje, la Enseñanza y Evaluación- donde estaban los pedagogos, que fueron los ángeles de la guarda y fueron guiando y ayudando a los profesores en esta transición de lo presencial al uso de estas nuevas tecnologías. En esos tres actores estuvo la clave, pues nos permitió dar un salto y avanzamos en dos años lo que hubiera tomado cinco o seis, de modo que no hay mal que por bien no venga. Pero fueron momentos muy duros.
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Ser Rector de la Javeriana conlleva también ser líder en otras instancias y organizaciones del país ¿Cómo es ser y llevar la voz de la Universidad en otros espacios?
J.H.P: Lo primero en lo que creo en estos espacios es en la cooperación, el networking; el sumar con los actores más diversos me parece que eso es un escenario formidable para transformación del país. En segundo lugar, sentarse con humildad, sin arrogancias y tener la capacidad de hacer preguntas. Creo que uno de los servicios más importantes que uno como rector le presta a la universidad es hacer preguntas importantes, que hagan pensar la comunidad universitaria. Uno no es el que posee la respuesta de todo, absolutamente. Uno es uno más, pero sí invite a pensar, a reflexionar sobre los grandes temas del país, cuestione, suscite debates. Entonces esa capacidad de dialogar y de estimular a través de la pregunta y del diálogo es un aporte muy significativo. Así mismo, esas conversaciones, los grandes debates y preocupaciones de los diversos sectores públicos, privados y organizaciones sociales, las traía yo a la Universidad, a las facultades para ver cómo podemos aportar para resolverlos.
¿Cuál es la visita que recibió en la Universidad que más recuerda en estos 9 años?
J.H.P: Un momento muy importante fue la visita no visita del papa Francisco a Bogotá. Por qué digo visita no visita: la Universidad se preparó maravillosamente, todo el frente de la Universidad estaba hermosamente decorado con las banderas de la Universidad y una plataforma estupenda sobre el andén. Queríamos con eso que el Papa sintiera que la Javeriana es su universidad. Teníamos la ilusión, pero era una ilusión remota, de que se pudiera detener; entonces, por si acaso, teníamos todo el montaje. Previamente hablé con Monseñor Suescún, quien coordinaba la agenda del viaje del Papa, y me dijo: mira Jorge Humberto, la persona que en último término decide lo que hace el Papa, si disminuye la velocidad, si acelera el automóvil o si se detiene, es el jefe de seguridad, el italiano que lo acompañaba. Y el jefe pues no hizo la ceñita (risas). Pero fue muy divertido porque en Cartagena, cuando nos reunimos los jesuitas con el Papa, en San Pedro Claver, se quedó mirando y me dijo: «¿vos eras el que estabas allá parado, saludando desde la tarima?» Sí Santidad, era yo, el rector de la Javeriana (risas). De modo que esa es una visita muy significativa.
¿Qué enseñanza se lleva de los estudiantes?
P.J.H.P: La honestidad de los estudiantes. El joven javeriano, como los jóvenes del mundo entero, está en búsqueda de sentido, de su proyecto de vida, tiene temores, ilusiones, proyectos. Entonces a través de las conversaciones con ellos es maravilloso poder percibir e invitar a que se manifieste la frescura de ese proyecto, Los jóvenes de hoy tienen temores muy grandes respecto a su futuro laboral, al futuro del mundo, la vida sobre el planeta, hay unos interrogantes gigantescos que pesan sobre ellos.
¿Cuál es su nueva misión en la Compañía de Jesús?
P.J.H.P: A partir de julio voy a trabajar en Medellín en una obra social muy bella que se llama la Congregación Mariana. Se trata de una obra social fundada en 1937 por los jesuitas, que tiene unas obras muy potentes de servicio a la comunidad. Voy como director general.