ISBN : 978-958-781-555-9
ISBN digital: 978-958-781-556-6

Comunicación, política y cambio social

Educación, comunicación y paz (Educopaz): alternativa de acompañamiento al posacuerdo colombiano

Henry Rubiano Daza

Candidato a doctor en Ciencias Sociales y Humanas, magíster en Historia. Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Director de Investigaciones de la Universidad Cooperativa de Colombia, campus Neiva. Líder del grupo de investigación Comdehuila.

henry.rubiano@ucc.edu.co

Óscar David Fúnez David

Magíster en Educación.

oscar.funez@ucc.edu.co

Sandra Beatriz Yepes Artunduaga

Magíster en Administración y Planificación Educativa.

sandra.yepes@ucc.edu.co

Resumen

Colombia ha estado marcada por la violencia, en especial, producto del accionar guerrillero de las FARC. Entre 1980 y 2012 se cuantificaron 1932 masacres. En este mismo periodo, cada hora eran desplazadas 26 personas; cada 12 horas era secuestrada una persona, y fueron asesinadas 23.161 personas de manera selectiva (GMH, 2016). Ante este panorama, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto firmado entre el Gobierno nacional y las FARC (el 24 de noviembre de 2016) ha generado un clima esperanzador, del cual emergen propuestas como el tanque de pensamiento Educación, Comunicación y Paz (Educopaz). Desde el enfoque metodológico de autoetnografía performativa, esta propuesta busca crear espacios colaborativos entre miembros de sectores de la comunidad que, por medio de sus disciplinas, experiencias y competencias, promueven la reflexión y el análisis de problemáticas sociales de los departamentos ubicados, para este caso, al sur del país, altamente afectados por la violencia. Este escenario académico es guiado sobre líneas de intervención, como educación y emprendimiento social solidario, comunicación en el contexto multimedial o cibercultura y posacuerdo, este último como proceso sustantivo en la construcción de paz. Como avances se han desarrollado capacitaciones en derechos humanos dirigidas por la Universidad Cooperativa de Colombia, campus Neiva, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU); se realizó el Simposio Internacional de Construcción de Paz, Apropiación Social de los Derechos Humanos y Resolución Alternativa de Conflictos; se proyectaron alianzas entre el diario La Nación, el Círculo de Periodistas del Huila (CPH) y la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos (ACORD). Además, se diseñó la Cátedra del Amor, para buscar generar, desde los procesos comunicativos alternativos, ambientes de amor, reconocimiento, reconciliación y perdón entre las víctimas, victimarios y no víctimas del conflicto armado colombiano, mediante acciones de intervención pedagógica y participación comunitaria que permitan la construcción de las bases de la felicidad.

Palabras clave: postacuerdo, tanque de pensamiento, Educopaz, comunicación, educación, surcolombiana.

Introducción

Los tanques de pensamiento se han convertido en espacios donde convergen diferentes actores sociales, entre ellos profesionales de diversas áreas del conocimiento (Hidalgo, 2015), en los que a través del ejercicio del libre pensamiento y la participación incluyente, permiten que expertos del sector público o privado, equipos de asesores, comités de sabios y trabajadores del conocimiento, propendan por establecer políticas públicas de desarrollo social, político o económico en sus regiones de influencia (Rubiano & Fúnez, 2017).

Sin duda, estos espacios han cobrado importancia entre los gobiernos y sociedad civil, toda vez que funcionan como puentes entre la comunidad científica, el gobierno, las empresas en el marco del modelo de la triple hélice, más ahora la comunidad, permitiendo sinergias que consolidan proyectos exitosos, contribuyendo con indicadores que transforman regiones golpeadas por las violencia y zonas competitivas.

De los tanques de pensamiento hacen parte personas visibles socialmente, permeados por el debate sano, con experiencia investigativa y competencias en la gestión y ejecución de proyectos de investigación, que permitan el análisis y la investigación de situaciones problemáticas para alimentar la discusión sobre políticas públicas (Rey, 2015).

De acuerdo con el ranking que publica Think Tanks and Civil Societies Program (TTCSP) de la University of Pennsylvania se estimativa que al cierre del año 2017 existían 7.815 tanque de pensamiento en el mundo.

La mayoría de ellos se encuentran conformados en EE. UU con una participación del 25.2%, ocupando el segundo lugar se ubica Europa con 26.2%, Asia con 20.7% seguido por Centro y Sur América con el 12.5%, África con 8.5%, África del Norte con 61. % y Australia con 6.1% (TTCSP, 2017). (Ver siguiente gráfica).

Figura 1.

Fuente: Think Tanks and Civil Societies Program (TTCSP)

Contexto regional

En América Latina aparecen registrados un total de 651 tanques de pensamiento, es decir un 12.5% de participación a nivel mundial. Entre tanto en Colombia existen 55 tanques de pensamiento, lo cual le permite a nuestro país ocupar el quinto lugar en el continente, después de Argentina con 225 (primer lugar) seguido de Brasil con 93 (segundo lugar), Bolivia 66 (tercer lugar) y Chile que registra 63 espacios de pensamiento (cuarto lugar). (TTCSP, 2017).

Figura 2.

Fuente Think Tanks and Civil Societies Program (TTCSP). Diseño de gráficas propio

Ante el reconocimiento mundial y la importancia de los Think Tank expertos en temas específicos en Colombia han empezado modelar estos espacios con un componente interdisciplinar, apoyado en sus posicionamientos teóricos y con marcadas competencias, con el fin de diseñar alternativas de solución, que contribuyan a una política pública necesaria para el fortalecimiento social. Bajos este escenario el Ministerio de las TIC, los avala y destaca que sus objetivos deben estar centrados en “la reflexión intelectual sobre asuntos científicos, estratégicos, culturales, de política y economía nacional e internacional; resultante en consejos o directrices que posteriormente pueden o no ser utilizados en sus diversos ámbitos de TIC”, (MinTic, 2015).

De los 55 tanques de pensamiento distribuidos en el territorio colombiano, el conformado por Fedesarollo ocupa el primer lugar, seguido de la Fundación Ideas Para la Paz (FIP), el Instituto de Ciencia Política y la Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia. El resto presentan muy pocas dinámicas, lo que evidencia la necesidad de contar con uno de ellos en la zona Surcolombiana del país que cobija los departamentos del Huila, Caquetá, Cauca y Putumayo, máxime si se tiene en cuenta que ha sido una de las más afectadas por el conflicto interno entre los grupos al margen de la ley, en especial las FARC y el Gobierno Nacional.

La propuesta de crear el tanque de pensamiento EDUCOPAZ contempla la necesidad de tener un espacio colaborativo constituido por miembros de los diferentes sectores de la sociedad Huilense (Académicos, Empresarios, Gobernantes, Medios de Comunicación, entre otros), quienes a través de su formación disciplinar, experiencia y demás competencias, promuevan la reflexión y el análisis de las problemáticas sociales de la región, abordando líneas específicas de intervención como son; (Educación y Emprendimiento Social Solidario; Comunicación y Desarrollo Tecnológico; y Posconflicto como proceso sustantivo en la construcción de Paz). Al tiempo, generará el diseño de propuestas que transformen y promuevan a través de políticas públicas el cambio social, político y económico que la región y el país requieren. Apoyados en la Investigación y la Responsabilidad Social Empresarial. Este Tanque de Pensamiento servirá de espacio para apropiación social y transferencia del conocimiento en torno a las temáticas propuestas en sus líneas base.

Bajo esta trazabilidad y en el entendido que en esta zona del país se requiere con urgencia un espacio de pensamiento crítico, luego del acuerdo firmado entre el Gobierno Nacional y las FARC, surge la propuesta de fundar el Tanque de Pensamiento “EDUCOPAZ”, el cual será un espacio de reflexión y diseño de políticas públicas entorno a tres ejes fundamentales: la Educación; la Comunicación y la Paz, para que se abra un camino real al perdón.

Contexto Teórico – Líneas de Investigación

Educación y Emprendimiento Social Solidario

La educación constituye un factor fundamental en la construcción de paz para el nuevo país que enfrenta hoy el reto de la reintegración a la sociedad civil de la población insurgente que hizo parte del conflicto armado colombiano por más de cinco décadas. Es a través de la educación que podremos dinamizar los procesos de reconciliación, perdón y construcción del nuevo tejido social que Colombia necesita para alcanzar su desarrollo político y económico, de tal manera que logre consolidarse en el panorama mundial como una nación de oportunidades sociales prospera e innovadora.

Constituye un craso error suponer que las organizaciones victimarias que adoptaron como política de acción los ataques generalizados y sistemáticos contra la población civil en otrora época, hoy con la mera firma de un acuerdo de paz logren ser perdonados a conciencia, sin mayor esfuerzo, por parte de la población que hasta hace poco resultó víctima de sus acciones.

Es así, como educar para el perdón y educar para el amor se constituye en una relevante necesidad para generar conciencia respecto a la construcción de paz y la convivencia armónica, desprovista de rencores, desconfianza, rabia y dolor. Lo anterior constituye la inmediata acción de reflexionar sobre la implementación de un nuevo proceso educativo, que en rute a toda la población colombiana (victimas, no víctimas y victimarios) hacia un estado real de perdón. Por ello un Think Tank conformado como espacio innovador y único en la región Surcolombiana permite reflexionar, analizar y proponer políticas públicas que consolidarán y materializarán la nueva estructura social de la población colombiana en el marco del posconflicto es una necesidad urgente.

Los nuevos requerimientos según Peter Drucker en “Las Nuevas realidades” frente al tema de la educación en la sociedad del conocimiento es que debería haber una seria discusión sobre el propósito social y la responsabilidad de la educación en la nueva realidad de la sociedad del conocimiento. De igual manera concibe que la educación, en y para una sociedad del conocimiento tendrá un propósito social. El sistema educativo debe ser abierto. La separación entre los altamente escolarizados y la otra mitad no debe construir una barrera infranqueable. La gente capacitada y eficaz necesita tener acceso a la educación y, a través de ella, a una movilidad hacia arriba, cualquiera que sea su origen, medios económicos o escolarización. (Drucker, 1999, p 274).

Así como la educación es trascendental para los tiempos de paz, la economía social y solidaria, igualmente se convierte en una estrategia valiosa para consolidar este proceso, al tiempo de generar mecanismo de equidad y garantizar la democracia en Colombia. En ese entendido la sociedad que habita este país, debe prepararse para afrontar los nuevos retos y en especial los derivados del acuerdo final para la terminación del conflicto y para la construcción de una Paz Estable y Duradera, más aún si se tiene en cuenta lo acordado en el capítulo de la Reforma Rural Integral, en donde se le da la importancia del modelo de economía solidaria y cooperativo, como mecanismo para la generación de ingresos y la superación de la pobreza.

Esta decisión, en el marco de este acuerdo, le brinda la posibilidad a la institucionalidad de pensar en políticas, programas y proyectos orientados a la promoción, fortalecimiento y desarrollo de este modelo, permitiéndole incorporar a las juventudes competencias creativas, innovadoras y emprendedoras.

Bajo este contexto, la Universidad Cooperativa de Colombia, Campus Neiva, espació base para el desarrollo del EDUCOPAZ lidera a nivel nacional, junto con organizaciones sociales y solidarias, un pacto social por la paz y una economía más solidaria, teniendo como consideraciones los siguientes factores:

  1. Superar la violencia.
  2. Superar el individualismo que se impuso en todas las esferas de la vida social.
  3. Generar otro modelo de economía.
  4. Aumentar en el ecosistema más organizaciones y empresas solidarias.
  5. Que la economía solidaria se convierta en política de Estado.
  6. Fomentar el comercio justo y el consumo responsable y solidario
  7. Generar una cultura ética en el manejo de las finanzas
  8. Desarrollar una economía responsable con el medio ambiente
  9. Diseñar un modelo educativo desde y para la solidaridad

Estos ejes de trabajo implican prepararnos, investigar y sobre todo actuar, desde espacios como la academia, el sector público y el sector social y solidario, para que su impacto sea trascendental en el marco del proceso de paz buscando a futuro un nuevo país equitativo, solidario emprendedor, e incluyente. La educación, en todos sus estadios, bajo la ruta emprendedora social y solidaria, adquiere un nuevo rol, no solo para formar profesionales para el mercado laboral, sino de contribuir en la formación de futuros constructores y líderes de la sociedad con mentalidad competitiva y generadoras de un pensamiento crítico, humanista como lo expresa Edgar Morín, citado por Maritza Rondón al señalar que “la primera e ineludible tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento”. En este contexto, la Universidad Cooperativa de Colombia como institución auxiliar del cooperativismo y de la economía solidaria, está comprometida en participar en todas las dinámicas y funciones sustanciales de este sistema, que por sus principios y valores lo hace más equilibrado y participativo (Rondón, 2016). Con relación a lo señalado anteriormente la propuesta de un Think Tank emerge en un momento oportuno.

Comunicación y Desarrollo Tecnológico

Bajo este escenario relacionado con la violencia en Colombia los medios masivos de comunicación no sólo han vivido la guerra de una manera directa, sino que han jugado un papel importante en la construcción de paz, democracia y ciudadanía, no sólo porque a través de los medios se haya vivido y narrado directamente la violencia en el país y más exactamente en el Huila, departamento referenciado a nivel nacional como escenario del actuar de la insurgencia, sino porque el cubrimiento de las escenas enmarcadas en la negociación y movilización hacia la reinserción deben estar sujetas a la objetividad, toda vez que la información que se genere en estos escenarios o centros de paz, debe llegar oportuna y verazmente a la sociedad civil para la construcción de un nuevo paradigma del país que queremos.

Los medios y los constructores de información mediatizada, deben comprender que en Colombia se ha generado una sofisticación del discurso que puede ser peligrosa, como bien lo referenció, Wendy Arenas, directora de la Fundación Aviña en Colombia, en el marco de los talleres de la FNPI (Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano). Para ella es claro que estamos siempre al borde entre la legalidad y la ilegalidad, toda vez que nos encontramos frente a un panorama donde no hay garantías constitucionales y así tampoco una democracia. Por ello la importancia de los medios en este campo.

Las desmovilizaciones de los guerrilleros de las FARC que se realizan en el país, no se sienten en los medios, o mejor, no tienen un merecido cubrimiento. “Los periodistas creen que tienen todo el conocimiento y que lo pueden todo y eso es un gran error” (Mora, 2016). El cubrimiento del proceso de paz por parte de los medios poco se observa, pareciera ser que es un evento ya dado, como si se considerase ajeno a nuestro quehacer y que su responsabilidad exclusiva está en el Gobierno y los líderes de las Farc.

En otro escenario, es claro que los medios hoy por hoy están enmarcados en el crecimiento vertiginoso de las tecnologías, insumo básico para para el nuevo modelo económico, en donde lo multimedial o el ecosistema digital configura decisivamente las formas dominantes tanto de información, comunicación y conocimiento, como de investigación, producción, organización y administración (Lévy 2007,p7), puesto que ellas han traído nuevos escenarios de debate y reflexión por los efectos de la internet, en el marco de la dinámica económica y la globalización.

Así pues, la labor de construcción de las noticias enmarcada en la rutina periodística, en especial las relacionadas con la paz o el posconflicto, se encuentra actualmente frente a transformaciones en el contexto cibermediático que posibilitan repensar con mayor destreza la elaboración de productos noticiables. Para ser más precisos, la noticiabilidad está acordada no solo por la naturaleza de ruptura de un acontecimiento, sino por los límites de tiempo y espacio impuestos por el medio en el proceso de producción (Arrueta, 2010) en el marco de la Nueva Economía y la Convergencia.

Los medios y los constructores de información mediatizada, deben comprender que en Colombia se ha generado una sofisticación del discurso que puede ser peligrosa. La información local, permeada por el ecosistema multimedial, debe conjugar la calidad, la pluralidad, lo participativa, imaginativa, y sobretodo que cuente lo que ocurre en el territorio donde se asienta el medio en la zona para la que informa y que cuente lo que afecta e interesa a los habitantes de ese ámbito, incluso cuando se produce fuera (López & Maciá, 2007)

López & Maciá (2007) plantean cinco funciones del periodismo local, la primera está relacionada con contar con lo sucede en el ámbito de proximidad con rigor, precisión, y amenidad. La segunda, hace referencia a la especialidad temática para poder cubrir los temas con profundidad y calidad. La tercera, obedece a la capacidad que debe tener el periodista local para escuchar a todos los actores, a todas las fuentes, conocer sus intereses y disponer de abundante información para, mediante los filtros oportunos, elaborar información seria y responsable. La cuarta, destaca el fomento del debate público para la participación democrática y el apoyo a la pluralidad. La quinta, resalta el interés que pierden los usuarios por lo que relatan los medios locales, dicho de otra manera, no se percibe el fomento del interés entre los usuarios por lo que ocurre en esos escenarios mediante su implicación en los procesos comunicativos y mediante el cultivo del consumo crítico de información en los ámbitos de proximidad.

Posconflicto como proceso sustantivo en la Construcción de Paz

“La verdadera causa de la violencia en la sociedad no está en los genes, sino en la desigualdad” Joachim Bauer.

En una sociedad marcada por la violencia como Colombia la agresividad se ha entretejido de una finura tal que reducirla conlleva a generar un cambio de mentalidad que podría costar casi dos generaciones enteras, en donde después de este tiempo las relaciones interpersonales y la confianza vuelvan a ser posibles y creíbles.

Es claro, que no podemos seguir abonándole el camino a la agresividad y al odio, porque donde predomina la amenaza la exclusión y la humillación habrá que esperar una mayor propensión a la violencia (Bauer, 2013), por ello pactos y negociaciones que conlleven a la paz son bienvenidos en cualquier escenario. No en vano el reciente acuerdo firmado entre el Gobierno Nacional y las FARC ha generado un clima esperanzador en Colombia, puesto que permite crear ambientes de tolerancia con el objeto darle fin al conflicto armado, al menos, entre esta organización guerrillera mencionada anteriormente y las FFMM.

Es evidente que el acuerdo para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz “Estable y Duradera”, no es solo un proceso de negociación entre las partes, es la exigencia de una sociedad que cansada de los hechos violentos se ha movilizado nacional e internacionalmente demandando el respeto y el cumplimiento de las normas constitucionales, de los principios del Derecho Internacional Humanitario, del Derecho Internacional Penal y de los fallos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, relacionados con los conflictos internos que han ocasionado indicadores exagerados de violencia.

Hoy por hoy, las cifras de la violencia del país nos han generado una impronta internacional que nos costará mucho tiempo en cambiarla. Para contextualizar la anterior afirmación, entre 1980 y el año 2012, año en el cual empezaron las negociaciones entre la FARC y el Gobierno Nacional en La Habana, se reportaron en Colombia 1.900 masacres (ver siguiente gráfica y cuadro).

Tabla 1. Masacres 1980-2012

ACTORES

No. De Masacres

PARAMILITARES

1116

GUERRILLEROS

343

GRUPOS DESCONOCIDOS

295

AGENTES DEL ESTADO

158

GRUPOS CONJUNTOS ENTRE PARAS Y FUERZA PÚBLICA

20

Total

1.932

Figura 3.

Fuente: (GMH 2016)

Según el Grupo de Investigación Memoria Histórica (GMH) entre 1985 y el 2012 eran desplazadas 26 personas cada hora en el país, como consecuencia del conflicto armado, y en este mismo periodo cada 12 horas era secuestrada una persona. Así mismo, reporta este grupo académico, que entre las vigencias 1996-2005 cada día era víctima de las minas antipersonales un civil o un militar. (GMH, 2016).

En otro escenario de violencia, entre los años 1988 y 2012 se registraron 95 atentados terroristas que dejaron un saldo de 1.566 víctimas. De este número, 77 fueron perpetrados por las guerrillas, 16 por grupos armados sin identificación y dos por los grupos paramilitares. Ahora bien, en el hito 1981-2012 fueron asesinadas 23.161 personas de una manera selectiva (ver siguiente gráfica), lo que demuestra la cultura violenta que se empoderaba del país.

Figura 4.

Tabla 2. Asesinatos 1981-2012

ACTORES

No. de Asesinatos

Paramilitares

8.903

Grupos no identificados

6.000

Guerrillas

3.899

Fuerza Pública

2.399

Total

21.201

De acuerdo con el informe Basta Ya Colombia: memorias de Guerra y Dignidad, todos estos guarismos son producto de las “Las voces de cuatro millones de desplazados desde 1996, la de 27 mil 23 secuestrados desde 1970, las voces de las 1.431 mujeres víctimas de violencia sexual y el testimonio de los 951 niños y niñas huérfanos a causa del conflicto” (GMH, 2016)

Lo peor de todo, es que buena parte de estos indicadores son los que nos referencian internacionalmente como una nación violenta, permeada por la agresión psíquica, verbal o física. Esta última entendida como la que va dirigida a atacar, dañar, herir o matar a otra persona. Con la agresión, y la agresividad, corren parejos sentimientos que solemos describir con las palabras ira, cólera, rabia y odio (Bauer 2013).

Como bien se expresa en el Acuerdo entre las FARC y el Gobierno Nacional, para empezar a disminuir en los indicadores de violencia y agresividad del país es fundamental el reconocimiento de la igualdad y protección del pluralismo de la sociedad colombiana, sin ninguna discriminación (Acuerdo de Paz, 2016).

Es claro que eliminar la agresividad de un todo en una sociedad no es posible, pero si se pude esperar una disminución del dolor y la agresividad donde existan relaciones interpersonales y confianza recíproca, en cambio donde predomina la pobreza, la amenaza, la exclusión, y la humillación habrá que esperar asimismo una mayor propensión a la violencia (Bauer 2013).

Bajo todo este escenario la propuesta de un Think Tank es más que pertinente para generar espacios de reflexión y análisis con miras a ambientar como propuesta de política pública la paz, soñada por toda la sociedad colombiana cansada de más de 54 años de violencia.

Metodología

Para poder analizar problemáticas centradas en la Educación, la Comunicación y en el desarrollo económico desde organizaciones productivas solidarias, se hace necesario acudir a procesos metodológicos como la autoetnografía performativa, considerada como espacios colaborativos entre miembros de sectores de la comunidad, quienes a través de sus disciplinas, experiencias y competencias, promueven la reflexión y el análisis de problemáticas sociales de los departamentos ubicados, para este caso, al sur del país, altamente afectados por la violencia como lo ha sido el Huila.

Este enfoque, propio del método cualitativo, envuelve un ejercicio interdisciplinario que puede explicar desde múltiples miradas y contextos, reconociendo la convergencia en lo social, educativo, económico y comunicacional, las problemáticas que aún envuelven y colocan en marcha lenta el proceso del Posacuerdo en Colombia. Sin duda, el interés no sólo radica en explorar, analizar, comprender y describir un fenómeno, sino de formular acciones y por qué no desarrollar teoría (Creswell, 2013) a favor de las comunidades que padecen de dichas problemáticas y que luego se pueden convertir en políticas públicas, ejecutadas a través de los planes de desarrollo de las diversas corporaciones públicas y entidades de Estado.

El método cualitativo permite, desde una cosmovisión constructivista, identificar un grupo que comparte una cultura, y estudiar cómo construye patrones compartidos de comportamiento a través del tiempo. De esta manera se pretende analizar el significado de un fenómeno alimentado por las opiniones simbólicas y verbales de los actores sociales que se vinculen en esta investigación (Creswell, 2013).

Autores como Denzin y Lincoln (2012) o Flick (2012) afirman que la investigación cualitativa es inherentemente multimetodológica; así, el uso de distintos métodos de cara a la triangulación refleja la intención del investigador de asegurar la comprensión del fenómeno objeto de estudio.

En este entendido, la propuesta de crear el tanque de pensamiento EDUCOPAZ contempla la necesidad de tener un espacio colaborativo constituido por miembros de los diferentes sectores de la sociedad Huilense (Académicos, Empresarios, Gobernantes, Medios de Comunicación, entre otros), quienes a través de su formación disciplinar, experiencia y demás competencias, promuevan la reflexión y el análisis de las problemáticas sociales de la región, abordando líneas específicas de intervención como son; (Educación y Emprendimiento Social Solidario; Comunicación y Desarrollo Tecnológico; y Posconflicto como proceso sustantivo en la construcción de Paz). Al tiempo, generará el diseño de propuestas que transformen y promuevan a través de políticas públicas el cambio social, político y económico que la región y el país requieren. Apoyados en la Investigación y la Responsabilidad Social Empresarial.

Este Tanque de Pensamiento servirá de espacio para apropiación social y transferencia del conocimiento en torno a las temáticas propuestas en sus líneas bases, con miras a generar conocimiento y alternativas de solución a los temas coyunturales de esta zona del país. Estas líneas son:

  • Educación y Emprendimiento Social Solidario.
  • Comunicación y Desarrollo Tecnológico.
  • Posconflicto como proceso sustantivo en la construcción de Paz

Cada una de ellas está soportada sobre la experiencia y experticia investigativa, académica o profesional de los actores que harán parte de EDUCOPAZ o de quienes se identifiquen con este espacio académico.

Para el caso de la Primera Línea, EDUCOPAZ ya ha firmado convenios con los actores del sector de la educación entre ellos las Secretarías de Educación y el gremio de la Asociación de Institutores del Huila, ADIH, y la Asociación de Cooperativas del Huila, ASOCOOPH.

Para el caso de la Segunda Línea, ya existen acercamientos y convenios con el Diario La Nación; las organizaciones de comunicadores como el Círculo de Periodistas del Huila, la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos, ACORD y medios Radiales como Alfa-Stereo.

Y con relación a la última línea ya existen convenios firmados con organizaciones generadoras de cultura de paz como HuiPaz; Plataforma Sur; Redepaz y la Secretaría de Gobierno Departamental para ser parte operadora del Plan de Acción de la Paz en el Huila.

Conclusiones

El tanque de pensamiento “EDUCOPAZ”, en su proceso de construcción, se ha convertido en una propuesta innovadora, no solo por su inexistencia en esta zona del país, golpeada por el conflicto armado durante más de 50 años, sino porque se con esta iniciativa se ha generado un espacio para la reflexión de todos los actores sociales, al tiempo de empezar a identificar alternativas de solución que se conviertan en políticas públicas en el marco del proceso de paz que adelantado entre las FARC y el Gobierno Nacional, transversalizadas por los tres ejes o líneas de trabajo: La Educación y Emprendimiento Social Solidario; La Comunicación y Desarrollo Tecnológico y el Posconflicto como proceso sustantivo en la construcción de Paz.

Si bien es cierto que en los departamentos de Putumayo, Cauca, Caquetá y Huila se centró en los últimos 10 años el conflicto entre las FARC y el Gobierno Nacional, paradójicamente un buen número de municipios de estas regiones fueron excluidos de los beneficios de inversión prioritaria para generar ambientes de desarrollo y paz, situación que ha generado rechazo social, toda vez que es claro que la paz se construye desde las regiones y más si han sido golpeadas.

Aunque el conflicto entre las FARC y el Gobierno Nacional haya cesado, la inequidad y los problemas sociales continúan, lo cual espacios como EDUCOPAZ se convierten en prioridad ya sea como escenarios ideales para la reflexión y acabar con el centralismo, al tiempo de proponer proyectos de inversión social que reduzcan los indicadores de pobreza y desigualdad.

Por ahora EDUCOPAZ, emergen como un espacio para la formación y/o desarrollado capacitaciones en DD.HH. Muestra de ello fue el Simposio Internacional de Construcción de Paz, Apropiación Social de los Derechos Humanos y Resolución Alternativa de Conflictos, dirigido por la Universidad Cooperativa de Colombia, Campus Neiva, Institución de Educación Superior donde nace EDUCOPAZ, y la ONU. Así mismo, se han constituido alianzas estratégicas con el Diario La Nación, medio de mayor circulación del Huila; con el Círculo de Periodistas del Huila (C.P.H) y la ACORD. Además, se diseñó la Cátedra del Amor, buscando, desde los procesos comunicativos alternativos, generar ambientes de amor, reconocimiento, reconciliación y perdón entre las víctimas, victimarios y no víctimas del conflicto armado colombiano, mediante acciones de intervención pedagógica y participación comunitaria que permitan la construcción de las bases de la felicidad factor fundamental para la construcción de paz.

Así mismo ya existen convenios firmados con organizaciones generadoras de cultura de paz como HuiPaz; Plataforma Sur; Redepaz y la Secretaría de Gobierno Departamental para ser parte operadora del Plan de Acción de la Paz en el Huila.

Referencias

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