
El diálogo – Capítulo 2 – El evangelio de la creación
Preguntas para la reflexión:
El segundo capítulo de la encíclica inicia con una pregunta pertinente: “¿Por qué incluir en este documento, dirigido a todas las personas de buena voluntad, un capítulo referido a convicciones creyentes?” (No. 62).
La respuesta se empieza a visualizar en cuando se entiende al ser humano que se esconde detrás del texto, con su experiencia y su formación. Un hombre que creció y vivió en un ambiente donde la religiosidad es importante, pero donde la diversidad es generosa.
Un papa latinoamericano que está convencido de la importancia de un cambio cualitativo entre el hombre y la naturaleza en donde “si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje” (No. 63).
Luego de leer este segundo capítulo de la encíclica y ver el video, independientemente de nuestra confesión de fe, ¿cómo podemos entender este llamado que hace Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza? ¿Crees que practicar una religión debería ayudarnos a reflejar mejor esa armonía en nuestras vidas, como creyentes, ciudadanos, trabajadores y consumidores?
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Diálogos:
- El llamado para la reflexión
- El llamado – Introducción
- Ver – Capítulo 1 – Lo que está le pasando a nuestra casa
- Juzgar – Capítulo 2 – El evangelio de la creación
- Juzgar – Capítulo 3 – Raíz humana de la crisis ecológica
- Juzgar – Capítulo 4 – Una ecología Integral
- Actuar
Entre nosotros y el medio ambiente debe existir una relación de mutuo beneficio, es decir, nosotros tenemos que cuidar del ambiente a cambio de todo lo que éste nos brinda; al cuidar nuestro ecosistema estamos asegurando nuestro futuro debido a que, si por el contrario, seguimos destruyendo nuestra ‘casa común’, acabaremos con todo y todos.
Respecto a la religión, considero que no es necesario profesar una para cuidar del medio ambiente, sin embargo, éstas deberían incitar a sus creyentes a hacerlo.
El Papa nos demuestra la importancia del evangelio en toda esta problemática.A pesar de que en ciertos ámbitos políticos y de pensamiento se rechaza la idea de un Creador o se la considera irrelevante, relegando las creencias religiosas al ámbito de lo irracional o de una mera subcultura tolerada, es importante reconocer que la ciencia y la religión ofrecen diferentes aproximaciones a la realidad que pueden enriquecerse mutuamente. Las religiones poseen una riqueza de perspectivas y valores que pueden contribuir significativamente a una ecología integral y al desarrollo pleno de la humanidad. Al abrir un diálogo intenso y productivo entre la ciencia y la religión, se pueden encontrar puntos de convergencia que fortalezcan los esfuerzos por abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrenta nuestro mundo.
En esta parte del diálogo, me gustaría comentar sobre el capítulo 2, referente al evangelio de la creación, y la raíz humana de la crisis ecológica.
El capítulo 2 de la Encíclica cuestiona cómo ofrecer una solución. Este capítulo se refiere al Evangelio de la Creación, la luz que ofrece la fe, la sabiduría de los relatos bíblicos, el misterio del universo, el mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado, una comunidad universal, el destino común de los bienes, y la mirada de Jesús. El Papa propone volver a la fuente desde dos miradas, la teológica y la científica. La primera presenta el evangelio de la creación y la segunda, la raíz humana de la crisis ecológica. Cuando se leen los textos se ve como los avances tecnológicos han dado lugar a antagonismos sin precedente por el abuso de la naturaleza. Se exige plantear nuevamente cómo se debe relacionar el hombre con la tierra misma.
Me parece muy interesante cómo el numeral 63 plantea que si tenemos en cuenta la complejidad de la crisis ecológica y sus múltiples causas, deberíamos reconocer que las soluciones no pueden llegar desde un único modo de interpretar y trasformar la realidad. Es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, el arte y la poesía, la vida interior y la espiritualidad.
El numeral 68 realiza un análisis sobre la responsabilidad ante una tierra que es de Dios y que implica que el ser humano, dotado de inteligencia, debe respetar las leyes no sólo creadas por los hombres, sino aquellas de la naturaleza y las leyes dedicadas a determinar el equilibrio entre los seres del mundo porque “él lo ordenó y fueron creados, él los fijó por siempre, por los siglos, y les dio una ley que nunca pasará”.
Es por eso muy interesante afirmar que cuando insistimos en decir que el ser humano es imagen de Dios, eso no debería llevarnos a olvidar que cada criatura tiene una función y ninguna es superflua. Por eso desde el numeral 93 del segundo capítulo, que trata sobre el destino común de los bienes, afirma que hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos. Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, porque Dios creó el mundo para todos.
Por consiguiente, todo planteamiento ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales más postergados.
Me gustaría responder varias preguntas que el miso capítulo realiza. Así, creo que, desde mi perspectiva religiosa y mi fe, no es posible diferenciar la naturaleza y la creación, desde un punto de vista práctico. La creación es lo que Dios nos regaló a los humanos para poder habitar esta tierra, y es de nuestra responsabilidad su conservación, y lo que destruimos con todas las acciones industriales y sociales es lo que Dios entregó en la creación.
Mi práctica de fe busca lograr muchas soluciones. Por ejemplo, evito comprar ropa de la que he denominado en algún otro comentario, ropa rápida. Soy una compradora consiente. Compro ropa usada, porque considero que quien ya utilizó algo y lo desecha, muchas veces es porque ya no lo quiere, pero no porque sea inútil. Adicionalmente, evito comprar en tiendas de bajo costo que apuntan a vender en cantidades alarmantes y a bajo costo, porque considero que puedo comprar de forma consiente, en tiendas cuyos químicos no son dañinos.
Creo que el hecho de practicar una religión le enseña al creyente a a que a partir del amor que le debe al Creador actúe en sus relaciones con los demás seres humanos y con la naturaleza. Es en ese agradecimiento al Padre lo que permite entender que el rol del ser humano no es como dominador sino como protector de todo aquello que el Creador le ha otorgado, por ende por medio de esta lógica los seres humanos podriamos abandonar esa pretensión de acaparar y sobrepasar todo aquello que es débil y requiere de protección. Por otro lado, me agradó mucho la idea de que por medio de las escrituras la iglesia le dé un lugar a la diversidad y a la diferencia no como desigualdad ni como una forma de establecer poder unos sobre otros sino como complementarios a ese gran sistema que el Creador organizó de forma perfecta y por lo tanto todos los elementos en la naturaleza deben ser amados y apreciados en su diferencia. Creo que este enfoque que parte del amor y que considera la diferencia no como algo negativo podria cambiar la perspectiva con la que nos relacionamos con la naturaleza y con nuestro entorno social.
Deseo traer a colación mi experiencia religiosa que me parece realmente importante para responder a la cuestión de este apartado. Si bien, nunca he estado de acuerdo con distintos actos que ejerce la iglesia ni con algunos apartados de la biblia. Sin embargo creo en Dios, es su creación perfecta de las cosas, en su bondad e infinito amor por todos los seres vivos, y por lo tanto mi convicción en él la concentro en los buenos actos que realizo a diario. No voy a misa, no leo la biblia, no rezo pero sí intento actuar de forma adecuada en todo momento y de esta manera demuestro mi amor por Dios. Así mismo pienso que muchas personas dicen venerar a Dios, van a la iglesia, rezan muy a menudo pero cuando dejan de hacerlo, cometen actos violentos, roban, juzgan y dañan el planeta. Debido a lo anterior, si estoy de acuerdo con que las creencias religiosas ayudan en cuanto a la consciencia de y persuasión sobre el daño que hemos cometido y los actos que debemos ejercer, pero pienso que el principal problema está en el egoísmo del que estamos contaminados, de la avaricia, de la ambición y de la visión que tenemos de vernos como dominantes frente a los recursos y seres que nos rodean. La solución no está en los rezos, en las eucaristía como tal, ni en las palabras de agradecimiento a Dios. La solución la evidenciamos en los actos de amor pequeños o grandes que ejercemos a diario con el planeta, con nuestra familia, con nuestros vecinos, con el menos favorecido y con nosotros mismos.
El llamado que hace Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza, puede ser entendido como un acuerdo entre creyente y no creyentes,
en cuanto a que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos.
La armonía surge de la comprensión del hecho de que los demás seres vivos no son meros objetos sometidos a la arbitraria dominación humana; surge de una visión “de amor” en donde consideramos a la naturaleza parte integral de la creación de Dios y no únicamente como objeto de provecho y de interés.
Las desigualdades, injusticias y la violencia se han generado en el mundo, porque los recursos pasan a ser del que tiene más poder. El ideal de armonía, de justicia, de fraternidad y de paz que propone Jesús está en entender que “ninguna criatura se basta a sí misma, que no existen sino en dependencia unas de otras, para complementarse y servirse mutuamente”.
Considerando esto me gustaría traer a colación una frase dicha por Chaplin en la película el gran dictador: “El reino de dios esta en todos los hombres, no un solo hombre, ni un grupo de hombres, sino en todos los hombres”, Con esto me gustaría agregar que, si bien el papa Francisco no ha sido el primero en evidenciar esta problemática o el primero en hacer un llamado al dialogo para proteger nuestra casa en común, si ha hecho algo que es novedoso y se trata de, evidenciar, desde el ámbito religioso, que en las propias escrituras se nos indica que no somos los dueños del mundo, sino mas bien sus guardianes, y como guardianes debemos velar por el seguridad de este “reino”, sin embargo hemos pasado mas tiempo intentando acabar los unos con los otros, que colaborando para evitar nuestra propia destrucción y la de todos quienes nos rodean, plantas, animales, insectos, etc.
Debemos apoyarnos en ellos para subsistir, más no sobre ellos, esto implica el no explotarlos y/o acabar con su existencia por que nos generen incomodidad.
Debemos comprender que no estamos solos, que somos parte de un sistema que pierde el equilibrio cada vez que una especie o recurso desaparece. Por lo tanto, es necesario que entendamos que cada decisión y acción que tomamos afectara a nuestro planeta tierra, las especies y ecosistemas que lo conforman.
Ya que todo esta conectado, es necesario que vivíamos en armonía con los otros seres humanos y las demás especies por que tenemos que pensar en las futuras generaciones, que ellos deben conocer la riqueza natural con la que nosotros crecimos.
Seamos o no religiosos, hay que ser coherentes con nuestras acciones. Ya no es una condición si queremos o no cuidar la tierra. Es necesario y tenemos que preservarla y cambiar el mundo ya sea desde la religión, la ciencia u otras ramas. El caso es que impactemos de forma positiva con el fin de construir un mejor mundo del que puedan hacer provecho las futuras generaciones.
Personalmente considero que si hay una fuerte relación entre la religión y las actitudes del ser humano.
Nosotros los cristianos, sabemos y reconocemos a Dios como un ser creador, que nos ha bridado la naturaleza como un medio para sobrevivir.
Tener una armonía con las demás personas y con la naturaleza, es respetarnos como personas y respetar la sociedad, aprender a aceptar las diferencias, escuchar el grito de la naturaleza, y no creer que somos los dueños de ella ni creer tener la capacidad para destruirla.
Definitivamente si considero que practicar una religión debería ayudarnos a vivir en armonía, pues reconocemos que todos somos hermanos y que debemos respetarnos, pues indudablemente necesitamos de todos para vivir, somos un ser de sociedad.
Al reconocer que tenemos un ser supremo, sabemos que todo lo que tenemos es prestado y debemos cuidarlo.
En mi opinión el llamado que hace el papa Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza hace referencia a respetar, cuidar, proteger y velar por su bienestar.
Aceptando en el caso de las sociedades las diferencias que puedan existir entre individuos, reconociéndonos como personas que pensamos, sentimos y actuamos diferente.
El respeto por la naturaleza ha generado una crisis medioambiental demasiado grande, pues como humanos y teniendo en cuenta su naturaleza, la hemos destruido, pensando y considerándonos como su dueño; y no hemos sido conscientes de que el único dueño de la naturaleza es Dios. Él nos ha permitido disfrutar de la naturaleza y obtener a partir de ella, herramientas para nuestra sobrevivencia.
Sin embargo, creemos que tenemos la capacidad de dañarla.
En este sentido, considero que hay una fuerte relación entre la naturaleza, nuestro Dios creador y las creencias, puesto que todo el que considere la existencia de Dios como un ser supremo se daría cuenta que debemos respetar todo lo que ha sido creado por Dios.
Estamos llamado a respetar a los demás por medio de nuestras creencias, pues estamos convencidos de que Dios vigila nuestro actuar con los que nos rodean.
Considero que la manera como el ser humano se relaciona con el mundo es el reflejo de la forma como éste se relaciona con Dios. Actualmente existe una ruptura muy profunda entre Dios, hombre y naturaleza y es muy importante que desde nuestra creencia tratemos de dar armonía a todo el sistema, pues todo es creación de Dios y por ello debemos admirar, respetar y cuidar no solo a nuestros semejantes sino a todos lo que nos rodea, es nuestro compromiso con la Fe. Personalmente me duele ver la indiferencia por el sufrimiento del medio ambiente y de las otras personas, nos cuesta darnos cuenta que cualquier daño en el otro sea ser vivo o algo de la creación tarde o temprano nos afectara también a nosotros, pues para dios somos solo uno unidos estrechamente
Considero que una parte de nuestra esencia está definida por nuestra espiritualidad y es esta la que de alguna manera rige nuestras acciones porque sale de lo más profundo de nuestro ser, no me refiero a espiritualidad como religión únicamente, pero es importante cultivar esta relación espiritual con uno mismo para que se vea reflejada en la relación con nuestro entorno y todos los seres que hacen parte de este, considero que como el amor, la armonía nace desde adentro y si no hay una armonía interior no existirá una exterior, por esta razón es vital practicar constante ya sea una religión o no que nos permita estar en contacto con nuestra espiritualidad y nos lleve a trascender.
Como se dice en los capitols anteriores, todo está conectado. Al estar todo conectado hay una armonía implícita la cual lleva todo a un estado neutral. Nosotros, que nos consideramos seres superiores, y se puede decir que en ciertos aspectos sí, olvidamos que el planeta es compartido, que este mundo, a pesar de que somos seres de una inteligencia humana y no animal, compartimos el mundo con otras criaturas que necesitan un hogar, que necesitan comida y que tienen familia. Una vez mas el aire de superioridad nos obliga a destruir, pensando que todo tiene solución con lo científico pero olvidando que hay situaciones transcendentales y humanas a las que la ciencia no ha podido dar respuesta todavía.
Yo creo que el hecho de practicar una religión no necesariamente conlleva a la concientización sobre la convivencia armoniosa entre personas y naturaleza pues, a excepción de algunas religiones, la mayoría no llegan a involucrarse mucho en el tema ecológico o no le dan la suficiente importancia al tema como para transmitir un mensaje claro a sus creyentes sobre los actuales problemas ecológicos y lo que ellos pueden hacer para cuidar la creación. Yo pienso que si la religión no ayuda a sensibilizar y a tocar el corazón de las personas mostrándoles cómo la naturaleza está desgarrándose poco a poco debido, mayormente, a nuestras acciones, no se verá una real influencia.
Por lo que he visto en el curso, la mentalidad ecologista surgió en un contexto que no estaba relacionado directamente con las religiones, sino con un cambio de mentalidad que abandonaba el antropocentrismo moderno de corte capitalista y consumista, para preocuparse de las consecuencias de esa mentalidad sobre el medio ambiente y sobre el futuro de la raza humana.
Sin embargo, y mirando lo que fue el magisterio de Pablo VI y de Juan Pablo II que ve la naturaleza como creación y don de Dios que ha sido puesta bajo la responsabilidad del ser humano para que la proteja y la cuide, pienso que las religiones tienen aportes muy valiosos que dar en el campo del compromiso humano con el medio ambiente y con los demás. Si hay algo que es valioso en las religiones es que al reflexionar sobre Dios nos llevan a tener compromisos concretos con los demás (incluyendo la naturaleza y las futuras generaciones) más allá de los intereses y límites que tenemos como individuos.
Yo creo que, en primer lugar, el ser humano debe considerarse primordialmente desde su condición de ser vivo, es decir, que no debe olvidar que él pertenece a la naturaleza, que nació de ella, y en ninguna forma debe dominar sobre ella. el ser humano hace parte de una comunidad que debe trabajar unida, y no debe olvidarse del otro. Como cualquier ser vivo necesitamos de la naturaleza para sobrevivir, por lo que es bastante tonto dañarla o generarle algún prejuicio. La relación con la religión establece un conjunto de valores y principios que homogenizan, que presenta un argumento para cuidar lo que tenemos en favor de un Dios; la religión nos ubica como seres iguales bajo la supremacía de algo superior, lo que implica que no deberíamos poder hacer lo que queremos con lo que se nos ha ofrecido.
El problema que plantea la crisis ecológica es multidisciplinario tanto en sus causas como sus consecuencias. La ciencia y la religión no son necesariamente excluyentes, y ambas están implicadas en tareas muy importantes para reconstituir los valores sociales y dar un giro a la crisis que se presenta actualmente a nivel ambiental. Las diversas riquezas culturales de todo el mundo contribuyen para afrontar desde varios puntos y perspectivas el problema, generando diferentes visiones fructíferas para su solución. Al juzgar los problemas de la naturaleza, se debe tener en cuenta las diferentes dimensiones que tenemos para solucionarlos.
Si bien las religiones nos pueden dar pautas para el comportamiento, creo que no son siempre la única herramienta que podemos utilizar para reflejar la armonía en nuestras vidas. El hecho de crear armonía con los demás parte de la personalidad, el pensamiento, la forma de ser y los valores que se hayan adquirido tanto en la crianza como a lo largo de la vida.
En éste capítulo el Papa Francisco nos recuerda el deber que tenemos todos de cuidar la naturaleza, por la interdependencia existente entre todas las criaturas y porque todo tiene un destino universal. Por esto, debemos desde donde nos encontremos luchar contra la inequidad,ya que no es justificable que mientras existen personas que se encuentran en la miseria, otras en su afán de acumular, no sepan qué hacer con lo que poseen.
La armonía con las demás personas y la naturaleza es un llamado que debemos no sólo escuchar sino llevar a la práctica y esto sólo será así, si reducimos el consumismo acelerado que nos exige una sociedad donde los valores morales y la ética se han dejado a un lado, donde se privilegia el cuánto tienes, cuánto vales; si empezamos a preocuparnos por los demás, en la medida de nuestras posibilidades, si en lugar de desperdiciar la comida, la compartimos, si utilizamos el agua racionalmente, si reciclamos, porque sólo colocando nuestro granito de arena podremos ir transformando las desigualdades, injusticia, violencia, la destrucción de la naturaleza por respeto, armonía y justicia.
En Colombia, la mayoría somos católicos, pero el grave problema de nosotros es que nos contentamos con cumplir con algunos preceptos, pero se nos olvida el fundamental, que es seguir el ejemplo de Jesús, quien no sólo respetó la naturaleza sino que siempre tuvo presente al prójimo. Lo importante no es practicar o no una religión, lo primordial es que privilegiemos la justicia, la fraternidad, teniendo conciencia de que todos fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, por lo tanto, todos somos iguales, nadie es superior a nadie, que el mundo se nos entregó para cuidarlo,no para explotarlo indiscriminadamente y que sólo una parte de la humanidad se aproveche de estos recursos y la otra parte sea privado de estos. Por esta razón el Santo Padre hace un llamado no sólo a los cristianos, sino a todos los seres humanos, porque pertenezcamos o no a una religión determinada, todos somos afectados por el uso indiscriminado e irracional de la naturaleza.
La práctica de una religión considero si ayuda a reflejar la armonía en nuestras vidas ya que hablando sobre la naturaleza, el ser creyentes implica reconocer al Padre Creador de todo lo que nos rodea, de todas las especies animales o vegetales y de los demás seres humanos con los cuales nos relacionamos día a día. Por ello, al reconocer esto entendemos que es necesario guardar relaciones sanas y equilibradas, ya que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales: la relación con Dios, el prójimo y con la tierra. De esta manera si guardamos una buena relación con las demás personas a su vez lograríamos hacer crecer conciencia sobre la responsabilidad que nos ha dado el Creador sobre el cuidado y mantenimiento de la naturaleza y para comprender cómo la tierra es una herencia común para todos.
Si bien, practicar una religión puede ayudarnos a reflejar mejor esa armonía en nuestras vidas, como creyentes, ciudadanos, trabajadores y consumidores, no debe depender de una religión el hecho de que debamos llegar a tener esa armonía en nuestras vidas. El papa en este segundo capítulo habla de la postura de la religión cristiana frente al papel del ser humano en este mundo el cual es cuidar y aportar al desarrollo de la naturaleza. Sin embargo, las postura del ser humano se ha interpretado mal, pues el ser humano ha desarrollado comportamientos en donde cree tener poder absoluto sobre la tierra y este tipo de comportamiento es lo que ha hecho que el ser humano explote de manera indiscriminada los recursos naturales. La religión nos hace ver que el papel del ser humano en la tierra es sumamente diferente, pero no debe depender de una religión el hecho de ser conscientes de nuestra posición en la tierra, nuestro egocentrismo nos ha llevado a tener actitudes dominantes frente a otras criaturas y en general sobre la tierra y en eso coinciden distintas lineas de pensamiento.
Siempre se ha visto a la religión y la ciencia como 2 lados totalmente opuestos, los cuales exponen argumentos contradictorios entre sí, sin embargo aunque tanto la ciencia como religión aportan diferentes puntos de vista de la realidad, ambas pueden interactuar entre sí, generando diálogos productivos para ambas partes. Esta relación toma mayor importancia frente al propósito de construir una ecología, donde ninguna rama sea de la ciencia o de la religión puede dejarse a un lado. Es en esta parte donde la religión juega un papel fundamental en la preservación del reino creado por Dios, ya que es aquí donde los cristianos redescubren que sus deberes con la naturaleza hacen parte de los designios de su creador, recalcando que la existencia humana se basa en 3 pilares: la relación con Dios, con el prójimo y con la naturaleza, pilares que con el paso del tiempo han sido olvidados gracias a la impulsividad del ser humano en favorecer los avances tecnológicos a costa de un mal uso de los bienes suministrados por Dios, dejando atrás las obligaciones como labrador y cuidador de la tierra y tomando un papel de un “ ser todo poderoso, dueño de todo”. Es aquí donde debemos volver a recordar nuestro papel en la tierra, recalcando que aunque somos los encargados de vigilar y dirigir el reino que Dios creo para nosotros, los demás seres que habitan en el no son objetos de los cuales podemos predisponer a nuestro antojo, sino al contrario cada uno es una creación y obra de arte fabricada por el Creador y por lo tanto merece también nuestro respeto y cuidado. Por tal motivo, es necesario que la iglesia recalque el papel fundamental que como cristianos tenemos en esta problemática actual, donde se comunica la existencia de Dios como ser creador y por lo tanto estamos regidos por sus normas hacia el prójimo y hacia la naturaleza, recordando que no solo es proteger a la naturaleza sino que al mismo tiempo al ser humano se protege de si mismo.
El Papa Francisco hace un llamado a vivir en armonía y menciona que para esto es necesario “acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesía, a la vida interior y a la espiritualidad” también alusión a que la creación supone reconocer un Dios creador todopoderoso, quien amorosa y libremente decidió crear el mundo.
El papá Francisco nos enseña que si un sujeto tiene la capacidad de proteger y desarrollar las potencialidades de la naturaleza se entenderá a sí mismo, puesto que la existencia humana se basa en tres aspectos fundamentales que se conectan entre sí, que son la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra.
En las últimas décadas el desarrollo urbano se ha incrementado de manera exorbitante a nivel mundial, devastando bosques cuerpos de agua, lagos, ríos y millares de hectáreas de zonas verdes, en pro del mejoramiento de las ciudades y el estilo de vida humana. De esta manera se han destruido miles de hábitats, ecosistemas y organismos vivos, que difícilmente se recuperarán, o que en el peor de los casos se han perdido para siempre. A raíz de este fenómeno se han creado diferentes movimientos ecologistas que van de la mano con la vocación teológica y el evangelio y como cristianos entender nuestro papel como entes protectores de toda la vida y hábitats sobre la tierra. Por consiguiente se debe crear un balance entre ciencia y teología, donde se respete su creación como regalo divino y nosotros su protectores a través del conocimiento.
Practicar una religion nos ayuda a reflejar mejor esa armonia en nuestras vidas y con la naturaleza , prueba de ello es que si el solo hecho de ser humanos mueve a las personas a cuidar el ambiente del cual forman parte, los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador forman parte de su fe. Por eso es un bien para la humanidad y para el mundo que los creyentes reconozcamos mejor los compromisos ecológicos que brotan de las convicciones cristianas. La sabiduría de los retratos bíblicos donde se expresa que cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras. Los escritos de los profetas invitan a recobrar la fortaleza en los momentos difíciles contemplando al Dios poderoso que creó el universo y de ese modo pone en su en su lugar al ser humano, y acaba con su pretensión de ser un dominador absoluto de la tierra, se vuelve a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo el ser humano tenderá siempre a querer imponer a la realidad sus propias leyes e intereses. La fe nos permite interpretar el sentido y la belleza misteriosa de lo que acontece.
La mejor manera de poner en su lugar al ser humano, y de acabar con su pretensión de ser un dominador absoluto de la tierra, es volver a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo el ser humano tenderá siempre a querer imponer a la realidad sus propias leyes e intereses.
Este capitulo nos plantea como el mundo a dejado de lado su origen su creación, y se a dejado convencer de que la felicidad se da solo por cosas y momentos banales pasajeros, dentro de una sociedad consumista, egoísta y avariciososa, es por esto que con esta simple frase, Francisco, nos plantea una solución, regresar a nuestras bases, recordad que la creación fue dada por obra de Dios, y es el a quien le debemos todo, por ende no podemos seguir ciegos ante la injusticia y ante nuestra propia egoísmo consumista que destruye todo a su paso, pues hay que recordar que el mundo no nos pertenece, hay que recordar que vivimos en el por un momentico y tenemos que convivir en armonía con nosotros mismos, los torso y nuestro ambiente, por que de ser así, nada va a quedar.
El llamado que hace Francisco me parece que esta situado en un contexto donde es necesario tener conciencia y lazos de pertenencia frente a lo que esta pasando con el planeta hoy en día a mi forma de ver la postura que nosotros tengamos frente a los demás es la misma que tendremos hacia la naturaleza puesto que son dos factores en los que estamos en constante interacción. También se me hace valioso mencionar que debemos tener una mirada más amplia de la ecología en donde tengamos una participación mucho más activas.
Este llamado que nos hace el Papa lo podemos ver como una manera de concientización, ya que él en los diferentes apartados del capítulo nos está mostrando todo lo que es naturaleza para el ser humano y cómo nosotros no estamos valorando ni reflexionado el papel que ella tiene en nuestras vidas. Es por eso, que todas las personas tienen que reflejar esa concientización, sea creyente o no, porque esa es la tarea del ser humano, es la manera en como se le agradece a la madre naturaleza y si se pertenece a una religión su papel tiene que ser mucho mayor, porque muchas veces eso solo está en el discurso y en la práctica no se ve y la religión es una manera de llegar a muchas personas, donde juntas pueden realizar cambios en la casa común, ya que desde ahí empezó nuestra creación.
El papa nos invita a buscar una nueva mirada de como la tecnología nos lleva a abusar de la naturaleza, lo cual no empieza solo en como los avances de la tecnología han causado esto, si no que, como la relación que tiene el hombre con el mundo esta tan rota, que ha causado una crisis social y cultural debido a la falta de consciencia en ayudar al otro y en mantener una unión para ayudarnos entre si, así mismo si la existencia de dicha unión fuera posible podríamos pensar en sociedad una solución viable a todas las crisis que esta enfrentando el. En lo personal es mas necesaria una unión para el mundo que nos permita pensarnos a todos en común incluyendo el planeta y todo lo que lo conforma.
Me parece muy importante tener en cuenta lo que tiene por decir la religión a propósito del problema medio ambiental que estamos atravesando y es que independientemente del credo que se tenga siempre es importante ir hacia donde comenzaron las cosas, ir a la génesis de la creación de nuestra especie. Yo personalmente creo en lo que dice la biblia acerca de la creación y me parece muy importante hacer un análisis de que hemos entendido mal como especie que nos ha hecho caer en varios errores al momento de administrar los recursos que Dios nos dio.
En un primer momento creo que uno de los grandes problemas es creer que somos AMOS Y SEÑORES de la naturaleza, si bien Dios nos permitió utilizar de ella lo que necesitamos, esto no quiere decir que no debemos tener límites claros y es que no estamos llamados solo a usar lo que necesitamos, lo que es más importante, estamos llamados a cuidar lo que hay en ella. De ahí que entendamos que no somos mejor que otras especies y que toda la naturaleza alaba a Dios por ende hay que protegerla.
Por otro lado me parece importante la apreciación que hace el Papa cuando dice que debemos esta en una comunión universal con todos ya que no se trata de extremos, de dedicarnos solo a cuidar a la naturaleza y los seres que la habitan pero desinteresarse por los problemas de la humanidad, se trata de tener coherencia en lo que concierne a los dos temas.
Creo que entender la génesis de todo nos permite saber en dónde fue que nos equivocamos causando un pensamiento colectivo que en realidad no era el mensaje que Dios nos quería dejar como especie, por tal razón debemos renovar la conciencia colectiva de modo que dejemos de culpar a otros y nos responsabilicemos por el cuidado de nuestra casa común
– La invitación de Francisco es importante porque recuerda que todo está relacionado, que hacemos parte de una gran familia y que los seres humanos antes de sentirnos superiores, debemos corresponder al encargo de velar por el cuidado de lo creado.”Todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás.”
– Practicar una religión incluye la responsabilidad de conocerla, de conocer sus principios. Creo que es importante pasar de creer por tradición a creer por convicción, ese cambió favorecería el cuidado de las relaciones entre los seres humanos y con la tierra. En el caso del catolicismo hay muchas valores desconocidos, por ejemplo en el campo de la hermenéutica, que ayudarían al creyente a replantearse su papel en la creación,muchos siguen pensando que su lugar es de privilegio y de dominio, lo que les da el derecho a explotar y valerse de todo sin medida… de manera irresponsable.
Podemos entender el llamado de la armonía entre la naturaleza y las personas a través de la sabiduría de los relatos bíblicos. En donde estamos llamados a reconocer que ante los ojos de Dios todas las manifestaciones de vida tienen un valor y un propósito en la creación. Cómo Él nos dejó como administradores de su creación, nos ha unido estrechamente al mundo en el que habitamos y porque todo lo creo por amor, espera que de bajo ese amor nos relacionemos con el mundo y toda su creación.
El papa nos invita a vivir en armonía con nuestro entorno sin importar la religión que practiquemos, las personas deben saber que tienen un deber con la naturaleza y en general con el planeta y es respetarlo.
Es cierto que la tecnología nos ha facilitado la vida pero en la mayoría de veces, la tecnología descontrolada ha abusado fuertemente de la naturaleza. El papa nos enseña que debe haber un equilibrio entre ambas posiciones y que en vez de ser opuestas deben complementarse.
Vemos está comunión hombre-naturaleza cuando Francisco nos cuenta la historia del génesis, en donde el amor que Dios le tenia al hombre le permitió darnos una nueva oportunidad de querernos y estar en paz. Somos la imagen de Dios en la tierra, pero eso no significa que seamos semidioses si no que estamos llamados a promover la paz y la armonía.
La religión no es algo abstracto, es un estilo de vida. Es ella la que da un fundamento moral que rige la conducta de las personas en su relación consigo mismas, con los hermanos, con la naturaleza y con Dios.
En el caso nuestro como cristianos hay algunas interpretaciones de la Palabra que ha tergiversado el sentido de la relación hombre-naturaleza, pues ha interpretado el relato de la creación como una manera de legitimar el dominio del ser humano sobre ella. Algo que se aparta mucho de su sentido auténtico, pues Dios da al hombre una responsabilidad de cuidar y proteger, no el derecho de explotar y dañar a los demás seres.
Nuestras creencias como católicos deben llevarnos a reconocer en Dios el Padre y el origen de todo lo creado, para llegar a descubrir su presencia en lo que él mismo ha hecho. Por ende, llevarnos a comprometernos con el cuidado de su obra.
Creo que mas que practicar un religion o no, se debe es adoptar un estilo de vida apoyado en un mentalidad de igualdad y fraternalidad frente al otro y hacia la creacion. Si nos hacemos concientes como sociedad del designio original de nuestra relacion con la naturaleza podremos dar un paso hacia la restauracion de la tierra, en relacion con el Creador y con el hombre.
El llamado que hace el Papa Francisco es vivir en paz, vivir en un mundo lleno de armonía, de una u otra forma es hacer un acuerdo entre la naturaleza y la humanidad, es encontrar un vinculo entre creyentes y no creyentes. Se me hace fundamental que los seres humanos crean el algo, es decir que pertenezcan a alguna religión, debido que considero que la sociedad de hoy en día necesita limites, la religión nos invita a querer todo lo que nos rodea y comenzar a ver a los demás como un “alter”. Por otro lado, debemos cambiar la mentalidad de imponedores, ya que el rol del ser humano no es como dominador sino como protector de todo aquello que el creador le ha otorgado. Me llamo mucho la atención que durante toda la lectura el Papa quería transmitirnos que todos somos iguales, que dentro de las escrituras la iglesia le de un lugar a la diversidad, ya que considero que la solución de este problema es comenzar a darle mas importancia a bien común.
La vivencia de una religión implica unas creencias y valores de base que guían el actuar cotidiano de los creyentes. Por lo tanto esta sí debería contribuir en la armonía de las personas y un mejor comportamiento como ciudadanos y habitantes de la tierra. A su vez la religión y sus prácticas contribuyen a la difusión del mensaje de necesidad de cambio en el consumismo y aumento en la protección del medio ambiente. El llamado del Papa Francisco a vivir en armonía con el universo se fundamenta en que toda acción tiene una consecuencia en el ambiente en el que se vive por lo que debemos participar en el equilibrio entre nuestras actividades productivas y el uso de recursos ambientales para cuidar nuestra casa común.
Por supuesto que creer y practicar una religión, en especial la católica, debe ayudar a crear una vida en armonía con la naturaleza. Esto en vista de que el catolicismo profesa que el mundo y todo su contenido es creado por Dios y ha sido entregado al hombre para ser labrado y cuidado. En ese sentido, sería una falta de respeto para con Dios no cuidar la naturaleza por omisión y más gravemente aún hacerlo por acción.
Sin embargo es importante tener en cuenta que no todas las personas son creyentes, y que el argumento religioso no es suficiente para crear una conciencia universal en cuanto el cuidado de la naturaleza. Esto se debe a que estas personas no sentirán el deber moral y religioso de cuidar la naturaleza para respetar a un creador en el cual no creen.
Es por esto, que deben abarcarse otras disciplinas como la filosofía, la ética, la política, la educación y la economía para crear una conciencia y practica generalizada de un uso responsable de la naturaleza.
Desde el primer momento de abordar este capítulo me pareció una forma muy apropiada del Santo Padre, el asociar las religiones como una forma de sabiduría dado que esto genera un pensamiento incluyente en aquellas personas que no son creyentes de alguna de las mismas. La cuestión es simple, estés basado en la fe o en la razón, debes en ambos casos considerar todas las variables que influyen en el desarrollo cotidiano de la sociedad, por lo que ni la fe, ni la razón, pueden dejar de ser tenidas en cuenta a la hora de abordar la reflexión ecológica.
Considero que el Papa una vez mas es muy acertado, a la luz de las problemáticas medioambientales, reconoce que existe un lazo intimo entre todas las criaturas, por tanto todos somos una comunidad y nuestras acciones deben ser responsables con Dios, con el prójimo y con la tierra para lo que es necesaria una conciencia de la comunión universal, que considero es precaria ya que cada país e incluso grupo de personas suele actuar solo en beneficio propio, por lo que es necesario trabajar en desarrollarla y generar un ambiente de solidaridad entre todos.
La invitación que hace el papa Francisco a vivir con armonía con las demás personas y con la naturaleza se ve reflejado en el hecho de que todos habitamos una misma casa, y a pesar de ser o no ser creyente, tenemos el derecho de compartir los bienes y frutos que nos da la tierra con los demás y con la naturaleza, siendo una cuestión de igualdad y equidad. Ahora bien, desde mis perspectiva, considero que la religión vivida es un pilar importante para las personas creyentes para entender y mejorar dicha armonía, pues es a partir de la palabra que Dios hace explícito el papel del hombre en hacer uso de la tierra, pero igualmente en cuidar de ella, por esto pienso que las personas creyentes deben entender la religión como con una filosofía de vida que comprende en respetar las demás formas de vida.
Este capitulo nos muestra como la palabra de Dios incluso sin saber que iba a suceder en un futuro es precisa para evidenciar los dilemas morales y éticos que tenemos las mujeres y hombres hoy en dia. Todas nuestras actividades están impactando el medio ambiente, lo mismo que nuestras actitudes. La palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre la segunda haciéndonos caer en cuenta que todos hacemos parte de su creación que todos debemos tratarnos y respetarlos por igual ya que al fin somos seres vivos.
La invitación es para todos los seres humanos que hacemos parte de esta, nuestra casa común, debemos entenderla como un llamado a cambiar tanto la forma de pensar como el estilo de vida, entendiendo nuestra estrecha relación con la naturaleza para atender con urgencia las necesidades de la misma.
Practicar una religión implica que la persona guía su actuar con ciertas leyes en particular, que busca practicar a diario, las cuales de manera general van alineadas con una comunidad armoniosa y generosa que busca el bienestar de todos. De esta manera, el creyente que aplica debería ser un ejemplo de armonía, respeto y buena convivencia con sus hermanos, desde la persona mas humilde hasta el ser vivo mas pequeño.
Practicar una fe o determinada religión sirve para darle a todo hombre un sustento ético o un fundamento racional a su actuar. Sin desprestigiar a quienes no se identifican con alguna fe en particular, quien posee una fe que propende por el amor al prójimo, el respeto al entorno y la dignidad de las personas, enmarcará mucho más fácil su actuar hacia la materialización de dichos principios y tendrá así mismo un mayor compromiso y coherencia con lo que caracteriza su fe.
Sin embargo, esto lleva a cuestionarnos ¿realmente materializamos nuestra fe en nuestro diario vivir? Porque a veces, parece que ser cristiano, es algo que se queda sólo los domingos al momento de asistir a una reunión o a una eucaristía. El papa de alguna forma conmina a quienes creemos en La Palabra, a que analicemos sus mensajes y los llevemos a la práctica, y para quienes de alguna forma no creen en dicha Palabra, lo tomen como un mensaje desde otra perspectiva, igualmente válida, que de alguna forma puede contribuir al cambio de cosmovisión que nuestra sociedad necesita.
Francisco nos invita a vivir en armonia con las demas personas y con la naturaleza, creo que esta invitación la podemos entender en lograr un equilibrio en nuestros sentimientos y en nuestras acciones, se refiere a vivir en paz con nosotros mismo y con las personas que nos rodean, porque todos ante los ojos de Dios somos iguales, y como dice la biblia, ama a tu projimo como a ti mismo, algo que no practicamos mucho. En ocasiones como seres humanos tendemos a la guerra y al odio, lo que nos aleja de la armonia con la naturaleza y con los demas. El secreto en mi opinion es dejar de ser tan individualistas y empezar a pensar en grupo, entendiendo que lo que nosotros hagamos o lo que otros hagan van a terminar afectandonos a todos, por lo que en pocas palabras, toca conocer y comprender los valores que nuestros projimos expresan; solo así, lograremos vivir en paz, lo que se traduce en: felicidad, satisfacción y amor.
Tal como lo propone Francisco, estoy de acuerdo con que debemos interpretar la palabra desde dos miradas diferentes, la teologica y la cientifica, solo asi podremos entender la raiz humana de la crisis ecologica. Como seres humanos, tenemos que entender que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, es por esto, que como sere vivos dotados de inteligencia, debemos respetar las leyes de Dios y las leyes de la naturaleza, para asi mantener un equilibrio entre nosotros y los demas seres del mundo que Dios también creo.
Soy fiel creyente catolico, y estoy convencido que el practicar una religion, cualquiera que sea, nos da unos parametros claros sobre como vivir en el mundo y mantener relaciones con los demas seres humanos como con cualquier ser vivo o cosa que nos rodea. Las religiones nos establecen unos limites, basados en fundamentos morales que nos guian al camino de la verdad y la luz, dandonos pautas para el diario vivir. Si somos seguidores de una religion, y cumplimos con las doctrices que plantea tal religion, vamos a vivir una dinamica mucho mas moral, que nos ayuda a vivir en armonia con todo lo terrenal.
El llamado que hace Francisco a vivir en armonía con los demás y con la naturaleza se fundamenta en el respeto, el cuidado por los otros y el medio, y en el entender que la naturaleza no es una cuestión infinita si no que es algo finito que debemos preservar debido a que sus recursos proveen todo lo que necesitamos para nuestra existencia.
Creo firmemente que el practicar una religión no implica vivir en armonía con los demás y con la naturaleza a pesar de que los fundamentos de esta implican estar en armonía con nosotros mismos, con los demás y con el medio que nos rodea. Considero que, si las religiones hicieran un poco más de énfasis en cuanto al cuidado de los otros y de la naturaleza, y no tanto en castigar las acciones no debidas, tal vez la concientización seria mayor.
En conclusión, si se tuviera en cuenta el fundamento real de las religiones, en este caso del catolicismo, ver a Dios como único creador; tal vez existiría un poco más de conciencia en lo que respecta a la humanidad y la naturaleza.
El valor por la diversidad es un elemento importante para vivir en armonía entre los demás seres humanos y con la naturaleza. Dios ha dotado al ser humano de dones y carismas que le permite reflejar y desarrollar la belleza de la creación. Ciertamente la interdisciplinariedad es una buena forma de crear armonía, donde se busque encontrar un <> entre las diferentes disciplinas, que puedan proponer y aportar desde su ciencia, medios para el cuidado ecológico. Hay que destacar que el ejercicio interdisciplinario crea armonía entre las personas que se unen hacia un mismo propósito y con la naturaleza, la cual es el objeto de estudio y administración como don de Dios.
Ahora bien, se debe expresar que el practicar una religión sí nos debe ayudar a vivir la armonía, ya que la religión nos religa, nos une, nos sintoniza, nos relaciona hacía un mismo objetivo, donde cada ser humano se hace partícipe desde su diversidad hacia una justa causa.
Pertenecer a una u otra religión no nos da la última verdad, pero si nos abre el camino a conocerla. Quienes participamos de la fe viva que nos dejó el Señor Jesús, estamos invitados a como él admirar y cuidad la Creación, ya que es un legado de nuestro Padre. Si bien es cierto, nosotros no somos los dueños de nada, pero sí tenemos una responsabilidad de administrar con responsabilidad los recursos que se nos fueron confiados.
A través de las religiones se nos enseñan doctrinas y modos de vida y ello debe aportar en gran medida al cuidado del medio ambiente, pues en la gran mayoría de religiones, se enseña sobre el cuidado, el amor, el respeto, etc. Los cristianos con más veras estamos llamados a valorar, cuidad y respetar los bienes que con amor el Creador nos dejó. Dañar o perturbar el proceso ecológico, iría en contra de los principios morales y en contra de las enseñanzas recibidas por el Maestro.
«Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación». Partiendo de esta frase del papa francisco en el numeral 89, considero que uno de las cosas que se nos olvidó es que somos parte de la creación. que a pesar que tenemos unas características muy peculiares que nos diferencian de la demás criaturas, debemos preguntarnos: ¿Quién es el hombre? ¿Por qué y para qué ha sido creado?
Sabemos por el Génesis que “Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó”. ¿es un ser más en medio de la naturaleza? ¿dónde está su alma?.
al respecto tenemos que decir que el el hombre ocupa un lugar único en la creación. el mismo Dios le ha dado las facultades de poner todo bajo su dominio. y de hecho es lo que el hombre ha hecho a los largo de los tiempo pero de una forma equivocada. en pocas palabras ocupó el lugar de Dios y tener la autonomía absoluta de todo lo que le rodea.
El catecismo de la Iglesia católica dice literalmente en su numeral 357: “Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar” esta respuesta también incluye su relación responsable con la creación.
Adán fue formado de tres partes principales: cuerpo, alma y espíritu. El cuerpo es la parte exterior que podemos ver del hombre. El alma es la parte interior del hombre y, que no se puede ver. El espíritu es la parte más íntima del hombre mediante el cual éste puede comunicarse con Dios. y esto es lo que hace que el hombre se relaciones de una manera genuina con todo lo que se encuentre al su lado. Sien embargo, esta última dimensión el hombre es la que todo hemos descuidad más. En él se haya la sabiduría de Dios que ilumina al hombre y le permite comprender la profundidad de sus actos.
Es el hombre, grande y admirable figura viviente, más precioso a los ojos de Dios que la creación entera; es el hombre, para él existen el cielo y la tierra y el mar y la totalidad de la creación, y Dios ha dado tanta importancia que lo puso al frente de la creación, so obra de amor dándole la garantía de la bondad. Sin embargo, ésta no ha hecho una reflexión profunda que le permita descubrir la magnitud de este voto de confianza que el mismo Dios ha puesto en sus manos.
Al final todos tenemos que comparecer ante el tribunal de Dios. Tenemos que entregar cuenta de nuestros actos y seguramente no vamos a salir con las actitudes del administrador sagaz, porque Dios no mira las apariencias sino el corazón del hombre. Corazón que hoy se ha corrompido por las ambiciones de hombre de que querer ser como Dios.
Vale la pena tener presente la evidente preocupación del Papa en este segundo capítulo, frente a la triste realidad expuesta en primer capítulo; el Papa busca en este apartado ofrecer una visión general para ayudar a todos los hombres independientemente de su fe, a descubrir su responsabilidad frente a la creación, que hoy reclama de todos acciones concretas para subsanar tanto daño causado a lo largo de la historia por la no preocupación de la conservación de todos los recursos que nos ha regalado Dios en la naturaleza; Por eso el Papa pone como punto de partida en este segundo capítulo, la Sagrada Escritura, el Evangelio de la creación, de esta manera los seres humanos podremos darnos cuenta de la relación inseparable con la creación y con las demás creaturas que se ha perdido por causa del pecado que fracciona el equilibrio que debe existir entre el hombre, con Dios, con el prójimo y con la naturaleza, en Jesús, es posible entender ese querer de Dios con la humanidad, con la naturaleza, “Dios quiso que en él residiera toda la Plenitud. Por él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz” (Cfr. Col 1,19-20).
La visión religiosa de la creación aporta un elemento fundante a lo que otras visiones sobre la creación conciben; y es la razón de ser y la finalidad de la creación. Precisamente lo religioso, cuando es verdadero, parte de la intencionalidad más allá de un simple hecho; preguntas como cuál es el sentido y el para qué de algo, ayudan a descubrir una realidad desde su ser y su existir. La apariencia de una realidad se limita por la categoría espacio-temporal, pero la intencionalidad expande y profundiza dicha realidad; es desde esta óptica que la religión puede dar sus gran aportes a la problemática que estamos viviendo y ayudar, desde unas convicciones y parámetros existenciales, a encontrar soluciones. Desde la experiencia de la fe un cristiano asumirá la creación como algo que le pertenece, mirará al otro como un igual, y se empeñará para que sus acciones redunden en bien de lo que le rodea y de los que le rodea. Ciertamente la Iglesia ha hecho mucho por el hombre y la mujer, por recuperar su dignidad y restablecer el orden social, pero debemos reconocer que nos han hecho falta más esfuerzos para motivar en la preservación de los recursos; o los que se han hecho, no tenido tanto eco y resonancia.
La fe y la razón, como decía el papa Juan Pablo II, son las dos alas para contemplar la verdad. Aquí no hay que buscar cual es mayor o más importante sino que las dos nos deben llevar a la vocación más bella que tiene el hombre en su existencia y es el encuentro con la verdad. De este modo advertimos que la Biblia no da lugar a un antropocentrismo despótico que se desentienda de las demás criaturas. Entonces cada criatura es objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el mundo. Por consiguiente, estamos llamados a comprender que nuestra generación esta invitada a vivir una ecología integral, a concebir el todo no ya la parte, y a no pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano. Esto lo puede lograr el hombre aprendiendo a tener la mirada de Jesús, él es el camino para llegar a la plena comunión, como lo decía San Pablo para que todas las cosas sean recapituladas en Cristo, solo así “se podría hablar de la prioridad del ser sobre el ser útil” n° 69.
La Ecología
La palabra Ecología, entendida como el tratado o el estudio sobre la casa, nos advierte que el planeta es la casa común, como la llama el Papa Francisco, la cual debemos amar como un verdadero regalo de Dios.
Para aquellos que no tienen fe, ciertamente no la ven como el regalo de un Dios en el que ellos no creen, pero deben admitir que es el lugar de todos, y ese es el punto en común.
El relato de la creación presentado en el libro del Génesis, nos muestra cómo el planeta no es producto del azar, sino de una inteligencia superior que “elaboró” el planeta con amor, pensando en todas las especies, pero de manera muy especial en el ser humano, pues, lo ha puesto como administrador de la casa como lo muestra el salmo número 8 (“…le diste el mando sobre la obra de tus manos”).
En el relato del diluvio universal, Dios salva a todas las especies, que son subidas a la barca por parejas, según la orden de Dios a Noé, y que hoy, también nosotros debemos buscar salvar a todas las especies, puesto que, sin ellas no nos salvamos nosotros.
Cada especie guarda en sí misma la huella de Dios, pues, tanta belleza en cada una de ellas, tanta magia, tanta sabiduría…Es por eso que debemos comprender lo sagrado que es el planeta, pues es un recinto de íntima comunión de Dios con las especies y entre ellas mismas.
Es el hombre que ha dañado esa íntima comunión, desde el mismo Adán, pero que, Dios ha querido restaurar y nos invita a ser unos restauradores con él.
Démonos a la tarea de restaurar el planeta, seamos restauradores del mismo daño que hemos hecho, que juntos salvaguardemos nuestra casa común con gran entusiasmo y acciones concretas…no importa si crees o no en Dios, es una responsabilidad de todos.
Quedo admirada por la profundidad de la Enciclica y espero que se pueda lograr este mensaje que nos trae
En mi opinión, una de las cosas en las que más debemos trabajar como seres humanos es entender que todas las criaturas sobre el planeta tienen un valor intrínseco por el hecho de existir, y por esto debemos dejar de pensar como utilitaristas con todo lo que nos rodea, ya que como se ha mencionado anteriormente en esta encíclica, el ser humano ha crecido con la creencia absurda de que los bienes naturales y todo lo que habita la tierra nos pertenece y por tanto podemos hacer uso indiscriminado de ella. En ese orden de ideas, para vivir en la armonía propuesta por el papa Francisco, el hombre debe dejar de pensar como uno solo y empezar a ver el amor de Dios en todo lo que le rodea, incluidas plantas, animales y bienes naturales; a grandes rasgos, la naturaleza.
Ahora bien, en cuanto a la religión, creo que no es necesario practicar una religión para cuidar de lo que nos rodea, sin embargo, si considero que una religión nos motiva y nos ayuda a cuidar de lo que nos rodea.
Esto de tal forma que el hecho de hacer parte de un conjunto de creencias, costumbres y normas, nos permite hallar un sentido más trascendental a lo que hacemos a diario y por esto mismo cuidar de la comunidad con la cual compartimos nuestra casa común.
El Papa invita a entendernos como un solo conjunto, el Planeta Tierra entero, estando todos unidos y siendo uno solo, para entender cómo todas nuestras acciones repercuten de una u otra manera en los demás seres que hacen parte de este mismo conjunto. Al entendernos como tal, se entra en un estado de conciencia donde la vida de todos los seres vivos se valora por igual, lo cual nos haría dejar la concepción actual de especismo y antropocentrismo con la que el hombre vive; así mismo, nos haría conscientes de la responsabilidad que tenemos de vivir una vida en armonía unos con otros (todos). Por lo tanto, la relación del hombre con la naturaleza no debe ser de explotación ni dominación, sino de cooperación.
El camino a esta liberación se basa en la triada dios (fe)-hombre-tierra, la cual nos guía a una vida en armonía y amor. El cambio debe estar motivado por el puro amor hacia todo lo creado, hacia toda criatura, y ese cambio comienza desde uno (para luego convertirse en muchos). Así, el Papa también habla de ser coherentes y que nuestros actos sean afines a lo que pensamos y decimos. Entre más leo esta encíclica, todo lo que postula el Papa se relaciona y está encaminado a la filosofía vegana, por lo que me cuestiono por qué el Papa produciendo la encíclica y hablando de la coherencia de actos rechazó la propuesta de una niña para que él se hiciera vegano y así, desde su ejemplo y acciones (más que palabras), combatir el cambio climático, la crisis ambiental, la crueldad animal y el especismo, que tanto dice que busca acabar.
Es evidente que el ser humano busca generar distinciones y conflictos entre todo aquello que lo rodea, y el caso ambiental no es la excepción; se suele creer que sólo hay un camino para “la verdad” (Ciencia o fe), y que sólo por uno de ellos se logrará buscar la solución a esta gran problemática, sin embargo, el Papa hace una propuesta a la humanidad, y es a no generar estas distinciones o brechas, y muy por el contrario, hace un llamado para trabar en conjunto, apoyarse unas con otras y así lograr cumplir el objetivo (Soluciones para la problemática). Y es de esta manera en la que se inicia un relato sobre lo mucho que aporta la fe en este cambio.
Para ello, inicia desde lo más importante, y es la absoluta relación existente entre Nosotros con Dios, con el prójimo y con la tierra; y como, a lo largo de las Escrituras, Dios nos revela ese camino para obrar de la mejor forma, borrando o anulando aquella creencia del hombre como un dominador negativo en la tierra, pues aunque Dios si dio poder a la humanidad sobre la creación, nunca fue con una intensión de doblegar a la naturaleza al hombre, sino que fuera este quien, con amor y dedicación cuidara de ella, y se sirviera (Siempre respetando los demás seres) para su supervivencia, siendo una relación recíproca.
A partir de ello, y entendiendo la igualdad de condiciones en la que estamos, seres humanos con la naturaleza, el Papa también hace un llamado a la coherencia y rectitud del hombre, de manera que, el pensar y actuar estén relacionados, que se busque, realmente un bien común, y no se llene de “parches” ese actuar, es decir, no se puede ser bueno con los animales, pero malo con las personas que están alrededor; es necesaria la coherencia en la vida del hombre.
Así pues, es evidente la necesidad de reflexionar sobre este mensaje que trae el Papa, y es necesario que como sociedad iniciemos a trabajar en equipo, dejando de lado resentimientos, rencillas o distinciones; todos ocupamos una misma casa, la “casa común” y todos debemos trabajar en pro de ella.
Luego de leer este capítulo queda claro cómo la crisis ambiental es una problemática que nos afecta a todos por igual, independientemente de la creencia o de si se pertenece a una religión.
Indistintamente de si se cree que todo fue creado por Dios, es claro como existe una relación de dependencia entre el ser humano y la naturaleza, por lo que es imprescindible adoptar una cultura de cuidado de la misma con el propósito de mitigar el daño que ya se ha realizado y de asegurar un mejor futuro para las generaciones venideras.
El participar en una religión debería permitirle al ser humano establecer una relación espiritual con la naturaleza, viéndola como parte de la creación de Dios, la cual debe alabar y cuidar. De esta forma, no sólo se protege la creación del todopoderoso sino que se cuida al prójimo que depende de la naturaleza.
Ante lo expuesto en el capítulo 2 podemos ver cómo se critican los avances tecnológicos en cuanto estos no sólo nos han traído cosas positivas sino también han contribuido en cierto modo a crear varios problemas de esta enorme crisis ecológica. De tal manera ante lo anterior la encíclica busca que se replanteen los modos en cómo el hombre se relaciona entre sí y con el mundo mediante las tecnologías, ya que su excesivo abuso ha incrementado esta situación. Aún así en lo personal, no me encuentro de acuerdo con el hecho de que se deba replantear el modo en como el hombre se deba relacionar con el mundo, esto por el hecho que hoy en día la solución expresada en muy utópica en cuanto a que a estas alturas no se le puede exigir al hombre tal desprendimiento de las tecnologías, por lo que estas son parte del día a día del hombre, y siento que de hecho podrían ser herramientas útiles en la lucha para la protección y mejoramiento del medio ambiente, de tal manera lo que se debe de buscar es como poder utilizar las tecnologías en pro de mejorar esta situación puesto que replantear el estilo de vida del entero mundo es un cambio que es muy utópico y no siento que es la solución adecuada.
El llamado que hace el Papa Francisco sobre sobre la comunión entre seres humanos y naturaleza se puede ver, así como se planteaba en el capítulo 2 de la encíclica, como la unión entre diversas riquezas culturales, pensamientos y opiniones en el que se dialogue sobre la importancia tan grande que tiene la buena relación entre el ser humano y la naturaleza. Es importante cuidar nuestro espacio y cuidarnos los unos a los otros. Este capítulo nos invita a eso. A integrarnos en uno la naturaleza con el hombre. Al fin y al cabo, venimos de ella. Todos, claramente, tenemos una función, un valor y un significado. Por eso estamos en este mundo. De ahí el que sea fundamental preservar a las criaturas de la naturaleza. Sin ellas, la Tierra tendría un vacío irreparable. Pienso que no es necesario seguir una religión para estar en armonía con el medio ambiente. Para eso, desde mi punto de vista, lo que se necesita es que las personas lleguen a un máximo de conciencia y reflexión sobre sí mismos y sobre el lugar en el que habitan. De esta manera, independientemente de que se encuentren en un mismo lugar personas de diferentes religiones, se podrá llevar a cabo un diálogo tranquilo y nutritivo sobre la crisis del medio ambiente, dado que todos estarían dispuestos al cambio.
Para mi, lo más importante de todo lo leído hasta el momento es cuando el papa Francisco hace un llamado a todos nosotros a tratar de vivir en armonía tanto como con nuestro contexto (la naturaleza, medio ambiente) como con las personas que nos rodean. Cuando el habla de vivir en armonía claramente se refiere (según yo) a tener amor por los dos escenarios, y al tener amor, lo cuidamos, lo protegemos, hacemos lo posible para que esté bien; así que eso es lo que debemos hacer con nuestra naturaleza, y claramente, con las personas que nos rodean, reconociendo y aceptando con amor que todos pensamos diferente.
En este punto quisiera referirme a los diferentes enfoques que propone el sumo pintifice para aproximarse a la problematica ecologica. Con la llegada de la tecnificaciony la industralizacion la humanidad ha puesto ciegamente su confiansa en las ciencias. La exactitud, numeros y datos ha generado un grado aparente de certeza que nos ha invicivilizado como sociedad, volviendonos numeros ausentes y agenos a lo que realmente sucede a nuestro al rededor. Esto, afecta la naturaleza ya que pasa a ser un elemento mas del capital, a ser un recurso cuantificable al cual se desnatualiza y revierte de su esencia. En ese sentido, la propuesta del Santo Padre de complementar la ciencia con otros saberes es sumanente pertinente. El comprender como una comunidad ve al boseque, como un pescador siente al rio, como un campesino escucha la tierra, podria ser util para proponer un analisis integral y propuestas pertinentes, no surgidas de ciruclos de poder que no tienen contacto con las realidades de la comunidad y el ambiente.
La ecología como rama de la Biología, estudia el relacionamiento entre los seres vivos y se transforma en “un lugar teológico” debido a su importancia en la problemática actual, las escrituras se convierten una herramienta indispensable para mantener el equilibrio en el origen de todo, en “La Creación” y replantear ciertos criterios, en este caso, bíblicos, que en un principio le otorgaban el señorío sobre las tierras al hombre y cuya concepción mal enfocada atenta contra la evolución y el progreso. En ese sentido, la ecoteología entrelaza la relación entre la persona y la naturaleza, partiendo de la Revelación como base para comprender el entorno colaborativo de las especies, a través de una renovación bíblica ajustada a la evolución humana.
Aunado a que, la industrialización generó en el hombre social una percepción separada entre el producto final y la materia prima, de tal forma que el pensamiento colectivo reconoce el producto y le otorga tal autonomía que en la mayoría de ocasiones no reconoce su procedencia. Por lo tanto, se ha de establecer una relación “armónica” entre la naturaleza y el hombre, ambos como fruto de la creación, pues éste está sujeto no sólo a leyes morales, también a leyes biológicas, por lo que, en últimas, la misión del hombre viene acompañada de servicio y cuidado, respetando los bienes comunes para garantizar no sólo la supervivencia de la raza humana, también la de todas las especies.
Es importante aclarar, sin importar las creencias personales, la construcción de la Iglesia y sus escrituras. Es importante calificarlo porque esa misma construcción le ha funcionado a miles de personas a la hora de encontrar respuestas frente a la crisis ecológica. La enumeración de valores, promover el sentido de comunidad y perpetuar el bien común, todos presentes en el Evangelio, encajan hoy en día, en el funcionamiento, entendimiento y sobretodo en la consolidación de un mensaje que da luz en medio de todo.
Considero que en este capitulo la relevancia más profunda es como el papa quiere que se entienda la problemática ambiental dividiéndolo desde dos perspectivas la primera en la teología y la segunda desde la ciencia y como desde estas dos se desprende la comprensión del problema ambiental para poder realizar un cambio.
Juzgar- El evangelio de la creación:
En este capítulo el papa Francisco se centra involucrar a Dios en lo relacionado con la encíclica y los problemas ecológicos mundiales. En la luz que ofrece la fe se destaca como para la ecología reparadora que necesitamos es útil hacer uso de toda la espiritualidad de la que contamos, lo que incluye por supuesto la fe cristiana, donde parte de la fe es el compromiso con todo lo creado. En la biblia a través de simbolismo relaciona la relación humana con Dios con su relación con la tierra, al ser la tierra parte de la creación es obra divina, y por ende es nuestra responsabilidad su cuidado. Me parece fundamental que destaquen que no estamos en capacidad de dominio de la tierra, ni sobre los demás seres vivos; sino que somos los cuidadores. Partiendo de esa base cambia mucho el consumismo extremo que se vive hoy en día, y pasamos más a estar a servicio de y con la responsabilidad de reparar los daños que hemos hecho al planeta. El respeto del hombre por las demás criaturas vivas es ampliamente defendido en las escrituras, se debe entender que como nosotros merecen respeto, descanso, cobijo, un hábitat limpio.
Me parece muy relevante destacar que estas creencias de protección al medio ambiente no se limitan al cristianismo, en otras religiones se pueden ver también.
Más allá de un documento que está directamente relacionado para aquellas personas que tienen una fuerte creencia en Dios, es la oportunidad de abrir los ojos ante el mundo y entender que la armonía con los demás va de la mano con el amor que tenemos o reflejamos por la naturaleza.
En mi experiencia personal, no soy practicante como tal de una religión pero si me llama la atención como cada cultura da sentido a la naturaleza que los rodea. Me considero una persona que vivo de acuerdo a lo que digo, no hago menos de lo que afirmo me interesa ir más allá cuando se trata de una situación que requiere de un análisis mayor.
Decirle a la globalización que pare no tiene sentido, y parar de consumir cosas que afectan al planeta tampoco generará un cambio radical. Todo surge desde la educación, desde pequeños nos enseñaron a ser consumidores potenciales motivo por el cual el planeta hoy en día se debate entre la vida y la muerte.
Yo invito a transmitir este amor a las futuras generaciones para que con pequeños actos de amor logremos nutrir y transmitir todo aquello que no debe continuar por lo próximos siglos o décadas.
El papel de una religión es preponderante para la formación integral del individuo, además de proveer valores fundamentales que ayudan en el desarrollo de la persona, fija un norte o unas directrices que regulan y guían su comportamiento acorde a los mandatos que ésta le establece cumplir, así, en la religión católica y en la tradición judío-cristiana, se evidencia el propósito de establecer y mantener la relación entre Dios, hombre y naturaleza, de allí que se le otorgue un papel al hombre de guarda y protector de los organismos que lo rodean, no por una visión narcisista y egocentrista donde éste es el salvador, sino por el papel que dichos organismos juegan en el plano del desarrollo de su dignidad, ya que todo ser humano tiene derecho a un ambiente sano, asimismo, proteger a las demás criaturas y seres de La Creación, es una forma de garantizar su bienestar y de cumplir el cometido impuesto en él por el Creador y por su fe.
Con respecto a lo establecido en este capítulo de la encíclica y lo establecido anteriormente, cabe resaltar la buena forma de cómo éste apartado logra realizar una aproximación a la esfera espiritual de los feligreses de la religión católica en relación con la crisis ecológica y ambiental que en estos momento sufre nuestra casa común, logrando dejar en el lector una reflexión frente cómo el ser humano vive su cotidianidad, en mayor parte, dejando de lado su deber primigenio de protección y cuidado a la madre tierra.
Me gusta como se aterriza en la encíclica la realidad medio ambiental que el planeta está viviendo y la reflexión que se hace entorno a la relación del hombre con la misma. De esta manera uno de los aspectos que más me llamo la atención es el tema de como los seres humanos a partir de los avances tecnológicos y socioeconómicos interactuamos con la casa común, en ocasiones de manera indiferente ocasionando como una de las diferentes consecuencias el agotamiento de los servicios o recursos ecosistémicos. Por consiguiente, veo necesario que el ser humano aprenda a valorar la tierra y lo que nos ofrece, ya lo dice Francisco en su reflexión “Si la crisis ecológica es una eclosión o una manifestación externa de crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad, no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano “.
El llamado del Papa a vivir en armonía considero que parte de la premisa de que todos los seres vivos estamos entrelazados, conformamos y hacemos parte de un mismo planeta. Esto no necesariamente implica pensar que somos iguales, sino que todo está relacionado, y debemos darle importancia a cada componente de esa gran familia. Armonía implica balance, es decir, no darle demasiado peso a los seres humanos y tampoco darle demasiado peso a los otros seres vivos, sino simplemente su justo balance.
Por otra parte, la multiplicidad de personajes a tener en cuenta en el medioambiente y específicamente en la crisis ecológica, es una forma de entender que no se puede abarcar el problema con una visión sesgada, sino que se deben tener en cuenta múltiples perspectivas. Allí es donde la religión, puede jugar un papel fundamental. La religión destaca elementos que a veces son ignorados, como lo son las cuestiones sociales. Como señala el Papa, la fe permite ofrecer motivaciones para el cuidado de la naturaleza y aquellos que son más frágiles. La motivación reside en que cuidamos de otros para un fin mayor. La fe, y en particular la religión, permite que el ser humano deje en alguna medida el antropocentrismo, y reconozca que hay una razón mayor, más grande que el mismo hombre, lo que a su vez permite que los roles que un ser humano pueda ejercer, como el de ciudadano, trabajador, vayan dirigidos precisamente a ese fin mayor y no a sí mismo.
Los planteamientos hechos por el Papa Francisco, respecto de vivir en armonía con las demás personas y la naturaleza, son una condición mínima que todos deberíamos cumplir. Es mi parecer que cada uno de nosotros deberíamos interiorizar la importancia de amarnos, respetarnos y cuidarnos a si mismos, de tal manera que esto se radie a las demás personas y al entorno natural en el que habito. Sumando cada una de estas formas de pensar-actuar, nos permitirá ser mucho mas unidos y esa cohesión llevará a un mejor y mas ordenado desarrollo humano, como del cuidado y correcto aprovechamiento de la naturaleza en general.
Soy muy respetuosa de las creencias religiosas y seguramente puedan ser un buen punto de apoyo-guía espiritual, para fortalecer y reordenar la armonía y actuación de las personas frente al otro, con la naturaleza, por razones de desigualdad, maltrato, abuso, negligencia, omisión, pero como bien lo dicen las mismas escrituras bíblicas, en cada uno de nosotros habita Dios y cada uno de nosotros es iglesia, entonces deberíamos reencontrarnos a sí mismo, para una mejora propia-profunda, con el consecuente beneficio hacía todos los demás y nuestro entorno.
Ha sido muy interesante la lectura de estos dos capítulos del Laudato Si’. Quisiera señalar dos puntos que me parecen sumamente importantes y que se presentan en estas líneas. Por un lado, el papa Francisco nos ha hablado de las posibilidades de evolucionar aquel antropocentrismo absoluto y destructivo. Abrir camino a una manera de valorar las peculiares capacidades del ser humano debe suponer, de primera mano, un reconocimiento de nuestra responsabilidad y nuestra capacidad de ver al otro, sentir que el otro se aparece y me cuestiona. Esta mirada constituye las bases del segundo punto que quiero rescatar: el trabajo. El trabajo como modo de cuidado de lo creado, supone que los seres humanos debemos labrar la tierra entre todos, admitiendo nuestra igual participación en el habitar este jardín. Cuando el trabajo solo se ve como un insumo para una economía de progreso no social, las personas son una herramienta más para lograr fines individuales. Reconocer al otro, propio del ser humano, es poder ver el valor de lo que no soy yo: la tierra, los animales, las personas.
La religión juega un papel fundamental en el cambio necesario de las dinámicas sociales frente a la ecología. Por ello, el Papa Francisco hace un llamado a los creyentes para tomar como base las escrituras y entender que Dios ha creado a todas las criaturas y recursos para coexistir en delicado equilibrio que se debe preservar. El entendimiento de que no existe la superioridad del hombre sobre las demás criaturas de la tierra, sino que el creador ha puesto a todos en un mismo planeta y los seres humanos al ser la criatura con la capacidad de razonar, debe administrar los recursos de manera racionada con el fin de que se preserve la existencia. Así que, la relación de la ecología y la teología es fundamental pues cuando los seres humanos entiendan de una vez por todas que la realidad no es eterna, que los recursos que se han utilizado desaforadamente no son eternos y se responsabilicen por el equilibrio ecológico el mundo podrá tener un futuro, en caso contrario se desvanece de la realidad. El llamado del papa a encontrarnos en armonía con la naturaleza es sin duda fundamental.
Independientemente de que se profese una fe, se debe ser buena persona, ser empático y cuidar de los otros y del entorno, si la religión que se profesa refuerza esto, excelente que se honre, pero si no siento que es lo que se debe hacer como mínimo para poder servir como agente de cambio en esta sociedad. Aprender a vivir en equilibrio con todos los seres vivos se puede aprender de distintas formas y por medio de varios canales, pero lo importante es aprender a manejar todas las fuerzas y equilibrar la balanza para que esté a favor de todos y del ecosistema.
La forma en como se ha escrito esta parte de la enciclíca permite que se lleve a cabo una reflexión, en donde se puede evidenciar la estrecha relación que hay entre la creación divina, el ser humano y Dios. Sin embargo hay una cosa que llama mucho la atención; tanto como la creación divina, el ser humano y Dios, se deberían encontrar en un relación estrecha para mantener el equilibro, el ser humano es quien se ha encargado de alterar esta relación al sobrepasar los límites de la sobre explotación de la naturaleza y otras cosas mas, lo cual genera un desbalance que a la final termina afectando el curso normal de las cosas, y altera las percepciones.
Los seres humanos dejamos de lado por completo lo que la palabra de Dios quiere decirnos. Debemos despertarnos de aquel ensimismamiento y ver la relación perfecta que Dios quiso hacer desde un principio con el hombre y la tierra. Es necesario tener paz, justicia y conservación viendo más allá de lo que tenemos frente a nuestros ojos. No podemos quedarnos sentados esperando a que las cosas sucedan pues Dios espera mucho de nosotros, nos ha heredado todo en la tierra para que nosotros, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno, cuidemos y respetemos lo que hay en ella.
Creo que es muy interesante este apartado del comunicado del papa Francisco, aunque tiene un fondo religioso es importante tener en cuenta que ese contexto bíblico-religioso ayuda a que desde la creencia de nosotros los lectores entendamos muchas cosas relacionados con la situación de nuestro mundo actualmente y de lo que potencialmente podríamos hacer para mejorar aquellas consecuencias nefastas que hemos creado para nuestro planeta y para nosotros mismos. En mi opinión, estoy de acuerdo con que nosotros los seres humanos debemos entender el papel que jugamos realmente en este mundo, saber que nosotros no somos los dueños y creadores de el y que de esa misma forma, el mundo no es un reservorio de recursos infinitos el cual esta únicamente para nuestro beneficio y desarrollo, sino que debemos saber que el mundo por si mismo no nos pertenece, sino que hace parte (al igual que nosotros) de un todo que debe funcionar armónicamente para no llegar a un caos, debemos entender que nuestras capacidades, o inteligencia superior, efectivamente existe porque cumplimos el papel fundamental de llevar el curso de ese orden y buen funcionamiento del mundo y de las relaciones entre cada actor de la creación de Dios, mas no para someterla y convertirla en una herramienta para beneficiar a unos pocos, pues esto es lo que nos ha conducido a las problemáticas actuales relacionadas con la pobreza y crisis ecológica.
La relación del ser humano con su entorno debe seguir en cierta medida las pautas básicas de cualquier ecosistema, en donde todo se encuentra en un constante equilibrio. La reflexión que hace el papa Francisco sobre la relaciona armónica del ser humano con sus hermanos y demás especies es una muestra del sentido de comunidad. Para lograr crecer como sociedad, se debe trabajar en armonía y respeto con los demás de forma que todos puedan garantizar su subsistir. Es por esto que los sentimientos de empatía deben ser los mismos entre humanos y animales, no es posible cuidar a un animal y despreciar a un ser humano, no es concordante. Creo que ese es el mensaje más importante que da el papa. Por otra parte, la religión católica pero también otras enseñan sobre el valor de la naturaleza y del rol del hombre en el cuidado del medio ambiente, las personas creyentes que ademas comprenden este llamado tienen una motivación adicional para proteger el medio ambiente y actuar con responsabilidad.
Desde mi punto de vista, el amor por la naturaleza es independiente de la religión, pero está directamente relacionado con la espiritualidad y las energías que atraemos o enviamos. Esto quiere decir que sin importar si pertenemos a una religión, sea cual sea, o no, debemos ser conscientes, agradecidos, y retribuir lo que la naturaleza nos ha enviado. Si bien nuestro verdadero origen en el mundo puede estar permeado por nuestras creencias, el proceso de crecimiento físico, mental, y espiritual sí hace parte de lo que la naturaleza nos ha brindado y de lo que hemos hecho con ello.
Yo creo que el “juzgar” se trata de pensar crítica y anañiticamente nuestras propias acciones respecto a lo que hemos venido creando con lo que la naturaleza nos ha dado, es decir, reflexionar sobre sí hemos usado correctamente los recursos.
Se vuelve indispensable re-pensarnos como consumidores en el siglo XX. En donde todo está al alcance de un click, en donde quizá por desconexión con la madre tierra, no estamos al tanto del sinfín de repercusiones que tienen nuestro hábitos de consumo. Vale la pena la reflexión.
La relación entre la naturaleza y el hombre debe ser una relacion amorosa y como de hermandad,se supone que a un hermano se le cuida, aveces se le lastima, pero en realidad siempre estamos pendientes de ellos y de que este bien, que tengan una buena vida, asi deberia de ser la relacion con la anturaleza, cuidarla y ser conciente de que aveces, por no decir que siempre, la estamos lastimando, y tratar de reparar el daño, tratar de llevar una vida armoniosa con la naturaleza.
referente a la religion asi como lo dice el papa Frnacisco, hay una gran variedad de religiones y al igual que él creo que no deberiamos de discriminar a nadie, pero si que todos seamos concientes de los propositos de cada religion, vivir de acuerdo con los principios quue estas mandan.
Como creyentes, entender que nuestro entorno forma parte de la relación con Dios y su mensaje es fundamental. Cuidar de esta conexión, transmitir el mensaje de cuidado por la casa común y actuar de acuerdo con estos pensamientos, abre un espacio más para conectarnos con Dios a través de su creación. Esta armonía se rompió en el momento en que el hombre quiso ocupar el lugar de Dios, transformando su mensaje inicial.
Mantener una relación sana consigo mismo, con el prójimo y con Dios dará paso a la armonía con la naturaleza y viceversa. Cada ser en la tierra es importante, desde el más inmenso hasta el más diminuto; todos poseen un papel relevante para mantener el equilibrio. Es importante entender que ningún ser merece más que otro.
Si bien debe existir una relación de mutuo beneficio entre el medio ambiente y nosotros, es importante que tengamos claro que nuestro papel tiene mayor importancia y mayor impacto en la historia. Nosotros no solo debemos beneficiarnos del medio ambiente, sino que debemos cuidarlo, porque si no lo cuidamos no nos queda con qué beneficiarnos, no nos quedaría hogar ni forma adecuada para vivir. Con el cuidado del medio ambiente no solo nos aseguramos de nuestro presente, sino que estamos asegurando el futuro de los otros. Y aquí es donde entra otro aspecto importante, debe haber una ayuda mutua entre los seres humanos, un pensamiento de comunidad y de que todos estamos unidos, porque de nada sirve que uno ayude si otros diez están malgastando y maltratando. Debemos cuidar nuestro hogar, sin importar de la cultura o religión que tengamos, al fin y al cabo todos necesitamos los mismos mínimos básicos para vivir y son los que recibimos del medio ambiente.
yo tengo una percepcion clara sobre que la religion no tiene una relacion directa con el amor, ya que la moral y el amor se pueden desarrolar de manera apartada de la religion. a pesar de esto, la religion puede llegar a jugar un papel importante en cuando acrear una estrecha relacion mas profunda con el amor.
por otro lado, comprendo intimamente en empezar a vernos como una sociedad conjunta, cuidarnos entre nosotros y a los otros, de manera que si al otro le falta algo, de manera que todos nos podamos ayudar entre todos nosotros.
La relación que tenemos con la naturaleza es intensamente profunda. Desde el Génesis, Dios nos hizo semejantes a él, quiere decir que desde un principio tenemos la libertad de sacar provecho del marco de especies y demás lujos naturales que el entorno nos provee. Somos huéspedes, aprovechamos lo que se nos da por cuanto lo cuidemos. Si se labra y se cuida la tierra, podemos tomar los beneficios de ella. En el Laudato Sí, Francisco menciona la estrecha conexión que poseemos con la creación. No se puede pretender únicamente recibir beneficios de ella, sino de trabajarla y aprender a valorar el significado de porqué estamos en la tierra. Las cosas materiales son necesarias para mantener la sociedad a flote, pero no son más importantes que la salud y el bienestar integral, si el entorno en el que vivimos se mantiene en buen estado, estás y futuras generaciones también lo estarán.
Acá tenemos un gran conflicto en cuanto a un orgullo inexistente y aunque la ciencia y la fe sean algo tan básico para el ser humano como el respirar, se tiene un falsa creencia de que la ciencia lo puede crear y resolver todo y hay cosas que simplemente no puede formular y solucionar.
Es inaudito que buscando cada día lo que suponemos que son avances se contamine nuestra tierra causándole un gran daño que en muchos casos será irreparable, es allí donde la ciencia debe tener un poco más de fe y humanidad y buscar soluciones que no dañen lo más preciado que tenemos y que junto con la religión salven lo que hemos dañado, la religión uniéndonos en el ámbito social y la ciencia reparando los daños que esas separaciones han causado.
A la hora de hacer cara a las problemáticas de la humanidad, siempre entrará a ser fundamental tener en cuenta la religión ya que esta además de ser objeto de controversia diaria es asimismo fuente en virtud de la cual se solucionan y mueven a muchas personas en su actuar. La influencia de la religión relacionado con los compromisos ecológicos radica en las convicciones mismas que la religión puede impartir con respecto a la ayuda de la humanidad. En el caso de la religión católica la palabra De Dios reitera en varias ocasiones que debe cuidarse la tierra con amor y se bendice el lugar donde los hombres reposan antes de su regreso al cielo. De lo anterior, considero que independientemente de quien sea el lector, este esquema al incluir una parte de índole creyente más allá de llamar a un sector especifico de la humanidad utiliza los ejemplos de la antigüedad y perseverancia de educación ecológica desde diferentes puntos de vista.
Con respecto a como podemos entender este llamado a vivir en armonía con las demás personas y la naturaleza, siento que la armonía debe de partir desde el entendimiento que todo ser humano tiene con respecto a estos dos conceptos. Asimismo, para que surja esta armonía se debe de tener en cuenta que estos conceptos van de la mano, porque si nosotros no cuidamos nuestra ¨casa común¨ esta desaparecerá. Gracias a la creación tenemos la posibilidad de tener todo lo que tenemos ante nuestros ojos, pero esta en las manos del ser humano cuidar de ella.
Por otro lado, creo que no es necesario practicar un religión es especifico para cuidar del medio ambiente, sin embargo al ser parte de una, esta puede dar los parámetros para saber como contribuir con el cuidado del medio ambiente.
Desde mi punto de vista, considero que no es necesario pertenecer a alguna religión para poder ser armoniosos, en primer lugar es importante la relación que cada persona tiene consigo misma, la armonía que hay dentro de él y de esta manera va a poder reflejarlo hacía los demás y de paso con la naturaleza.
Todo esta conectado, y es algo de lo cual partimos para lograr entender la relacion existente entre creación-humanos y su fino equilibrio, donde bien el humano no podria sobrevivir sin recursos brindados por la naturaleza, pero la naturaleza podria vivir en mejor condiciones sin el humano, por ende se tiene que entender que el humano no es poseedor de esta tierra y que estamos aqui para cuidarla, no para destuirla, por otro lado, el pertenecer a una religión u otra no justifica el no cuidar nuestra casa comun
Desafortunadamente como lo plantea el Papa Francisco muchas veces la sociedad no se da cuenta que realmente está basada en el consumismo, y deja de lado la importancia que tiene la parte tanto social como ambiental y por desgracia algunas veces no es tomada en cuenta la crisis que estamos viviendo en diferentes aspectos como se plantea en la carta de la encíclica y donde debemos tener en cuenta que todo se entrelaza desde la parte ambiental, hasta la parte social y que debemos darnos cuenta que debemos tener empatia con los demas y preocuparnos tambien por el otro ya que no solo es la parte ambiental sino tambien tener en cuenta la parte social.
Pienso que le llamado que hace el papa francisco es a reflexionar acerca de algo tan fundamental en la vida de las personas que a veces se ignora o no se le da mucha importancia, esta idea que da el papa francisco es aprender a reconocer y aporta de una buena manera la convivencia entre estos son grupos, ya que el humano necesita de lo que nos aporta la tierra para poder avanzar, vivir y evolucionar como especie, pero también la naturaleza necesita del humano para poder prosperar y no estar cerca de la extinción. Este llamado del papa es también para abrir nuestros ojos frente a lo que ocurre en nuestras vida con relación a la naturaleza en donde debemos cooperar el uno al otro.
Frente a la segunda pregunta, siento que no es necesario ser alguien creyente para tener una vida armoniosa, pienso que el hombre es auto suficiente por lo tanto cada quien busca que su vida sea equilibrada, pero la religión puede ser un pilar para poder poder avanzar y enseñarnos cosas para nuestra vida, algunas personas crecen interiormente por tener fe en algo y pienso que el algo valioso.
Comprender la relación entre la ciencia y la religión puede ser algo difícil, sin embargo si lo intentamos comprender desde la percepción de que hemos destruido lo que un Dios creo para nosotros puede ser un poco más fácil entender los compromisos ecológicos que deberíamos respetar, “cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras”, es ese el compromiso que firmamos espiritualmente con el regalo del señor, de ahí radica el valor del evangelio de la creación y en lo que le influye en la humanidad.
Practicar con armonía la práctica del evangelio nos permite convivir en comunidad, no solo entre nosotros, sino con la naturaleza que nos rodea y con las convicciones en las que creemos, en nuestro Dios.
Pienso que el llamado De Francisco es muy asertivo y útil, aunque suene muy sencillo el estar en armonía con los demás y con la naturaleza ha sido muy complejo, esto indudablemente nos puede llevar a una gran solución del caos en el que vivimos, el respetar todo ello creado es vital, dejarnos de sentirnos únicos por que el día de mañana el agua que yo me tome, es el resultado del agua contaminada o incluso puede escasear siendo hasta mortal, lastimosamente ese respeto y conciencia aun hace falta por eso considero fundamental así como plantear los problemas de la ecología, mostrar otras perspectivas en este caso la fe y las creencias para abrir dialogo y esperanza.
Sin duda desde la practica de las religiones se ayuda a reflejar esa armonía por que buscan La Paz, la justicia se ven desde adentro , piensan en los demás y la naturaleza, y esa armonía se lleva en las acciones de la vida, en el trabajo, en la cotidianidad, lo que consumimos , que permite reconocer los compromisos ecológicos para sanar todo lo que se ha destruido, ” basta un buen hombre para que haya esperanza”
Asi como se propone el humano es creado a imagen De Dios con ciertos atributos que resaltan de las otras especies. estas características deberían permitir al humano el buen uso de estos recursos que se legan dado pues asi como el humano es creado por esta deidad el resto de especies tambien lo fueron por lo que todos somos parte de este todo armónico y debemos hacer un esfuerzo colectivo hacia el mismo.
Creo que es muy interesante este apartado del comunicado del papa Francisco, aunque cuenta con un fondo religioso es importante tener en cuenta que ese contexto biblico-religioso ayuda a que desde la creencia de nosotros los lectores entendamos muchas cosas relacionadas con la situación de nuestro mundo en la actualidad y de lo que potencialmente podíamos hacer para mejorar aquellas consecuencias nefastas que hemos creado para nuestro planeta y para nosotros mismos, particularmente aquellos grupos sociales menos favorecidos. En mi opinión, estoy de acuerdo en que nosotros los seres humanos debemos entender el papel que jugamos realmente en este mundo, saber que nosotros no somos los dueños y creadores de el y que de esa misma forma el mundo no es un reservorio infinito de recursos, sino que estamos acá para administrar de la mejor manera lo que en encontramos, de tal manera que logremos conseguir una convivencia armónica entre las diferentes formas de vida e incluso entre nosotros mismos, los seres humanos.
El capítulo 2 está situado en el enfoque del aporte de las religiones, habla de cuan necesaria es una armonía entre las personas en coherencia con la naturaleza, este llamado a la armonía se refiere a pensar el mundo como uno solo en donde las partes requieren de la ayuda y contribución al cuidado del otro. Para el autor el ser humano no puede ser pensado como un ente aparte o ajeno a la naturaleza, este nexo debe estar comprendido dentro del lenguaje de amor de Dios.
En consecuencia a la segunda pregunta me parece que la práctica de una religión tiene una relevancia importante dentro de la construcción de esa armonía, la creencia que se tenga sea la que sea aporta en el ser humano un ámbito moral y un horizonte en el mismo.
Es importante como un figura publica tan destacada como lo es el papa francisco haga un llamado a ser un personal integral que no solo busquemos un interés propio si no por el contrario un interés común, colectivo que dejemos de una lado los pensamientos individuales y veamos el bien que podemos llegar a crear como sociedad, mejorar nuestro hogar no es solo nuestra casa o familia si no nuestro planeta nuestros vecinos para así lograr una comunidad fuerte y con conciencia.
Uno de los conceptos fundamentales de este capítulo es la paz y es que no podemos continuar viendo a los demás como nuestros rivales y a la naturaleza como nuestra propiedad, debemos defender defender la igual dignidad entre los seres humanos y preocuparnos también por las enormes
inequidades que existen entre nosotros.
Respecto a la religión, no creo que sea necesario ser parte una religión para cuidar nuestro entorno, pero si creo que la religión puede inspirarnos y ayudarnos a cuidarlo.
De esta manera, el hecho de ser parte de un conjunto de creencias, costumbres y normas nos permite descubrir que el trabajo que hacemos todos los días tiene un significado más trascendente, para que podamos cuidar de las comunidades que comparten nuestra casa común.
Del capítulo “El evangelio de la creación”, me gustaría comentar que la frase: “La ciencia y la religión, que aportan diferentes aproximaciones a la realidad, pueden entrar en un diálogo intenso y productivo para ambas” actualmente tiene mucha más importancia que en tiempos pasados, ya que las nuevas generaciones que han surgido desde finales del siglo XX han tomado una nueva bondad. Además de tomar los recursos de la tierra, se preocupan por el bienestar y la sostenibilidad de la misma.
Con ayuda de los avances científicos se ha podido lograr la explotación de la tierra de una manera más efectiva y sostenible, esto junto con la bondad de las nuevas generaciones nos está guiando en un camino de esperanza y prosperidad.
Quisiera empezar este apartado considerando que ha sido creo que la parte que más me ha gustado de esta actividad, la frase del papa “presumen tomar el lugar de Dios y se niegan a reconocer nuestras limitaciones como creaturas” y mencionar que aunque me resulte un poco difícil reconocerlo siento que muchas veces he caído en este error, tal vez de manera inconsciente pero cierta en la medida en que mis comportamientos han llegado a vulnerar el medio ambiente, haciéndome creer que tengo una especie de “poder” sobre lo que veo a mi alrededor.
Miro atrás desde que empecé este proceso y me doy cuenta que uno no esta totalmente consciente de todo lo que hace, porque las cosas que tal vez yo considero que están bien a lo mejor le estén generando daño a otra persona o a otro ser humano. En ese orden de ideas me planteo la frase de ser mas racional con mis comportamientos y que tal vez eso que y juzgo tanto que es la falta de consciencia con los demás y el bien común tal vez también lo hago y empezar a plantearme que puedo hacer para que esto cambie.
Este capítulo nos hace ver que un problemas tan grandes como los que involucran el medio ambiente y nuestros hábitos sociales requieren soluciones que tengan en cuenta todos los ámbitos del conocimiento humano; entre ellos la fé y la religión. La riqueza que la religión puede ofrecer para la ecología comienza en la idea de que cada una de las criaturas en la naturaleza es parte de la creación de Dios, construida con voluntad y amor puro. Esto le da valor a cada uno de los seres vivos que habitan este planeta, pues no fueron creados por casualidad ni caos, sino por el amor infinito de un ser superior que nos precede y que es más poderoso que cualquiera de sus creaciones. El hecho de que los humanos hayamos sido creados a imagen y semejanza de Dios, significa que tenemos cualidades especiales, como la razón y la inteligencia. Nuestra posición de dominancia y superioridad frente a las otras especies no debe basarse en utilizarlas para nuestro beneficio o ignorar su valor. Por el contrario, debemos ser administradores y cuidadores de la naturaleza; y debemos cultivar nuestras bondades y nuestras capacidades para cumplir con un trabajo cada vez más digno de la posición privilegiada que nos otorgó Dios.
Es importante tener en cuenta que la fe nos ayuda también a conservar la esperanza en los momentos más difíciles, y nos hace tener fuerza cuando ya no creíamos que pudiéramos tenerla. Nos ayuda a ver siempre la belleza misteriosa de lo que nos rodea, así como el sentido y el valor que tiene cada una de las creaciones de Dios. Nos enseña a amar a todo y a todos, para que brote naturalmente la necesidad de cuidado.
El llamado que hace el papa Francisco y la iglesia es a renovar nuestra relación con la naturaleza y todo ser vivo que la habita. Entrar en armonía con nuestro espíritu, entender que debemos consumir de forma responsable y ser conscientes de las necesidades de los otros.
Trabajando en unión y por el bienestar del todo nos permitirá presenciar la salvación de la cual todos tenemos poder, por medio de nuestras acciones y decisiones.
Reaccionar a tiempo, nos permitirá coexistir y no vivir en agonía hasta el fin de nuestros días.
Creo que nuestras acciones deben ser coherentes con nuestras creencias. Si somos creyentes de una religión, los valores que se profesan deben verse reflejados en nuestro actuar con el mundo a nuestro alrededor. Por lo anterior, considero que Francisco realiza el llamado a la armonía con los demás y la naturaleza. Puesto que, todas las anteriores son creaciones de Dios, se debe reflejar el amor con el que Él nos ha instruido. De esta manera, me mantengo fiel a la primera frase que expresé que, en mi opinión, también le corresponde a los no creyentes. Uno siempre debe ser consecuente y la mejor manera de expresarse como un ser humano digno del trato que espera es al demostrar a los demás la manera en la que se debe relacionar. Adicionalmente, debemos siempre tener presente que somos parte de un todo, una comunidad repleta de personas distintas en quienes son y lo que creen. Por esto, debe primar el respeto y las relaciones en armonía.
El capítulo dos de la encíclica se trata sobre ofrecer soluciones. Para esto cita la propuesta del papa, quien dice que se debe volver a la fuente desde dos miradas: científica y teológica. La primera representa la raíz humana de la crisis ecológica y la segunda representa el evangelio de la creación.
Los avances tecnológicos desmedidos y autodestructivos exigen de una solución rápida para reparar todo el daño causado al planeta y a la sociedad. Para esto, debemos tener en cuenta todas las ciencias, todas las religiones, opiniones y comportamientos, con el fin de ver el mundo con otra perspectiva que no genere tanta división sino que, por el contrario, genere unión y solidaridad para trabajar en equipo y salir adelante.
Como seres humanos tenemos la responsabilidad de cuidar nuestra casa común y eso implica cuidar de todos sus habitantes, hasta que eso no pase no habrá cambios sustanciales. Todos como seres humanos debemos quitarnos esas gafas que nos tienen cegados con el consumismo desmedido, y empezar a tener un encuentro con dios y con la espiritualidad que nos lleve a una iluminación y un estado de Harmonía con todos y todo.
Yo pienso que en la universidad podemos empezar a generar un cambio promoviendo más espacios en los que tengamos más conexión con la naturaleza y con nuestros prójimos, que la universidad se convierta en una casa común en la que todos nos vemos como hermanos y nos relacionamos en aspectos extracurriculares. También me parece que podríamos implantar tecnologías que estén de la mano del medio ambiente y promocionar una cultura más sana y amigable.
No basta con reciclar solamente, el cambio empieza desde nosotros mismos y la forma en la que vemos el mundo y a quienes nos rodean.
Esta sección de la carta encíclica del papa Francisco es muy interesante, aunque tiene un fondo religioso es importante tener en cuenta que ese contexto bíblico-religioso ayuda a que desde la creencia de nosotros los lectores entendamos muchas cosas relacionadas con la situación de nuestro mundo en la actualidad y de lo que potencialmente podríamos hacer para disminuir o mitigar aquellas consecuencias nefastas que hemos creada para nuestra casa común y para nosotros mismos. En mi opinión estoy de acuerdo con que nosotros los seres humanos debemos entender el papel que jugamos realmente en este mundo, saber que nosotros no somos los dueños y creadores de él y que de esa misma forma, el mundo no es un reservorio de recursos infinitos a disposición de nosotros, sino que somos un grupo más de todos los seres que lo habitan, y que por nuestra condición de desarrollo deberíamos guiar el consumo y uso de recursos, más no ser quienes lo acaben todo.
En lo que respecta a la interpretación del llamado efectuado por el Papa Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza, desde mi punto de vista tiene que ver con el mismo cuidado que se ha tratado de transmitir desde el primer capítulo. Esto, teniendo en cuenta que al momento de referirse a la armonía no solo con las personas sino también con la naturaleza, se hace referencia a esa consciencia que se debe tomar en la que cada uno salga de su burbuja. Con lo anterior, el Papa expresa que es importante ser consciente que cada particular se debe preocupar por lograr una armonía con la naturaleza que permita una relación perfecta entre la misma y el resto de la sociedad, esto, está directamente relacionado con la armonía que se tiene hacia el resto de las personas ya que con el cuidado de la tierra y del medio ambiente se garantiza el cuidado de la casa común visto como algo más allá de lo particular, sino como un bien de todos.
En el mismo sentido, habla de la armonía entre las personas a la hora de buscar una solución, pues tal como lo ha expuesto a lo largo de su obra para lograr enfrentar este problema de forma drástica es necesario ir más allá de una única ciencia o creencia, superando así las barreras que a lo largo de la historia han sido un punto de quiebre en la misma sociedad. No obstante, si bien no considero que la religión sea el punto central de la solución a este problema, sí siento que la aplicación de los principios y valores que la misma inculca podría ayudar a la conservación y a la mejora de la Tierra, pues dentro de las valores de un buen cristiano sin duda alguna está el cuidado de todo aquello que ha sido creado por Dios, y la tierra, tal como lo ha afirmado el Papa, es su creación más grande.
En este punto me parece importante destacar el como desde la religión, sea cual sea la creencia, se le da una gran importancia y relevancia a la naturaleza, a su valor e importancia para todos nosotros, el como desde el amor a la vida, a su dios, a la misma naturaleza se puede hacer que las personas hagan grandes cambios en su diario vivir y promover estos cambios para así lograr estar en una mayor armonía con su camino de vida.
Pues si se profesa el amor, se actúa con amor y ese amor se ve reflejado en las buenas acciones que se tienen por un y por los demás.
El llamado que hace el Papa a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza se haya en el concepto de casa común, pues al entenderlo como una casa se entiende que tal y como lo hace una familia en su casa o apartamento, en donde no sólo deben existir buenas relaciones entre cada uno para contribuir a un ambiente en donde cada uno se sienta seguro y además se propicien las condiciones para que cada miembro pueda alcanzar su plenitud en diferentes aspectos de su vida, sino también como miembros se debe contribuir a cuidar la casa, a limpiarla, a mantenerla ordenada, a “no romper los pisos ni las puertas”. Paralelamente, debe ser igual con la naturaleza, debemos vivir en armonía entre nosotros y generar una noción de comunidad lo suficientemente sólida como para entender que, si nosotros no lo hacemos, nadie va a cuidar la naturaleza. Por otro lado, practicar una religión si debería catalizar esa armonía debido a que se ve la naturaleza y su cuidado de una manera más integral en el sentido de que, en el cristianismo por ejemplo, cuidar de la naturaleza es percibido como la misión que se tiene como hijo de Dios, es decir, viene consigo una noción de propósito a respetar y amar al prójimo y así mismo a la creación que se nos fue entregada, lo cual se ve traducido en su forma de actuar no sólo en sus entornos familiares sino también laborales.
En este interesante capítulo, lo que busca el Pontífice es que vivamos en equilibrio con los demás seres vivos y con la naturaleza, ya que todos vivimos bajo el mismo techo, creamos o no en lo mismo y tengamos cosas en común o no, y tenemos los mismos derechos sobre todo lo que proviene de la Tierra, en términos de igualdad y equidad.
Asimismo, es importante reflexionar sobre la palabra que Dios, que hace explícito el papel del hombre en el uso de la tierra y también en cuidar de ella.
Acá, también se evidencian los dilemas morales y éticos que tenemos hoy en día como raza humana, pues TODO lo que hacemos, tanto nuestras actividades como nuestras actitudes están impactando el medio ambiente.
El Papa nos invita a reflexionar y a caer en cuenta que TODOS estamos en una misma Tierra y que todos debemos tratarnos igual.
Aunque no es necesario practicar una religión en si para cuidar la casa común, es claro decir que una religión o un guía espiritual es de gran ayuda para generar conciencia desde una perspectiva distinta para cuidar el medio ambiente.
Un ejemplo claro es el cristianismo el cual desde la perspectiva de Dios y Jesús se enseña como el ser humano debe cuidar la creación de el todo poderoso con el fin de respetar todos los seres que allí vivimos ya que no solamente es hermano el ser humano sino todos los seres que vivimos en ella ya que todos provenimos del mismo creador.
Son pocos quienes realmente practican la religión ya que la gran mayoría de estas están encaminadas en un mismo rumbo, el de llevar una vida armónica. Esta manera de ver el mundo se debería ver reflejada en todas las facetas de nuestra vida, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, como personas del día a día, como trabajadores, como productores y hasta como consumidores. Ya que cada una de estas facetas son las diferentes maneras con la que interactuamos con el mundo y siempre esas interacciones deberían ser armónicas.
El papa resalta nuevamente la importancia de un acercamiento holístico frente al problema ambiental. Es decir, esta situación es de tal magnitud frente a la vida del ser humano que es fundamental un trabajo conjunto entre todas las dimensiones humanas para poder solucionarlo. Siendo así, el papa hace un llamado a no ignorar el ámbito espiritual y religioso cuando se trate de solucionar este problema, pues, hemos creído que esto es algo que solo le compete a la ciencia, por lo tanto ignoramos un aspecto clave, el ser humano regula su relación con su ambiente y las otras criaturas desde su moral, no desde los datos científicos, por esto, rescatar el rol de la religión en este conflicto es de suma importancia, ya que considerar las enseñanzas de las escrituras permite que el hombre se aleje de su antropocentrismo creado por la cultura del consumo , y comprenda que no es dueño del planeta, sino una pieza dentro del engranaje de la creación. Siendo este el primer paso para una reconstrucción ambiental y social necesaria para subsanar la crisis actual, pues, al comprendernos como una parte de la creación (algo que se logra rescatando las enseñanzas y la fe) podemos utilizar el conocimiento científico para empezar a crear soluciones materiales.
Yo soy una persona que profesa la fe católica. Por lo tanto, siento la invitación del Papa Francisco como una invitación directa. Además considero que, siguiendo la doctrina cristiana, debo respetar y cuidar de toda la creación de Dios Padre. Claramente, puede haber personas no creyentes que también sientan el llamado a cuidar de la naturaleza, pero creo que cuando uno se considera cristiano, la responsabilidad de hacerlo es aún mayor, pues es una forma de agradar a nuestro Padre Celestial.
Debe existir una relación de beneficio mutuo entre la humanidad y el entorno “dar para recibir” y que todo tenga un balance propio. Significa que debemos proteger el medio ambiente en reconocimiento a los recursos que nos proporciona. Al preservar nuestro ecosistema, garantizamos nuestro propio bien. Si persistimos en la degradación de nuestra “casa común”, enfrentaremos consecuencias devastadoras para nuestro futuro y nuestras futuras generaciones. En cuanto a la religión, creo que no es imprescindible practicarla para ser conscientes del cuidado ambiental, aunque las creencias sumada de la conciencia humana deberían motivar a las personas a participar en esta responsabilidad.
El llamado del Papa Francisco nos genera una consciencia y un sentido arraigado de pertenencia ante los desafíos actuales del planeta. Mi perspectiva es que nuestra disposición hacia los demás refleja directamente nuestra actitud hacia la naturaleza; ambos son temas íntimamente entrelazados en nuestra interacción diaria. Ampliar nuestra mirada ecológica implica no solo observar, sino participar activamente en la preservación de este hogar compartido.La invitación del Papa adquiere relevancia al recordarnos la interconexión inherente en todo lo que nos rodea, destacando que somos parte de una gran familia. Antes de considerarnos superiores, debemos asumir la responsabilidad de ser guardianes de nuesta casa. “Todo está relacionado”, subrayando que el cuidado genuino de nuestra existencia y la relación con la naturaleza se entrelaza inseparablemente con la fraternidad, la justicia y la lealtad hacia los demás.
Me parece muy improtante reconocer la noción de que la naturaleza es un don de Dios, mereciendo nuestro cuidado diligente, por lo que es necesario un llamado urgente a reconocer la importancia de preservarla para las generaciones futuras. Es necesario una conversión ecológica y la transformación de nuestros hábitos hacia la sostenibilidad se presentan como piedras angulares para un futuro más equitativo. Estas enseñanzas son un recordatorio imperativo de nuestra conexión con la tierra y subrayan la urgencia de la acción colectiva para construir un mundo más justo y sostenible para todas las formas de vida que comparten nuestro preciado hogar.
Es verdad que cada vez estamos inmersos en un deposito de porquería, nada mas con el pasar de los años mi ciudad Bogotá es el claro ejemplo con observar un anden, avenida o cualquier espacio en donde se denota el caos provocado por el pasar de los seres humanos a la tierra, sin apreciar ese regalo que nos dio el creador.”La creación no es una propiedad que podemos disponer a nuestro antojo; todo lo contrario, es un regalo, un don” (n. 92).
En estos capítulos, la encíclica enfatiza la necesidad de repensar nuestra relación con la tecnología y la globalización, señalando cómo estos impactos tienen consecuencias tanto positivas como negativas para la armonía que busca promover.
El Papa nos invita a pensar en cómo se utiliza la tecnología y cómo la globalización exacerba la desigualdad. En el centro de este llamado está la idea de que vivir en armonía con los demás y la naturaleza requiere un examen consciente de nuestras elecciones individuales y colectivas. La ética personal y social se convierten en guías importantes en este viaje.
En cuanto a las creencias religiosas, la encíclica recomienda que la religión sea un faro que ilumine el camino hacia una vida más armoniosa. No se trata sólo de una serie de rituales, sino de una transformación interna que afecta todos los aspectos de nuestra existencia. Ser creyentes, ciudadanos, trabajadores y consumidores implica integrar esta armonía en cada aspecto de nuestras vidas. Es un recordatorio de que nuestras creencias deben manifestarse en acciones concretas, desde la forma en que trabajamos hasta cómo consumimos.
En este capitulo se destaca el campo de la ecologia integral, la cual de forma muy general aborda una conexion entre los campos importantes de nuestras vidas y sociedad. Ya sea la politica, economia, educacion, cultura y espiritualidad. Es por ello que todos estos campos abordan una crisis profunda que en realidad no viene de ayer sino de hace mucho tiempo. Es por ello que a traves de la espiritualidad y la fe se puede trabajar en cada uno de los campos con el fin de de crear una vision paradigma nueva. Donde como personas y sociedad podamos aportar de alguna u otra forma en todos los campos mencionados anteriormente.
Del capítulo 2 me llamo la atención como el Papa Francisco destaca la importancia de reconocer la interconexión entre todos los seres que habitan este planeta y la necesidad de cuidar la naturaleza para proteger la vida humana y la dignidad de cada persona, también es interesante como aborda la relación entre la ciencia y la religión en el cuidado de la casa común -el planeta tierra-. Me genero mucha satisfacción como aborda la importancia de la ciencia en la comprensión de los problemas ambientales, pero también destaca la necesidad de una visión más amplia que incluya la dimensión espiritual y moral del cuidado de la naturaleza, personalmente concuerdo con esta opinión. Todas y cada una de las recomendaciones que nos hace el sumo pontífice son importantísimas la que más me llamo la atención es reducción del consumo de energía, que es un tema con el que podemos contribuir todos, así mismo el fomento de un estilo de vida más sostenible y solidario es fundamental si queremos lograr la protección de la biodiversidad. Por otro lado, en el capítulo 3 el papa sugiere que debemos reconocer las causas humanas de la crisis ecológica para poder plantear las soluciones que den a lugar, resalta la importancia de las relaciones que existen entre todas las cosas. La división de los saberes que se manifiesta en la actualidad puede llevar a perder el sentido y el panorama amplio que podríamos llegar a tener, esto generalmente impide encontrar caminos adecuados para resolver los problemas más complejos del mundo actual, sobre todo las cuestiones ambientales y la crisis de la población más pobre. Me genero mucha introspección que el papa en el texto sugiere que debemos buscar soluciones que aborden los problemas de manera integral y que consideren las múltiples dimensiones de la realidad, considero que de aplicarse de una diferente no tendría sentido ya que no tomaríamos en cuenta la totalidad del horizonte. Nunca había escuchado de la propuesta de Nursia y me parece muy pertinente combinar la oración y la lectura con el trabajo manual creo que esta “metodología” nos vuelve más cuidadosos y respetuosos del ambiente, nos hace crear una nuestra relación con el mundo y nos ayuda a encontrar un equilibrio entre nuestras necesidades materiales y espirituales.
En el segundo capítulo de la encíclica Laudato Si’, el Papa Francisco nos acerca a la sabiduría de los relatos bíblicos y la necesidad de vivir en armonía con todos los seres del planeta. El relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y las demás criaturas, y sobre cómo el pecado rompe el equilibrio de toda la creación en su conjunto. En mi opinión, el Papa Francisco nos recuerda la tremenda responsabilidad que tenemos como seres humanos respecto a la creación, y la necesidad de prestar atención al destino del mundo y de la naturaleza. El ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos. Es necesario estar en armonía con todos los seres de la tierra, así como prestar atención al futuro que se nos avecina, teniendo en cuenta también a la naturaleza.
11/11/2023
Considero que la religión si contribuye a las creencias, comportamientos y hábitos de las personas, por esta misma razón siento que sin importar las culturas todos tienen algo en común y es lo valioso que puede llegar a ser la naturaleza ya que es un obsequio De Dios a nosotros y hay que cuidarlo. Hay que acordar a aquellos creyentes este mensaje para que cada vez mas personas se unan a contribuir al medio ambiente.
Básicamente el papa nos explica la relación entre la naturaleza y el hombre, dice que nosotros no solo debemos ser consumidores de la tierra sino también administradores de ella, un respeto por la naturaleza también significa el respeto a la dignidad humana y en cuanto al tema de la religión es necesario que se hable puesto que hay una clara conexión de la humanidad con la naturaleza es decir la creación de Dios. : « Todo fue creado por él y para él » (Col 1,16).
Considero las creencias religiosas o más bien la espiritualidad pues no considero que una persona deba creer en una religión en específico para tener una relación con el cuidado y respeto por quienes y lo que los rodea, las cuales pueden ser una valiosa guía espiritual para fortalecer y reorganizar la armonía y la conducta de las personas hacia los demás y la naturaleza. Esto es especialmente relevante en situaciones de desigualdad, maltrato, abuso, negligencia y omisión. Sin embargo, como se menciona en las escrituras bíblicas, se sostiene que Dios reside en cada uno de nosotros y que cada individuo es una iglesia en sí mismo. Por lo tanto, deberíamos embarcarnos en un viaje de autodescubrimiento para lograr una mejora personal profunda, con beneficios consiguientes para los demás y nuestro entorno.
Aquí es donde la fe es importante para tener responsabilidad hacia el medio ambiente. Es evidente la preocupación del papa por abordar los temas del medio ambiente a partir de la palabra de Dios ya que el cuidado de la creación es una parte integral de la fe cristiana y claramente la responsabilidad y el respeto que se debe tener por el espacio que nos proporciona vida. Me agrada el hecho de conocer las relaciones que existen entre la fe cristiana y la crisis ya que se puede interpretar el cuidado de la creación como una ecología que esta arraigada a la ética cristiana, una relación entre la creación y el concepto de ecología integral, donde hay una interconexión entre todas las especies con la naturaleza, por lo que el cuidado al medioambiente puede ser visto como el cuidado a nuestra vida.
Es claro que es importante reconocer la interconexión que existe entre muchos de los aspectos de la vida, incluyendo la ciencia, la cultura, la espiritualidad y la fe, para comprender la relación que el hombre tiene con la naturaleza, que basicamente es de dependencia y es por ello que se resalta la responsabilidad del uso de la Tierra,que erroneamente se cree que el hombre es dueño de los las otras especies o habitats por ser la especie racional sin embargo el llamado es a cumplir con la necesidad de proteger y preservar el medio ambiente para la actual generación y para las futuras.
El estar en paz es esencial, para derribar las desigualdades e inequidades sociales, el ser seres egoístas nos ha cegado del camino, queriendo dominar el mundo desde la ambición y la avaricia,siempre queriendo más, sin importar el impacto que pueden tener nuestras acciones, tal como lo dice Jesús, debemos liderar pero desde una perspectiva de cuidado y amor
Las palabras del Papa Francisco en la encíclica Laudato Si’ resuenan con fuerza y actualidad, invitándonos a reflexionar sobre la profunda conexión que existe entre el ser humano y la naturaleza. Su llamado a un cambio cualitativo en nuestra relación con el planeta, reconociendo la importancia de la sabiduría religiosa en este proceso, es un mensaje inspirador y desafiante.
La necesidad de un cambio cualitativo:
El Papa Francisco no solo denuncia los problemas ambientales que aquejan a nuestro planeta, sino que va más allá, proponiendo un cambio profundo en la forma en que nos relacionamos con la naturaleza. Este cambio no se trata únicamente de medidas técnicas o políticas, sino de una transformación cultural y espiritual que nos lleve a reconocer el valor intrínseco de la creación y nuestra responsabilidad como sus cuidadores.
El papel de la sabiduría religiosa:
En este camino de transformación, el Papa Francisco reconoce la valiosa contribución que puede hacer la sabiduría religiosa. Las distintas tradiciones religiosas han acumulado a lo largo de los siglos una profunda comprensión de la relación entre el ser humano y la naturaleza, ofreciendo perspectivas éticas, espirituales y prácticas que pueden enriquecer nuestra visión del mundo y guiar nuestras acciones.
Un diálogo abierto y respetuoso:
El Papa no aboga por una imposición de las creencias religiosas, sino por un diálogo abierto y respetuoso entre las distintas perspectivas, incluyendo la ciencia, la filosofía y las culturas indígenas. Este diálogo interdisciplinario e intercultural es fundamental para construir una visión holística de la realidad y encontrar soluciones integrales a los problemas ambientales.
La responsabilidad de cada individuo:
Si bien los líderes religiosos y las instituciones tienen un papel importante que jugar, la responsabilidad de construir una relación más armoniosa con la naturaleza recae en cada individuo. Es necesario que adoptemos un estilo de vida más consciente y sostenible, guiados por valores como la solidaridad, la justicia y el respeto por la creación.
El Papa Francisco explora la relación entre la creación y la fe cristiana. Destacó cómo la enseñanza de la fe proporciona una comprensión profunda y respetuosa del medio ambiente y enfatiza la conexión entre toda la vida y la responsabilidad compartida por nuestro planeta. El documento enfatiza que la naturaleza no debe verse simplemente como un recurso disponible para el desarrollo, sino como un regalo sagrado que requiere nuestra cuidadosa gestión y respeto, que encarna un desarrollo sostenible que combina ciencia y espiritualidad.
En este segundo capítulo de la encíclica el Papa Francisco plantea una pregunta que vincula directamente las convicciones religiosas con el diálogo sobre el cuidado ambiental y la justicia social. Este enfoque religioso responde a la comprensión del ser humano en su totalidad, abarcando no solo su racionalidad sino también su dimensión espiritual y cultural.
El Papa resalta que para enfrentar los desafíos ambientales globales es indispensable una integración de todas las formas de sabiduría, incluida la sabiduría religiosa, proponiendo así un enfoque inclusivo y holístico que considera que cada disciplina y cada creencia tiene algo valioso que aportar al esfuerzo colectivo por restaurar y proteger nuestro medio ambiente. Al incorporar perspectivas religiosas y espirituales en la conversación sobre el medio ambiente, se enriquece el diálogo con una dimensión moral y ética más profunda, y a su vez, moviliza a comunidades religiosas y personas de fe hacia una acción más comprometida y consciente. Todo lo anterior busca fomentar un cambio en nuestra relación con la naturaleza y entre nosotros mismos, impulsando así un verdadero desarrollo sostenible que se centre en el bienestar de todos los seres vivos.
Finalmente, se destaca la necesidad de reconocernos como una única familia humana, desafiando las barreras políticas y sociales que nos dividen, para poder derrotar la “globalización de la indiferencia”. Este llamado a la solidaridad global es crucial, pues el Papa enfatiza que los problemas ambientales no conocen fronteras y afectan a todos, especialmente a los más pobres y vulnerables.
En los capítulos 2 y 3, el Papa Francisco nos sumerge en un profundo análisis de la crisis ecológica desde una perspectiva ética y moral. A través de una reflexión concisa, nos invita a examinar críticamente los sistemas económicos y sociales que han llevado al deterioro del medio ambiente y a la desigualdad extrema entre los seres humanos. En un tono de urgencia y compasión, el texto nos desafía a cuestionar las lógicas del consumo desenfrenado y del desarrollo sin límites, que han llevado a la destrucción de los ecosistemas y a la explotación despiadada de los recursos naturales. Nos confronta con la realidad dolorosa de la pobreza y la exclusión que afecta a millones de personas en todo el mundo, y nos recuerda que la crisis ecológica es también una crisis de justicia social y de solidaridad global. En medio de la complejidad y la gravedad de la situación, “Juzgar” nos insta a asumir la responsabilidad individual y colectiva de cambiar nuestros estilos de vida y de promover una cultura del cuidado y la sostenibilidad. Nos desafía a repensar nuestros valores y prioridades, y a trabajar juntos en la construcción de un mundo más justo, equitativo y respetuoso con la vida en todas sus formas. En este llamado a la acción, “Juzgar” nos invita a abrir nuestros corazones y nuestras mentes a la necesidad urgente de una conversión ecológica y espiritual que nos lleve a vivir en armonía con la naturaleza y con nuestros semejantes.
El llamado que hace el Papa Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza, se puede entender como un llamado a reconocer nuestra interconexión e interdependencia con el mundo que nos rodea. Francisco nos insta a reconocer que somos parte de un tejido vivo y complejo de relaciones, donde cada ser humano y cada criatura tienen un valor intrínseco y un papel que desempeñar en el funcionamiento de la Tierra. Para vivir en armonía con las demás personas, el Papa nos llama a cultivar relaciones de respeto, solidaridad y justicia. Esto implica reconocer la dignidad de cada persona, promover el bien común y trabajar juntos para abordar las injusticias sociales que afectan a tantos en nuestro mundo. Un cambio profundo en nuestra forma de ver el mundo y de relacionarnos con él es necesario, reconociendo nuestra responsabilidad de cuidar y proteger tanto a nuestros semejantes como al mundo que habitamos.
El diálogo sobre la relación entre nosotros y el medio ambiente es crucial en estos tiempos. Es esencial reconocer que debemos cuidar del entorno que nos rodea, ya que dependemos de él para nuestra supervivencia y bienestar. Al hacerlo, aseguramos nuestro futuro y el de las generaciones venideras. La religión puede desempeñar un papel importante en este cuidado, ya que puede motivar a sus seguidores a tomar acciones responsables hacia el medio ambiente. La Encíclica del Papa Francisco aborda este tema de manera integral, desde una perspectiva teológica y científica, destacando la importancia de reconocer la interdependencia entre todas las formas de vida en el planeta. Es crucial entender que las soluciones a la crisis ecológica deben abordarse desde múltiples enfoques y considerar las diversas riquezas culturales y espirituales de los pueblos. Además, debemos recordar que la tierra es una herencia común que debe beneficiar a todos, y que todos tenemos la responsabilidad de preservarla para las generaciones futuras. En última instancia, tanto creyentes como no creyentes pueden contribuir a este esfuerzo, reconociendo nuestra conexión con la naturaleza y actuando en consecuencia, ya sea a través de prácticas religiosas, científicas u otras.
El papa Francisco hace un llamado para que vivamos en una sociedad armoniosa, entre individuos, y con nuestro entorno.desde un perspectiva cristiana que aborda la existencia. Plantea que la fe desde el corazón esta para abrir los ojos a la sacralizad de toda la creación y motivarnos a cambiar nuestras actitudes y estos de vida hacia unos mas responsables, sostenibles, justos y amónicos. La existencia y la creación debería ser una muestra del amor de Dios al individuo, por o que cada uno, persona, animal, planta y demás, merece respecto. La existencia se basa en una dependencia respetuosa y armoniosa y todos los seres estamos conectados en una “familia universal”. Jesús mismo vivió y enseñó esta armonía profunda con la creación. Por tanto, practicar auténticamente una religión como el cristianismo debe llevarnos, como creyentes, ciudadanos, trabajadores y consumidores, a reflejar mejor ese cuidado integral hacia los demás y hacia el mundo natural, cuidando el bien común y no abusando de la naturaleza. Es un llamado a vivir nuestra espiritualidad de forma integral, valorando la creación divina y construyendo una “ecología integral” que una las dimensiones humana y ambiental.
Estoy totalmente de acuerdo cuando se dice que la creación es amor y tiene un valor que debemos cuidar. No somos los únicos que tenemos este valor, como humanos debemos reflejar este amor y valor en las otras creaciones divinas. Debemos proteger estas creaciones en vez de explotarlas sin consecuencia alguna. Debemos cuidar a quienes no pueden protegerse por sí mismos. Tenemos que pasar de ser depredadores a ser quienes cuidan.
Debe existir una relación equilibrada en la que todos nos ayudemos mutuamente. No debe haber uno con mayor poder que pisotee al otro, y el ser humano no debe pasar por encima del medio ambiente y nuestra casa común solo por creer que es superior y por querer un beneficio propio. Es necesario empezar a creer que todos merecemos ser respeto y cuidado para encontrar una solución al problema ambiental.
En un mundo cada vez más afectado por la crisis ambiental, la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco emerge como un llamado urgente a la reflexión y la acción. Sin embargo, es crucial abordar críticamente este tema desde una perspectiva periodística que cuestione no solo las causas y consecuencias de la crisis ambiental, sino también los enfoques propuestos para su solución. Es necesario analizar de manera rigurosa y objetiva la efectividad de las propuestas teológicas y científicas presentadas en la encíclica, así como su viabilidad en un contexto global marcado por intereses políticos, económicos y sociales divergentes. Además, es fundamental cuestionar cómo se traducen estas ideas en acciones concretas a nivel individual, comunitario y gubernamental, y cómo se enfrentan los desafíos de la indiferencia, la desigualdad y la falta de voluntad política que obstaculizan la protección de nuestro hogar común. En última instancia, una opinión crítica sobre el tema de la ecología integral debe invitar a la reflexión profunda, al debate informado y a la búsqueda de soluciones innovadoras y colaborativas que nos permitan construir un futuro sostenible para las generaciones venideras.
El Papa ofrece una visión que se conforma de dos caras, la teológica y la científica. La parte de la teología se representa desde el evangelio de la creación.
Las soluciones de la crisis ecológica requieren la intervención de diferentes culturas con el fin de realmente lograr mejorar la situación ambiental de la casa común. El llamado del Papa no se limita solo a los creyentes sino también a los no creyentes debido a que la tierra es de todos y su decadencia es un problema de todos.
En este punto también tiene relevancia la interconexión, no solo entre la casa común y las personas sino entre todas las personas sin importar su cultura, raza o convicción.
Considero que la práctica de una religión debería ayudarnos a reflejar mejor esa armonía en nuestras vidas. Las enseñanzas religiosas suelen promover valores como el respeto, la compasión, la solidaridad y la responsabilidad hacia el prójimo y el medio ambiente. Al interiorizar estos principios, podemos actuar de manera más consciente y ética en todos los ámbitos de nuestra vida, como ciudadanos, trabajadores y consumidores.
El llamado del Papa Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza nos invita a reconocer nuestra interconexión con el mundo que nos rodea. Significa comprender que nuestras acciones tienen un impacto no solo en nosotros mismos, sino también en los demás y en el planeta. Esta llamada nos insta a adoptar un enfoque holístico, donde cuidar de la naturaleza y promover relaciones de justicia y solidaridad con nuestros semejantes se convierten en prioridades fundamentales para construir un mundo más justo y sostenible.
cualquier planteamiento ecológico debe integrar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más olvidados. Se menciona el principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes, resaltando que la tradición cristiana no considera absoluto el derecho a la propiedad privada, sino que subraya su función social. Me parece muy importante las palabras de Juan Pablo II, quien enfatizó que el desarrollo humano no puede ser verdaderamente digno si no respeta y promueve los derechos humanos, incluidos los derechos de las naciones y los pueblos.
El llamado del Papa Francisco a vivir en armonía con las demás personas y con la naturaleza, como se expresa en el segundo capítulo de la encíclica “Laudato si`”, trasciende las fronteras de la fe y se presenta como un mensaje universal de cuidado y respeto por la creación y por todos los seres vivos.
Practicar una religión puede ser un camino para cultivar valores como la compasión, la humildad y la fraternidad, que son fundamentales para promover la armonía con la naturaleza y con nuestros semejantes. La espiritualidad puede inspirarnos a reconocer la interconexión de toda la vida y a asumir un papel activo en la protección y preservación de nuestro hogar común. Sin embargo, no siento que un requisito para tener una vida armónica sea tener una religión. Nuestras acciones hablaran más que nuestras creencias y nosotros mismos podemos llegar a esa tranquilidad. Como creyentes, ciudadanos, trabajadores y consumidores, podemos reflejar esa armonía a través de nuestras prácticas sostenibles, promoviendo la equidad social y contribuyendo al bienestar de la comunidad y del medio ambiente. El llamado a vivir en armonía con la naturaleza y con los demás nos invita a ser agentes de cambio positivo en el mundo, actuando con conciencia y responsabilidad en todas las dimensiones de nuestra vida.
Considero que se creen vínculos entre la naturaleza y los humanos más profundos que lo que la ciencia nos puede mostrar. Es claro que siempre se verá una relación de beneficio y lo que nos enseñan desde pequeños es que necesitamos de la naturaleza para vivir por lo que nos da, pero si cambiamos la perspectiva y hacemos que las generaciones nuevas y las viejas también tengan una conexión que va más allá de esto, se puede lograr que se cuide de una manera distinta desde la conexión espiritual y el entendimiento del humano y la naturaleza como un todo y no como una relación de beneficio.
En este capitulo el Papa Francisco nos lleva a reflexionar sobre la relación entre la fe y el medio ambiente. Nos invita a juzgar nuestra actitud hacia la creación y a reconocer nuestra responsabilidad como seres humanos en el cuidado y la protección de nuestro hogar común.
De igual manera nos hace recordar que la creación es un don precioso de Dios, y que como guardianes de este regalo, tenemos la responsabilidad de preservar y proteger la belleza y la diversidad del mundo natural.
El segundo capítulo de Laudato Si’ comienza con una pregunta clave sobre la inclusión de convicciones creyentes en un documento dirigido a personas de todas las creencias. Esta pregunta lleva a reflexionar sobre la importancia de entender al ser humano detrás del texto, con su bagaje cultural y religioso. Como un papa latinoamericano, Francisco destaca la necesidad de un cambio profundo en la relación entre humanidad y naturaleza, reconociendo que para construir una ecología integral y sanadora no se puede dejar de lado ninguna forma de sabiduría, incluyendo la religiosa. Personalmente, encuentro esta perspectiva inclusiva y multidisciplinaria esencial para abordar los desafíos ambientales y sociales de manera holística y efectiva. La unión de diferentes perspectivas y saberes es fundamental para encontrar soluciones duraderas y justas para todos.
Considero que el llamado que hace Francisco a vivir en armonía con las demás personas y la naturaleza aunque tiene fuertes bases en la religión, considerando los valores enseñados por Jesús, no debe circunscribirse únicamente a esta, y mas bien se debe emplear dichos valores presentes en la religión en nuestra cotidianidad y en nuestras relaciones interpersonales y con nuestro entorno.
Es imperativo que todas las personas, sean religiosos o no, se esfuercen por llevar una vida en armonía con un enfoque principal en la importancia del prójimo y de las futuras generaciones. Es necesario que en todas las acciones y omisiones que llevemos a cabo todos los días pensemos en los efectos que estos tendrán, y subsecuentemente en que comportamientos específicos se pueden tomar para asegurar un relacionamiento pacífico con los demás individuos y con la vida, para de esta manera no asegurar tan solo nuestra subsistencia, sino la de la tierra y la totalidad de sus habitantes.
actualmente la religión es un gran incentivo al momento de cuidar el medio ambiente, ya que pese a que estamos regidos por leyes, la fe y la religión muchas veces tiene mas importancia para las personas que la misma ley, de este modo permite guiar a las personas por el camino adecuado, sin embargo no se debe de dejar de lado la ley y la relación de la misma al momento de cuidar la tierra, esta permite dar ordenes firmes, y “castigar” a aquellos que no cumplan este orden absoluto que seria cuidar nuestro planeta, por lo que debería de haber una armonía entre los 2 aspectos.
El llamado a cuidar la casa común explícito en el capítulo 2, 3 y 4, tiene una razón específica y es: la crisis ecológica actual, uno de los momentos que más afligen a la humanidad. Millones de personas en el mundo pasan hambre a causa de las sequias, de la desigualdad y las guerras que abaten a los diferentes continentes. El papa a través de la Encíclica hace el llamado al uso sostenible y la consideración sobre la capacidad de regenerar los ecosistemas, una labor de creyentes y no creyentes, un dialogo intercultural e intergeneracional.
La tierra, la naturaleza y los seres vivos que conviven con nosotros con claman por soluciones sostenibles en el tiempo, que involucran a todos los campos del conocimiento, que presentan como interlocutores las diferentes comunidades étnicas y requieren de aprender a recibir el propio cuerpo
El texto resalta la importancia de cuidar y respetar la naturaleza, así como de reconocer la responsabilidad que como seres humanos tenemos en proteger el medio ambiente. Destaca la conexión entre la fe, la sabiduría bíblica y la preservación de la creación, enfatizando la necesidad de un diálogo entre la ciencia y la religión para abordar la crisis ecológica actual. Es fundamental reflexionar sobre nuestra relación con el mundo natural y tomar acciones concretas para garantizar un futuro sostenible para todas las criaturas.
El texto aborda de manera acertada la relación entre la fe y la protección del medio ambiente, resaltando la importancia de reconocer a Dios como el creador de todas las criaturas y de vivir en armonía con la naturaleza. Se destaca la necesidad de un cambio de mentalidad y de adoptar prácticas sostenibles para preservar el planeta para las generaciones futuras. La encíclica del Papa Francisco, Laudato si`, ofrece una perspectiva valiosa sobre la responsabilidad que tenemos como seres humanos de cuidar y respetar la creación divina, promoviendo un enfoque holístico que integra la fe, la ética y la ecología.
Ciencia y Fe, dos temas que siempre han causado debate: al realizar esta lectura, como alguna que hice en el desarrollo de la clase, considero que, en vez de haber un rompimiento, una separación entre estos dos temas debería existir una relación importante. Podemos basarnos en la ciencia, en los descubrimientos, en los estudios y también en la fe. La fe nos invita a actuar de forma ética, ser moralmente responsables, profesar el bien. La ciencia a pesar de que siempre está firme en que trabaja con “hechos”, debe trabajar bajo estos valores del bien que la misma fe enseña desde el primer momento. Esto, en cuanto al cuidado medioambiental invita a realiza un trabajo más consciente de nuestro paso y nuestra relación y conexión con un todo. Esto nos invita a no olvidar que este mutualismo es inquebrantable.
En un mundo donde a menudo se prioriza el beneficio económico sobre la sostenibilidad ambiental, es crucial recordar que la creación es un regalo sagrado que debemos cuidar con amor y responsabilidad. Promover una mayor conexión con la naturaleza, respetando su diversidad y reconociendo su valor, nos permitirá vivir en armonía con el mundo que nos rodea y construir un futuro más justo y sostenible para todos los seres vivos en el planeta.