“En todas las relaciones llega un momento complicado en el que paramos la vida y nos detenemos a reflexionar sobre el cómo vamos en el camino; después de todo, para bailar se necesitan dos. Cosas difíciles pueden pasar en el curso de una relación. Tras darnos por sentado, perdernos en la costumbre o en las apabullantes ocupaciones y afanes de la cotidianidad, podemos dejar de comprender el por qué y el para qué de esa relación. Lo temido no se hace esperar y las frases más clásicas llegan a ser pronunciadas: “no eres tú, soy yo”; “quizá debamos ver a otras personas”; “regalémonos un break” o “démonos un tiempo””. El anterior párrafo es el inicio de una de las cinco[…]