El cuidado de la salud mental en los adultos mayores es un compromiso que requiere empatía, paciencia y comprensión. Las crisis emocionales o conductuales pueden aparecer como consecuencia de cambios en el estado de ánimo, la confusión o la ansiedad, afectando tanto a la persona como a su entorno. Identificar los signos tempranos —como el insomnio, la irritabilidad o la agitación— permite actuar con serenidad y evitar que el malestar aumente.
Acompañar una crisis implica más que intervenir: significa estar presente, ofrecer calma y validar las emociones. Mantener rutinas estables, promover espacios tranquilos y respetar los tiempos del adulto mayor son estrategias que fortalecen su bienestar y su sentido de seguridad. Recordemos que cada gesto de cuidado contribuye a mejorar la calidad de vida y la dignidad de quienes enfrentan un trastorno mental en esta etapa de la vida.
