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Programa realizado por Subalaire. Se habla de la empatía como elemento de la solidaridad, reconociendo que existe una gama en el desarrollo de la empatía, que hace que la gente sea más o menos solidaria. Articulado a esto se reconoce que es en la infancia en donde se empieza a generar una resonancia emocional en la relación con otros, puesto que es en esta etapa en donde se enseña a tener límites de respeto y de cuidado por los demás.

La solidaridad, permite reconocer al otro como un semejante, con sus fortalezas y debilidades, y es en ese reconocimiento en donde surgen posibilidades de aprendizaje, que suscitan la construcción de relaciones diferentes.

Es una invitación a dejar de lado la indiferencia, a abrir más el corazón para encontrarnos en unos principios básicos de convivencia y en unos sueños básicos de sociedad, a tener más disposición hacia los demás, para desarrollar la empatía y tejer día a día la solidaridad. Cambiando la idea de que el otro es distinto a mi y reconocerlo como un semejante se empieza abrir el corazón y la mente para tener más disposición hacia los demás y para encontrarnos y reconocernos de forma diferente, con el fin generar verdaderas transformaciones culturales y sociales. Reseña elaborada por Subalaire.





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Programa realizado por Subalaire. En este capítulo se aborda la importancia de la palabra y de la comunicación como vínculo para la construcción de un tejido social que le aporte a la salud mental. Se parte de la palabra como elemento fundamental en la comunicación, ya que es esta la que permite nombrar las cosas y además dotarlas de un significado.

Con las voces de la gente se construyen y se reconocen elementos importantes con relación a la palabra, en tanto se identifica su poder de transformación ya sea para construir o para hacer daño, debido a que está acompañada de una calidad y cualidad emocional, que connota un significado que al repetirse puede convertirse en verdad. En ese sentido la palabra configura las relaciones que se tejen con el otro.

Posteriormente, se habla de la comunicación como una necesidad y un arte que implica un proceso complejo, en el que se genera un dar y recibir, así como un reconocimiento de las necesidades e intereses del otro, así como de sus diferencias y creencias. Sugiriendo que la intencionalidad de la comunicación debe ser ayudar a comprender más que a confundir evitando el daño innecesario.





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Programa producido por la emisora comunitaria Subalaire. Se inicia con el reconocimiento de que las sociedades, dependiendo de sus aspectos culturales, tienen diferentes formas de asumir a los hombres y las mujeres. En el caso de Colombia, esto ha ocasionado históricamente inequidades, que paulatinamente se han venido restituyendo.
Socialmente la forma como se determina qué es ser hombre o qué es ser mujer, ha tenido transformaciones importantes en los roles, lo cual ha generado cambios en dichas relaciones. En construcción con las voces de la gente, ya no se reconocen como atributos importantes la fuerza y otros elementos de poder. Así mismo, se resalta la tendencia a definir lo que no se quiere ser como hombre, más que lo que se quiere ser.

Dentro de las nuevas masculinidades, se resalta la convivencia como espacio fundamental, en donde se ponen en juego las formas de respetar y cuidar al otro y se establecen acuerdos para vivir bien; determinando la convivencia misma lo que se requiere en esa relación. Lo anterior, se reconoce como fundamental para generar nuevas formas de equidad, respeto y justicia, que no delimita los roles en unas actividades concretas sino en una forma de responder a las necesidades de la convivencia.

Como elementos importantes en las nuevas masculinidades, se destaca que el ejercicio surge en lo cotidiano y la convivencia, a partir de unos principios como: el respeto por el otro, el trabajo en conjunto, el diálogo, el establecimiento de acuerdos. Esto es lo que hace que esas masculinidades se vinculen de forma positiva con las feminidades, como una tarea en la que se aprende y se genera la verdadera equidad.





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Programa realizado por la emisora comunitaria Subalaire. En este capítulo se reconoce la naturaleza del conflicto y la relación de este con la salud mental.

Los conflictos son inherentes al ser humano, con excepción del conflicto armado que ha vivido Colombia, pues ha instalado en los ciudadanos y ciudadanas modos de comportamientos que afectan las relaciones, la estima, la confianza; generando un impacto emocional fuerte que puede conllevar al miedo y a generar una separación cultural.
Se resalta, además, la importancia de reconocer que existen diferentes tipos de conflicto y diferentes niveles de conflicto.

Como elemento que se vincula al conflicto, se reconoce “la verdad”, enfatizando que no existe una sola verdad, que no tenemos la verdad absoluta; pero sin embargo cada uno tiene un grado de verdad por la perspectiva que tiene. La invitación es a reconciliarnos con el conflicto, a pensar que todos los conflictos pueden solucionarse, que no hay una verdad absoluta y por lo tanto no somos dueños de la verdad, a reconocer los elementos en los que se está de acuerdo y a aprender de las diferencias y a desarrollar habilidades de negociación y capacidades que nos aporten a la construcción de tejido social.