ISBN : 978-958-781-555-9
ISBN digital: 978-958-781-556-6

Chihiscua: pintando desde nuestro municipio

Leidy Carolina Aguilar Peñuela

Investigadora de la Fundación CeiBa 2017. Participante del semillero de investigación de La Corporación Universitaria Minuto de Dios (Uniminuto) - Centro Regional Zipaquirá (CRZ) Enraizando Huellas.

laguilarpen@uniminuto.edu.co

Mónica Patricia Perassi

Especialista en Comunicación Educativa.

monica.perassi@uniminuto.edu.co

Resumen

Esta experiencia que se presenta trabajó sobre el patrimonio cultural del municipio de Zipaquirá y la apropiación por parte de los niños de colegios rurales. El objetivo fue reforzar el sistema de valor de las tradiciones de las comunidades; por ello, la necesidad de sensibilizar para la conservación del patrimonio cultural resultaba menester. Esta iniciativa pedagógica educomunicativa se aborda desde una mirada de la comunicación para el cambio social, con el fin de cumplir el objetivo de sensibilizar y promover en los niños de 4 a 8 años de edad del Colegio Empalizado la conservación y difusión del patrimonio cultural y local del municipio de Zipaquirá. La experiencia se enfocó en lograr que el estudiante, por medio del modelo de concientización de Freire, genere un empoderamiento frente a su rol como comunidad en la conservación del patrimonio. La metodología implementada se basó en las técnicas de la comunicación para el cambio social, en las que la oralidad, el intercambio intergeneracional y la participación fueron las bases para obtener como resultado una herramienta propia de difusión. Lo que se presenta a continuación es la estructura de la estrategia, los resultados obtenidos y el impacto realizado en el trabajo con la comunidad del Colegio Empalizado del municipio de Zipaquirá durante el primer semestre del 2018.

Palabras clave: patrimonio cultural, comunicación para el cambio social, educomunicación, sensibilización.

Introducción

Desde una mirada de la comunicación educativa, las bases de este trabajo se encuentran en modelo de la concientización propuesto por Freire a través de la relación de opresor – oprimido, resaltando la importancia de la actividad de este último para el generar cambios. En este trabajo, el oprimido se reconoce frente a un sistema educativo unificador que lo aleja de los aspectos del patrimonio cultural local. Lo que se busca con este modelo es un paseo por las tres etapas: la mágica, la ingenua y la crítica. La primera responde a una etapa en la que el oprimido asimila una situación de impotencia, no pudiendo generar ningún cambio, y espera que la situación que lo abruma y agobia cambie por sí misma. En la segunda etapa el oprimido reconoce el problema en términos individuales, asumiendo en la acción el comportamiento del opresor. Finalmente, es la fase crítica donde el oprimido comprende la estructura opresiva, reconoce sus debilidades y reflexiona aumentando la confianza de sí mismo y sus pares, logrando una acción de colaboración y esfuerzo colectivo a través del diálogo (Chesney-Lawrence, 2008, pág. 55). Así, afirma Freire, el oprimido encontrará la libertad, la cual deviene de la

necesidad de superar la situación opresora […] implica el reconocimiento crítico de la razón de esta situación, a fin de lograr, a través de una acción transformadora […] la instauración de una situación diferente, que posibilite la búsqueda de ser más (Freire, 1971).

En búsqueda de una estrategia educomunicativa que impacte en la conservación del patrimonio cultural, se enfocará desde una perspectiva de comunicación para el desarrollo y el cambio social, la misma promueve cambios sociales donde la participación de los actores involucrados (Gumucio-Dragón, 2011, pág. 28).

Gumucio-Dragón presenta un abordaje de la comunicación para el desarrollo desde la Europa de posguerra, planteando la existencia de abordaje desde la teoría de la modernización, enfocadas en la economía y la tecnología como base del desarrollo, donde las culturas locales de los países del Tercer Mundo son las promotoras del retraso; y por otro lado, las teorías dependentistas que encontraban las bases del subdesarrollo en “razones estructurales —políticas, económicas, sociales, culturales, legales—“ (Gumucio-Dragón, 2011, pág. 35). La comunicación entendida bajo estas últimas teorías se mirará como desde su uso1 como “una comunicación ética, es decir, de la identidad y de la afirmación de valores; [que] amplifica las voces ocultas o negadas, y busca potenciar su presencia en la esfera pública” (Gumucio, 2004, pág. 6).

En ese marco, la comunicación para el cambio social mantiene la preocupación por las culturas locales y el diálogo de la comunicación para el desarrollo, pero sin establecer un plan previo, sino que deja que los procesos surjan a través de la acción. Entre las premisas Gumucio (2011) enumera la apropiación de los procesos y contenidos por parte de la comunidad, los contenidos locales, la gestión de la comunicación por parte de la comunidad, el diálogo, debate y negociación interna, la consideración de las normas sociales, políticas vigentes y la cultura. Todos estos, serán requisito de una propuesta pedagógica para la apropiación, sensibilización y conservación del patrimonio cultural.

Metodología

Público

El trabajo final se orientó a una población específica: estudiantes de 4 a 8 años de colegios rurales especialmente el colegio Empalizado del municipio de Zipaquirá. Se escogió esta población por diversas razones. Primero, la edad los presenta más permeables a la incorporación de información a través de diferentes medios. Encontrase en una edad de descubrir los posicionó como personas que pueden ser más susceptibles de sensibilizarse frente al patrimonio, y a futuro interceder de manera activa en las políticas culturales. Trabajar con la primera infancia facilita los métodos de aprendizaje hacia la cultura. El colegio Empalizado es un colegio que se encuentra en la zona alta de Zipaquirá, una zona veredal, maneja los grados cero a quinto con una sola profesora y aproximadamente 30 niños, lo que hizo que la comunicación haya sido más flexible, se creó tejido social por medio del acercamiento y de la comunicación como ente de intervención. Trabajar con este grupo permitió que la oralidad fuese una base fundamental en el proceso de la sensibilización, conservación y difusión del patrimonio mediante la comunicación para el desarrollo ya que los niños desarrollaron conocimientos culturales y sociales. Otro aspecto que hay que mencionar es que los alumnos están más vinculados a lo cultural, por el hecho de estar en una zona veredal permite que los niños sean autónomos ya que el medio les permite tranquilidad. La comunicación y relación entre la profesora y los alumnos fue básica para el proceso de enseñanza-aprendizaje con un proceso de confianza entre ellos, es decir que es por esto que la investigación tomó a este colegio no solo por sus medios sino por su nivel interno dentro de la institución. La zona rural ayudará a un desarrollo integral de ellos en el presente y en el futuro. Con la estrategia comunicativa para la sensibilización, conservación y difusión del patrimonio cultural, que está en su fase final se pretende ayudar a la creación de nuevos proyectos con respecto al tema, a mejorar el aprendizaje de los niños en el medio sociocultural ya que ellos se empoderaron de sus propias capacidades comunicativas y sociales. No se eligió un colegio urbano u otro porque este colegio tiene varios aspectos que muchos otros no tienen con lo anteriormente nombrado, además poco se trabaja con un colegio como este, trabajar con un colegio de más alumnos llevaría una investigación con otras bases, se perdería la necesidad de trabajar con niños en primera infancia ya que no serían pocos sino aumentaría la muestra poblacional, este colegio no es tan moderno como otro colegios, este cuenta con una sala informática pero que desafortunadamente no está completa, además los computadores que se tienen en esta institución están fuera de servicio, los niños son de clase baja, por ende se eligió para fortalecer la comunicación para el desarrollo, para que los niños se sintieran apropiados no solo de sus institución sino de su municipio Se cree que la ejecución de este proyecto favoreció los niveles de calidad de vida, visto desde el desarrollo cultural y la vida social; a través de un proceso de reproducción de la cultura en prácticas de comunicación para el desarrollo, que permitió a los niños sentir y accionar en la vida cotidiana de su comunidad. De esta forma se reforzó las identidades de preservación en la compleja relación entre lo universal, lo nacional y lo local.

La metodología de trabajo propuesta viene de dos pasos previos. Por un lado, un análisis de las campañas sobre el patrimonio cultural de diferentes gestores culturales como: Alcaldía y colectivos sociales. Por otro lado, de la aplicación de las estrategias propuesta por el “Manual Diseño participativo para una estrategia de Comunicación” (FAO). La primera, permitió evidenciar las formas, colores y mensajes apropiados para la población objetivo; la segunda, estableció los medios de aplicación y las etapas de realización.

Paso a paso

Así, se escogió la aplicación del medio gráfico denominado rotafolio. El mismo consiste en block de hojas de 70x90 cm que en construye en la discusión y debate con la población, cuyo beneficio radica en el uso de imágenes que atraen la atención, de manera que se estimula una discusión interactiva y la retroalimentación es inmediata (FAO, 2008, pág. 61). El mismo fue aplicado en las siguientes etapas y formas:

  1. ¿Cómo está mi comunidad?: La primera etapa se orientó a la denominada por Freire como “imaginada”, su objetivo era que el estudiante la intervención de su comunidad en la conservación del patrimonio. En un comienzo se realizó una introducción sobre lo que es el patrimonio y cómo podemos cuidarlo. Luego, comenzó el trabajo del estudiante, para ello se trabajó en grupos de cuatro. A cada grupo se le recomendó conversar en casa o en espacios fuera de la escuela sobre el patrimonio cultural, en torno a las siguientes preguntas: ¿qué es el patrimonio? ¿Qué cosas o lugares tienen un valor para mi comunidad? ¿Qué hago para cuidarlas? Una vez obtenidas las respuestas, se unificaron por grupos y se presentaron al resto del curso.
  2. Ingenua: La segunda etapa de Freire propone al estudiante con un reconocimiento de su situación, pero aún no propositivo. En esta etapa el objetivo fue que los niños reconocieran los saberes del patrimonio cultural y reconstruyeran a través de imágenes habladas, así los estudiantes plasmaron su interpretación de los eventos y objetos patrimoniales.
  3. Etapa de devolución: En esta etapa el estudiante se vuelve crítico. Los niños propusieron un día de socialización sobre las construcciones dibujada a sus padres, haciendo que su saber adquirido se replicara a la comunidad.

Cuerpo del documento

Resultados

El trabajo final se orientó a una población específica: estudiantes de 4 a 8 años del colegio rural Empalizado. Se escogió esta población por diversas razones. Primero, la edad los presenta más permeables a la apropiación del conocimiento a través de diferentes medios, así como se logra una sensibilización con el objetivo que a futuro puedan interceder de manera activa en las políticas culturales.

El colegio Empalizado se encuentra en la zona alta de Zipaquirá, en una zona veredal, maneja los grados cero a quinto con una sola profesora y aproximadamente 30 niños, lo que hizo que la comunicación haya sido más flexible abriendo un espacio de acercamiento. Trabajar con este grupo permitió que la oralidad fuese una base fundamental en el proceso de la sensibilización, conservación y difusión del patrimonio.

Los resultados obtenidos permitieron evidenciar la ausencia de diálogo intergeneracional en torno al patrimonio cultural. En la primera actividad los estudiantes reconocieron en el diálogo con adultos mayores aquellos elementos del municipio la comunidad considera parte del patrimonio cultural no siempre reconocido por las políticas culturales como íconos religiosos (Virgen de Guasá, Padre Ciro Hernando), artes, tradición indígena, campesinado y saberes populares, mitos y leyendas, entre otros. Frente a esta primera aproximación, de los relatos obtenidos, los estudiantes logran plasmar sus interpretaciones de los elementos o hechos en imágenes habladas. Que luego de una construcción conjunta, socializan con el resto de la comunidad abriendo la escuela al público. En total se logró una participación de más de 50 personas en las diferentes etapas.

El resultado principal fue la construcción del medio gráfico con los rotafolios, que permiten transportarlos con facilidad, y se vuelven pieza decorativa de la escuela; pero, sobre todo, al ser realizado por los estudiantes, la apropiación por parte de niños y de la comunidad es mayor.

Impacto

El aprendizaje de los estudiantes puede medirse en el cumplimiento del objetivo. La estrategia comunicativa propuesta, asume un papel educomunicativo donde el niño es el actor principal. En la primera etapa el estudiante reconoce el patrimonio cultural, desde su definición hasta aquellos que han sido avalados por las políticas y discursos oficiales. Se cumple entonces con la etapa imaginada propuesta por Freire.

Luego, el estudiante, en contacto con adultos mayores comprende la situación en la que vive y contrasta los saberes populares y el patrimonio legalmente reconocido, asumiendo la diferencia. Además, en sus expresiones podemos ver la valoración del adulto mayo como fuente de conocimiento válido y verdadero: “yo no sabía que mi abuelo sabía tanto” (Anaí 8 años2). Aquí evidenciamos la etapa ingenua.

Finalmente, para la devolución el estudiante construye su propio medio para plasmar los saberes obtenidos, patrimonializándolos para su comunidad. Por tanto, el niño se empodera de la situación, se vuelve el conocedor y transmite a la comunidad un saber intergeneracional. Además, reconoce que la durabilidad de los medios creados lo hará replicable al futuro.

Conclusiones

El patrimonio cultural se ha relegado a sectores marginales por dinámicas que corresponden al orden económico, así, lo patrimonial y lo cultural asumen un papel turístico, más que identitario.

El método pedagógico enlazado con la comunicación aplicando las estrategias culturales ayuda a desarrollar capacidades en los niños como la participación, interés por su municipio y por supuesto un empoderamiento de la identidad local, regional y nacional de nuestros antepasados.

Es necesario que los niños tengan conocimiento del valor y significado del patrimonio, sin importar de qué zonas son (rural o urbano) es por esto que la historia local se debe implementar en las instituciones propomiendo la conservación de nuestro territorio y la difusión de los bienes culturales.

Los niños son agentes activos de cultura integrando el contexto cultural en sus vidas y de otras personas con el objetivo de preservar el pasado histórico para generaciones futuras.

Referencias

Chesney Lawrence, L. (2008). La concientización de Paulo Freire. Rhec, 11, 52-69.

Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) (2015). Guía didáctica para el uso del rotafolio “gestión para la reducción del riesgo a desastres -grrd-” recuperado de https://conred.gob.gt/site/documentos/proyectonacion/herr/GUIA-DIDACTICA-PARAELUSO-DEL-ROTAFOLIO.pdf

Freire, P. (1971). Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI.

Gumucio, A. (2004). El cuarto mosquetero: la comunicación para el cambio social. Investigación Y Desarrollo, 12(1), 2–23. Recuperado de https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/investigacion/article/view/1088/673

Gumucio-Dragón, A. (2011). Comunicación para el cambio social: clave del desarrollo participativo. Signo y pensamiento, 58 (XXX), pág. 26-39.

Mefalopulos, P. y Kamlongera, C. (2008). Manual Diseño participativo para una estrategia de comunicación. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación: Roma.


1 En su artículo propone el esquema del desarrollo de la comunicación a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX: Información manipuladora (de mercado) - Información asistencialista (difusionismo) - Comunicación instrumental (desarrollo) - Comunicación participativa (ética).

2 Anaí es un seudónimo de una estudiante del Colegio Rural Empalizado con quien se trabajó.