ISBN : 978-958-781-326-5
ISBN digital: 978-958-781-327-2

Recuperando la voz pública: retos y oportunidades del posconflicto para la construcción de paz en las comunidades desde la práctica democrática

Luis Ángel Puello Orozco

Estudiante de décimo semestre de Comunicación Social, con énfasis en Comunicación, Educación y Desarrollo de la Universidad de Cartagena.

luispuelloo@gmail.com

Liz Andrea Zarco Quintero

Estudiante de décimo semestre de Comunicación Social, con énfasis en Periodismo y Cultura de la Universidad de Cartagena.

lzarcoq@unicartagena.edu.co

Resumen

La presente ponencia buscar realizar un análisis de los retos y las oportunidades que tiene la sociedad colombiana para el periodo del posconflicto o postacuerdo frente a la construcción de paz en las comunidades, tomando como eje un mejor ejercicio de la democracia. Para esto se realiza un análisis inicial del texto “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, especialmente en su punto 2, “Participación política: apertura democrática para construir la paz”. Luego se analizan los avances en su implementación. Ello se analiza a la luz de ideas expuestas especialmente por David Mathews y otros autores, con obras publicadas por Kettering Foundation, dedicada a la investigación en temáticas relacionadas con la democracia en el mundo entero. El abordaje teórico y metodológico tiene como ejes los siguientes: los “problemas en la democracia”, la “ecología de la democracia”, la “democracia deliberativa” y las “prácticas democráticas”. Todo esto apuntan a responder esta pregunta: ¿cómo un mejor ejercicio democrático puede aportar a la construcción de paz en las comunidades?

Palabras clave: democracia, construcción de paz, posconflicto.

Introducción

Después de que el Gobierno de Colombia diera oficialmente término al conflicto interno de más de medio siglo con las FARC-EP tras la firma de los acuerdos de paz en noviembre de 2016, el rechazo del pueblo colombiano en el plebiscito y la posterior refrendación por parte del Congreso; el principal reto para todos los actores partícipes de este proceso es lograr una implementación, cumplimiento y verificación que se apegue a lo pactado en cuatro años de negociación en La Habana y genere condiciones para construir una paz estable y duradera.

Este reto se amplifica aún más en un panorama donde a pesar de haberse llevado a cabo una desmovilización y un desarme certificado por Naciones Unidas, persisten los hechos victimizantes a líderes sociales y defensores de derechos humanos (Fundación Paz y Reconciliación, 2017). Se hace pertinente analizar qué de este acuerdo, y en especial del punto dos (2) “Participación política: Apertura democrática para construir la paz” apunta a la construcción de paz desde las comunidades desde la práctica democrática para establecer los retos y oportunidades que ésta representa. Todo esto entendiendo una democracia centrada, como veremos, en los ciudadanos y en las comunidades.

Aproximaciones teóricas

Desde un acercamiento general a la forma en la cual se pone en práctica la democracia en la actualidad al ser una alejada de los preceptos de su deber ser1, David Mathews identifica la existencia de tres voces que en la democracia tradicional dominan el policymaking o diseño de políticas públicas: la voz de los oficiales elegidos, de los intereses especiales y de los expertos. Sin embargo, reconoce la necesidad de una nueva voz, la voz pública, sobre la cual los funcionarios puedan tener una perspectiva de cómo los ven los ciudadanos y poder tomar decisiones de manera efectiva.

Mathews, por lo tanto, afirma que

se necesita una voz del pueblo que sea formada por la interacción de las personas mientras intentan resolver problemas o decidir sobre políticas públicas (...) una voz bastante coherente «la voz de todos los intereses» (...),ésta es una auto-expresión que solo puede ser creada por los ciudadanos” (2016: 1-4). De esta forma, el autor agrega que esta “es una voz que explica lo que las personas están dispuestas a hacer cuando reconocen que habrá costos y, a menudo, consecuencias desagradables. Esta aclara qué concesiones son y no son aceptables (2016, 9).

No obstante, este autor también establece las condiciones bajo las cuales la voz pública emerge: Cuando las personas hablan sobre lo que sucede y de lo que sienten, y cuando comienzan a nombrar y a hablar sobre las cosas que pueden hacer para contrarrestar un problema. Así mismo, el autor menciona que la culpa, las quejas y los estereotipos son barreras estructurales que afectan la voz pública, porque lo que se hace imperativo las prácticas de deliberación para llegar a un consenso.

Ahora bien, el mismo autor identifica siete problemas sistémicos que causan su mal ejercicio de esta en las comunidades, los cuales son eclipsados por problemáticas más visibles como la pobreza o la corrupción (Mathews, 2014).

Problemas sistémicos de la democracia

1

La falta de compromiso de los ciudadanos a involucrarse con la política electoral convencional o con esfuerzos cívicos para con otros ciudadanos.

2

Los asuntos son abordados y discutidos en formas que promueven división.

3

Las personas pueden involucrarse y tomar decisiones poco apropiadas sobre qué políticas son mejores para ellos.

4

La percepción de los ciudadanos es que no pueden hacer una diferencia en la política porque no tienen los recursos necesarios para ello.

5

Los ciudadanos pueden actuar pero sus esfuerzos van en diferentes direcciones que resultan ser inefectivos.

6

La ausencia de aprendizaje compartido impide que la democracia funcione.

7

La desconfianza mutua que dificulta la relación entre ciudadanos y las principales instituciones gubernamentales como no gubernamentales.

Elaboración de los autores con base en Mathews (2014)

De este modo, estas problemáticas debilitan el ejercicio de la democracia al hacer que la participación de los ciudadanos en ella disminuya considerablemente o sea nula, al mostrar una imagen errada de lo que son las prácticas democráticas y provocar desconfianza, mala percepción, y falta de compromiso, a raíz de las malas prácticas que históricamente han sido ejecutadas. Esto lleva, en el peor de los casos al conformismo y a dejarse llevar por la inercia, lo cual, en comunidades como la nuestra, con altos niveles de burocracia y corrupción, estanca el desarrollo de las mismas, generando problemas y conflictos adicionales.

Participación política: apertura democrática para construir la paz

En un sentido amplio, los planteamientos de Mathews (2014,2016) anteriormente expuestos resuenan teóricamente en el escenario de posacuerdo acordado por el Gobierno colombiano con las FARC-EP. Si bien la mayor parte del segundo punto del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera hace hincapié en el tránsito de este grupo de las armas hacia la democracia a través de nuevos partidos y movimientos políticos con las garantías necesarias para ejercer la oposición política; es preciso resaltar el señalamiento de la participación ciudadana como fundamento de todos los acuerdos que lo constituyen.

La construcción de la paz es asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todas las personas sin distinción y, por eso, es necesario concientizar la participación y decisión de toda la sociedad colombiana en la construcción de tal propósito, que es derecho y deber de obligatorio cumplimiento, como base para encauzar a Colombia por el camino de la paz con justicia social y de la reconciliación, atendiendo el clamor de la población por la paz (Acuerdo Final, pág 35).

En este sentido, este apartado enfatiza que para la construcción y consolidación de la paz deben promoverse escenarios en los que la democracia impere y se amplíe, bien sean en los asuntos de interés público, procesos electorales, discusión de planes de desarrollo, políticas públicas, entre otros. Resalta, además, que deben fortalecerse las organizaciones, movimientos sociales, y los espacios de participación ciudadana en donde los colombianos sean partícipes sin ninguna distinción como un elemento clave para la construcción de paz desde las comunidades.

Para la consolidación de la paz se requiere así mismo la promoción de la convivencia, la tolerancia y la no estigmatización, que aseguren unas condiciones de respeto a los valores democráticos (Acuerdo Final, pag 35).

Por otra parte, este punto exalta la consideración de la mujer como sujeto político en la vida pública al reconocer las barreras sociales e institucionales por las cuales han sido históricamente discriminadas y víctimas de la desigualdad.

Retos y oportunidades

Un primer reto está relacionado en el punto Garantías de seguridad para el ejercicio de la política. Esto dado que las nuevas prácticas y espacios democráticos que eventualmente comenzarán a conformarse podrían ser vistos de forma sospechosa y considerarse amenazantes para las élites tradicionales con influencia sobre grupos criminales armados. Aumentar la seguridad en nuestras comunidades es un reto mayúsculo para la construcción de paz desde la práctica democrática basada en los ciudades.

Otro reto lo encontramos en el punto Garantías para la movilización y la protesta pacífica. Esto debido a que, si bien la práctica democrática en su escenario ideal tiene en cuenta y hace escuchar la voz pública producto de los nuevos espacios democráticos, al encontrar resistencias es posible que las comunidades opten por otros mecanismos para hacerse escuchar. En ese sentido, es necesario que se garantice el derecho de las comunidades a hacer escuchar su voz.

Algo que se constituye en un reto, pero también en una oportunidad, puesto que puede ayudar a mitigar el riesgo anterior, lo vemos en el punto Participación ciudadana a través de medios de comunicación comunitarios, institucionales y regionales. Este punto es bastante complejo, debido a que implica romper con la concentración de medios que existe en el país y darle a las comunidades la oportunidad de producir sus propios contenidos; implica también hacer más accesible la legislación actual. Ahora bien, mientras eso ocurre, se pueden utilizar las nuevas herramientas tecnológicas que permiten, desde ya, que muchas comunidades expresen su voz. Este puede ser el medio para que las voces marginadas sean escuchadas y puedan aportar a la construcción de la voz pública.

En este mismo sentido, un reto adicional es reducir los niveles de rechazo a las ideas distintas y diferentes, lo cual evitará que se generen nuevas violencias. Esto se conecta directamente con el punto Garantías para la reconciliación, la convivencia, la tolerancia y la no estigmatización, especialmente por razón de la acción política y social en el marco de la civilidad.

Si bien la práctica democrática en las comunidades no genera per se paz y reconciliación, si genera las condiciones necesarias para que esta se afiance y se eviten nuevas violencias, y el marco del acuerdo antes mencionado puede ser la oportunidad para comenzar a implementar prácticas democráticas que afiancen estas ideas en las comunidades.

La Kettering Foundation (2014) recomienda 6 prácticas democráticas, las cuales al ser adaptadas a las realidades locales, pueden constituir un punto de partida para fortalecer la práctica democrática.

Prácticas democráticas

1

Nombrar. Es necesario que las comunidades nombren los problemas o las situaciones que los afectan en sus propias palabras e identifiquen los distintos ámbitos del problema. Esto para tener una visión global de los mismos.

2

Deliberación pública. Se deben abrir espacios en los que se aborden los temas tratados. La deliberación es una conversación que prepara para la acción política al tomar en cuenta muchas alternativas de solución y seleccionar de forma participativa y colectiva las que constituirán la hoja de ruta o plan de acción. Es importante que la deliberación no tome solo 2 posturas. Se deben mirar todas las posibilidades. La deliberación no es una decisión objetiva, es acerca de lo que las personas consideran valioso e importante para ellos.

3

Enmarcar los problemas. Esto facilita la deliberación. Es necesario, la cantidad de causas y consecuencias que son mencionados al momento de nombrar los problemas sean enmarcados en categorías que permitan un mejor abordaje al momento de la deliberación.

4

Identificar recursos. Todas las comunidades tienen recursos (económicos, sociales, culturales, habilidades, infraestructura, etc). Identificarlos permite que las comunidades descubran que sí tienen poder para realizar cambios en sus territorios.

5

“Trabajar juntos”. Es necesario que lo realizado y acordado en las comunidades se articule con el trabajo de otros actores del territorio (instituciones, ONG, empresas). Esto para que el ecosistema democrático funcione en una misma dirección y las acciones tengan mayor impacto.

6

Aprender. Aunque suene obvio, es necesario generar condiciones para que las comunidades puedan aprender no solo de sus propias experiencias sino de la experiencia de otras comunidades frente a los temas que identifican como importantes.

Elaboración de los autores con base en Kettering Foundation (2014).

Es necesario que desde la academia pensemos y repensemos el papel que las universidades tienen frente a estos retos. Se debe generar investigación, prácticas periodísticas y proyectos que apunten a lo mismo. Las universidades, como actor del ecosistema democrático no pueden ser ajenas a esto.

Referencias

Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera. (24 de noviembre de 2016). Disponible en: https://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Documentos %20compartidos/24-11-2016NuevoAcuerdoFinal.pdf

Fundación Paz y Reconciliación. (2007). Informe No 2: Cómo va la paz Disponible en: https://www.pares.com.co/sin-categoria/ii-informe-como-va-la-paz/

Kettering Foundation. (2014). Kettering foundation research: the problems behind the problems and the work of citizens. Dayton, Ohio: Kettering Foundation Press.

Mathews, D. (2016). A public voice that’s missing. Reporte de Cousins research group. Dayton, Ohio: Kettering Foundation Press.

Mathews, D. (2014). The Ecology of democracy: finding ways to have a stronger hand in shaping our future. Dayton, Ohio: Kettering Foundation Press.


1 Una democracia que esté basada en el poder de la gente para moldear su futuro en el cual los ciudadanos están en el centro (Mathews, 2014).