La Estrategia COSMOS Living Learning Lab Javeriano, desarrollada en el Programa Academia Eco-lógica, fue seleccionada por el Comité de Evaluadores Internacionales que eligieron los proyectos de enseñanza en sostenibilidad más destacados en Educación Superior del mundo, para ser presentados en el 2nd GUNi International Conference on Sustainable Development Goals and Higher Education, realizada el pasado marzo de 2020, en Barcelona – España y organizada por la Global University Network for innovation (GUNi). Global University Network for Innovation (GUNi), es una de las redes académicas más importantes del mundo, conformada actualmente por 250 miembros de 80 países, entre Instituciones de Educación Superior, Cátedras UNESCO y Centros de Investigación. La misión de GUNi es fomentar el papel de la educación superior en la sociedad, apoyando la renovación de sus visiones y políticas en todo el mundo, en términos de servicio público, relevancia, responsabilidad social e innovación. Promueve el intercambio de recursos, ideas innovadoras, experiencias y permite la reflexión colectiva y la coproducción de conocimiento sobre los problemas emergentes en las Universidades.
Debido a la situación que vivimos en la actualidad, estudiantes de la Facultad de Medicina tomaron la decisión de realizar una infografía de manera voluntaria, con el fin de combatir la desinformación relacionada al COVID-19, ya que es un tema que nos compete a todos. Dentro del Plan de Manejo Ecológico y Ambiental, compartimos esta información ya que se vincula a nuestro subprograma de Calidad de Vida y Bienestar, dentro del marco del programa Campus Sustentable.
Los muestreos se hicieron en manglares de Cartagena y Santa Marta.
Foto: Cortesía Ángela Moncaleano
Por:Emanuel Enciso Camacho
Tomado de:EL TIEMPO
La presencia de metales pesados como el mercurio y el cadmio, y de rastros de sustancias químicas provenientes de plaguicidas, son, entre otras, las principales causas de contaminación de nuestro mar Caribe y una muestra más de los efectos negativos que tienen las actividades humanas en los recursos hídricos.
Como parte de su tesis de grado del Doctorado Interinstitucional en Ciencias Marinas, ofertado por Utadeo, y bajo la dirección del profesor Michael Ahrens, la investigadora Ángela Moncaleano analizó la presencia en ostras de los metales pesados cadmio y plomo y de los plaguicidas Clorpirifos e Imidacloprid, ambos usados en la industria agrícola. Lo hizo a partir de tres muestreos en dos puntos de Santa Marta (Taganga y la Marina de la ciudad) y tres en Cartagena (dos en la bahía y uno en isla Barú).
Si bien estudiar la respuesta biológica que tiene un organismo ante un contaminante (biomarcador) ha sido explorado de diferentes maneras en el área de la toxicología, la investigación de Moncaleano es novedosa en nuestro país, pues se centró en los efectos directos que estas sustancias tienen en las ostras, organismos que son de gran interés comercial para el consumo humano y la extracción de perlas, mientras que, a nivel ecosistémico, se los considera los ‘riñones’ de los mares, pues se encargan de filtrar y de depurar, lo que las lleva a acumular en sus tejidos gran parte de los contaminantes.
Para este estudio se analizaron las metalotioneínas, proteínas encargadas de la eliminación de los metales pesados, y la enzima acetilcolinesterasa, que se inhibe o neutraliza con la presencia de plaguicidas, situación que, en el caso de los insectos, los paraliza hasta causar su muerte. En el primer caso, si el biomarcador se encuentra por encima de los niveles normales, este resultado se asocia a intoxicación por metales, mientras que, en el segundo, niveles muy bajos indican una alta concentración de químicos en el organismo.
Los muestreos realizados por Moncaleano arrojaron que los plaguicidas están por debajo de los límites de detección, lo cual no significa que las sustancias químicas no estén presentes, sino que no es medible por los instrumentos; también se halló zinc, mercurio, plomo y estaño en los niveles permitidos a nivel internacional. Sin embargo, la mayor preocupación se dio con el cadmio, el cual se encontró con niveles por encima de la tasa permitida a nivel mundial y de acuerdo con la legislación colombiana, que es de un miligramo por kilogramo de peso. La mayor presencia de contaminantes se dio en la bahía de Cartagena, debido a la convergencia de diferentes actividades humanas, que van desde los plaguicidas que llegan del canal del Dique y de la cuenca del río Magdalena, así como de los residuos orgánicos y desechos industriales provenientes de las ciudades.
Fotografías: Portal U Tadeo | Alejandra Zapata – Oficina de Comunicación
“La contaminación fue muy distinta en los diferentes puntos de muestreo. Sin embargo, nos lleva a pensar que en el Caribe colombiano no se encuentran sitios prístinos o sin contaminación”, comenta la investigadora.
De esta manera, el cadmio, al ser un metal no esencial, es difícil de asimilar y eliminar por parte de los organismos. Su acumulación y constante exposición, según la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés), puede generar diferentes tipos de esa enfermedad, y en el caso de los organismos marinos, hasta ahora se sabe que tiene un alto nivel de toxicidad en peces, bivalvos y aves.
Nos lleva a pensar que en el Caribe colombiano no se encuentran sitios prístinos o sin contaminación
Sobre su origen, este metal pesado es producto de diferentes procesos industriales que carecen de los controles necesarios, como la mala disposición de pilas y baterías, pues el cadmio, utilizado en su fabricación, llega a las fuentes hídricas por intermedio de los lixiviados que se desprenden de las basuras y residuos industriales.
Aunque el muestreo se llevó a cabo en las costas, los metales pesados y plaguicidas pueden llegar a mar abierto, de forma diluida, no solo a través de las corrientes sino de las redes tróficas, de tal forma que algunos estudios han evidenciado altos niveles de estos componentes en ballenas, atunes y marlines.
Proyecto presentado por la Universidad Javeriana para participar por el “Premio Latinoamericano de la Innovación en Educación Superior 2019”. “Las universidades tienen un rol fundamental en la búsqueda de la sostenibilidad. En este contexto, la Pontificia Universidad Javeriana se encuentra implementando el Plan de Manejo Ecológico y Ambiental – COSMOS – que da cumplimiento a la Política Ecológica y Ambiental. En el marco de COSMOS se encuentra la estrategia “Living Learning Lab Javeriano (LLLJAV)”, que tiene como objetivo aplicar la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) en las tres funciones sustantivas de la universidad (docencia, investigación, extensión), en el medio universitario y en el campus, desde un enfoque interdisciplinario, sistémico, integral y participativo. Dado que la EDS demanda un enfoque universitario integrador e innovador, LLLJAV promueve las acciones desarrolladas por diferentes facultades y unidades de la universidad para formar a los estudiantes en sostenibilidad, desde un enfoque de trabajo conjunto e interdisciplinario, donde el Campus Universitario se convierte en un “Laboratorio de Aprendizaje Vivo” en el que el conocimiento de las aulas de clase se traslada a la acción desde el aprendizaje activo y experiencial, aportando a la formación integral y a la construcción de competencias para el desarrollo sostenible, fundamentales para el cuidado de la casa común.”