
La Universidad: Fuente de vida reconciliada
En el 2018, durante el Encuentro Mundial de Universidades encomendadas a la Compañía de Jesús, el Padre General Arturo Sosa, S.J., hizo un llamado al compromiso de las Universidades con “ser fuente de vida reconciliada”. Fue así como La Universidad de Comillas y la Universidad Javeriana empezaron a entretejer lo que tres años después sería la Conferencia internacional de reconciliación ignaciana “De la crisis y el enfrentamiento a la sanación y el perdón: ¿Cómo es posible la reconciliación?

Durante tres días conferencistas de estas instituciones, así como de la Universidad de Notre Dame, el Boston College y el Ateneo de Manila compartieron miradas interdisciplinarias y presentaron 43 experiencias en paz y reconciliación que llevaron a los asistentes por Australia, Canadá, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador, Estados Unidos, España, Filipinas, Francia, India, Italia, Kenia, Líbano, México, Ruanda, Uganda, Rusia y Venezuela.
¿Qué es la reconciliación?
Según la Fundación Ideas para la Paz la reconciliación “es un proceso y un componente imprescindible para construir y mantener la paz entre los diferentes actores involucrados o afectados por el conflicto armado”. La reconciliación es, sobre todo, un proceso de acompañamiento y sanación de heridas causadas por la violencia.
Sin embargo, no podemos hablar de una única forma de reconciliación. Así como hay varias formas de violencia en un conflicto, la reconciliación, y con ella la construcción de paz, se da en diferentes dimensiones y para ello es necesario abordarla desde distintas disciplinas.
El padre Mauricio García Durán, S.J., director nacional del Servicio Jesuita a Refugiados en Colombia, habló de esta interdisciplinariedad como la perspectiva integral de la reconciliación, solo a través de ésta se puede llegar a la verdadera reconciliación ignaciana.
Para él existen al menos cinco niveles de conflicto: El conflicto personal, el conflicto con la experiencia de sentido y trascendencia, los conflictos intersubjetivos, los conflictos sociopolíticos y los conflictos con el medio ambiente. Según cada nivel se requieren distintas disciplinas para llegar a la reconciliación: la psicología, la teología, las ciencias sociales, las ciencias políticas, la ecología, entre otras.
Además de la interdisciplinariedad, la reconciliación supone herramientas de perdón, verdad y el reconocimiento de quien se considera distinto. Estas herramientas se evidenciaron en los procesos de reconciliación expuestos a lo largo de la conferencia.
La verdad como reparación
Carmenza López es una mujer colombiana víctima de la desmovilizada guerrilla de las Farc. Su esposo fue asesinado y posteriormente ella tuvo que salir desplazada de la zona rural en la que vivía.
El año pasado, en un evento fruto de la firma de los acuerdos de paz en 2016, Carmenza se negó a recibir un abrazo de una ex guerrillera de las Farc como muestra de reconciliación. Expresó que el abrazo no podía ser el punto de partida, sino el punto de llegada. “Llegaremos a él, pero antes de que lleguemos necesitamos tener un proceso. El inicio de ese proceso es que ustedes, como organización que mató a mi esposo, me digan la verdad. No del conflicto en general, sino la verdad de lo que le pasó a mi esposo”.
“En este caso ella no necesita nada que trascienda el nivel interpersonal, no está discutiendo la verdad en términos generales de justicia. Ella está completamente centrada en el nivel interpersonal.”, expresó el profesor Valenzuela.
El P. Jorge Humberto Peláez, S.J., rector de la Universidad Javeriana en la sesión inaugural expresa que “No puede haber reconciliación sin búsqueda de la verdad, sin una aclaración de las condiciones y circunstancias en las que se dio la ofensa”.

La capacidad liberadora del perdón
Eva Kor fue víctima de la Segunda Guerra Mundial, ella y su familia fueron trasladados a Auschwitz de donde solo ella y su hermana gemela Miriam salieron con vida. Mientras estuvo en este campo de concentración fue víctima de crueles experimentos científicos dirigidos por Josef Mengele. Eva se convirtió en un símbolo de reconciliación a través del perdón, haciendo de éste la base de la reconciliación, argumentando que el perdón es la fórmula mágica para la paz.
Kor perdona a sus victimarios porque estos están dispuestos al diálogo, a reconocer la violencia que ejercieron sobre ella. “La posibilidad del perdón en este caso particular fue un intercambio de demandas específicas de la víctima”, explicó Pedro Valenzuela, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
Sin embargo, ella también perdona al propio Josef Mengele quien nunca estuvo interesado en recibir su perdón, ni en el diálogo. En este caso el perdón es un acto unilateral.
La reconciliación es un proceso y un componente imprescindible para construir y mantener la paz.
¿Por qué lo perdona? La primera razón es porque para ella perdonarlo era un acto de verdadera libertad, muchas víctimas coinciden en que perdonar les ha quitado un gran peso de encima. Pero su principal argumento fue que perdonarlo le resultó empoderador. “Yo decidí perdonarlos y ellos no podían negarse, el poder es mío”, decía ella. “De alguna forma invirtió la relación. Con el perdón los perpetradores pierden poder frente a las víctimas”, expresó Valenzuela en su conferencia.
El reconocimiento del otro
Manuel Ramiro Muñoz, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, habló en una de las conferencias sobre la violencia simbólica. “La violencia simbólica es muy común en los conflictos sociales y es la negación del otro distinto. La reconciliación en este tipo de violencia solo se puede alcanzar a través de procesos profundos de escucha para suprimir la estigmatización, la supresión simbólica del otro. Procesos donde las personas se acompañan para poder reconciliarse con ellos mismos y luego reconciliarse con el otro distinto”.
¿Cómo establecer diálogo de una forma productiva con personas que nos hicieron daño? Para poder tener un diálogo es necesario acabar completamente con estas categorías binarias del bien y el mal, aliado y enemigo, etc. Si uno considera a alguien enemigo se acaba cualquier posibilidad de un diálogo honesto.
“En Colombia hemos visto cómo muchas comunidades que han sido víctimas de grupos armados legales o ilegales, han llevado procesos de reconciliación a través del entendimiento de las condiciones que llevan a las personas a unirse a estas organizaciones. Otra estrategia ha sido entender la identidad común entre las víctimas y los victimarios, como campesinos pobres. El ejército, las guerrillas, los grupos paramilitares están llenos de campesinos pobres a quienes ponen a matarse unos a otros” sentenció el profesor Pedro Valenzuela.