ISBN : 978-958-781-326-5
ISBN digital: 978-958-781-327-2

Educación y comunicación

Engranajes y tensiones de Radio Sutatenza entre 1947 y 1970: problemática educativa del país y la respuesta de la radio

Aura Isabel Mora

Doctoranda en Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata. Magíster de la Universidad Central. Comunicadora social e investigadora.

auraisabelm1@gmail.com

Carlos Eduardo Samudio Murillo

Magíster en Comunicación Educativa. Especialista en Comunicación Educativa y en Comunicación y Medios Interactivos. Licenciado en Educación.

carloseduardosamudio@gmail.com

Resumen

Investigación de carácter documental, que desentraña la propuesta educativa y comunicativa implementada por Radio Sutatenza ACPO entre 1947 y 1970, y su relación en la práctica con los discursos del desarrollo en Colombia, que para ese periodo mostraban al país bajo modelos foráneos impuestos; para ello, se desarrolla el capítulo tres, que hace padre de la investigación en nombeda.

Palabras clave: comunicación, educación, sector rural, campesino, radio, medios de comunicación, desarrollo y sujeto del desarrollo.


Después de 1947 “se instaura el imperio del terror en los campos y poblados de Colombia, se despoja al campesino de la tierra y de sus bienes o se le amenaza para que venda a menor precio. Se asesina selectivamente o de manera masiva; la sevicia o la tortura contra las victimas no tiene límite, se amedranta a los trabajadores descontentos. Se produce un éxodo masivo hacia las ciudades.” (Escobar, 2000 p. 322). De este modo, la violencia agravó los problemas sociales “lo cual hizo prever una guerra civil” (Ochoa, 2014 p. 139). Así, tanto en el campo como en la ciudad las familias vivieron en constante zozobra hasta la instauración del denominado Frente Nacional (1958), pacto realizado entre los dos partidos políticos tradicionales (liberal y conservador) para alternarse el poder. Aunque este acuerdo mengüó un poco la violencia padecida por la población, en especial la campesina, no resolvió el problema de la cobertura de la educación ni generó estrategias que permitieran el acceso de los ciudadanos a los procesos de alfabetización y, mucho menos, a la ciencia y la tecnología. La mayor parte de los habitantes se enfrentaron entonces a la imposibilidad de ingresar a los centros educativos existentes, a causa de diferentes factores como la violencia (que aunque en menor grado continuaba rampante), el desplazamiento, la ocupación o la carencia de recursos económicos.

Una de las estudiantes del programa ACPO lo expone así: “ni para los niños ni para las personas adultas, no había formas de mandarlos a la escuela1; es decir que la gran mayoría de la población fue excluida del proyecto de progreso en Colombia.

El periodo comprendido entre los últimos años de la década del 40 y la totalidad de los años 50 fue muy complejo, pues la violencia incesante atravesaba la cotidianidad de los colombianos. Aún a pesar del anhelo del país entero por entrar de lleno a la modernidad, la posibilidad de educarse solo existía para la élite social, política y económica que tenía acceso a los centros educativos urbanos y privados. “En Colombia, a mediados del siglo XX las habilidades de lectura y escritura continuaban siendo ajenas para buena parte de la población, el analfabetismo se mantenía como común denominador de una importante porción de los grupos populares” (Hurtado, 2012, p. 69). En consecuencia, el grado de analfabetismo del pueblo colombiano alcanzó cifras alarmantes, pues “las campañas de alfabetización fueron de corta duración, sin lograr afianzarse como políticas del Ministerio de Educación Nacional2-MEN- , las escuelas no cubrían toda la población en edad escolar, fenómeno que se presentaba en mayor grado en el sector rural que en el urbano, viéndose afectados quienes residían en las veredas más alejadas y aquellos que no contaban con una mínima solvencia económica” (Hurtado, 2012, p. 69). Los pocos sujetos que sabían leer y escribir eran insuficientes para cubrir las necesidades del mercado. “El propósito era bastante ambicioso: crear las condiciones necesarias para reproducir en todo el mundo los rasgos característicos de las sociedades avanzadas de la época: altos niveles de industrialización y urbanización, tecnificación de la agricultura, rápido crecimiento de la producción material y de los niveles de vida, y adopción generalizada de la educación” (Escobar 2007, p 20). No obstante, en medio de este desalentador panorama, apareció ACPO, una de las organizaciones que adelantó un proceso masivo y efectivo de alfabetización como estrategia para llevar al país a la anhelada modernidad.

Así, durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), se implantó la propuesta del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), cuya misión fue mejorar la calidad de vida y ayudar a la educación de la población. Gracias a la adopción de esta propuesta, se pactó una alianza entre la radio y los programas de alfabetización, alianza que se concretó con la participación de Radio Sutatenza y que contó con una importante financiación estatal.

La entonces innovadora opción de la escuela radiodifusora “introduce nuevas formas de relacionarse con el mundo, categorías y modos de clasificación hasta entonces desconocidas, también facilita la alfabetización a sectores populares y el cubrimiento de las zonas más alejadas de los centros urbanos” (Hurtado, 2012, p. 70).

De esa manera, la radio integró a los campesinos con los modelos de desarrollo del país, pues era el medio de comunicación de mayor cobertura en el territorio nacional. Adicionalmente, su principal característica, la portabilidad (facilidad para llevarla a los sitios de trabajo donde era prácticamente imposible llegar con otros medios), entusiasmó a la población rural que no necesitaba conocimientos previos o técnicos para usarla en el aprendizaje.

El decidido apoyo del gobierno de Rojas Pinilla a esta iniciativa convirtió a las escuelas radiodifusoras en una política educativa oficial desarrollada a través del MEN. De este modo, la propuesta creada por Radio Sutatenza, por entonces la cadena radial más grande y sólida del país, marcó en 1951 el origen de ACPO, asociación que con el tiempo se convirtió en un instituto de capacitación para hombres, mujeres, niños y jóvenes que por condiciones geográficas, ocupaciones e intereses no tenían acceso a la educación formal.

Así, el convenio suscrito entre el gobierno y ACPO “sumada a la financiación por parte de organismos multilaterales como la ONU (Organización de Naciones Unidas), en primera instancia, y posteriormente la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación), permitieron que en pocos años ACPO se convirtiera en una organización con amplia cobertura en el territorio nacional con campañas de alfabetización” (Ibid).

Organización de ACPO para la problemática en la educación colombiana

Desde su inicio el fin primordial de ACPO fue brindar educación. Así, el discurso de Gustavo Rojas Pinilla en Sutatenza Boyacá el 7 noviembre de 1954, respaldó una vez más las escuelas radiofónicas:

Vosotros campesinos y labradores por ser los relicarios de nuestras tradiciones, la sabia fecunda que alimenta el árbol genealógico de la historia, el manantial promisorio de las virtudes de la raza, el amacizó repleto para las futuras siembras, la meta segura para libertad al pueblo de la miseria y los hijos predilectos de Colombia, no podéis olvidar estas enseñanzas sin dejar de ser los guardianes del patrimonio espiritual de la república. El amistoso aprecio que me demostrasteis cuando por primera vez vine como ministro de comunicaciones a inaugurar aquel pequeño trasmisor que fue generador de esta obra admirable lo guardo con gratitud y cariño, ya que es el sentir de la gentes nobles y buenas que silenciosamente modelan el corazón de la patria, en vosotros, saludo a todos los campesinos de Colombia abnegados y nobles corajudos y valientes cristianos y patriotas en vuestro recinto tibios enjambres de trabajo virtud y afecto, saludo también a los hogares campesinos que son la llama encendida que perennemente arde en lenguas de fe de tradición y de cristianismo, y de cuyos rincones han salido varones postulares que son gloria y timbre de la república. Ranchos los que habitaron los libertadores para guarecerse de la intemperie, ranchos los que poblaron la amazonia cuando Rafael Reyes llevo los ímpetus de Boyacá a esas tierras, ranchos estos de vuestras manos que se han levantado para construir la primera universidad radiofónica del campo cuyas irradiaciones son el mensaje eterno de Cristo de enseñar a las gentes (audio, ACPO 1954, Rojas).

Fue así como, con el apoyo del gobierno nacional, Radio Sutatenza se constituyó como una organización cuyo objetivo fundamental fue “educar al campesino dándole bienestar personal familiar y social, con campañas permanentes de mejoramiento nutrición, vivienda, conservación del suelo y defensa de los recursos naturales” (Bernal, 2012, p.9), gracias a esta decidida ayuda, Radio Sutatenza se integró al mercado y a las políticas mundiales de desarrollo.

Por supuesto, para ejecutar este gran proyecto educativo, fue necesaria una gran cantidad de recursos humanos, materiales, técnicos y financieros. Así, el equipo humano estuvo conformado por el fundador de Radio Sutatenza-ACPO, el sociólogo Monseñor José Joaquín Caicedo Guarín, Hernando Bernal Alarcón, docentes, locutores, estudiantes, promotores, cooperadores, colaboradores empleados y varios miembros de la comunidad. En el aspecto financiero, el proyecto contó con el apoyo de la Unesco, diferentes organizaciones no gubernamentales, el estado colombiano, las empresas públicas y privadas, y diversos organismos nacionales e internacionales. En cuanto a la infraestructura, la escuela radiodifusora se apalancó en el Instituto Central, la Estación Radiofónica, El Instituto Campesino Masculino, El Instituto Campesino Femenino, la Editorial Los Andes, algunos centros deportivos, además de varias granjas y bibliotecas.

Por esta vía, se consolidó el proyecto Educación Fundamental Integral (EFI), sustentado en numerosas campañas de alfabetización y en el diseño de estrategias educativas alternativas con las cuales el conocimiento se puso al alcance de la mayor parte de la población, promoviendo la unidad cultural y la apertura del país al conocimiento universal. La planeación del contenido educativo implementado por la ACPO se elaboró pensando en las necesidades e intereses del campesinado a través de un proceso de enseñanza variado, pertinente y novedoso.

Pero más allá de las ventajas que la propuesta educativa radial otorgó a los campesinos, es indispensable reconocer el carácter integral de dicha iniciativa, es decir, la posibilidad de que el saber adquirido por los educandos durante este proceso les sirviera para desenvolverse en diversos ámbitos culturales y sociales, mejorando así sus condiciones de vida y la calidad de sus relaciones interpersonales.

Adicionalmente, tal concepto de integralidad abarcó temas fundamentales como la salud, la vivienda, la protección del medio ambiente, el cuidado del suelo, el manejo de los recursos económicos y el tiempo de esparcimiento. Del mismo modo, la programación radiofónica general incluyó música, humor y radionovelas; espacios pensados y orientados siempre hacia la inclusión y la educación.

Como se citó, el país vivió problemáticas de diversa índole, entre las cuales una de las más difíciles fue la educativa. Para ese entonces el mundo requería que todos los países se sintonizaran con las propuestas globales del mercado y del desarrollo. El gobierno de Rojas Pinilla fue el primero que impulso el proyecto de Radio Sutatenza – ACPO que ayudó a sobrellevar las dificultades del país.

Todo lo anterior contribuyó a que el proyecto EFI se consolidara y se reconociera en otros países como un modelo de educación único, incluyente y eficaz.

Conclusiones

Después del año 1947 el país afrontó dificultades sociales muy grandes: violencia, migraciones del campo a la ciudad, poca infraestructura organizativa y económica, y bajos niveles educativos, en especial en la población rural. En esa época solo las capas altas de la sociedad tenían acceso a la educación, lo que redundó en altos niveles de analfabetismo en los estratos populares y, específicamente, en el campesinado. Ante este fenómeno, el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla instauró políticas de desarrollo y modernidad bajo parámetros internacionales y destinó recursos para que el Ministerio de Educación Nacional patrocinara el programa de Acción Cultural Popular (ACPO) que a su vez impulsó las escuelas radiofónicas, pues era el modo más fácil y económico de llegar a los campesinos y a la población rural. Esta propuesta tuvo gran acogida y en pocos años se consolidó como único referente educativo para gran parte de la nación. Sin embargo, ACPO acogió los mandatos desarrollistas y los adaptó a sus propuestas educativas con la siguiente infraestructura:

  • Apoyos internacionales de los países de Alemania, EEUU, Francia, y Holanda, La Unesco y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento BIRF.
  • Apoyos nacionales durante los gobiernos de los presidentes Mariano Ospina Pérez (1946-1950), Laureano Gómez (1950 1951), Roberto Urdaneta (1951-1953), Rojas Pinilla (1953-1957) Alberto lleras Camargo en (1958 -1962), Guillermo León Valencia (1962 -1966) y Carlos lleras Restrepo (1966-1970).
  • Asistencia técnica las empresas: Philips de Holanda y RCA de los Estados Unidos.
  • Infraestructura física: el Instituto Central, las estaciones radiofónicas de Bogotá, Boyacá, Barranquilla, Magangué, Eje Cafetero y Medellín, y los institutos Campesinos Masculino y Femenino en Sutatenza, Granjas, Bibliotecas, Editorial los Andes, Casa de Artes Gráficas, centros deportivos, casas de los campesinos e iglesias del país.

Referencias

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(Salas, L. comunicación personal, 21 de Mayo 2014)

Entrevistas colaboradores y funcionarios Radio Sutatenza Acpo:

(Gómez, R. comunicación personal, 11 de Noviembre2013)

(Cardona, J. comunicación personal, 11 de Noviembre2013)

(Monroy, R. Comunicación personal, 11 de Noviembre2013)


1 Testimonio de la Señora María Rut Gómez Arboleda, estudiante del proceso ACPO, quien luego se convirtió en líder de los procesos educativos y llegó a ser supervisora dentro del programa.

2 El Ministerio de Educación Nacional es creado por “la ley 7ª de agosto 25 de 1886. Anterior a esa fecha se creó la Secretaría de Instrucción Pública por la Ley 10ª de 1880 que reemplazó a la Secretaría del Exterior (Ministerio de Gobierno) que antes de 1880 atendía los asuntos educativos. En junio de 1923, cambia el nombre de Ministerio de Instrucción Pública por el de Ministerio de Instrucción y Salubridad Públicas y, desde el 1º de enero de 1928 se le identifica con el nombre de Ministerio de Educación Nacional, según lo dispuso la Ley 56 de 1927 (10 de noviembre), siendo presidente de la República Miguel Abadía Méndez y ministro de Instrucción y Salubridad Públicas José Vicente Huertas”(MEN)