ISBN : 978-958-781-555-9
ISBN digital: 978-958-781-556-6

Conferencias

Fotografía, memoria y resignificación: la intervención del archivo misional por medio del relato1

Amada Carolina Pérez Benavides2

Resumen

Durante buena parte del siglo XX, la región del valle del Sibundoy fue uno de los territorios principales de la acción de los misioneros capuchinos. Durante las décadas que estuvieron a cargo de las misiones, estos frailes produjeron una serie de registros visuales y escritos que componen una amplia documentación. Algunos de tales registros se encuentran actualmente en diferentes archivos nacionales e internacionales, y, en términos generales, las comunidades indígenas no han tenido acceso a ellos. La ponencia que aquí se presenta apunta a dar cuenta de los procesos de investigación colaborativa que hemos desarrollado, con el objetivo de poner en contacto a los pueblos inga y kamëntsá con algunas de las imágenes y escritos provenientes de tales archivos, y, a partir de allí, intervenir el archivo por medio de la superposición de los relatos visuales, orales y museales.

Palabras clave: misiones católicas, fotografía, museología social, valle del Sibundoy.

Introducción

Durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, en Colombia se llevó a cabo un proceso de reactivación misional acorde tanto con las políticas de propagación de la fe impulsadas por el Vaticano, como con el proyecto político de la Regeneración (Cabrera, 2002; Córdoba, 2015; Pérez, 2015). En buena parte de América Latina se vivió un proceso similar; los Estados nacionales firmaron convenios con diferentes órdenes religiosas con un doble objetivo: evangelizar y civilizar a los indígenas que habitaban lo que ellos consideraban los márgenes de la nación, y defender las fronteras nacionales (García Jordán, 2006; Esverfit, 2008). Los pueblos indígenas que habitaban extensos territorios enfrentaron entonces la acción misional que pretendía transformar sus costumbres, sus creencias y sus formas de organización para convertirlos en buenos católicos y ciudadanos. Frente a la arremetida eclesial y estatal, estos pueblos intentaron defender su soberanía y su cultura, por medio de diferentes tipos de tácticas (Pérez, 2016a).

En el contexto de la acción misional, los frailes realizaron una multiplicidad de registros, con el fin de publicitar su labor. La fotografía fue una de las formas privilegiadas de registro, y circuló por medio de diferentes soportes: libros, revistas, postales y exposiciones (Flores y Azócar, 2015; Pérez, 2016b). Así, buena parte de las imágenes producidas por los misioneros fueron vistas por públicos amplios y variados, en contextos nacionales e internacionales. Estas fotografías, así como los informes y artículos que las acompañan, narran la acción misional desde la perspectiva de aquellos que la impulsaban; es decir, los misioneros, los Estados y algunos de los feligreses que la patrocinaban. Pero ¿cómo podemos dar cuenta de este proceso desde otras perspectivas, particularmente desde la perspectiva de los pueblos indígenas?

Esta ponencia tiene como objetivo presentar una propuesta metodológica por medio de la cual se busca intervenir el archivo misional, al contrastarlo con los relatos que elaboran las comunidades indígenas sobre este archivo. En particular, se presenta la experiencia de imagen, memoria y resignificación desarrollada en el 2018 con los pueblos inga y kamëntsá de los cabildos de San Andrés y San Francisco del valle del Sibundoy (Putumayo, Colombia).

El archivo como problema

La manera como nos aproximamos al pasado suele estar mediada por los vestigios que se han conservado de este; sin embargo, es importante recordar que la conservación de tales vestigios está relacionada con las políticas de la memoria. Durante el siglo XVIII, los archivos, las bibliotecas y los museos se configuraron como las instituciones que actualmente conocemos; estas instituciones fueron concebidas y administradas desde el poder imperial y nacional, y desde una perspectiva que jerarquizaba el mundo y las culturas. Los viajes de circunnavegación del globo, la expansión de los impresos y el desarrollo de disciplinas como la historia y la arqueología ampliaron los horizontes de observación regionales e históricos; de esta manera, se cultivaron los intereses de comparación, se intentó probar y ordenar de manera crítica los conocimientos históricos, y se buscó ponerlos frente a la vista por medio de dispositivos como los museos, archivos y bibliotecas. En este sentido, los vestigios que dichas instituciones conservan dan cuenta de una historia en la que se privilegia el punto de vista de quien compara. Al respecto, Luhmann se pregunta: ¿quién es el que compara y qué intereses lo llevan a realizar esa comparación? (Luhmann, 1997).

Michel Foucault va incluso más allá en esta observación, al entender el archivo como el sistema de las condiciones históricas de posibilidad de los enunciados; lo que es posible saber en una sociedad determinada está constreñido por lo que es posible decir, y, desde tal perspectiva, el archivo da cuenta de enunciados autorizados (Foucault, 1970). La manera como nos acercamos al pasado está mediada, entonces, tanto por el proceso de selección entre aquellos objetos que se conservan y aquellos que se desechan, como por la manera en que tales objetos se catalogan y organizan, y por el tipo de enunciados que eran autorizados en la sociedad que los produjo y los conservó.

Hemos encontrado los documentos que escribieron y las fotografías que tomaron los misioneros en una multiplicidad de archivos nacionales e internacionales. Informes, libros, revistas y postales se encuentran conservados en archivos eclesiales y civiles en diferentes latitudes3. La conservación de tal cantidad de registros nos habla de la capacidad que tuvieron los misioneros para elaborar enunciados autorizados que fueron conservados en archivos, bibliotecas y museos alrededor del mundo.

Como se señalaba anteriormente, el archivo configurado por los misioneros pretendía exaltar la labor que realizaban y buscar recursos para ella. En este sentido, los misioneros se presentaron a sí mismos como personas abnegadas que pasaban por todo tipo de penurias para cumplir con la misión que se les había encomendado, mientras los indígenas eran representados como bárbaros que necesitaban la ayuda de los frailes y monjas para ser civilizados. Las fotografías que hemos encontrado y clasificado presentan a las autoridades civiles y eclesiales, así como a los misioneros y a los benefactores, por medio del retrato de estilo neoclásico, o lo que Tomás Pérez Vejo ha denominado el retrato persona, que exalta sus virtudes físicas y morales, y hace visible, en buena parte de ellos, su individualidad como sujetos (Pérez Vejo, 2009).

Los indígenas, por su parte, fueron representados por medio del estilo costumbrista; es decir, como tipos sociales que carecen de subjetividad individual y que dan cuenta de una colectividad a la que se le mira con extrañeza. El otro género privilegiado para la representación visual del indígena es el que he denominado performance civilizatorio; se trata de aquellas fotografías en las que se representa al indígena en el momento en el cual está siendo redimido de su condición por la acción misional, ya sea que se trate de convertirlo en un trabajador laborioso, en un buen católico o en un ciudadano virtuoso (Pérez, 2016b).

Intervenir el archivo: la construcción de nuevos relatos sobre la historia y la cultura propia en el valle del Sibundoy

La historia que el archivo misional narra es una contada desde el punto de vista de los misioneros. Si bien es preciso señalar que esta historia no es monolítica, en cuanto las diferentes órdenes religiosas —así como los diversos actores eclesiales presentes dentro de la misión— podían tener perspectivas particulares e incluso tensiones entre ellos, en términos generales, las imágenes y los escritos que conforman el archivo misional presentaban como legítima, benéfica y necesaria la presencia de los misioneros en los territorios indígenas. Con el objetivo de contrastar los relatos producidos por los misioneros y de propiciar la emergencia de otras historias sobre el proceso misional, en mayo y noviembre del 2018 realizamos dos ciclos de talleres en el valle del Sibundoy con las comunidades inga y kamëntsá.

El primer taller se tituló “Imagen, memoria y resignificación”, y estaba encaminado, por una parte, a contrastar las imágenes producidas por los misioneros con los relatos orales y escritos que los participantes del taller construían sobre dichas imágenes, y, por otra, a la construcción de relatos audiovisuales a partir de un taller básico de fotografía y video. Las preguntas por medio de las cuales se buscaba propiciar los relatos estaban articuladas en dos series; la primera serie pretendía llamar la atención sobre los detalles de las fotografías y crear un vínculo emotivo con ellas (¿qué les llama más la atención de esta imagen y qué sienten al verla? ¿Qué están haciendo quienes están en la foto? ¿Cómo se sienten las personas de la imagen? ¿Qué nombre le pondrían a esta imagen?), mientras que la segunda apuntaba a propiciar su intervención, a problematizar la perspectiva de la historia contada por los misioneros (si pudieran cambiar algo de esta imagen, ¿qué le cambiarían?, ¿qué les gustaría contar con esta imagen?, ¿qué sonidos podrían acompañar estas imágenes?).

A partir de estas dos series de preguntas emergieron relatos orales, escritos y visuales relacionados con la memoria, con la cotidianidad, con el dolor y con la indignación, pero también con la reivindicación de la cultura propia, la soberanía y la autodeterminación. Los participantes del taller cuestionaron la imposición ejercida por los misioneros y problematizaron su protagonismo en las imágenes, a la vez que resaltaron la presencia de las autoridades indígenas, aun durante los tiempos de la misión, y la permanencia de la medicina y de las costumbres y saberes propios, que se mantuvieron como resistencia frente a la imposición.

Por su parte, el componente de este primer taller dedicado a la producción de relatos audiovisuales fue de gran interés, en cuanto permitió identificar algunos de los temas que son importantes para los pueblos inga y kamëntsá a la hora de narrarse a sí mismos. Entre las temáticas escogidas para los relatos audiovisuales estaban la justicia propia, las celebraciones tradicionales como la ofrenda, la cotidianidad, la familia y la alimentación, y las movilizaciones en defensa de la vida y el territorio. A partir de los relatos que surgieron tanto de la intervención del archivo fotográfico como de las propuestas audiovisuales, elegimos los temas que podrían articular la propuesta museológica por desarrollar con las comunidades; estos temas fueron: territorio, mujer y vida cotidiana, justicia propia, agencias y resistencias, y lo sagrado.

El segundo ciclo de talleres en el valle del Sibundoy estuvo encaminado a elaborar una propuesta de museología social (Chagas, 2017), a partir de los borradores de guion curatorial que desarrolló el equipo de trabajo de la Pontifica Universidad Javeriana, con base en la sistematización de los resultados del primer taller. En este caso, el borrador del guion curatorial fue transformado y enriquecido en un proceso de diálogo con los participantes del taller. Por ejemplo, en lo referido a la temática de mujer y vida cotidiana, el grupo de trabajo de San Francisco propuso un montaje basado en una corona de chumbes tejida con los símbolos propios del mundo femenino para las culturas inga y kamëntsá; por su parte, en lo concerniente a la temática de agencias y resistencias, los grupos de trabajo de San Andrés y San Francisco indicaron la importancia de incluir la lucha por el territorio, la ofrenda y el carnaval, la tradición oral, las máscaras, la música y la medicina propia como parte del proceso por medio del cual los indígenas del valle del Sibundoy han defendido el territorio Tamabioy, y su derecho a la soberanía y a la autodeterminación. Así, la utilización de metodologías conversacionales permitió crear un relato museográfico más complejo, tanto en términos conceptuales como en términos narrativos y visuales.

A manera de conclusión

Para Silvia Rivera Cusicanqui (2015), las formas de comunicación no escrita, como el performance teatral, el video o la exposición fotográfica, no solo facilitan el contacto con un público heterogéneo, sino que permiten aproximarse mejor a la sensibilidad popular. En este sentido, la propuesta de intervención del archivo fotográfico misional propició una forma de aproximación al pasado, a partir de la imagen, de la cual emergió una sensibilidad que facilitó la elaboración de relatos orales, escritos, visuales y audiovisuales que problematizaron el punto de vista de los misioneros y sus formas de narrar y comprender su presencia en el valle del Sibundoy.

A partir de los detalles de las imágenes y de los sentimientos y preguntas que estas generaban, se dio una discusión sobre el pasado y la memoria y su relación con el presente. Por su parte, la producción de relatos audiovisuales propios permitió narrar la cultura de los pueblos inga y kamëntsá, y dar cuenta de aquellos elementos que están vivos y adquieren nuevos sentidos en el presente. Por último, la elaboración conjunta de una propuesta museográfica abrió la posibilidad de democratización del dispositivo museo para que en él se presenten y dialoguen relatos múltiples y visualidades alternativas. En definitiva, los relatos orales, escritos, visuales, audiovisuales y museográficos configurados a partir de metodologías colaborativas y conversacionales permitieron que emergieran historias que problematizan el archivo, y, de esta manera, que cuestionan y trascienden las narrativas escritas desde el poder para abrir paso a nuevas posibilidades de comprendernos como una sociedad compleja, diversa y plural.

Referencias

Cabrera Becerra, G. (2002). La Iglesia en la frontera: misiones católicas en el Vaupés: 1850-1950. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Chagas, M. (2017). Las dimensiones política y poética de los museos: fragmentos de la museología social. En Memorias de la XX Cátedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado. Museos Memoria Historia. Bogotá: Museo Nacional.

Córdoba-Restrepo, J. F. (2015). En tierras paganas. Misiones católicas en Urabá y en la Guajira, Colombia 1892 – 1952. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

Esvertit Cobes, N. (2008). La incipiente provincia. Amazonía y Estado ecuatoriano en el siglo XIX. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar.

Flores Chávez, J. y Azócar Avendaño, A. (2015). Evangelizar, civilizar y chilenizar a los mapuche. Fotografías de la acción de los misioneros capuchinos en la Araucanía. Chile: Ediciones Universidad de la Frontera, Editorial Universidad de Sevilla.

Foucault, M (1970). La arqueología del saber. Buenos Aires: Ediciones Siglo XXI.

García Jordán, P. (2006). Yo soy libre y no indio: soy guarayo. Para una historia de Guarayos, 1790-1948. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos.

Luhmann, N. (1997). La cultura como un concepto histórico. Historia & Grafía, 8, 11-33.

Pérez Benavides, A. C. (2015). Nosotros y los otros. Las representaciones de la nación y sus habitantes. Colombia, 1880 – 1910. Bogotá: Editorial de la Pontificia Universidad Javeriana.

Pérez, A. C. (2016a). Estelas de trayectorias esparcidas: las tácticas indígenas en el contexto de las misiones. Colombia, 1880-1930. Memoria y Sociedad, 20(41), 43-53.

Pérez, A. C. (2016b). Fotografía y misiones: los informes de misión como performance civilizatorio. Maguaré, 30(1), 103-139.

Pérez Vejo, T. (2009). De novohispanos a mexicanos: retratos e identidad colectiva en una sociedad en transición. México D. F.: INAH.

Rivera Cusicanqui, S. (2015). Sociología de la imagen: miradas ch’ixi desde la historia andina. Buenos Aires: Tinta Limón.


1 Esta ponencia es resultado del proyecto de investigación Imágenes y usos públicos de la sociología y la historia: procesos de apropiación de memorias con los grupos étnicos del Valle del Sibundoy y la Sierra Nevada. El equipo de trabajo del proyecto está conformado por Alexandra Martínez y Amada Carolina Pérez (investigadoras principales), Ana Camila Jaramillo y Camilo José Barreto (asistentes de investigación) y Valeria Miranda, Edison Arley Vergara, Julio Sebastián Díaz y Juan David Mahecha (estudiantes de las carreras de Historia y Sociología de la Pontificia Universidad Javeriana).

2 Doctora en Historia de El Colegio de México. Profesora asociada del Departamento de Historia de la Pontificia Universidad Javeriana. Trabajó en la División Educativa en el Museo Nacional de Colombia, y es autora del libro Nosotros y los otros. Las representaciones de la nación y sus habitantes. Colombia, 1880-1910. amada.perez@javeriana.edu.co

3 En lugares como el Archivo Provincial de los Capuchinos de Cataluña (Barcelona), el Archivo de la Diócesis Mocoa-Sibundoy (Sibundoy), la Biblioteca del Seminario Diocesano de Vitoria-Gasteiz (Vitoria), la Biblioteca de la Fundación Universitaria Claretiana (Quibdó), la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá), la Biblioteca Nacional de Colombia (Bogotá) y la biblioteca de El Colegio de México.