Por: Carlos Rivera y Jorge Escobar del Instituto Javeriano del Agua
Desde octubre del año pasado, los habitantes del corregimiento de Nueva Venecia (Sitio Nuevo, Magdalena), pueblo palafítico de la Ciénaga Grande de Santa Marta, donde viven aproximadamente 4.000 personas, reportan el crecimiento de una planta acuática sumergida. Se trata de Hydrilla verticillata, una planta reportada como invasora en más de cuarenta países.
Aunque el crecimiento de esta planta aparentemente puede mejorar la calidad del agua al aumentar temporalmente la transparencia, con el paso del tiempo su crecimiento se volvió incontrolable hasta el punto de hacer intransitables varios sectores de la ciénaga e imposible tender las redes de pesca. Durante el último mes, los habitantes de Nueva Venecia reportan un nuevo problema, el agua alrededor de sus casas no corre, el viento ya no logra mezclar las aguas y, por lo tanto, las aguas residuales se acumulan en la zona habitada. El exceso de estas plantas causa una descomposición que genera malos olores.
Poco a poco los habitantes se están viendo sitiados por la Hydrilla. Nuestras observaciones de marzo de este año sugieren que la planta ocupa un área de al menos 8 kilómetros cuadrados. Es decir, ha invadido la ciénaga a una velocidad aproximada de 1.2 kilómetros cuadrados por mes. Este mes el problema continúa y los habitantes indican que la planta no solo ha aumentado el área ocupada, sino que su densidad es más alta, formando masas que parecen tapones. Adicionalmente, en Buenavista, el otro corregimiento palafítico de la Ciénaga Grande, ya hay brotes de Hydrilla verticillata.

El crecimiento exponencial de la planta es un problema serio para los habitantes de la Ciénaga. Para los que no han tenido la oportunidad de visitar esta zona del país, poblados como Nueva Venecia y Buenavista están constituidos por comunidades que construyen sus casas sobre el agua. Así que, para ir a la escuela o a la tienda, es necesario moverse en canoas. El agua para consumo humano también llega en canoas. Los sanitarios de las casas vierten el agua residual directamente en la ciénaga. Por esta razón, el crecimiento de esta planta se convierte en un problema infranqueable.
Además de quedar aislados, los habitantes no pueden pescar, es difícil el aprovisionamiento de agua para consumo y las aguas residuales se acumulan alrededor de las casas. Asimismo, la presencia de grandes masas de Hydrilla, durante la noche se reducen los niveles de oxígeno de la ciénaga causando la muerte de peces.
¿Por qué la Hydrilla invadió esta parte de la Ciénaga Grande?
Esta especie es reconocida ampliamente por invadir ambientes acuáticos en todo el planeta. Es una especie que se enraíza en el fondo, desarrollando tallos que pueden alcanzar hasta siete metros de largo, es decir pueden ocupar toda la columna de agua. La especie tiene alta resistencia a la salinidad, por lo que alrededor del mundo no solo ha invadido aguas dulces, sino también salobres. Generalmente invade ecosistemas con altas concentraciones de nutrientes.
La Ciénaga Grande, ha recibido durante décadas las aguas nutritivas del río Magdalena, ubicado a su occidente, por lo que los sedimentos son ricos en nutrientes que podrían estar impulsando el crecimiento de esta planta. La invasión es muy reciente para dar con las razones que lo explican, pero datos de salinidad del agua, sugieren que esta parte de la Ciénaga Grande (también llamada Pajarales), ha mantenido un agua lo suficientemente dulce durante varios meses, permitiendo su desarrollo.
¿Qué se puede hacer para dar manejo a la invasión de Hydrilla?
La autoridad ambiental en la región, Corpomagdalena, visitó la zona y llamó a que la problemática sea atendida de manera interinstitucional. Nosotros consideramos que se pueden tomar medidas a corto y mediano plazo para abordar esta coyuntura y atender una de las posibles causas.
A corto plazo es necesario evaluar un mecanismo para cosechar la planta y reducir el impacto de su crecimiento sobre la vida y salud de los habitantes de Nueva Venecia. También es necesario evaluar las razones por las que, durante los últimos meses, aparentemente no está entrando tanta agua salada a la Ciénaga. Esto se puede hacer indagando sobre nuevos dragados en la Ciénaga que potencialmente hayan permitido mayor flujo de agua dulce. Se requieren jornadas de monitoreo que permitan cuantificar el área de presencia de la planta y las condiciones de la calidad de agua. De la misma forma, el hacer obras de manejo que permitan incrementar el acceso de agua salada al complejo lagunar puede ser beneficioso para limitar el crecimiento de la planta.
A mediano plazo es necesario valorar cómo la nueva carretera que está siendo construida entre Barranquilla y Santa Marta podría mejorar la dinámica hidráulica de la Ciénaga. Esta nueva obra podría ser aprovechada para implementar correctivos que garanticen un adecuado equilibrio entre el agua dulce y salada.