“Hace cinco meses búscalos en vano Clemente Silva.
Ni rastro de ellos.
¡Los devoró la selva!”.
Este es el dramático epílogo de La vorágine ―la centenaria novela de José Eustasio Rivera, conmemorada a nivel nacional este 2024―, el cual deja a la posteridad una pregunta fundamental: ¿por qué la selva devoró a Arturo Cova y a Alicia? Pregunta que, a la luz de los fenómenos contemporáneos de desequilibrio ecológico y extractivismo planetario, podría reformularse así: ¿nos devorará la selva si seguimos explotándola?
Para Eloísa Jaramillo, directora del Departamento de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Javeriana, sería bueno, justo o, por lo menos, interesante que la selva nos devorara. Pero no para extinguirnos, sino en función de volvernos los humanos un poco más salvajes, y poder vivir en mayor armonía con la naturaleza.
“Tenemos una confianza excesiva en el intelecto, el cual nos hace creer que podemos controlar la naturaleza. Pero la realidad es que no podemos comprenderla del todo, mucho menos dominarla. Debemos plantearnos otro tipo de relación con ella”, dice esta creadora e investigadora. Su propuesta es, precisamente, recuperar el sentido instintivo que alguna vez compartimos con el entorno natural. ¿Qué quiere decir esto? En palabras de Jaramillo, se trata de “la búsqueda de un pensamiento, una escritura y unas formas de actuar menos domesticadas”.
En el marco de su proyecto de investigación+creación “Teatro en vivo / Teatro virtual”, el cual explora las interrelaciones entre la presencia en vivo ―propia de las artes escénicas― y las experiencias virtuales y mediatizadas ―exacerbadas por cuenta del confinamiento vivido durante la pandemia de la COVID-19―, la profesora Jaramillo, junto a un nutrido grupo de estudiantes, colaboradores e investigadores, ha venido desarrollando en 2024 una exploración hipermediática, multiformato e interdisciplinar de La vorágine.
Entre otros elementos, las formas salvajes, tan presentes en la novela, están en la mira de este trabajo artístico e investigativo.
Desmontar un proceso de investigación+creación sobre La vorágine
Como parte de los productos de este amplio trabajo creativo, Jaramillo y sus colaboradores presentaron en el VI Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad la conferencia performativa ‘Los devoró la selva: desmontaje de un proceso de investigación+creación’, en la que reunieron expresiones en diferentes lenguajes y formatos alrededor del libro de José Eustasio Rivera.
El montaje comienza a la manera de una conferencia magistral tradicional, con Eloísa contando su pasional relación con el texto y algunos detalles de la primera edición, publicada en 1924. En esta, Rivera introdujo algunas fotografías. Entre otras, hay una en la que aparece él mismo sentado en una hamaca, en lo que parece ser una maloca.
Mientras se ve la mencionada foto proyectada al fondo de la sala, la maestra Jaramillo advierte que se trata de un fotomontaje en que el autor colocó una imagen de sí mismo sobre otra. En esta primera edición, la foto viene acompañada de una descripción: “Arturo Cova en las barracas del Guaracú. Fotografía tomada por la madona Zorayda Ayram”.
“Cuando Rivera hace esto plantea un juego en el que nos propone que La vorágine es un texto verídico, más que ficcionado. Y lo repite en varias partes de la novela, presentando personajes históricos, pero ficcionados”, dice Jaramillo. “Esa es una operación que me interesa mucho. Partir del mundo, pero poder imaginárnoslo con la libertad que dan las artes”, continúa.
Acto seguido, la conferencia empieza a transitar hacia un momento performativo. La profesora narra algunos de los viajes que ha hecho a las selvas de la Orinoquía y la Amazonía, siguiendo los pasos de los personajes de la novela, y, sobre una mesa puesta en el centro del escenario, ella y otros dos participantes comienzan a colocar, lentamente, como acechando, miniaturas de árboles y palmeras, un carro, una canoa, un jaguar y algunos personajes, todos de plástico.
De repente, un sonido inmersivo de aves, insectos y rugidos inunda la sala. Un cuarto participante aparece en escena con un celular, grabando planos cerrados de la mesa, ahora poblada por la plástica selva. Los planos son proyectados al fondo del escenario. Una sensación de intensa extrañeza invade al espectador.
Una selva hipermediática
La fina interrelación entre diversos lenguajes ―puesta en escena, proyección de imágenes, composición sonora y plástica― hace que, durante los más de veinte minutos que dura esta parte de la conferencia performativa, los espectadores estén en la selva, asalvajados. Es uno de los grandes logros de la exploración de las interrelaciones entre el teatro en vivo y el teatro virtual que se plantea esta
investigación+creación: comunicarnos con efectividad la realidad de algo, en este caso de la selva, de la naturaleza.
Esta experiencia propone algo que no logra la burbuja hipermediática mainstream, saturada de narrativas apocalípticas sobre la naturaleza, que adormece la sensibilidad, para continuar la explotación todos los días. Como si no se estuviera deforestando la selva con crueldad. Como si no se estuviera afectando gravemente el equilibrio natural, reflexionan los creadores de la conferencia performática.
“Tenemos unas narrativas absolutamente pesimistas y apocalípticas. Todo a nuestro alrededor nos dice que esto ya no tiene vuelta atrás. Pero si nos seguimos imaginando el apocalipsis, probablemente lo estamos produciendo”, explica la maestra. “Yo creo que las artes tienen una capacidad increíble de transformar esas narrativas, de imaginarnos otro mundo posible”.
Efectivamente, esta conferencia performativa aparece como manantial de agua fresca que despierta los sentidos a los espectadores del sistema hipermediático global. Porque ¿cuántos capítulos de series o documentales sobre la Amazonía y el medio ambiente circulan y se olvidan casi al instante? ¿Cuánta información sobre el cambio climático se consume y se desecha para continuar como si nada sucediera?
Lo interesante de esta propuesta es que denuncia la actual selva hipermediática ―que puede devorar los sentidos―, pero esta denuncia también explora la selva de La vorágine desde el teatro en vivo, con metodologías propias del teatro virtual y con hipermediaciones.
Al utilizar múltiples formatos de comunicación y participación ―lectura en vivo, puesta en escena, arte audiovisual y digital, entre otros―, esta investigación+creación recicla las hipermediaciones para asignarles nuevos sentidos y significados. Al hacerlo, produce en el espectador un estado potente de sensibilidad que le permite, por instantes, estar en presencia de la selva amazónica.
Del paradigma extractivista al paradigma eco-somático
“Hay un paradigma que está muy bien descrito en La vorágine, el extractivista: yo llego, tomo lo que me sirve y lo demás lo desecho”, explica la profesora Jaramillo, y argumenta que las ciencias exactas parten de un lugar parecido, cuando pretenden tener la capacidad de conocer la naturaleza y también de controlarla.
“Las artes se paran en un lugar previo a esa premisa y plantean la posibilidad de que no podamos comprenderla del todo, ni controlarla, ni dominarla”, afirma la investigadora. “El paradigma del arte presupone otro tipo de relación con ella, una relación que parte de un acercamiento eco-somático”.
Cuando se habla de soma, se hace referencia al cuerpo y sus sensibilidades. Es posible que solo teniendo un vínculo emocional con el soma de cada uno se pueda “entrar en contacto con una entidad que tiene su propia sabiduría, su propio equilibrio, su propia regulación”, como lo es el entorno natural. Finalmente, a partir de esta relación se puede plantear un verdadero diálogo eco-somático y ecosistémico.
Así, la conferencia performativa de la maestra Jaramillo es una invitación hecha desde la academia y las artes escénicas a la exploración profunda de las posibilidades del cuerpo y la sensibilidad del ser humano, en función de una armonización con los ritmos de la naturaleza. Una actualización de La vorágine que resurge con una clara advertencia a todas las disciplinas que se rigen bajo el paradigma extractivista: para que no nos devore la selva, hay que volver a ser salvajes.
Para ver más:
UniJaveriana (2024). VI Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad – Experiencias de I+C