La filosofía puede percibirse ―erróneamente― como una disciplina hermética y alejada de la vida cotidiana, que se alimenta de una tradición de conversaciones sobre ideas distantes, y que oculta los impulsos y los deseos humanos que las motivan. Sin embargo, para Isabella Duarte Salgado, la filosofía es una herramienta poderosa para repensar y transformar la sociedad. Lejos de la neutralidad de algunas tendencias, ella propone una práctica situada, transdisciplinaria y relacional, que reconoce la experiencia personal como una fuente legítima de conocimiento.
La pregunta sobre cómo podría aportar al mundo desde la filosofía ha sido una constante en su formación, y se convirtió en el eje central de su temprana trayectoria. Mientras cursaba su pregrado en Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana, seccional Cali, viajó en 2019 a España para un intercambio en la Universidad de Granada, donde tomó una materia llamada Educación para la Igualdad y la Diversidad. Esta experiencia fue reveladora, ya que la conectó con el pensamiento feminista, enfoque que marcaría su camino.
Contra la insensibilidad, la humildad relacional
Isabella llegó a la Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá, para cursar la Maestría en Filosofía, donde desarrolló su tesis “Contra la insensibilidad: la humildad relacional y sus efectos estructurales en sociedades injustas”. En su trabajo, analizó cómo la insensibilidad contribuye a perpetuar las desigualdades sociales, conectando las ideas del filósofo José Medina ―de la Universidad Northwestern― sobre la insensibilidad con el concepto de humildad relacional, de la profesora Vrinda Dalmiya ―de la Universidad de Hawái―.
“Tener privilegios aumenta la probabilidad de ser insensible ante las injusticias”, sostiene Duarte Salgado, tomando las reflexiones de José Medina, y ejemplifica: “Un hombre, al caminar por la calle, no enfrenta la constante preocupación de ser violentado, lo cual no es una falla meramente individual, sino una manifestación de las condiciones materiales y simbólicas en las que vivimos”.
En ese sentido, una de las soluciones para desafiar la insensibilidad es la ‘humildad relacional’, entendida como una virtud que fomenta el aprendizaje conjunto, la cual transforma las estructuras injustas al motivarnos a reconocer nuestra ignorancia y valorar otras perspectivas.
La academia y la reproducción de injusticias
Isabella se unió al Instituto Pensar como joven investigadora, bajo la dirección de Juliana Flórez, doctora en Psicología Social Crítica, en la línea de Estudios Feministas. En este rol, participó en el estudio de la trayectoria política de la Unión de Mujeres Demócratas del Meta. “Su versatilidad entre las ciencias sociales y la filosofía abre caminos innovadores que, articulados con sus análisis en epistemología feminista, conectan la cotidianidad con la producción del conocimiento académico”, destaca Flórez sobre la joven investigadora.
Además de su investigación en este Instituto, también, ha sido asistente de coordinación del emblemático Programa Jóvenes Investigadores, ofreciendo formación en investigación a la comunidad javeriana y ha sido docente de la asignatura “Transdisciplinariedad: la ciencia y otros saberes”, donde imparte sesiones sobre epistemologías feministas.
Su investigación se centra en la marginalización estructural e histórica de las mujeres en la filosofía. Junto con la doctora Giovanna Suárez Ortiz, de la Universidad del Quindío, desarrolla herramientas metodológicas y conceptuales para promover una historiografía más inclusiva en Colombia, visibilizando las contribuciones de mujeres tradicionalmente excluidas y cuestionando las narrativas dominantes de la disciplina.
En ese marco, Carlos Arturo López, investigador del Instituto Pensar, asegura que “nuestro pasado ha carecido de filósofas, presidentas y superheroínas”, y por eso resalta, el enfoque transdisciplinar de Isabella Duarte y su trabajo, que invita a “volver al pasado permitiendo entender lo que significa ser mujer en Colombia y reconocer las innumerables contribuciones de las mujeres en la construcción de esta nación y de sus propios derechos”.
Isabella continuará su labor desde una filosofía transdisciplinar que, lejos de dogmatizar el conocimiento, lo utilice como herramienta para promover la transformación social.