La lucha contra la pobreza y por la equidad social es una tarea que recae sobre todas las instituciones sociales. Las universidades, tanto públicas como privadas, no se escapan de la responsabilidad que les corresponde. En tanto instituciones de educación superior tienen como misión específica y propia la comunicación estructurada del saber a través de la docencia, la producción de conocimiento por medio de la investigación, y la difusión y actualización de los saberes a través de diferentes formas de extensión y vínculos con la sociedad. En esta lucha contra la pobreza, la universidad está llamada a aportar lo específicamente suyo, aquello que los partidos políticos, el Estado, las iglesias, las ONG o las demás entidades sociales no tienen como tarea distintiva; esto es, la producción y difusión del conocimiento superior.
En ese sentido la Pontificia Universidad Javeriana definió ―hace veinte años― que luchar contra la discriminación social y la concentración del poder económico y político era parte de su misión y del servicio que estaba llamada a prestarle a la sociedad colombiana. Lo que no resulta tan evidente es la identificación, cualificada y diferenciada, de las múltiples formas y dinámicas que la discriminación social y la concentración del poder económico y político asumen en un país como Colombia. Este ciertamente no es un país pobre, pero sí altamente desigual, atravesado por múltiples guerras y violencias, y por muchas y muy solapadas maneras de exclusión y discriminación social.
En la universidad, antes que en ninguna otra institución socialmente responsable, resulta necesario ―y a la vez retador― partir de la premisa según la cual para poder luchar contra la pobreza primero se debe investigarla y conocerla adecuadamente. Y ello porque su principal misión no es intervenir de manera directa en la solución de los problemas sociales, sino aportar los conocimientos y la cualificación de las personas que se requieren para dicha solución. Las universidades no somos ONG concebidas para la intervención social directa, somos instituciones educativas que participan en los procesos sociales desde el horizonte del conocimiento social, cultural y científicamente pertinente.
No es de extrañar, entonces, que al identificar doce fortalezas investigativas de la Javeriana en los últimos años descubriéramos que tres de ellas tienen una relación directa con problemas de pobreza, inequidad o discriminación social: “Ciudadanía, democracia y derechos”, “Conflicto, desplazamiento y paz” e “Inclusión social”.
En cada una de estas áreas temáticas tenemos grupos y líneas de investigación que pueden acreditar productos de alta calidad académica y pertinencia social. Muchas de estas investigaciones fueron adaptadas a las características editoriales y han sido ya publicadas en alguno de los veinte números anteriores de Pesquisa. Sirva el siguiente recuento de algunos de los títulos de esos trabajos de investigación para dejar testimonio y renovar el inquebrantable compromiso de la Pontificia Universidad Javeriana con la investigación socialmente pertinente en la lucha contra la pobreza y la inequidad social: “Por una vivienda digna en sectores de bajos ingresos”; “Pymes éticas y responsables: Trescientas empresas, Cinco departamentos. Tres años de investigación”; “Tras la pista del delincuente financiero”; “La movilidad social en la capital: una Bogotá polarizada por los estratos”; “La incidencia paramilitar en los recientes procesos electorales colombianos”; “Nuevos espacios para la ciudadanía”; “En busca de las voces de la niñez en situación de desplazamiento”; “Vecinos para prevenir el desplazamiento”; “¿Cómo es ese, el que se va?”.