El primer cuarto del siglo XXI quedará en la memoria humana y artificial como un periodo de crecimiento tecnológico multimodal, cuyos impactos en la sociedad aún son difíciles de dimensionar. A través de la mirada de Pesquisa Javeriana les compartimos algunas lecturas sobre los matices y las contradicciones que implica ser espectador y usuario de una de las revoluciones tecnológicas más importantes de la historia moderna: la inteligencia artificial.
Las discusiones que ha abierto el uso amplio de herramientas basadas en IA son amplias: desde las controversias sobre la propiedad intelectual, los costos ambientales de su uso, el potencial para la comprensión de la polarización y la memoria histórica en Colombia, hasta la manera como incurre en aulas universitarias donde dichas herramientas transforman la manera de pensar y aprender.
Un espejo amplificador
Este año fuimos testigos de una tensión sobre el tipo de herramientas que estamos construyendo y la manera como logran amplificar los rasgos más sobresalientes de la sociedad. En ocasiones, amplifican sesgos y prejuicios de género, raza, clase, entre otros.
En la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) exploramos múltiples miradas sobre la IA y la manera como permea la creación literaria, la noción de quién o qué es un autor y los costos que su uso genera para quienes están insertos en el ecosistema editorial, para el medio ambiente y la vida de las personas. Porque como expresa una de las voces de esta nota: “La IA no es inteligente, ni es artificial”. Por ello, es necesario reflexionar sobre las decisiones éticas, políticas y creativas que tomemos de cara a las herramientas.
La IA tiene cuerpo y eso le cuesta al planeta
Los centros de datos que soportan el funcionamiento de sistemas basados en IA requieren grandes cantidades de agua y energía para funcionar. Aunque estos requerimientos están cambiando, el impacto en el desabastecimiento de agua de comunidades humanas y ecosistemas en el mundo es real y necesita atención.
La paradoja es que la IA también puede ser una herramienta para la sostenibilidad, por ejemplo, al proveer soluciones en gestión de recursos que permiten optimizar el uso de energía. El problema de fondo es la escala del uso de estas tecnologías, pues su aumento seguirá siendo exponencial. Por ello es necesario equilibrar su costo ambiental con los beneficios que puede ofrecer.
Soluciones basadas en IA para el contexto colombiano
En un entorno digital cada vez más polarizado, la IA puede ser una herramienta para construir puentes. Dos investigaciones pioneras de la Javeriana muestran cómo es posible entender los discursos digitales de odio en el contexto colombiano y saber qué tan dividida está la sociedad sobre un tema para así trabajar por construir consensos. La intención de estos trabajos no es hacer desaparecer la polarización porque esta es parte de la vida, sino reconocer y entender el debate. La IA hace posible, por ejemplo, entender la jerga local dándole contexto cultural a las herramientas que censuran mensajes violentos.
Por su parte, el proyecto Ventana a la Verdad hace posible conversar con todo un universo de información relacionada con la memoria histórica del país. Esta herramienta facilita la construcción de un consenso social sobre el conflicto armado colombiano basado en la evidencia recopilada por la Comisión de la Verdad. La regla de oro del modelo es no inventar información, pues la precisión y la fidelidad de la fuente es innegociable para así no perder el control de la propia narrativa.
Un copiloto para navegar la academia
La IA ya es una herramienta cotidiana en la docencia y la investigación, pero lejos de simplificar las cosas, demanda mayor reflexión y responsabilidad de quienes la usan. Justo ahora que tenemos el conocimiento de la humanidad al alcance de la mano, se hace más necesaria la experticia y el pensamiento crítico al utilizar la máquina.
Si imaginamos que todas las ideas del mundo están contenidas en una base de datos, los algoritmos de las IA “piensan” y producen una respuesta a partir del promedio. En contraste, la creatividad y la innovación humanas son las ideas que se salen de la media. La responsabilidad y la transparencia son fundamentales para verificar los datos, reconocer la autoría y asumir las consecuencias de las decisiones que se toman en la producción de conocimiento.
Después de recorrer algunas lecciones sobre IA en 2025 las preguntas siguen surgiendo. La IA no es una solución rápida, es un amplificador de nuestro pensamiento, creatividad e intenciones. Entonces, mientras la humanidad continúa explorando nuevas fronteras para la inteligencia artificial ¿qué vamos a reflejar en ella en los próximos años?



