Recibe el nuevo gobierno un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación con cuestionamientos sobre la financiación, la falta de una política robusta y los engorrosos mecanismos de acceso a convocatorias por parte de la comunidad científica. El Minciencias, a pesar de ser Ministerio, ha sido la cenicienta del gobierno anterior que lo creó. ¿Hay esperanzas en este gobierno?
La asignación del presupuesto, la más baja de todos los ministerios, no le preocupa al nuevo ministro Arturo Luna Tapia. ‘Hay que seguir buscando por todos lados”, dijo a El Espectador. En comunicado del Minciencias —agosto 22 de 2022—, el ministro Luna aseguró que entre los retos está el aumento en la financiación, lo cual “se llevará a cabo de manera progresiva, suficiente y sostenida para lograr el 1.5% del PIB en Investigación y Desarrollo (I&D) al 2026”.
Las convocatorias con recursos de regalías hacen sufrir a buena parte de los proponentes. La comunidad científica se queja de manera cíclica y a pesar de que se producen ciertos cambios en la Metodología General Ajustada (MGA), que es el blanco de todas las críticas, no parece que haya tenido efecto. “Luego de ganar la convocatoria de Minciencias, en el área de Ciencias Del Espacio nos encontramos que los requisitos para hacer efectivo el proyecto y recibir el dinero prometido eran prácticamente imposibles”, trinó el físico Christian Sarmiento hace unos días. Eso lo sabe el ministro Luna porque no es la primera vez que es funcionario de Minciencias.
En el Foro Políticas públicas en CTI en Colombia, aciertos y desaciertos, realizado el pasado 26 de octubre y organizado hace unas semanas por la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFyN), los ponentes Hernán Jaramillo —economista e investigador en economía de conocimiento, y miembro honorario de la ACCEFyN— y Gabriela Delgado —bacterióloga y profesora titular de Farmacia en la Universidad Nacional—, analizaron este panorama.
Jaramillo insistió en que Minciencias confunde los instrumentos de la política con la propia política, mientras que Delgado dijo que no se corresponden los instrumentos con la política, que hay mucho documento y poca acción coherente, que hay problemas en la medición de los grupos y de los investigadores y que las líneas de investigación de los programas de doctorado nacionales deben ser pertinentes.
Muchas de las críticas vienen de tiempo atrás. El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación aún tiene mucho por mejorar y el ministro Arturo Luna también lo sabe.
El balance del Minciencias
Así que el ministro Luna propone “una forma diferente de trabajar”, reconociendo las sugerencias de la Misión Internacional de Sabios (2019): “Estamos estructurando las políticas orientadas por misiones”, que serán bioeconomía, ecosistemas naturales, territorios sostenibles para ampliar el conocimiento sobre la biodiversidad del país y su aprovechamiento sostenible; derecho a la alimentación, que busca producir alimentos con base en conocimiento de ciencia, tecnología e innovación (CTI) y lograr hambre cero; energía eficiente, sostenible y asequible, para desarrollar, adoptar y adaptar tecnologías para la producción de energía sostenible; y soberanía sanitaria y bienestar social.
Menciona, además, un “programa estratégico muy especial que es el de ciencia para la paz y la ciudadanía con el cual buscamos, por un lado, entender el conflicto que se vive en Colombia, pero también aportar soluciones desde la CTI a esas zonas que están teniendo esos conflictos”.
Luna está convencido de la importancia de lograr más participación de la comunidad en los designios del Minciencias, para lo cual, respondiendo a Pesquisa Javeriana, hizo énfasis en la importancia de la construcción de un Plan Nacional de Desarrollo escuchando a los diferentes sectores, y mencionó el diálogo regional vinculante liderado por su cartera que tuvo lugar en Zipaquirá: “Involucró a alrededor de tres mil personas en 42 mesas de trabajo en este dialogo. Fue muy bien acogido por la comunidad y eso es importante porque debe sentirse escuchada y allí había representantes de la comunidad en general, del sector académico, del productivo, representantes de la cuádruple hélice a la que nos referimos siempre en Minciencias”.
En estas semanas que lleva como titular de la cartera, Luna ha dado vía libre a las expediciones científicas que lidera Minciencias desde hace unos años: “Hemos avanzado en la lucha contra el cambio climático, uno de los ejes de gobierno y en este sentido hemos apoyado el desarrollo de tres expediciones científicas”, en tres regiones clave, como los Montes de María —entre los departamentos de Sucre y Bolívar—, la Alta Guajira —al norte de Colombia— y La Chorrera, en el Amazonas— al sur del país—. “Ese trabajo con comunidades indígenas y campesinas es una forma importante de luchar contra el cambio climático a través del establecimiento del uso sostenible de la biodiversidad que poseemos”.
Algunas propuestas de la comunidad científica
Con respecto a los fondos de regalías, el físico Diego Torres, del Grupo de Física Nuclear de la Universidad Nacional, uno de los líderes de la movilización de la comunidad científica en este momento, dice que “la idea es buena en una especie equivocada”. En espacios virtuales en los que han participado algunos científicos colombianos, han llegado a la conclusión de que es necesario hacer un cambio profundo y sustancial al sistema de regalías en lo que corresponde a CTI, así como lo expresa la Ley 2056 de 2020 en su artículo 9: “Definir la metodología para la formulación de los proyectos de ciencia, tecnología e innovación, para lo cual deberá tener en cuenta las dinámicas propias de los procesos investigativos de CTeI, de tal forma que se adecue a las realidades del desarrollo de la investigación”.
De hecho, Torres puso a circular un documento que inicia: “Nosotros, actores y beneficiarios del sistema nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI), solicitamos formalmente la adaptación y modernización de los mecanismos de financiamiento del Sistema Nacional de Regalías (SGR) para atender más eficazmente la inversión en CTeI. Llamamos la atención que, de no hacerse los urgentes cambios necesarios para el SGR, Colombia perderá la mejor oportunidad que ha tenido en la historia para ofrecer un mejor futuro a las generaciones por venir”. Ya han firmado alrededor de 1200 personas.
Hoy en día, cuando hay infinidad de medios de comunicación y nuevas formas de participación ciudadana, continúa Torres, es necesario activar esos mecanismos de participación “siendo críticos, pero proponiendo soluciones”. Y la propuesta es acompañar al Minciencias para lograr este cambio y participar en las discusiones con propuestas viables que favorezcan la generación de nuevo conocimiento.