Los caminos más seguros y adecuados hacia el cuidado, el control y la gestión del riesgo hídrico son cada vez más necesarios.
Tras las varias, y poco sutiles, alteraciones climáticas de los últimos diez años, se ha planteado como indispensable el uso de herramientas de mayor precisión para diagnosticar y controlar las corrientes hidrológicas.
En Colombia, país que desde los años setenta fue catalogado como potencia hídrica junto a Brasil y Rusia, se han desarrollado importantes y diferentes sistemas de medición y pronóstico. Sin embargo, las políticas hídricas del país no son suficientes para prever la magnitud de un desastre natural, y mucho menos la manera y el momento en el que este pueda suceder.
Para un grupo de investigadores de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana, se hizo necesario el desarrollo de un proyecto que, en compañía de las instituciones encargadas del control hídrico, permitiera un avance en estas políticas pero, sobre todo, creara herramientas que ayudaran a sacar mejor provecho del recurso, enriquecer los sistemas de información y preparar posibles planes de ejecución en caso de una alerta natural.
Así, el estudio “Pronósticos y escenarios hidrológicos de corto y largo plazo para el apoyo de la toma de decisiones en prevención de desastres, navegación y generación de energía” plantea un avance importante hacia una de las muchas soluciones que requiere este problema.
Efraín Domínguez, ingeniero hidrólogo e investigador principal, asegura que, “debido a que casi todos los diseños que debe desarrollar una sociedad, como puentes, vías, acueductos, etc., están entrelazados o influenciados por el agua, no solo es importante entender y estimar el recurso hídrico que tenemos sino también generar elementos que permitan apropiarnos de este y usarlo como un beneficio”.
De esta forma, el camino que persigue la investigación se centra en crear, a partir de la problemática, un entorno informado y calculador que le permita al país tanto prever como utilizar de una mejor forma el recurso hídrico. “Tomar decisiones informadas” es la premisa que impulsa y sostiene el trabajo que ahora es aplicada en el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), y en la Empresa de Generación de Energía (Emgesa).
La investigación, que tomó como base el río Magdalena, pero que está diseñada para cualquier cuenca, caudal o escenario hídrico colombiano, se centra en tres componentes fundamentales: estimar, evaluar y proyectar. Gracias a un cuidadoso seguimiento, el grupo de investigadores logró postular comportamientos y regímenes de los escenarios hidrológicos más importantes del país que, en compañía de la Academia de Ciencias de Rusia, determinaron la manera en que se iba a desarrollar.
El reto creció de manera sustancial y fue necesario establecer como metas y objetivos específicos las herramientas de prevención y el pronóstico en tiempo real. Este se lleva a cabo con la información satelital que arroja el sistema de medición y la aplicación de fórmulas matemáticas que comparan datos del mismo caudal en diferentes periodos de tiempo y trabajan sobre la probabilidad de precipitación que este presente.
Adaptarse y mitigar los comportamientos de un recurso tan independiente como el agua no es tarea fácil; es fundamental observar la superficie del territorio y mantener actualizados los datos que esta arroja. Aunque existen buenos sistemas de medición e incluso un sistema de alertas calificado, la problemática real surgió al momento de no poder desarrollar diagnósticos en tiempo real que permitieran actuar y adelantarse a los datos que arrojaba el sistema, de manera que el primer avance generado fue el de aprovechar la información y permitir la toma de decisiones con anticipación.
Debido a estos avances, el proyecto javeriano adoptó el mejoramiento de las redes de información como una responsabilidad propia lo que permitió crear un bloque con más bases y herramientas, que no solo contemplan el riesgo hidrológico sino también el buen uso del recurso en temas de navegación, sistemas de riego y generación de energía.
Una parte de la acción fue darle a la sociedad herramientas de diagnóstico, pero también encontrar maneras en las que estos pronósticos permitieran un mejor uso del recurso que, como se mencionó antes, contempla tanto la producción de energía como la navegación de los ríos para carga y transporte de diferentes productos. Esto por cuanto, en la actualidad, Colombia produce el 75% de su energía con hidroeléctricas y los costos de transporte acuático se reducen, en términos generales, en un 20% en comparación con el transporte aéreo y terrestre.
Corrientes con argumento
“Cuando empezaron a precipitarse más del 60% de los caudales del país y empezó a haber agua por todos lados, nos dimos cuenta de que necesitábamos de una metodología más especializada que permitiera actuar frente al riesgo, y así más adelante prevenir los contratiempos y solidificar el sistema de alertas”, asegura Domínguez, cuando recuerda los principios de la investigación y la manera como establecieron los alcances que esta tendría.
En las proyecciones de largo plazo se encuentran el control y la acción frente al cambio climático y el desarrollo de políticas hídricas más sólidas; en el corto plazo, diseñar y aplicar mejores métodos de operabilidad en embalses y el trasporte acuático, así como continuar la implementación de hidroeléctricas.
La parte más importante del proyecto se fundamentó en el desarrollo de un bloque de pronósticos y de escenarios hidrológicos que contara con fórmulas matemáticas que funcionaran en relación con toda la infraestructura de producción de información local —red hidrometereológica—, pero que a su vez se comportaran como entes independientes que pudieran calcular y proyectar diferentes movimientos y comportamientos del recurso a lo largo de sus recorridos.
Las herramientas más des‑
tacadas de este bloque son los métodos de análisis descriptivo, el análisis por correlación y el análisis de componentes principales o fusiones de información entre señales de tiempo real y datos archivados. El eje fundamental se centra en la aplicabilidad que se le dé.
Si pensamos en que el sistema reporta una alteración en el flujo del caudal del río Magdalena, por ejemplo, las diferentes estaciones de medición que existen a lo largo de este, junto con las fórmulas generadas, lograrían establecer, en un plazo de tres horas de antelación, cómo se va a comportar un caudal más pequeño a kilómetros de distancia.
El futuro del proyecto es reforzar el tema de pronósticos probabilísticos, que no solo dan al usuario una predicción de cantidad sino también del excedente que se puede observar en dicha cantidad, lo que permite niveles de predictibilidad más exactos, un asunto en que trabajan con entidades nacionales e internacionales.
Como afirma Domínguez, “lo más importante del pronóstico es encontrar la matemática de la información que produce el sistema y saber que no se puede predecir todo el tiempo o que no se puede predecir con toda la antelación que se quisiera, por lo que debemos trabajar en equipo con todas las entidades posibles para encontrar las ventajas necesarias, predecir, calcular y, lo más importante: salvar vidas”.
Para leer más…
<style=”color: #999999;”>+Domínguez, E.; Angarita, H. y Rivera, H. (agosto de 2010). “Viabilidad para pronósticos hidrológicos de niveles diarios, semanales y decadales en Colombia”. Revista de Ingeniería e Investigación 30 (2): 178-187. Disponible en este enlace
2 comentarios
La tecnología de hoy en día permite prevenir la inmensa mayoría de estos accidentes. Los ingenieros hidrólogos predicen la máxima crecida con datos climatológicos históricos y modelos informáticos del terreno.
Un articulo interesante y completo sobre el tema.
Un cordial saludo.