Los bachilleres llegan a la universidad con sentimientos encontrados; en esta transición los acompañan nuevas motivaciones y también temores por los retos que tendrán que enfrentar. Uno de ellos es el “leer para aprender”, pues aunque salen del colegio pensando que están preparados para enfrentar este desafío, tal pensamiento no es más que una suposición alejada de la realidad universitaria: las destrezas que han adquirido hasta este momento, que se basan en una lectura para organizar información y para superar las pruebas Saber 11, resultan insuficientes para las actividades que exige este nuevo espacio académico. Así lo demuestra el estudio interinstitucional Formación inicial en lectura y escritura de la Educación Media al desempeño académico en la Educación Superior, coordinado por la Red de Lectura y Escritura en Educación Superior (REDLEES), en el que participaron como investigadoras las docentes javerianas Juliana Molina, estudiante de Doctorado en Educación y magister en Lingüística Española, y Adriana Salazar, magister en Lingüística y licenciada en Educación Especial.
Ambas coinciden en que, ante este nuevo contexto para el estudiante, la universidad se puede convertir en una oportunidad para brindar nuevas herramientas de lectura y potenciar las habilidades que ya traen los jóvenes desde secundaria, con el fin de que lean de forma crítica y a la vez apropien el conocimiento, es decir, que no solo sean capaces de leer sino también de reflexionar, relacionar información, consultar diferentes fuentes confiables y construir nuevos aprendizajes. Con esta idea en mente, las universidades han implementado en el primer año de formación cursos de lectura y escritura destinados a promover estrategias para alcanzar estos objetivos.
Sin embargo, Molina y Salazar identificaron un problema: a pesar del paso de los estudiantes por estos cursos, cuando llegan a ver asignaturas propias de los núcleos fundamentales de sus carreras, escenario en el que se supone ya deben contar con un nivel de lectura avanzado, “ellos no saben leer o, por lo menos, no como se esperaría”.
Para reconocer la dimensión de esta problemática, las investigadoras resaltan algunos hallazgos de su investigación, la cual identificó las prácticas de lectura de los estudiantes antes, durante y después de haber cursado estas asignaturas y reflexionó sobre las prácticas de los docentes universitarios para enseñar. Así, el estudio retoma la información de 12 universidades colombianas que ofrecen, en el primer año de formación, cursos de lectura y escritura.
¿De quién es la responsabilidad?
Es verdad que la educación media (EM) podría crear espacios de aprendizaje que promuevan varios aspectos: el rastreo de información para confrontarla, el uso de fuentes confiables, la selección de información relevante y la eliminación de la que no lo es; la asistencia a actividades como foros, conferencias o seminarios que, potencialmente, mejorarían la lectura y serían fuentes de información. Sin embargo, no es responsabilidad de los colegios formar a los estudiantes para leer en la universidad.
“No es deber de la EM desarrollar todas las habilidades que deben tener los estudiantes para ingresar a la universidad. No le podemos pedir a la secundaria que prepare a los chicos para la universidad. Es la universidad la que tiene que formar lectores para la universidad retomando elementos de secundaria, y cada disciplina tiene que buscar los procesos para acercar a sus nuevos estudiantes a las maneras en cómo se lee y se escribe en esa área”, señalan las académicas en su investigación.
Pero si no son los colegios, ¿ qué está influyendo para que los universitarios no cuenten con las destrezas para leer adecuadamente en las asignaturas propias de su carrera? Los estudiantes toman los cursos de lectura y escritura en el primer año y allí se encuentran con tres funciones específicas: leer para hacer resúmenes, leer para resolver evaluaciones y leer para conversar, “muy similar a la lectura del colegio”, explican las investigadoras. Y aquí está el corazón del problema.
Los estudiantes llegan al salón de clase, se sientan y reciben instrucciones del docente, quien impone prácticas directivas; por ejemplo, durante la investigación, un joven señaló que “para una de estas clases la profesora entregaba los textos que debía realizar para la próxima sesión y luego hacía preguntas con base en el texto propuesto para la actividad, con el fin de verificar si había preguntas o dudas”. En ese sentido, el papel del estudiante es el de obedecer y hacer la lectura, en un espacio en donde todo se le es dado porque es común que los docentes dejen la lectura en algún centro de copiado, indiquen en dónde la pueden encontrar o, incluso, la suban al aula virtual y “el estudiante no ve la necesidad de ir más allá para acceder, leer, interpretar y producir información que pueda ser de valor en el contexto académico, convirtiéndose en un actor pasivo dentro del proceso formativo”, añaden las profesoras.
Lo que más sorprende de esta situación es que, aunque las exigencias de los docentes en las asignaturas propias de las carreras son más altas, son ellos mismos quienes, al igual que los profesores de los cursos de lectura y escritura, limitan la búsqueda de nueva información que invite a una lectura para pensar, investigar, escribir, apropiar y construir conocimientos.
Otra práctica de lectura común por parte de los profesores es distanciar a los estudiantes del uso de las herramientas tecnológicas, porque estanca el acceso, lectura, interpretación y producción de diversa información que se encuentra en la red. No replicarlas en la universidad, idear nuevas estrategias por parte de los docentes y fomentar en los estudiantes la búsqueda de información es una de las invitaciones que hacen las investigadoras Molina y Salazar a los docentes universitarios.
“Vamos a tener buenos lectores en la medida que, como profesores, invitemos a que los estudiantes se enfrenten a una variedad de textos y sean críticos ante ellos. Es ponerles retos que no se resuelvan con un resumen ni con una reseña, sino que mezclen voces, utilicen citas, recurran a distintas fuentes confiables y hagan uso de la tecnología, vista como una herramienta que puede ayudar a estos procesos”, afirma Adriana Salazar.
La lectura digital, una posibilidad para leer con sentido
Esa aversión al uso de herramientas tecnológicas por los estudiantes es una de las grandes falencias de los docentes universitarios. Por eso, las investigadoras proponen la implementación de la lectura digital en las clases como una posibilidad para que los estudiantes puedan sobrepasar y romper ese muro que los ha cohibido de leer para aprender y para apropiar el conocimiento.
“Nosotras somos, además de investigadoras, docentes universitarias y no podemos negar que estamos experimentando una transición en la que el formato digital ha empezado a tomar un protagonismo tan fuerte como el que ha tenido por décadas el impreso. Para ir al ritmo de los jóvenes y las tecnologías, un reto que nuestra realidad plantea a las instituciones educativas es el uso de medios digitales para la formación de los universitarios”, exponen.
En un artículo de 2015 derivado de esta investigación, donde se retoma la información de 180 encuestas a estudiantes, además de entrevistas a profesores encargados de los cursos de lectura y escritura y de áreas disciplinares, y observaciones de las clases de lectura y escritura de 12 universidades, las investigadoras afirman que “los textos que los universitarios leen con fines académicos ya no son predominantemente impresos, muchos son digitales, algunos soportados por internet. De hecho, el tercer documento más leído por los estudiantes universitarios (76%) son las páginas web y blogs”.
Pero esta es una realidad que no se aprovecha dentro del salón de clase, ya que los profesores universitarios no motivan ni enseñan a sus estudiantes a buscar información en formatos digitales. “Algunos maestros sienten temor de hacer uso de herramientas tecnológicas en sus clases porque corren el riesgo de que los estudiantes generen hábitos inadecuados de estudio, como el copiar y pegar o, incluso, que lleguen al plagio”, aseguran las investigadoras.
Para Molina, las nuevas generaciones de docentes están dando un viraje importante en este sentido, pues, lentamente, van incluyendo en su ejercicio diferentes herramientas tecnológicas, lo cual potenciará las habilidades de sus estudiantes para construir nuevo conocimiento. “Hay que seguir trabajando en esta concientización para formar mejores lectores y profesionales”, concluye.
15 comentarios
Leer o la lectura es una actividad que a muy pocas personas les gusta pues desde que somos pequeños nos han impuesto este habito como una obligación, haciendo que a muy pocas personas les guste leer y por ende a la minoría se les facilite el leer adecuadamente o con sentido, ya que la lectura es algo fundamental en el aprendizaje puesto a que nos ayuda a expandir, apropiarnos y construir nuestro conocimiento, al ser mas críticos de nuestro entorno y del contexto en el que nos encontremos. Por esto, la lectura no debería de ser impuesta en las personas sino que se debería de introducir y enseñar poco a poco, para que al realizar un acercamiento adecuando de la lectura, cause que las personas se inmersen cada vez mas en ella y quiera adquirir sus conocimientos con ella.
El texto expone un punto importante para incentivar el gusto por la lectura en un ambiente universitario, el cual es hacer uso de las plataformas digitales y de implementos electrónicos. Considero que es importante que tanto los profesores como los estudiantes tienen que adaptarse al cambio de era y hacer uso responsable y provechoso de estas herramientas, para de esta manera evitar que los futuros profesionales se sientan encerrados en una educación arcaica. Las universidades tienen que incentivar la lectura digital de textos que lleven al estudiante a leer con sentido, es decir a leer críticamente, mientras este se apropia del conocimiento y reflexiona frente a lo que se plantea en el texto. Es de vital importancia que les creen esa necesidad por los libros a los estudiantes, dándoles incentivos a los trabajos que utilicen las fuentes teóricas mas amplias y haciendo plenarias en los que los estudiantes necesiten argumentar basándose en lo que han leído, demostrando así que tienen control sobre el tema.
Me parece muy interesante
Considero que el texto toma elementos de gran importancia en cuanto a la lectura que se lleva a cabo en el contexto del colegio y la universidad. Leer es una actividad de suma importancia, que es de carácter obligatorio en el ambiente académico y que no es atractiva para una gran cantidad de personas. Sin embargo, las herramientas digitales pueden ser útiles, al ampliar no solo la información en la que el lector se desarrolla, sino los conceptos que genera por si mismo. Es fundamental resaltar que los hábitos de cada persona son diferentes y que utilizar distintas metodologías y herramientas pueden llevar a que más personas se introduzcan al mundo de la lectura.
Pienso que las nuevas generaciones les han limitado mucho las lecturas de variedades de textos, y es importante reforzar esto en la primera época de universidad, para que así los estudiantes tengan una buena interpretación de textos en su vida universitaria y laboral, también me parece importante la implementación de la tecnología en la formación académica de estudiantes en el colegio, el poder comprender un texto digital, se hace un poco más difícil a la hora de hacer las rutas de lectura, por eso sería un reto y oportunidad para el estudiante para convertirse en un buen lector, por eso es importante que los profesores no solo utilicen recursos físicos, sino también tecnológicos para crear una autonomía en el estudiante.
Las nuevas generaciones cambios grandes y la tecnología es fundamental; no estoy de acuerdo con lo propuesto, puesto que aunque no niego que la tecnologia genere muchos cambios positivos y les de nuevas herramientas de lectura a los estudiantes para lograr potenciar sus habilidades, pienso que cuando se trata de la vida academica, los estudiantes, sean de bachillerato o de universidad, deben ser lo suficientemente autonomos y responsables para decidir si leen o no, sea de manera virtual (pdf) o material. Sin importar donde el profesor lo requiera, son los jovenes los que deciden que leer y que no. Aun asi, lo planteado en este articulo me parece interesante.
La busqueda de nuevas estrategias tecnologicas e innovacion es nuestro futuro, pues a pesar de que se implemento mas que todo por una situacion de pandemia y de confinamiento siendo algo nuevo para muchos de manejar y potenciar, es un aspecto que de ahora en adelante sera esencial en nuestro camino hacia el aprendizaje y desarrollo de nuestras habilidades y destrezas con respecto a la lectura , la comprension de textos y manejo de los temas planteados, por ello es de gran importancia hacer buen uso de ellas y comprenderlas con exactitud.
Considero que nunca es tarde para aprender a hacer las cosas de una mejor manera
los estudiantes y generaciones nuevas van adquiriendo conocimientos de diferentes métodos, por lo que estoy de acuerdo que cada generación haya un cambio para bien y evolución, por otro lado considero que cada dia los estudiantes intentan en aprender más y no se dejan consumir por el estres y preocupacion de las notas.
Me pareció muy enriquecedora la lectura, ya que potenciar a los estudiantes a llegar a sus propias conclusiones, interpretaciones y a romper con las barreras de esta nueva era de innovación y cambios, puede llegar a crear generaciones conscientes de la importancia de este hábito para la vida y de que se puede sacar un gran provecho de estas herramientas digitales que hoy en día conforman una gran parte de nuestro futuro, para llegar a convertir a los jóvenes en lectores críticos para los diferentes campos de la vida.
Pese a que la lectura es una habilidad de extrema importancia para la vida académica, son pocas las personas las que la disfrutan. Esto en parte se debe a la imposición de la lectura en los colegios. Es necesario que se desarrolle un gusto por la lectura antes intentar generar un habito. Y esto se puede lograr identificando los temas de interés de cada persona.
En mi opinion los jovenes no se apropian de la lectura, porque esta a través de los años ha sido educada desde una base muy plana, a lo que me refiero con esto es que siempre se espera lo mismo de los estudiantes, leer sin siquiera encontrarle un contexto o un propio criterio a lo que leen, ya que los profesores hacen preguntas para ver si leyeron el texto y no si lo entendieron, cosas que aunque no parezcan, son bastante distintas. Pues al leer un texto, el estudiante va a reconocer las partes de este y de que se trata, pero al entenderlo se puede ir mas alla de el, generarando un pensamiento propio y una reflexion sobre este.
Muy buena lectura, realmente lo pone a pensar a uno sobre las posibilidades que la digitalización abre para los educadores, sobre todo en el contexto actual de la pandemia por COVID-19.
En concordancia con lo descrito en la lectura prepuesta, considero que las practicas instrumentalizadas, autoritarias y en ocasiones poco pedagógicas, aún siguen estando presentes en los espacios de formación académica universitaria. Desde mi experiencia personal, he podido identificar en varias oportunidades que algunos docentes repiten modelos de enseñanza tradicionales (quizás con los que ellos fueron instruidos) sin tener en cuenta que los tiempos son cambiantes, lo cual hace que se deben ajustar ciertos procesos de enseñanza.
Desde mi punto de vista tales acciones no estimulan a los estudiantes a indagar o encontrar otros elementos para desarrollar de la mejor manera el proceso de lectura y escritura crítica, lo que sí logra es reducir a los estudiantes a obedecer una vez la instrucción del profesor. Sin embargo, hay mas elementos estructurales que influyen en la dificultad de leer crítica y reflexivamente y con propósito.
Propongo que la mediación entre el binomio -estudiantes y el maestro- a la hora de la búsqueda y selección de textos puede resultar un buen elemento pedagógico para la construcción de conocimiento autónomo y también guiado. En este sentido el estudiante recobra un valor agregado de autonomía, voluntad y libertad necesarios para el ejercicio de la ciudadanía.
Las nuevas generaciones traen consigo tendencias, innovación, cambios y se convierten en un reto de adaptación para todas las pedagogías generacionales. La tecnología y todas las herramientas que esta trae consigo no es para temerle sino para aprovecharla a los estudiante digitales se debe llegar a través de sus medios y demostrarles que se puede ser “buen lector” de papel y electrónico. La PUJ tiene diversas áreas que ofrecen servicios para todas las necesidades: para docentes el Centro Ático proporciona todas las herramientas digitales necesarias para llegar al estudiante, el Centro de Escritura Javeriano, la Tienda Javeriana y el Sistema de Bibliotecas de la Universidad trabajan fuertemente para mejorar las competencias y habilidades lectoras y escritoras de los estudiantes en todos los niveles… aprovechemos!