Diez congresos y un futuro promisorio
Del 22 al 25 de septiembre de este año se llevó a cabo en Bogotá el X Congreso de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, evento que cada dos años convoca a los investigadores de esta Universidad con el fin de dar a conocer ante el público académico y universitario los resultados de sus trabajos, y también para discutir y reflexionar sobre el presente y el futuro de la investigación científica en Colombia.
En total se presentaron 272 proyectos de investigación, de ellos 118 posters de proyectos aún en ejecución. Hubo dos conferencistas internacionales invitados y cinco foros de discusión de temas estratégicos para el desarrollo de la investigación científica en Colombia. Se llevaron a cabo desayunos de trabajo con empresarios, representantes de organizaciones estatales y de algunas ONG acerca de temas como el aprovechamiento de los recursos naturales con fines biotecnológicos, gestión ambiental, desarrollo de infraestructura física, competitividad e innovación tecnológica, y se otorgaron los premios de la bienal al Investigador Javeriano. En el evento hubo un total de 2.163 inscritos, muchos de los cuales provenían de otras ciudades y de múltiples universidades de Colombia.
Un balance general de la investigación en la Pontificia Universidad Javeriana nos indica que esta importante actividad académica ha evolucionado y crecido de manera vertiginosa, y que ha llegado a un punto en el que, si bien está lejos de alcanzar los indicadores de calidad, cantidad y pertinencia deseados, felizmente ya ha sido asimilada como parte de la actividad normal y cotidiana de nuestro quehacer universitario.
Y algo similar habría que decir respecto de la investigación en Colombia: ha crecido y se ha desarrollado, pero debe seguir evolucionando en la dirección correcta, esto es, buscando que los grupos de investigación consoliden su calidad y pertinencia mediante publicaciones que alcancen a las respectivas comunidades científicas, cada vez más globalizadas gracias a las tecnologías de la información y la comunicación.
Uno de los retos más significativos y que marcará el futuro de la investigación en Colombia y en el mundo es el que tiene que ver con la apropiación social del conocimiento. En nuestros imaginarios culturales hay que romper –y ojalá sea pronto– con esa idea nociva y triste de que los científicos y la ciencia representan algo extraño a nuestros problemas del diario vivir. La apropiación social del conocimiento implica que la ciencia y el desarrollo tecnológico entren a formar parte de la agenda cotidiana de los colombianos, ojalá en reemplazo de esa cantidad de banalidad ociosa y pueril con la que suelen distraernos los noticieros y los diarios.
Asimilar colectiva y democráticamente los temas científicos y las políticas públicas de ciencia, tecnología e innovación, por el contrario, puede significar hacernos cargo de nuestro propio futuro y enrutarnos definitivamente por el camino que nos conduzca a ser una nación próspera, culta y madura políticamente. La ciencia no puede seguir siendo una especie de lujo ostentoso al que sólo acceden algunos privilegiados sociales. Es un capital social, quizás el más social de todos, porque no es otra cosa que conocimiento al servicio de la sociedad que lo produce.