En el marco de la Cuarta Reunión de la Conferencia de Ciencia, Innovación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en abril de 2024 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se acordó una agenda regional para el periodo 2024-2025, que resalta el rol central de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTeI) para impulsar la productividad y el desarrollo sostenible e incluyente.
Esta iniciativa reconoce la capacidad de innovar como elemento crucial para el progreso, la prosperidad y el bienestar de las naciones. Singapur es un buen ejemplo, ya que su firme compromiso con la investigación y el desarrollo ha sido clave en su transformación económica y en la mejora de la calidad de vida de su población, que se reflejan en los resultados de mediciones como los Informes sobre Competitividad Global del Foro Económico Mundial y el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En el camino hacia el desarrollo sostenible de nuestros países este caso sirve de inspiración.
La agenda de cooperación propuesta nos invita a reflexionar sobre cómo las políticas y los instrumentos de CTeI pueden ser diseñados y aplicados para abordar desafíos de múltiples escalas—desde lo local hasta lo global.
Ciencia para la equidad y para las comunidades
Con la línea de acción CTeI con enfoque territorial, la Conferencia subraya la importancia de articular los esfuerzos en políticas de ciencia, la tecnología y la innovación y de desarrollo productivo, considerando las realidades específicas de los territorios. Centrarse en lo local contribuye a garantizar que los beneficios de la innovación se distribuyan con mayor equidad y atiendan las necesidades de las comunidades.
Sin embargo, los grandes desafíos mundiales, como el cambio climático, requieren respuestas que trascienden los escenarios locales y las fronteras nacionales. De ahí que sea prioritario adoptar un enfoque contextual multinivel y multiactor que equilibre y vincule los desafíos y soluciones locales con estrategias nacionales, regionales y globales.

Para maximizar los impactos, se debe considerar la escalabilidad de soluciones locales, la cooperación en diferentes niveles, y el desarrollo de redes de colaboración que unan a diversos actores regionales y globales. Algunas acciones orientadas a lograrlo serían establecer marcos de gobernanza multinivel, desarrollar clústeres regionales y crear mecanismos de financiación que apoyen proyectos con potencial de trascender lo local.
Abordar los desafíos comunes de los países latinoamericanos implica una decidida cooperación regional encaminada no solo al intercambio de políticas y prácticas exitosas, sino también a la creación de iniciativas conjuntas que busquen enfrentar los grandes problemas que compartimos.
Asimismo, es clave reconocer la importancia del avance en el conocimiento de frontera e invertir en áreas de investigación de vanguardia, como la biotecnología o la inteligencia artificial.
Lograr un enfoque contextual multinivel y multiactor efectivo, uno de los retos en América Latina y el Caribe, conlleva aumentar la inversión en investigación y desarrollo (I+D) más allá del promedio regional de alrededor del 0,6 % del PIB en 2021, que está por debajo de la media de los países de la OCDE que supera el 2 % del PIB. Un 83 % de la inversión en la región está representada por la que hacen Argentina, México y Brasil.
Colombia se ubica por debajo del promedio regional; la meta del Plan Nacional de Desarrollo (2022-2026) es pasar de 0,26% en 2021 a 0,5%.
Necesitamos políticas de financiación más innovadoras y explorar fuentes alternativas y creativas para atender el desafío, buscando aumentar los presupuestos de CTeI, reformar los mecanismos de asignación y gestión de los fondos y fortalecer la colaboración entre los sectores público y privado.
Llevar a cabo acciones concretas para reforzar nuestras políticas y estrategias de CTeI en América Latina y el Caribe permitirá implementar un enfoque contextual multinivel y multiactor efectivo. La Pontificia Universidad Javeriana, junto con otras instituciones académicas y actores del sector público y privado, tienen un rol crucial que desempeñar, pues es mediante un esfuerzo conjunto que podemos asegurar que la CTeI sea un motor de desarrollo sostenible e incluyente en la región.
