Una investigación de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana demuestra el papel esencial que cumplen las comunidades campesinas en la conservación de la agrodiversidad.
El eco de un anuncio en las emisoras locales llamó la atención de 35 campesinos de los municipios de Turmerqué y Ventaquemada. Durante su faena cotidiana de labrar la tierra oyeron por el inseparable transistor una voz que convocaba a quienes cultivaran ibias, cubios y rubas a compartir su experiencia y a participar en un proceso de investigación.
Han pasado cuatro años desde aquel primer encuentro en el que muchas preguntas rondaban en el ambiente: ¿quiénes siembran, en dónde y qué variedades de ibias, cubios y rubas?, ¿por qué los niños y los jóvenes rechazan su consumo?, ¿en qué radica la fuerza cultural e identitaria de estos productos?, ¿en qué tipos de contextos sociales y culturales se conservan?, ¿qué significa para la agrodiversidad, la seguridad alimentaria, la cultura y la historia que desaparezcan?
Neidy Lorena Clavijo Ponce, profesora de la Universidad Javeriana e investigadora principal del proyecto titulado “Diseño participativo de alternativas sostenibles de manejo y conservación de la agrobiodiversidad de tubérculos andinos en la provincia de Márquez, departamento de Boyacá, Colombia”, explica a Pesquisa los detalles de un trabajo cuyo éxito principal radicó, según sus palabras, en que “fue un proceso participativo en el que todo se construyó de la mano con los agricultores”.
No resultaba fácil en Colombia la tarea de impulsar un proyecto de investigación sobre unos productos que no han sido priorizados en el país dentro de las cadenas productivas. Sin embargo, la trayectoria de Clavijo en el estudio de tubérculos andinos en Ecuador, su conocimiento de los trabajos realizados en Perú y Bolivia, y haber identificado algunas zonas de Colombia en las que su cultivo persistía hicieron que continuara en su empeño de aportar conocimiento sobre unos productos esenciales para las culturas precolombinas, domesticados hace más de ocho mil años, pero que por desgracia cargan con el estigma que los españoles les pusieron de ser comida de pobres y de indios. Ella veía que en municipios como Ventaquemada y Turmequé las ibias, los cubios y las rubas eran considerados cultivos sanos, patrimonio de los ancianos, símbolo de la cultura, base de la alimentación, y que era palpable el riesgo de que quedaran en el olvido si no se les prestaba una atención integral.
El salto de 9 a 41 morfotipos
Con el apoyo de la Corporación para el Desarrollo Participativo y Sostenible de los Pequeños Agricultores Colombianos (Corporación PBA), la Universidad Javeriana conformó en 2008 un equipo en el que participaron, además de los 35 agricultores de la provincia de Márquez, la nutricionista María Teresa Barón, la ingeniera agrónoma Juliana Combariza y la profesora Diana Maya con la idea de fomentar alternativas de uso y conservación de la agrobiodiversidad del cubio, la ibia y la ruba, a partir del trabajo investigativo.
Clavijo cuenta que decidieron adelantar la pesquisa definiendo tres componentes. El primero respondía a la necesidad de hacer una caracterización agroecológica, económica y tecnológica de los sistemas de producción de tubérculos andinos en Turmequé y Ventaquemada, con lo que podrían identificar las implicaciones que su cultivo tiene para las familias campesinas y las formas actuales de uso y consumo. El segundo consistía en promover procesos locales participativos que permitieran la recolección, identificación y conservación in situ del germoplasma existente; en este aspecto jugaron un papel determinante las actividades de intercambio de semillas. Y el tercero buscaba encontrar formas alternativas innovadoras para la preparación de estos tubérculos, con lo que sería posible impulsar su consumo, especialmente entre las poblaciones de jóvenes y de niños. Este enfoque respondía a líneas de acción como la “Agroecología andina” y la “Facilitación de procesos de desarrollo sostenible con comunidades campesinas”, en las que trabaja la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana, y en las que la innovación y la Investigación Acción Participativa cobran relevancia.
Encontraron que estos tubérculos se siembran en fincas pequeñas, menores de tres hectáreas, que se caracterizan curiosamente por una altísima variedad de cultivos, muchos de ellos para el autoconsumo. Al inicio del proceso identificaron la existencia de dos tipos de rubas (una roja y una blanca), tres de ibias (rosada, amarilla, roja) y cuatro de cubios (amarillo, blanco, rojo largo y blanco morado). Sin embargo, tenían la hipótesis de que no eran los únicos que se cultivaban en la zona. Por eso, el grupo decidió organizar la primera Feria de Agrodiversidad de Tubérculos Andinos de Boyacá, con Turmequé como sede del evento. Más de 550 personas entre agricultores, lugareños, autoridades locales, investigadores, profesores y estudiantes acudieron a una cita que fue rica en resultados, ya que con las semillas aportadas por los campesinos lograron identificar 15 tipos de ruba, 7 tipos de ibia y 19 tipos de cubio.
En la intimidad del grupo de 35 campesinos participantes en el proyecto, explica Clavijo, socializaron los morfotipos y decidieron crear bancos de conservación in situ, es decir, fomentar el intercambio de semillas y el diseño de parcelas o núcleos de conservación para la siembra y multiplicación de las variedades encontradas. Así, los agricultores fueron llevando el registro del comportamiento de cada variedad, se fue
estimulando la multiplicación de la diversidad y se produjo un catálogo con la caracterización morfológica (tamaño, forma y color) de 41 tubérculos andinos de la zona; una cifra que contrasta con los primeros 9 identificados al inicio del proceso. Queda para una nueva fase de la investigación la caracterización molecular genética a partir de la cual se podrá determinar si la diversidad de morfotipos corresponde a la existencia de variedades en estos productos o si las diferencias que se manifiestan responden únicamente a las modificaciones que se producen por el tipo de suelos o de zonas en donde se cultivan.
Arepuelas de ibia, rubas pasas o puré de cubios
Si a los jóvenes y los niños no les llama la atención comer cubios, ibias y rubas, si les parecen amargos y agridulces, si su aspecto les produce rechazo, los esfuerzos de conservación podrían no ser exitosos. De ahí
que el equipo se propusiera encontrar formas alternativas de uso y de consumo de los tubérculos andinos.
Durante cuatro meses, cada quince días, los sábados de nueve de la mañana a dos de la tarde, la atención del grupo estaba puesta en temas de alimentación, nutrición y gastronomía. Era el momento de recopilar recetas tradicionales, de validar otras y de innovar con nuevas preparaciones. Los niños y los jóvenes terminaron siendo los jueces de las tortas, las mermeladas, las arepuelas, las croquetas, las cremas, el masato, las
frituras y muchas otras combinaciones que permitieron transformar la deteriorada imagen de los cubios, las ibias y las rubas. Quedó para los interesados un rico recetario con veintisiete preparaciones entre las que no podía faltar el famoso cocido boyacense y, para los participantes en el proceso, el compromiso de preparar, una vez a la semana, alguna de las recetas incluidas en él.
Para Clavijo, esta investigación ha dejado otro tipo de resultados significativos. Por ejemplo, una transformación importante para los campesinos en términos de cohesión social; la creación de una red de cultivadores de tubérculos andinos que se mantiene activa y que empieza a incursionar en temas de biocomercio; el nacimiento de un colectivo de niños y jóvenes llamado Guardianes de los Tubérculos Andinos, inspirado en un intercambio que se hizo con agricultores de Nariño; y un primer estado del arte de los tubérculos andinos en Colombia.
Razones estas para que el equipo de profesores de la Javeriana crea en la investigación aplicada que produce nuevo conocimiento, aporta información valiosa y, fundamentalmente, beneficia a las comunidades.
Para leer más…
<style=”color: #999999;”>+Barón, M.; Clavijo, N. & Combariza, J. (2010). “Recetario. Tubérculos andinos de Turmequé y Ventaquemada. Departamento de Boyacá, Colombia”. Pontificia Universidad Javeriana. Disponible en: https://www.corporacionpba.org/swf/tuberculos-andinos-flash/RECETARIO.pdf. Recuperado en: 10/05/2012.+Programa Andino de Innovación Tecnológica, Corporación PBA. (2008). “Diseño participativo de alternativas sostenibles de manejo y conservación de la agrobiodiversidad de tubérculos andinos en la provincia de Márquez, departamento de Boyacá, Colombia”. Disponible en: https://www.corporacionpba.org/swf/tuberculos-
andinos-flash/Proyecto_Raices_Tuberculos_Andinos.pdf. Recuperado en: 10/05/2012.
8 comentarios
Hola, muy interesante ! El link del recetario no funciona…
Por favor deceo saber de recetas de cubios ibias Rubas nuestra Bendecida comida
Boyacense
EXCELENTE PUBLICACIÓN; ME INTERESA EL RECETARIO, COMO LO CONSIGO?
Pingback: Informe final salida de campo imagen fija | afernandoblog
Pingback: Proyecto salida de campo – imagen fija | afernandoblog
como boyacense quiero aprender a preparar nabos, rubas ,cubios etc, pues no encuentro ninguna receta con estos ingredientes.
me parece un estudio importante, base para un proyecto de recuperacion de tuberculos andinos que desarrollaremos en Gameza Boyaca.
hola paisana buen dia, como va el estudio sobre tuberculos andinos en Gámeza?
Trabajo en la Universidad Nacional sede Palmira, me encantaría saber más sobre el proyecto que realizan.