El 12 de noviembre, en el Auditorio Pablo VI, diez semilleros de investigación presentaron proyectos que van desde videojuegos con temáticas ambientales hasta terapias génicas desarrolladas en laboratorios javerianos. Al final de la tarde, tres equipos conquistaron al jurado y se llevaron una financiación de cuatro millones de pesos: el semillero de Desarrollo de Videojuegos con la propuesta ‘Meñe y Chipi’, un videojuego que narra la crisis amazónica; el semillero de Células Madre con una investigación pionera sobre sangre menstrual, y el semillero SALUS que investiga el envejecimiento en mujeres del barrio Pardo Rubio en Bogotá.

El camino hacia la final, una primera oportunidad para destacar
Exposemilleros 2025 invitó a los semilleros activos de la Universidad a postular proyectos de investigación e innovación que demostraran su relevancia social. El proceso comenzó con una participación de 20 en total, con videos de una duración de dos minutos, donde los equipos compartieron sus iniciativas. Los diez proyectos con mayor votación popular en Facebook accedieron a la final, allí cada semillero expuso un pitch de cuatro minutos ante un panel de evaluadores de la Vicerrectoría de Investigación conformado por Alexandra Pomares, Erika Ospina, Sergio Cuéllar y Claudia Mejía.

Meñe y Chipi, cuando los videojuegos impactan la realidad
Juan David Flórez y Samuel Castellanos subieron al escenario con una convicción clara: sin narrativas propias, seguimos siendo espectadores de historias ajenas. Su proyecto nació durante un viaje a la Amazonía que les cambió la vida. Ahí vieron con sus propios ojos cómo 113.000 hectáreas han sido taladas, cómo el jaguar y el mono araña son desplazados de sus espacios nativos, cómo comunidades indígenas pierden sus territorios.

Su respuesta fue crear un videojuego dónde los jugadores acompañan a dos animales digitales inspirados en Margarita y Garota, un mono araña y un jaguar real que conocieron en la Reserva Natural Zacambu Rainforest Lodge, cerca de la frontera entre Colombia, Perú y Brasil. En el juego, los usuarios desactivan maquinaria de minería ilegal, sabotean la deforestación y rescatan animales traficados. El proyecto, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 13 y 15, fue validado con fundaciones ambientales.
“Mientras Japón tiene el videojuego Ghost of Tsushima y China tiene Black Myth Wukong”, explicaron durante su pitch, “Colombia, como el segundo país más biodiverso del mundo, también debe contar sus propios relatos”. Meñe y Chipi no es solo un videojuego, es un acto de resistencia cultural.
Células Madre, la menstruación como oportunidad científica
Manuela Vargas, Daniel Díaz y María Rueda dejaron una idea resonando en el auditorio: todos los presentes surgieron de una única célula capaz de diferenciarse hasta convertirse en los tejidos que conforman hoy, su cuerpo humano. Esa es la magia de las células madre, la misma capacidad regenerativa que tienen los lagartos para recuperar su cola o el endometrio para renovarse cada mes.

Su propuesta se enfoca en estandarizar el protocolo de aislamiento y cultivo de células madre de sangre menstrual, un campo inexplorado en Colombia, aunque ya investigado en otros países. En China, por ejemplo, se ha demostrado que estas células pueden restaurar movilidad en lesiones medulares. El equipo analizará el secretoma, es decir, el conjunto de moléculas que las células liberan al exterior como proteínas, factores de crecimiento y citocinas, mediante una espectrometría de masas.
“En Colombia no se han hecho investigaciones sobre este tipo”, explicaron durante su presentación. Pero más allá de lo científico, su proyecto siente una posición: dejar de tratar la menstruación como tabú y verla como una oportunidad biológica extraordinaria. En un país con pirámide poblacional cambiante y crecientes enfermedades crónicas, esta investigación siembra innovación médica frente a la crisis hospitalaria.
SALUS, envejecer con dignidad en comunidad
Fernando Correa, Siu Salas y Luisa Zuluaga llegaron al barrio Pardo Rubio hace año y medio por invitación del profesor Juan David Parrado, docente de psiquiatría comunitaria del Hospital San Blas. Comenzaron a trabajar con mujeres entre 65 y 80 años y pronto descubrieron algo fundamental: la salud no se mide únicamente con diagnósticos y cifras.

“Mujeres que envejecen en Pardo Rubio” nació de una pregunta aparentemente sencilla pero profundamente compleja: ¿qué significa envejecer donde se ha vivido toda la vida? En un contexto latinoamericano donde las poblaciones envejecen más rápido enfrentando pobreza, desigualdad e informalidad, esta pregunta cobra urgencia. En Colombia, envejecer con dignidad parece un privilegio cuando una gran cantidad de adultos mayores viven en aislamiento y olvido.
El equipo creó espacios participativos donde las mujeres son reconocidas como expertas del envejecimiento desde su experiencia. Realizaron conversatorios, líneas de tiempo y fanzines que visibilizan sus voces. Han consolidado el “envejecimiento en el lugar” como categoría analítica pionera en estudios demográficos latinoamericanos, evidenciando las distancias entre lo que escribe la academia y lo que viven las personas. Para 2026 buscan consolidar un protocolo participativo y generar conocimiento que fortalezca políticas públicas. También enfrentan un reto inmediato: financiar el espacio amenazado por la crisis del Hospital San Blas en una Bogotá, consumida por personajes jovenes, y olvidadiza de sus recuerdos.
Diversidad de conocimiento entre los diez finalistas
Estos tres proyectos fueron seleccionados de un grupo de diez semilleros finalistas que desplegaron la amplitud del conocimiento javeriano. Otras propuestas que participaron incluyen la del semillero de Derecho Penitencial, que realizó una puesta en escena sobre su proyecto “De la celda al aula”, investigando cómo equilibrar los beneficios de reducción de penas cuando los reclusos estudian privados de libertad, trabajando con un interno de la Cárcel de Guaduas.
El semillero de ingeniería, Equipo Javeriano Fórmula SAE mostró diseños de vehículos de competencia para posicionar a la Javeriana en la Fórmula SAE mundial, una serie de competencias donde universidades de todo el mundo crean vehículos tipo Fórmula 1. El semillero de Lenguajes, Discursos y Prácticas Educativas investigó el impacto de las pruebas Saber 11 en una institución rural de Vista Hermosa, Meta, proponiendo caminos hacia una enseñanza más crítica.
Los estudiantes que integran el grupo de Microbiología Ambiental presentaron “BioTrueque”, donde residuos combinados con microorganismos benéficos recuperan suelos y limpian agua. El semillero de Errores Innatos del Metabolismo explicó su desarrollo de terapia génica para el Síndrome Morquio 4A, causado por una variante que genera deficiencias enzimáticas y alteraciones óseas severas.
El semillero LIJ rastrea el ISBN (International Standard Book Number) de libros para entender cómo evoluciona la literatura infantil y juvenil colombiana. Javex Robotics mostró avances de sus robots inteligentes y autónomos desarrollados para competir en el certamen mundial propuesto por Vex Robotics. Cada proyecto, desde el derecho penitenciario hasta la robótica, demostró que la investigación estudiantil puede transformar realidades.
Conocimiento que transforma para un futuro mejor
Alexandra Pomares, miembro del panel de jueces resumió sus impresiones con una frase contundente: “No queremos que las cosas se queden en la universidad. La idea es resolver un problema y compartirlo con el mundo, porque si no, no vamos a generar el impacto que queremos”.
Exposemilleros 2025 demostró que los semilleros son espacios donde estudiantes y profesores construyen conocimiento riguroso y transformador. La diversidad de finalistas refleja la complejidad de los desafíos contemporáneos y la necesidad de abordajes interdisciplinarios. Son los estudiantes, con sus preguntas curiosas y respuestas creativas, quienes están construyendo el futuro que puede transformar realidades.


