2021 fue un año para hacer ruido y visibilizar descontentos, dramas e insatisfacciones sociales de la ciudadanía, entre ellos, la precariedad en los servicios educativos ofertados por el Estado y la situación de violencia hacia la mujer, ambas situaciones que se exacerbaron por la contingencia sanitaria generada por la covid-19.
A su vez, este año fue escenario de masivas movilizaciones sociales en contra de la represión policial y reformas como la de la salud y la tributaria; y problemáticas como la migración, ya no solo interna sino la de venezolanos, africanos y afganos, que revelan la crudeza del desarraigo, se sumaron a otra situaciones como la discriminación en escenarios como las cárceles.
A todas estas situaciones Pesquisa Javeriana les puso el lente, no solo para tratar de registrar la coyuntura, sino con el objetivo de aportar a la transformación social desde una apuesta informativa con la ciencia como pilar.

Croquis del año
Un año de clases por WhatsApp: ¿cuáles han sido los retos según profesores y rectores?
Tras el anuncio del 16 de marzo de 2020, cuando el Presidente Iván Duque dijo que los colegios del país debían suspender las clases presenciales por la llegada de la covid-19 a Colombia, y que las instituciones educativas adoptarían nuevas metodologías para la enseñanza, los comentarios no se hicieron esperar, “¿Cómo enseño a un niño por teléfono?”, “no estamos preparados para esto”, “será más difícil”, “no van a aprender igual”.
Cuenta Amparo Ladino, rectora de la Institución Educativa Departamental El Volcán de Ubaté que, “lo creímos fácil. Dijimos ‘vamos a conectarnos por internet’ y nos fuimos muy tranquilos. Pero nos estrellamos de inmediato con la realidad. El 90 % de nuestros niños viven en una zona rural, el celular que manejan es del papá y no muchos cuentan con datos móviles. Arrancamos con el 4 % de estudiantes, los que tenían internet”.

Situaciones como estas se repitieron en todo el país y una investigación del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE), de la Pontificia Universidad Javeriana, concluyó que la principal razón por la que los estudiantes no participaron en actividades académicas fue justamente la ausencia de internet, rezagos en la conectividad y falta de equipos.
Durante el 2021 estas brechas digitales para el acceso a internet continuaron. Conozca la historia completa (aquí).
Pero la emergencia sanitaria generada por la covid-19 no solo impactó la educación, también a otros sectores de la sociedad de manera indiscriminada, aunque no al mismo nivel, pues ciertos grupos sociales que ya se encontraban en condiciones de vulnerabilidad, como el de las mujeres, se vieron aún más afectadas, agudizando las desigualdades sociales y de género en el 2021.
Esta situación se vuelve aún más compleja en la ruralidad, en donde la mujer ha vivido históricamente la desigualdad (lea la historia completa aquí). De hecho, un reporte elaborado por las Naciones Unidas en 2020 señala que, en promedio, las mujeres dedican el triple de tiempo que los hombres cada día al cuidado y trabajo doméstico no remunerado, y en áreas rurales, por falta de estufas, agua, saneamiento y transporte, al igual que la falta de enseñanza y asistencia a la primera infancia, el trabajo requiere más tiempo y es más pesado.

Y, si esto era lo que ya se vivía, la pandemia empeoró la situación de las mujeres, pues fue a ellas a quienes más afectó el desempleo y quienes estuvieron más expuestas a la violencia (lea aquí).
No suficiente con esto, en Colombia ocurrió lo que algunos medios internacionales calificaron como estallido social.
El inconformismo por parte del pueblo con las acciones del Estado (implementación de una reforma tributaria que afectaba el bolsillo de la clase media, fallas en el sistema de salud, precariedad en las condiciones laborales y pocos beneficios para acceder a una educación formal (lea la historia completa aquí), desató en un pronunciamiento masivo en las calles en medio del impacto más crudo de la covid-19. A pesar de las medidas impuestas para resguardarse en casa, tomar distancia social, no participar de reuniones grupales y evitar aglomeraciones, las manifestaciones duraron más de un mes.
Protestas no violentas: ni pasividad ni tibieza
Con las movilizaciones sociales andando, la ciencia confirmó que a largo plazo es más efectiva la protesta sin violencia, pero para que estas manifestaciones tengan éxito se requiere masividad, lo que ponía en riesgo la salud de las personas en un momento álgido de pandemia. En su momento, expertos respondieron si, por ejemplo, funcionaba reclamar con memes, hashtags, likes y pronunciamientos en redes sociales, y explicaron los efectos de protestar sin violencia.

Asimismo, como aporte de la academia, investigadores de la Pontificia Universidad Javeriana, de diferentes áreas, escribieron una Carta a la nación, en la que plantearon 7 propuestas para la transformación social colombiana (lea aquí), un proyecto que busca comunicar acuerdos para construir una Colombia “en paz, democrática, equitativa, incluyente y comprometida con el desarrollo sostenible”, en un momento en que la sociedad reclama urgentemente la voz de la academia.
Para finalizar el año esta carta hizo un llamado a implementar acciones sólidas y de transformación, lo que compete al derecho a la educación y acceso equitativo al conocimiento, el rechazo a la estigmatización de la protesta social pacífica, la implementación plena de los Acuerdos de Paz como condición de convivencia democrática, las acciones políticas por la salud de las poblaciones y la agenda de políticas con enfoque de género para Colombia. (Lea la nota completa aquí)
Recomendados para completar el panorama del año
Otro de los hechos sociales del año fue el regreso del talibán al poder en Afganistán, en el artículo 12 preguntas para entender qué está pasando en Afganistán, se responde, por ejemplo, ¿por qué los afganos están huyendo de su país?, ¿qué pasó con la ocupación estadounidense en ese país?, ¿qué sistema de gobierno regirá y cuáles son sus efectos?

Finalmente, Pesquisa Javeriana, en una alianza con Consejo de redacción, elaboró el reportaje Exiliados y excluidos: así viven los venezolanos LGBTI en las cárceles de Colombia, en donde registró el panorama de la población diversa de Venezuela en las cárceles colombianas, allí, ellos experimentan hasta tres niveles de vulneración, por ser migrante, pertenecer a la comunidad LGBTI y estar privado o privada de la libertad.