Lograr el aval del comité de ética es un paso necesario para echar a andar cualquier investigación en el ámbito académico. Pero ¿qué sucede cuando los resultados que se buscan con esa investigación no circularán en revistas especializadas, sino que se transformarán en un performance o una exhibición en un museo? ¿Hasta qué punto tiene sentido evaluar un proyecto de investigación+creación, propios de las artes, con los mismos instrumentos que se mide un proyecto que sigue el método científico?
Esas son algunas de las preguntas que se plantean en Ética en la creación: hacia una práctica integra y responsable, una de las novedades de la Editorial Javeriana en la Feria Internacional del Libro de Bogotá en 2025 y que será presentado el jueves 8 de mayo. Editado por Tania Delgado, asistente para la Creación Artística de la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, el libro recoge reflexiones complejas sobre la integridad y la responsabilidad en procesos creativos.
Abarcando debates que van desde cómo el arte retrata la vida y el dolor, hasta los límites de la libertad de expresión, el libro finaliza con un capítulo escrito por Elsa María Beltrán Luengas, Melissa Ballesteros Mejía y Tania Delgado, que evalúa los desafíos propios de debatir proyectos de investigación+creación en los Comités Institucionales de Ética (CIE). Este, a su vez, finaliza con un “manifiesto” para promover el diálogo ético en estos procesos, que en Pesquisa Javeriana reproducimos a continuación:
CONCLUSIONES: MANIFIESTO HACIA UN DIÁLOGO ÉTICO EN LA INVESTIGACIÓN+CREACIÓN
Por: Elsa María Beltrán Luengas, Melissa Ballesteros Mejía y Tania Delgado.
En la búsqueda de modos concretos de superar las dificultades discutidas en este capítulo, proponemos un manifiesto que le da forma a una serie de recomendaciones implementables, tanto por parte de los investigadores-creadores como por los CIE. Un manifiesto se configura como una declaración, no en el sentido de dogmas, sino como un documento vivo que hace explícitos unos valores individuales o colectivos para usarlos como una brújula que permita tomar decisiones y acción sobre ellas (Burgess-Auburn, 2022).
En ese sentido, las conclusiones sobre los retos evidenciados en este documento sobre la evaluación ética de la investigación+creación esperan convertirse en una guía que permita trazar horizontes comunes que ayuden a navegar entre los conflictos y situaciones que se presenten en las Instituciones de Educación Superior (IES) y los centros de investigación. Esto porque la investigación+creación tiene características que la diferencian de otras aproximaciones investigativas de corte explicativo positivista y, por lo tanto, ameritan, en ciertos casos, una mirada ética diferencial.
En ese orden de ideas, se plantean ocho aspectos para tener en cuenta a la hora de elaborar y evaluar, desde el punto de vista ético, una propuesta de investigación+creación. La intención de este manifiesto es servir de herramienta para la argumentación de los protocolos de esta aproximación investigativa, evitar solicitudes innecesarias y propender, al tiempo, por la protección de los sujetos humanos y no humanos involucrados.
1. La investigación+creación busca la producción de conocimientos a partir de la exploración estética y la comprensión y experiencia intersubjetiva entre investigador-creador, sujetos, cocreadores y comunidades, a través del uso de las prácticas y oficios de la creación como formas de experimentación y pensamiento.
La producción del nuevo conocimiento en la investigacióncreación surge de la interconexión de las subjetividades de los involucrados, a través de las prácticas y oficios de la creación provenientes de la música, el diseño, la arquitectura, el cine, la literatura, las artes visuales, etc. Por ende, no persigue que investigador e investigado se distancien en aras de la objetividad, sino todo lo contrario. Se exploran activamente las distintas subjetividades, incluidas la de los investigadores-creadores, mediante la vinculación afectiva y la reflexividad constante que facilitan las prácticas y oficios en mención.
Por lo tanto, es necesario que tanto los investigadores-creadores, que presentan las consideraciones éticas en una propuesta de investigación, como los evaluadores, que realizan la revisión ética en el interior de los CIE, tengan la competencia de argumentar y comprender esta aproximación ontológica y epistemológica particular. Lo anterior, con el fin de evitar caer en un concepto de valor social que contemple únicamente los conocimientos generalizables y banalice las iniciativas que se presenten con estas características.
Desde esta perspectiva, también es necesario que las propuestas se comprometan a explicitar (en las presentaciones públicas de su producción) su naturaleza subjetiva. Esto con el fin de evidenciar que no pretenden generar resultados o visiones absolutas, sino, más bien, aportes que enriquezcan campos disciplinares y contextos particulares.
2. El nuevo conocimiento que se produce en algunos procesos de investigación+creación consiste en la propuesta de una experiencia estética situada de carácter afectivo.
Los investigadores-creadores, en la exploración activa de su propia subjetividad y la de los otros, buscan vincularse afectivamente con otras corporalidades humanas y no humanas, así como con otras materialidades y medios para la creación. Además, el conocimiento producido será particular del contexto en el que el artefacto cobre sentido, de acuerdo con las condiciones específicas que posea.
Por ello, es importante reconocer que, aunque se imposibilita saber con exactitud desde un proceso de formulación el resultado del proyecto en relación con su materialidad y tipo de afecto que movilizará, será indispensable expresar la orientación de la exploración que emprenderá(n) el(los) autor(es) frente a la experiencia estética que plantea(n) como horizonte. Así mismo, deberá describir las condiciones del contexto en donde se emplazará para conectar los cuestionamientos del investigador-creador con los de las comunidades que afectará.
3. Es necesario establecer mecanismos que garanticen relaciones justas de participación y obtención de beneficios que amparen a todos los participantes, sobre todo en procesos cocreativos, según los mejores intereses de los involucrados.
En el marco de trabajo de los proyectos de investigación+creación, el diseño de las estrategias de relacionamiento entre los participantes debe promover la valoración de las distintas visiones que se congregan. Este escenario plantea, de manera inevitable, la necesidad de que tanto investigadores-creadores como los CIE se asesoren en aspectos de propiedad intelectual. Esto a fin de alcanzar un equilibrio entre los beneficios derivados del proyecto que reciben los investigadores-creadores e instituciones financiadoras, sobre todo en términos de prestigio y regalías, y aquellos que podrían recibir los cocreadores y comunidades partícipes.
De igual modo, serán necesarios procesos de negociación transparentes que pueden involucrar la modificación de la toma del consentimiento informado, como se conoce actualmente, así como una escucha activa. Lo anterior, con el propósito de identificar los términos en los que sujetos, cocreadores y comunidades esperan el retorno de las inversiones (en tiempo, entrega de saberes y saber hacer, rituales, etc.) depositadas en el proyecto.
4. Algunas aproximaciones en la investigación+creación tienen como propósito la inscripción de conflictos éticos en las corporalidades y materialidades que usan como medio para la creación, con el propósito de desafiar el sentido común y la apatía de la vida cotidiana.
Estos proyectos pueden ser un reto importante para la evaluación ética de los CIE, pues la inscripción de conflicto ético en la creación es el nuevo conocimiento que se producirá. De nuevo, será importante que, por un lado, los investigadores sepan argumentar en su propuesta investigativa-creativa el valor de la movilización afectiva y reflexiva —en ocasiones transgresora y disruptiva— que la creación-resultado pueda detonar. Y, por otro lado, que los CIE cuenten con perfiles que comprendan la epistemología de las aproximaciones investigativas que operan desde la estética.
5. Es necesario establecer mecanismos para amparar a investigadores-creadores que, desde su autonomía, se involucren en procesos investigativos, cuyo riesgo pueda ser considerado superior al mínimo, como es el caso de algunas performances.
Según la Resolución 8430 de 1993, se consideran investigaciones con riesgo superior al mínimo “aquellas en que las probabilidades de afectar al sujeto son significativas” (Ministerio de Salud, 1993, p. 3). Este tipo de riesgo también se puede asumir en procesos de investigación+creación, como en algunas performances. Por esta razón, existe la posibilidad de asignarlo a procesos de investigación que no necesariamente son experimentales de tipo ensayo clínico. Por ello, sugerimos pensar en la necesidad de un seguro de responsabilidad civil que cubra las eventuales adversidades que puedan ocurrirle al investigador-creador que produce la performance, como en los ensayos clínicos.
El CIE, por supuesto, debe acompañarlos con un análisis ético riguroso, el cual deberá asegurarse de que el proceso investigativo-creativo cumpla con los requisitos de seguridad, para minimizar la probabilidad de que el riesgo se materialice, así como de hacer un seguimiento cercano y efectivo a la ejecución del proyecto. Asimismo, es importante valorar si el riesgo que se espera asumir en realidad dirige a la producción de nuevo conocimiento y no solo a la expresión individual del creador, evaluando la conexión de las inquietudes del investigador-creador con los cuestionamientos del contexto al que espera afectar y los referentes que preceden dicha exploración.
6. En los proyectos investigativos-creativos, habrá que deliberar no solamente sobre valores éticos, sino también valores estéticos (perceptuales, sensoriales, afectivos y emocionales).
Los valores estéticos son fundamentales para la investigación+creación. Como la ética, la estética se puede considerar un proceso de valoración que llevamos a cabo los seres humanos sobre los objetos. La diferencia es que la ética opera desde lo conceptual, mientras que la estética se nutre de lo sensorial y afectivo (Little, 2014).
En ese sentido, es posible que, en las deliberaciones que se realicen en relación con proyectos que busquen inscribir conflictos éticos en un resultado de creación, será necesario remitirse a discusiones que contemplen los beneficios y efectos de los aspectos perceptuales, sensoriales, afectivos y emocionales que se configuran.
Este aspecto, además, plantea un reto mayor, ya que la evaluación estética no puede darse ex ante, sino solo ex post. Entonces, la manera de dialogar sobre este aspecto se tendrá que dar en relación con una orientación y exploración frente a los lenguajes de la creación, valiéndose de referentes anteriores, la experiencia del autor y las reflexiones teóricas del campo de conocimiento en el que se espera inscribir la obra.
7. La creatividad y la libre expresión cultural e individual deberán ser ponderadas en función de otros principios éticos cuando estos se encuentren en conflicto.
Algunos investigadores-creadores han argumentado que la creatividad y la libre expresión deberían prevalecer por encima de cualquier otro principio ético. Sin embargo, sugerimos la búsqueda de equilibrios reflexivos que conduzcan a la toma de decisiones prudentes, con el fin de evitar extremismos y dogmatismos que atenten contra los derechos humanos en nombre de la libertad de expresión, tal como lo señala la Unesco (2005).
De esta manera, exhortamos a que los investigadores-creadores se formen en la armonización de principios éticos en los procesos de investigación, con el objetivo de identificar cursos de acción sin sacrificar el nuevo conocimiento que se inscribirá en la creación y, al tiempo, dar cumplimiento a la integridad, entendida como la indestructibilidad de la coherencia narrativa individual y cultural de otros sujetos, comunidades y culturas (Escobar Triana y Aristizábal Tobler, 2011).
8. Sugerimos que los CIE reflexionen, activamente y en conjunto con investigadores-creadores, sobre las singularidades de la ética de la investigación+creación. Esto con el fin de proponer cursos de acción que permitan los desarrollos de proyectos éticos sin sacrificar la intención de movilización afectiva que sus creadores persiguen.
Las diferentes prácticas de investigación+creación están en constante crecimiento, debido a la naturaleza creativa de estas aproximaciones, que buscan ser novedosas por definición. De este modo, proponemos la transformación de los CIE en una figura que permita un mayor acercamiento, diálogo y acompañamiento, más que una instancia lejana cuya función sea únicamente evaluar proyectos de investigaciones y emitir avales o rechazos. Esto permitirá la búsqueda consensuada de cursos de acción intermedios y prudentes que den lugar a la producción del nuevo conocimiento y, al tiempo, se garantice la protección de los seres vivos, comunidades y ecosistemas involucrados en los proyectos.
Muchas veces, tanto los miembros de los CIE como los investigadores-creadores proceden a resolver los aspectos netamente prácticos sin preguntarse realmente las razones de fondo de las perplejidades suscitadas en el vaivén de documentos. Dicha transformación, por una parte, puede ayudar a mitigar los enfrentamientos entre estas dos perspectivas en pro del desarrollo de un nuevo conocimiento más integral y acorde a las condiciones de los tiempos actuales y, por otra parte, fomentar una comprensión más profunda de los argumentos y expectativas de las partes.
REFERENCIAS
Escobar Triana, J. y Aristizábal Tobler, C. (2011). Los principios en la bioética: fuentes, propuestas y prácticas múltiples. Revista Colombiana de Bioética, 6, 76-109. https://doi.org/10.18270/rcb.v6i3.1057
Little, M. (2014). Ethics and aesthetics-joined at the hip? En P. Macneill (ed.), Ethics and the Arts (pp. 179-187). Springer. https://doi.org/10.1007/ 978-94-017-8816-8_16
Ministerio de Salud. (1993). Resolución n.° 8430 de 1993, por la cual se establecen las normas científicas técnicas y administrativas para la investigación en salud.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). (1980). Recomendación relativa a la Condición del Artista. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). (2005). Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales.
Ética en la creación: hacia una práctica integra y responsable
Delgado Barón, Tania Catalina, autora, editora académica
Ética en la creación : hacia una práctica íntegra y responsable / autores Tania Catalina Delgado Barón [y otros ocho] ; editora académica, Tania Catalina Delgado Barón. — Primera edición. — Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2024.
ISBN: 978-958-781-968-7 (impreso)
ISBN: 978-958-781-969-4 (electrónico)