El mundo está lleno de categorizaciones: desde muy pequeños los seres humanos aprenden los colores e incluso que estos pueden asociarse a hombres y mujeres. Se categoriza a diario por enseñanzas de antepasados o por la misma necesidad humana de comunicación, y aunque no todas las categorizaciones son inadecuadas, deténgase a pensar… ¿Quién se encarga de enseñar a hacer todo lo contrario, esto es, a descategorizar?
La vida no puede volver a ser la misma después de viajarla y, de hecho, a partir de 1992 jamás volvió a ser la misma para la profesora Ana Cielo Quiñones, cuando, siendo diseñadora industrial de la Pontificia Universidad Javeriana y magíster en Historia Latinoamericana de la Universidad Internacional de Andalucía, recorrió gran parte del territorio colombiano visitando comunidades indígenas y pueblos afro. Participó en la Gran Expedición Humana, adentrándose en esa Colombia oculta pero gigante en sabiduría y conocimiento.
En ese momento, supo que su trayectoria y vida académica estarían ligadas a la visibilización de las culturas indígenas y sus creaciones, y, en la actualidad, casi 30 años después, no solo a darlas a conocer, sino también a descategorizarlas.
“Son categorías que se han puesto a las creaciones indígenas sin muchas veces mayor reflexión, y sin tener en cuenta las voces de los pueblos indígenas”, dice.
Para buena parte de la cultura occidental, la mayoría de trabajos de las comunidades indígenas que incluyen manualidades es denominada como artesanía. La dicotomía tiene lugar cuando profesionales como los arqueólogos hallan en fósiles o en rocas esas mismas manualidades y las llaman arte, o cuando alguien en calidad de turista acude al Museo del Oro y encuentra arte en esas obras. ¿Qué las hace ser ‛Nudsumar‘: guardianes de cuerpos, casas, aldeas y sueños. Para los kuna el espíritu del tallador vive en las figuras de madera.
La creación del libro
Para resolver esas inquietudes surgió la idea de un libro que permitiera aproximarse a los procesos de creación indígena. Mediante una convocatoria abierta, impulsada por la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana, Quiñones y Fernando Quiles García, director de la Red Enredars y profesor del área de Historia del Arte de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla (España), recibieron alrededor de 25 escritos. Así, después de año y medio, emergieron 15 historias que se plasmaron en el libro Mundos de creación de los pueblos indígenas de América Latina. Se trata de un viaje por la cerámica tiwanaku de Bolivia, los textiles de los Andes surcentrales, los jarrones de la Gran Nicoya, la manta muisca, las creaciones de madera kunas, entre otros muchos mundos de creación.

Un narrador indígena
Precisamente sobre las creaciones de madera y justo en el corazón del libro está la historia escrita por Cebaldo de León Inawinapi, quien narra un nacimiento en su natal isla Guna Yala, antiguamente llamada Kuna Yala, un territorio autónomo ubicado en el oriente de Panamá.
En su comunidad se fabrican piezas de madera para cuidar del recién nacido, y estas cobran vida como guardianes de la nueva vida. “El arte como concepto no existe en la comunidad indígena”, le dijo este antropólogo a PESQUISA JAVERIANA, “no hay palabras, porque la forma de ver el mundo para un Kuna es arte; la forma de entender las aguas o el río es que no existe una forma de saber el arte para ver, o el arte para no ver, porque en tu forma de vida, desde el parto hasta la muerte, es arte”. Con estas palabras, Cebaldo confirma la necesidad de ‘descategorizar’ que tiene la profesora Quiñones.
El hacedor de flautas
Otra historia del libro narra la vida de Jesús Alfonso Juagibioy Jamioy, hijo de grandes defensores del territorio y quien recuerda cómo su padre trabajaba fabricando ataúdes. En medio de las caminatas a las que lo acompañaba para recopilar materiales, Jesús Alfonso se fue dando cuenta de cuáles eran los mejores recursos naturales para fabricar flautas. Siempre le gustó la música, en el colegio inició en bandas de sonidos andinos y de allí tomó impulso para dedicarse al oficio de hacer flautas y elaborar otros instrumentos musicales. “En mi comunidad, la kamëntsá, existe un sonido para todos los momentos transcendentales de la vida”, dice. Y agrega que, al elaborar las flautas, la oralidad está presente y es la forma de perpetuar en el tiempo su cultura y preservar las lenguas y las tradiciones.
“La forma de ver el mundo para un kuna es arte; la forma de entender las aguas o el río es que no existe una forma de saber el arte para ver, o el arte para no ver, porque en tu forma de vida, desde el parto hasta la muerte, es arte”. Cebaldo de León Inawinapi
Tejiendo identidad
Del proceso de creación del libro y de la cercanía que durante años ha tenido la profesora Quiñones con la comunidad arhuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta, también surgió un documental, Tutu. Tejido del conocimiento. Su productor principal se llama Amado, un hombre convencido de que el tejido de su pueblo, más que una artesanía, es su identidad. En sus propias palabras, “es el nacer del pueblo y del mundo”. La necesidad, para Amado, de realizar el documental es lograr que los occidentales conozcan acerca de su cultura y la miren con otros ojos

Mundos de creación: ¿proceso generador de conocimiento?
Además de la descategorización, otro debate que surge a raíz de la valorización de los procesos de creación de los pueblos indígenas es si son generadores de conocimiento.
Para la profesora Quiñones, todo proceso creativo es generador de conocimiento. Solo se debe entender que el ser humano no es el centro de la naturaleza y que la reconexión con ella será lo que permita retomar el cúmulo de conocimiento ancestral perdido.
El reconocido curador colombiano Eduardo Serrano, consultado como fuente externa del libro, considera que “todo aquello que es producto de la creatividad humana es generador de conocimiento. Por una parte, la creatividad es inherente al ser humano y, siendo su expresión producto de experiencias particulares, el hecho de compartirlas enriquece a toda la sociedad”.
Quizás uno de los trabajos que las personas deben realizar, en este paso por la vida, es que la madre tierra las reconozca como trabajadores de su preservación, o al menos esa es la reflexión final que deja el libro, compendio de historias de más de 400 páginas que, para su editora académica, constituye el inicio de un eterno trabajo como humanos para aprender a descategorizar lo existente y abrazarse culturalmente, en medio de la diferencia, con los demás seres de la naturaleza.
Para leer más: Quiñones Aguilar, A. C. (ed.). (2021). Mundos de creación de los pueblos indígenas de América Latina. Editorial Pontificia Universidad Javeriana-Universidad Pablo de Olavide.
Quiñones Aguilar, A. C. y Villafanda Chaparro, A. 2019., Tutu. El tejido del conocimiento. Catálogo de Obras Artísticas, revisado 19 de marzo de 2021, https://catalogodeobras.javeriana.edu.co/catalogodeobras/items/show/531.
Editorial PUJ. (2019, noviembre 1). Mundos de creación de los pueblos indígenas de América Latina. https://www.youtube.com/watch?v=5QSQOrDS2r8&feature=.
TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN: Mundos de creación de los pueblos indígenas de América Latina
INVESTIGADOR PRINCIPAL: Ana Cielo Quiñones Aguilar
COINVESTIGADORES: pueblo arhuaco, Amado Villafaña y creadores de la productora audiovisual Yosokwi
Facultad de Arquitectura y Diseño
Departamento de Diseño
Grupo de investigación Diseño Sociocultural
PERIODO DE LA INVESTIGACIÓN: 2019-2020
1 comentario
He realizado intentos de replicas de figuras de arcilla de las culturas quimbayas y el solo ejercicio con el fin de determinar los grados de dificultad que se usan para realizar ciertas figuras y realmente cuentan con algo más allá de lo normal, la técnica que empleaban era maravillosa, indescriptible por lo menos para mi desconocida, excelente trabajo el de los indígenas precolombinos.