Todos compartimos un imperativo contemporáneo sobre nuestra sociedad. Aunque es impuesto de una forma global, generalmente es aceptado desde nuestra realidad local: nos corresponde constituirnos en una sociedad del conocimiento.
Para ello, como dice Dominique Foray, nuestra sociedad debe caracterizarse por cuantiosas inversiones en materia de educación, formación, investigación y desarrollo, programas informáticos y sistemas de información.
Por esto, recientemente, diversos sectores del país buscan acuciosamente conocer las experiencias implementadas en otros países, que han logrado constituir el conocimiento en ventaja competitiva y motor de desarrollo de sus sociedades. Entre las múltiples referencias, los Estados Unidos se ofrecen como un modelo interesante por considerar. Sin embargo, la realidad de un país como Colombia evidencia la necesidad de un modelo distinto, debido a la situación de recursos económicos y al tamaño del sistema nacional de ciencia y tecnología.
Pero la distancia que nos separa no significa que no podamos considerar algunas opciones norteamericanas, como referencia para nuestras opciones nacionales, en materia de investigación e innovación.
Por ejemplo:
-Aunque se considera importante la relación universidad-empresa para la producción de conocimiento y la innovación, la mayor parte de los recursos para estas actividades provienen del gobierno federal y sus agencias asociadas.
-El apoyo gubernamental para ciencia, tecnología e innovación se orienta a las universidades y sus grupos, de acuerdo con la calidad y la productividad científica más que a consideraciones de adscripción institucional pública o privada.
-La innovación es un asunto de alta ciencia y de alta tecnología más que una temática del ámbito de las competencias para el trabajo y los oficios.
-La generación de conocimiento de punta y de innovación son objeto de estímulos significativos, con mínima presencia o exigencias de contribuciones económicas de diversa índole como impuestos o contrapartidas.
Reitero que las realidades y la distancia entre ambos países son enormes, pero las experiencias foráneas nos ofrecen puntos de referencia interesantes para caminar hacia modelos en los que podríamos identificar buenos resultados o confirmar un modo particular y propio de obrar.
Finalmente deseamos agradecer a cada uno de los lectores que nos han expresado sus comentarios alentadores sobre la revista Pesquisa. Así mismo, les agradecemos sus generosas sugerencias y recomendaciones. Este nuevo medio de difusión de la investigación que se realiza en la Universidad Javeriana tiene sentido si logramos, como Universidad, llevar a ustedes las buenas noticias de un país que encuentra en sus universitarios e investigadores sentido de futuro.