En su estudio, una artista plástica desarrolla varios prototipos para una escultura que le han encargado. En su laboratorio, una ingeniera trabaja en la proyección de un puente para cruzar un río en zona rural. Ambas trabajan con medidas, cálculos de material, resistencia, planos, bocetos y presupuestos. Sin embargo, si preguntamos qué hace cada una, la respuesta más segura será que las artistas crean, mientras que las ingenieras diseñan o construyen.
Desarrollan sus proyectos con elementos teóricos y de investigación que dan como resultado productos diferentes, pero acaso ¿no están creando y diseñando ambas? Aún parece existir una barrera que diferencia ambos tipos de trabajos. Es como si la investigación científica trabajara con “información objetiva e incontrovertible”, mientras que las propuestas artísticas son percibidas con la desconfianza de la subjetividad de quien las elabora.
Justamente, pensando en esta dicotomía que aún prevalece en las aulas de clase, en medio del V Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad, se presentará la exposición Condiciones de Posibilidad, un espacio con diversos tipos y propuestas de creación académica. Estará abierta al público con inscripción previa en este enlace, del 8 al 27 de septiembre en el área de exposiciones de la Facultad de Artes, edificio Gerardo Arango S.J.
Pesquisa Javeriana habló con Angélica Zorrilla, profesora del Departamento de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana y curadora de la exposición sobre la investigación en los procesos de creación en entornos académicos.
¿Qué se encontrará la gente en la exposición del Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad?
Hemos entendido y procurado compartir que la creación no nos compete necesariamente a los artistas, sino que hace parte de todo ejercicio de producción de conocimiento. Condiciones de posibilidad apela a un llamado general para incluir diferentes procesos de producción de conocimiento a partir de investigaciones que incluyan procesos de creación.
La exposición termina siendo singular, ya que aquellos que respondieron a este llamado están en el campo de las artes o bien de las ciencias sociales. Hicimos una convocatoria un poco más amplia, y ahí tenemos que seguir trabajando en gestión, en reflexión y en compartir estos lugares de pensamiento para que podamos atravesar otras fronteras.
Esta muestra pretende entender que la creación es un ejercicio muy amplio y que no necesariamente conduce a un producto cultural definido. La curaduría incluye los procesos de investigación y el material de los mismos. No se van a encontrar los visitantes a la muestra solamente con los productos finales de las investigaciones académicas sino también con lo que yo he decidido llamar el “tripaje”, es decir, lo que nadie ve, el proceso que derivó en un producto.
Nos vamos a encontrar con anotaciones de los investigadores, cuadernos de campo, material de fuente primaria que incidió en la toma de decisiones o en algunas derivaciones y búsquedas que empezaron a darse durante el tiempo de investigación.
En esta muestra estamos buscando que la museografía también dé cuenta de todo aquello que pasó en el antes, en el durante, para llegar a ese después que es el resultado final. Es una apuesta nueva de lo que habíamos venido presentando en las exposiciones anteriores.
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¿Por qué no solo presentar el producto final, sino también las evidencias del proceso?
Porque queremos mover esas barreras y fronteras que nos dicen que el ejercicio de creación deriva, necesariamente, en un producto. Estamos entendiendo y experimentando que el ejercicio de la creación es un durante. Estamos creando desde el inicio mismo hasta el resultado concreto. Hay muchos procesos de artistas que no llegan a un resultado concreto, sino que se quedan en la experiencia viva de esa búsqueda.
En los procesos de investigación+creación el producto termina siendo el lugar preponderante, visible, y se ocultan muchas capas que resultan, a veces, mucho más ricas en la experiencia viva del investigador. Yo sí creo que el escenario universitario nos interpela y nos demanda mostrarles a las nuevas generaciones que no siempre tenemos certezas y que, cuando estamos investigando, nos vemos arrojados a la duda.
Muchas veces tomamos caminos que nos conducen a un lugar ciego para ese momento, pero que, en otro instante, cuando volvemos sobre ese camino recorrido, nos damos cuenta de que ahí pasaron muchas cosas muy interesantes, que si bien no terminaron reflejadas en el producto, sí nos hicieron llegar a él. Es mostrar las diferentes formas que tenemos los investigadores y creadores para proceder en la creación.
La academia suele calificar la obra científica como lógica y racional, pero la del artista como subjetiva y emocional, ¿siente lo mismo?
La Universidad Javeriana ha sido pionera en buscar equivalencias. En diferentes escalas de medición, ha sido muy juiciosa en esa búsqueda y ha logrado dar pasos de gigante. Sin embargo, en el sentido común de los mortales —el público en general— sigue existiendo esa fractura.
Si entramos a revisar los procesos y las maneras, no nos movemos necesariamente solo por la pasión o solo por la objetividad. Cuando uno habla con un científico desde la medicina, la biología o la física, la contingencia que se cruza con la pasión de ese investigador muchas veces le permite derivar en el resultado objetivable y medible. Pero también, muchas veces, para un artista que supuestamente es solo sensible, la objetividad y las razones son lo que le permiten llegar a la forma sensible.
Mostrar esa multiplicidad de flujos y de cruces en las maneras de hacer y en los modos de proceder, es lo que necesitamos en este momento, sobre todo, insisto, en un escenario académico.
En el ejercicio docente, no son solo los estudiantes que se están formando al habitar la academia. Necesariamente los profesores continuamos, de manera ininterrumpida, el proceso de aprendizaje. En términos de pedagogía, por ejemplo, esa actualización ha sido muchísimo más evidente. Ya el profesor no es solamente el que llega a impartir un conocimiento, sino el que sabe tejer desde las incertidumbres y las ignorancias de todos aquellos que coinciden en el espacio, pero los problemas siguen siendo muchos, seguro.
¿Qué se puede hacer para cerrar la frontera entre investigación científica y creación artística?
Estamos tratando de mover la frontera y esos movimientos generan unas fricciones, que así como en el planeta, rompen capas y derrumban cosas. Creo que estamos en ese momento en el cual hay que deconstruir para finalmente poder empezar a construir nuevos vínculos y ejercicios que den cuenta de las diferentes maneras de producir conocimiento y evidenciarlo.
Todavía estamos en el escenario de la duda, amplificando la pregunta, pero las respuestas se nos siguen escapando, se siguen saliendo de las manos.
Cada vez más la ciencia se nutre de procesos de investigación a través de las artes y cuando revisamos metodologías y modos de hacer, no estamos tan lejanos los artistas de los científicos necesariamente. Aun cuando podamos entender y ejercer el rigor desde lugares y maneras diferentes.
Haría un llamado a la academia a romper las barreras que nos siguen separando y a volvernos unos cuerpos ligeramente más porosos, generar proyectos de investigación, no solamente investigación-creación, en los cuales podamos, por ejemplo, generar equipos de trabajo muchísimo más nutridos y diversos.
Al interior del comité organizador del Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad, muchos decanos decían que no solo las artes tienen ejercicios de creación. Ingeniería los tiene, por ejemplo. Pero ¿cómo llamamos a la ingeniería para que pueda también nombrarse desde la creación y no necesariamente desde la investigación? Ahí es donde tenemos que tender unos puentes todavía más dinámicos. No diría que necesariamente más sólidos, sino casi que un puente budista, de estos que saben acomodarse al paso y reconocen también la geografía.
Yo creería que, por ejemplo, algo que como universidad todavía nos separa es que tenemos el Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad, pero también tenemos el Congreso de Investigación como lugares y eventos separados. Si lográramos hacer una mixtura, podría ser algo muy interesante.
¿Cómo va esa discusión dentro de las artes?
Un gran paso con esta exposición es reconocer que el ejercicio de creación no tiene que venir, necesariamente, vinculado a un producto cultural establecido desde el arte tradicional. Vamos a encontrarnos con propuestas que aun desde las artes expanden esa definición de aquello que consideramos arte. Son un poco más desnudas, más desarticuladas, no tan rígidas y concretas. Va a ser una exposición poco convencional en ese sentido, que a su vez les demandará a los espectadores otro lugar de reflexión y de experiencia estética, si lo podemos llamar así.
¿Qué tanto se da esta discusión afuera de la facultad?
Cada vez se están tendiendo más puentes. Hablando con colegas del Departamento de Artes Visuales, me dejaron saber que los procesos de investigación, a partir de las artes, están siendo utilizados en investigación médica, por ejemplo. Somos más conscientes de ese pensar haciendo y hacer pensando.
Desde la ingeniería, la biofísica, la biomédica, también se han corrido muchas líneas. La ecología ha entrado a interpelar muchísimo, no solamente las artes visuales, sino servirse de la música y de las de las artes del cuerpo.
Creo que cada vez más, nosotros, desde el arte, estamos permeando otros lugares y al mismo tiempo estamos buscando que esos otros escenarios nos atraviesen. Si hay algo evidente en los últimos veinte años, es que somos interdependientes y que, si bien la especificidad del pensamiento y de la formación nos permite llegar a unos puntos de experticia, estos terminan quedando aislados si no somos capaces de generar vínculos. La Javeriana ha sido pionera discursiva y fácticamente en Colombia, sabiendo hacer eco y lectura de otros escenarios mundiales.
¿Por qué debería la gente visitar la exposición del Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad?
Por un lado, vale la pena habitar este espacio de la Facultad de Artes, que es bien singular en cuanto a construcción arquitectónica. También, porque lo que va a suceder en Condiciones de posibilidad, va a ser una muestra de proceso. Por eso invitaría a que no solo vengan una sola vez, sino que se den la oportunidad de pasar dos o tres veces por la sala para ver que todo cambia y que todo cambia para permanecer.
Por eso creería que vale la pena darse una vuelta por acá. Además, porque definitivamente nos vamos a ver confrontados con aquello que consideramos ejercicio de creación, ejercicio artístico, pero también ejercicio de conocimiento por la pluralidad de proyectos que van a ser parte de la muestra.