Durante un par de meses de finales del 2025 en Centro Ático de la Pontificia Universidad Javeriana nos acompañó con su nuevo formato Desde Ático, un video podcast en el que profesores de diversas áreas del conocimiento dialogaron sobre investigación, docencia y la curiosidad que los guía. Sus investigaciones, su carrera docente, los retos, fracasos, reflexiones y nuevos retos de la academia en estas épocas.
Como si estuvieran en una conversación de cafetería, Claudia Rivera, profesora de la Facultad de Ciencias, y Roberto Cuervo, del Departamento de Diseño, conversaron con otros investigadores sobre qué pensaría Marx si viviera en Chapinero, por qué la reforestación es el acetaminofén de la restauración ecológica, el cuerpo en el transporte público, el psicoanálisis, los cambios del punk, por qué no comer papas verdes, cómo es estudiar los agujeros negros desde la física como sacerdote y cómo la música se convierte en resistencia en esta primera temporada de Desde Ático.
Pesquisa Javeriana habló con German Franco, director del Centro Ático y Juan Felipe Restrepo, realizador audiovisual y director de Desde Ático sobre la apuesta, recepción y lo que fue producir estos primeros ocho capítulos.
¿Cuál fue la motivación para hacer Desde Ático?
German Franco: En el Centro Ático creemos que una apuesta muy importante de las universidades tiene que ver con motivar la curiosidad en la sociedad. Los que somos docentes buscamos contagiar la curiosidad a los estudiantes en torno al tema al que nos hemos dedicado. Ese es el corazón de la docencia. Por eso, con este video podcast, quisimos invitar a varios docentes a que conversen en torno a sus temas de investigación, de sus historias de docencia y de los temas que les apasionan. Tenemos la convicción de que esa conversación va a motivar a muchos a sentir curiosidad por ese tema o a cultivar sus propias curiosidades.
Se llama Desde Ático porque queremos promocionar y posicionar el Centro Ático como centro de vida académica. Mucha gente piensa que es un edificio con tecnología, que sí la tenemos, pero eso no es lo que nos define. Estamos insertos en el corazón de la Universidad Javeriana y tenemos relación con profesores de muchas facultades y procesos académicos de muchas unidades y hacemos parte del proceso de creación de conocimiento.
¿Qué balance hacen de esta primera temporada?
GF: El balance para nosotros es muy positivo porque primero hemos tenido muy buena respuesta de la gente, de los profesores. Ya tenemos profesores escribiendo y diciendo que quieren participar. Eso es muy importante porque Desde Ático es solamente un proyecto más de la apropiación social de conocimiento que desata la Javeriana en la sociedad. No es no es el único, ni es el pionero, ni es el mejor.
JFR: En términos de visualizaciones y comentarios el balance es muy bueno. Pero para mí lo más rescatable es la diversidad de curiosidades que presentamos. Es un encuentro de curiosidades múltiples. En esta temporada tuvimos teología, microbiología, marxismo, punk, filosofía, arte. Fueron muchos temas que demuestran la universalidad y diversidad del conocimiento que tenemos dentro de la Universidad Javeriana.
¿Cómo conversar en tiempos de redes sociales?
GF: Existe la idea, creo que equivocada, de que en las redes sociales no se puede conversar, porque en esos espacios la conversación es vulgar, minimizada, caricaturizada, llena de emojis, superficial, que solo conversan entre los que piensan igual. Yo creo que desde Desde Ático está mostrando que las universidades podemos y debemos poner conversaciones profundas en las redes sociales. Cuando un profesor se encuentra con otro, se hacen amigos y conversan, esa conversación no tiene la formalidad de un panel, ni la rigurosidad de un proceso académico, pero no es una conversación vulgar, grosera, poco profunda, sino una conversación profunda entre amigos con curiosidades distintas.
¿Cómo posicionar temas académicos en estos espacios?
JFR: El formato tiene varias características. Es una reacción a la idea de que en las redes sociales todo tiene que ser corto, veloz y efímero. La academia y la construcción del conocimiento no funcionan con esa lógica. Entonces, nosotros invitamos a los profesores a que conversen. No es una conversación presionada por el vértigo de las redes sociales, sino que es una conversación que busca descubrir lo que a los profesores les motiva. Decidimos no tener un entrevistador, sino dos profesores que ya conocíamos y que son muy buenos conversadores: Roberto y Claudia.
Pusieron a conversar a investigadores de disciplinas muy diferentes ¿Por qué?
JFR: Un punto interesante es que quisimos poner en diálogo a profesores con carreras diversas. Pusimos a hablar a científicos con artistas. En esa distancia disciplinar surgen temas interesantes y preguntas que, si fuera entre pares, serían obvias. Los profesores salen muy entusiasmados porque el mismo formato les sugiere poca formalidad. Ellos están ahí tomando un tinto, conversando y salen muy motivados porque encuentran en Desde Ático un espacio para hacer catarsis con autocrítica.
Hacemos una investigación previa y le sugerimos al conversador unos temas, pero cuando empiezan a conversar, nosotros prendemos la cámara y ahí puede pasar lo que sea. Y surge, por ejemplo, la contradicción, el conflicto, el debate, la crítica que es muy propia de la universidad. Ese debate debemos apropiarlo en la sociedad para que otra vez aprendamos a discutir, polemizar, debatir. En ningún momento estamos afanados por maquillar las conversaciones. Esperamos que, con esto, les interesen los temas a muchas personas que tal vez no tengan nada que ver con la ciencia o el arte. Queremos quitarnos esa presión de que tenemos que ser virales. Este tipo de podcast al final son muy de nicho.
¿Cómo acercar el conocimiento académico a las personas del común?
JFR: En este espacio también se permite el error. Se habla de lo que no salió bien en las investigaciones, en el quehacer de los profesores. Se permiten contar: “yo pensé esto y en el camino me di cuenta de que no era así”. “Tenía que hacer esto o no me funcionó por lo que cambié mi investigación”. No es la oda a la perfección en la universidad. También estamos conversando de cómo su trabajo está incidiendo en la sociedad. No solo se trata de leerse entre los pares, sino cómo esta labor puede trascender y cómo las universidades pueden tener un impacto en la sociedad, en las comunidades y en el país.
GF: En investigación lo que hay es problemas, tropiezos. No con los objetos de investigación, sino los problemas de los seres humanos, que somos imperfectos. A veces el investigador está muy ocupado, mete las patas, digita algo como no es y eso me parece muy importante que la gente lo sepa. Es clave para la sociedad sentir a los investigadores como seres humanos imperfectos, más cercanos a ellos. Esta construcción de la idea de que el profesor es una especie de dios que nunca se equivoca es falsa y muy nociva porque nos aleja de la sociedad.
PJ: ¿Cómo aporta el Centro Ático en esa conversación?
GF: Centro Ático es un edificio equipado con alta tecnología para hacer comunicación, arte, música, cine, video, portales. Nuestra misión va en dos vías. Uno, formar personas en el uso de esas tecnologías. Pero también crear proyectos, no solo comerciales, sino que tengan como propósito acercar el conocimiento a la gente para que tenga más sentido.
El conocimiento hoy no circula solamente en textos o en libros, que sigue siendo el rey del del conocimiento. Pero también puede circular en cine, en televisión, en videos, en redes sociales, en muchos formatos. El Centro Ático hace una especie de puente entre las 18 facultades de la Universidad Javeriana y la sociedad.
Vea la primera temporada de Desde Ático aquí



