Este artículo fue ganador del concurso Conviértete en divulgador científico, organizado por la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Javeriana y Pesquisa Javeriana, una iniciativa que busca invitar a los investigadores a compartir sus experiencias y acercar la ciencia a los colombianos.
Tengo la impresión de que cada vez que alguna persona habla sobre el Amazonas imagina lo verde, la naturaleza, los animales, las plantas y el agua, mucha agua enmarcada en todo lo que le rodea al majestuoso río Amazonas, inspiración de poetas que el propio Dios pintó.
Soy hija de esa tierra, soy amazonense y desde que era una niña tenía la concepción de que era ahí donde quería estar todo el tiempo.
Cuando me hice mayor y al momento de elegir una carrera, la biología era mi primera opción y con el paso de los años mi formación académica me llevó al estudio de los ecosistemas acuáticos amazónicos.
Navegar las aguas del río Amazonas y sus afluentes entre tres países (Colombia, Brasil y Perú) me dio una de las experiencias más gratificantes de mi vida.

Sin embargo, pocas personas reconocen los problemas ambientales que se presentan en la región y uno de ellos se relaciona con las intensas sequías e inundaciones que desde la década de los ochenta se han intensificado.
Esta problemática ha sido la inspiración de mi estudio durante los últimos seis años.
La grave inundación que azotó la región Amazónica en 2010 dejó diversas comunidades aisladas debido a la falta de la navegabilidad de los ríos, y una nueva y extrema inundación, en 2012, hizo que los pobladores de la ribera perdieran sus casas y siembras por el aumento descomunal de las aguas.
Pero también las fuertes y extensas sequías en la Amazonia central y sur en 2005, 2010 y 2015, hicieron que se perdiera navegabilidad por el río Amazonas debido la pérdida de sus canales de conexión, así como la disminución de las actividades de pesca, entre otros.

Paleolimnología: por la memoria de los ecosistemas acuáticos amazónicos
Tanto las sequías como las inundaciones han hecho que la dinámica natural del río esté cambiando. Es por ello que desde la academia existe la paleolimnología, una ciencia que estudia la información de las características de la física, química y biológica de los sedimentos que se acumulan con el tiempo en el fondo de los lagos, lo que permite que se guarde una información histórica, con la cual se puede realizar una reconstrucción ambiental.

Esta información es útil porque permite conocer cómo ha cambiado, por ejemplo, un lago en 200 años y, con esta información, realizar modelaciones de cómo han sido los procesos de inundaciones y sequías.
En la actualidad me encuentro desarrollando un estudio sobre los “Cambios históricos en la acumulación de carbono de un lago amazónico de la cuenca media”, en el marco de mi estudio doctoral en Ciencias Biológicas en la Pontificia Universidad Javeriana. Para ello he extraído tres núcleos o testigos de sedimentos del lago Yahuarcaca, ubicado en las proximidades de Leticia.

Para la toma de los núcleos -o porciones- de sedimentos que se extraen del fondo del lago, construimos una plataforma de madera de 3 m2 con un hueco de 1 m2 en el centro donde se ensambla el sistema de preformación utilizando un piston corer, un tubo con un pistón interno. Inmediatamente hecha la perforación, sellamos los extremos, marcamos y trasportamos al laboratorio.

Este proceso lo ha hice en diferentes zonas de conexión con el río Amazonas, con ello realizo análisis físicos, químicos y biológicos y así poder conocer la influencia del río en los procesos de sedimentación del lago para determinar las fuentes principales de materia orgánica y dar información que responda a futuros procesos de inundación y sequías.
Realizar este estudio, el primero de su tipo para la cuenca media del Amazonas, ha tenido una serie de retos y experiencias únicas, como la mayoría de las investigaciones científicas que realizamos en Colombia, aparte del aspecto económico.
Tuve la oportunidad de viajar a Uruguay y Argentina y visitar universidades, centros de investigación que me han permitido . Algunos de estos primeros hallazgos han permitido conocer que el sistema de lagos de Yahuarcaca es relativamente joven, con edades entre 1827 y 1828 CE (era común), presenta una alta tasa de sedimentación y acumulación de material, donde los valores más altos ocurrieron en la superficie del registro (núcleo).

Todo este camino recorrido – en el que he conocido personas maravillosas, nuevos climas y nuevas culturas que me permitieron enamorarme de esos países- sigue valiendo la pena y no solo por los nuevos resultados académicos que obtengamos, sino porque esperamos contribuir a la toma de decisiones sobre un problema ambiental recurrente en la Amazonía y todo lo que conlleva la dinámica del río Amazonas en el sector colombiano.
También espero que al finalizar este estudio haya una discusión sobre la recuperación de la historia ambiental de cerca de un siglo donde los pobladores locales, (en especial de las comunidades indígenas tikuna y cocama que viven en el sector de Yahuarcaca, con quienes he conversado y tengo el compromiso de presentarles los resultados). Estas comunidades relatan con gran profundidad y agudeza los cambios ambientales que perciben en la naturaleza.
Sin duda encontraré un diálogo entre el conocimiento local y el científico, en este caso el paleolimnológico, de elementos muy profundos de comprensión y de búsquedas de las condiciones naturales y humanas que han transformado los ecosistemas y la vida de estos pobladores que dependen fundamentalmente de estos servicios ecosistémicos para su supervivencia.