En el 2021 muchos temas ambientales se posicionaron en la agenda del debate público. Ya no solo en niveles locales, sino que eventos como la Conferencia sobre cambio climático -COP26-, en la que Pesquisa Javeriana tuvo un enviado especial, revelan que el cuidado del medioambiente es una preocupación mundial. Habrá que ver si en unos años se refleja algún cambio con las decisiones allí tomadas.
Por otro lado, investigaciones sobre flora, fauna, ecosistemas e iniciativas internacionales que buscan cuidar la naturaleza pasaron por la páginas virtuales e impresas de Pesquisa Javeriana, todas con sello javeriano. Hoy traemos los temas a destacar de este año en materia medioambiental.
Colombia aún no ratifica el Acuerdo de Escazú
Van más de 500 días sin que el gobierno colombiano ratifique la iniciativa latinoamericana que plantea objetivos para la protección del medioambiente, el acuerdo de Escazú.
Firmar este acuerdo es de suma importancia porque es el convenio regional de políticas ambientales que protege a los líderes sociales y encamina normas básicas para la regulación ambiental en América Latina y el Caribe.
Este acuerdo busca más garantías de protección para quienes protegen la naturaleza, la estandarización de derechos de acceso a la información ambiental, la justicia en casos ambientales, la creación y fortalecimiento de capacidades y la cooperación entre los países firmantes.
Aunque el presidente envió el proyecto de ley con mensaje de urgencia, parece que para el Congreso no era tan urgente porque nunca fue priorizado en las sesiones del Senado y no se tiene certeza de cuándo ocurra. Una tarea pendiente.
Un país lleno de ecosistemas en riesgo
Los efectos del cambio climático son evidentes en todos lados. Dos investigaciones javerianas así lo demuestran. La primera de ellas alerta sobre los ecosistemas terrestres. El profesor de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, Andrés Etter, fue el investigador principal de un estudio que evaluó la situación de 81 ecosistemas del país, de los cuales, 20 de ellos están en estado crítico, pues perdieron el 80 % de su superficie y otros 16 están en peligro.
Más de la mitad de los ecosistemas colombianos se encuentran en alto nivel de riesgo.
Esta investigación, que ganó el premio Alejandro Ángel Escobar en medio ambiente y desarrollo sostenible, aplicó la metodología de la Lista Roja de ecosistemas para medir el estado de salud de los ecosistemas terrestres continentales del país.
Por su parte, otra pesquisa de la misma facultad revela que el 70 % de los ecosistemas marinos y costeros de Colombia están en alto riesgo de colapso. El investigador principal fue Edwin Uribe, quien acompañado de la profesora Andrea Luna y del profesor Etter, demuestran que la intervención humana y los efectos del cambio climático, amenazan la estabilidad del medioambiente marino.

Este estudio también aplicó la metodología de Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN–, un estándar internacional para medir la afectación de los ecosistemas. Entre los resultados se evidencia que los manglares y las playas de arena del Caribe oceánico son los ecosistemas en estado más crítico.
La fauna que tampoco se salva
Y si los ecosistemas están amenazados, la fauna que en ellos habita también lo está. A inicios del 2021 la noticia del ataque de un Jaguar, en el que murieron dos indígenas de la comunidad u’wa, en Boyacá, ocupó los titulares de los medios de comunicación. Varios ataques del felino prendieron las alarmas de la población del departamento y de los expertos.
El biólogo javeriano Federico Mosquera explica que estos ataques ocurren por una problemática estructural: las altas tasas de deforestación en su hábitat, ausencia de regulación de su caza, aumento demográfico y el establecimiento de poblaciones humanas en zonas de recarga hídrica y corredores biológicos de estas especies, han llevado a que una especie tímida, esté atacando a los humanos.
En otra región, esta vez en Antioquia y el Magdalena Medio, otro gran animal representa una amenaza para el ambiente y la población. Los hipopótamos traídos por Pablo Escobar en la década de los 80, se han reproducido tanto que investigadores y autoridades locales se debaten entre la esterilización, la repatriación y la cacería de control.
Esta especie invasora llegó a Colombia con tres hembras y un macho. Hoy se calcula que hay entre 80 y 90 individuos que rondan entre Puerto Triunfo y Yondó, ambos municipios de Antioquia. Esto demuestra un crecimiento exponencial, que es aún más preocupante por su alto consumo de alimento, la alta contaminación que causan en los ríos por heces y agitación de sedimentos y varios ataques a pobladores.
Y si en tierra la situación es preocupante, en el mar no deja de serlo. Una investigación internacional, en la que participó la profesora Andrea Luna, revela que en uno de cada cinco arrecifes del mundo ya no hay tiburones. En el estudio participaron 58 países y se recolectaron 15 mil horas de grabación en 371 arrecifes, esto sugiere que la pérdida de tiburones en estos ecosistemas es generalizada a nivel mundial. Un resultado preocupante porque estos animales son la punta de la cadena trófica o alimenticia.
Su desaparición, en su mayoría por caza, pone en alto riesgo la salud de los ecosistemas. Esto porque las especies de las que se alimenta se multiplicarían sin control y acabarían con la estabilidad de dicho ambiente. Además, su pesca indiscriminada puede ponerlos en riesgo de extinción.
Medioambiente ¿Y ahora?
Ante este desalentador panorama frente al planeta, una de las alternativas es retornar a prácticas sostenibles en donde la investigación y la agricultura se den la mano.
Este artículo publicado en la edición 57 de la revista Pesquisa Javeriana impresa (Campesinos y científicos: dos sabidurías para enfrentar el cambio climático), aporta voces como la de Neidy Clavijo, directora de la Maestría en Desarrollo Rural, y la de don Marco Aurelio Farfán, que orientan sobre modos de vida y de cosecha que generen menos afectaciones al ambiente.
Académicos de todo el mundo concuerdan en que es ahora o nunca. Es en este momento que debemos exigir a los gobiernos de todo el mundo y generar cambios que reduzcan los impactos ambientales que por décadas ha causado el ser humano, o en unos años tendremos un planeta con condiciones mucho más hostiles, menos especies naturales, menos ecosistemas y cada vez menos habitable.