Hablar de trigo en Colombia implica internarse en una historia que combina la memoria de los campos andinos con los vaivenes de la política económica global. En Pan nuestro, trigo
ajeno: historia de la aparición, expansión y declive del trigo en Colombia, de Pierre Raymond ―con la colaboración de Mónica Ramírez y la revisión científica de Jaime Forero―, hay una invitación a recorrer cinco siglos en los que este cereal pasó de ser un cultivo emblemático del orden colonial a desaparecer casi por completo de las parcelas nacionales.
La obra no se limita a una narración cronológica, sino que también ofrece un entramado entre la historia agraria, la economía, la política y la cultura alimentaria. Desde que los conquistadores introdujeron el trigo en el siglo XVI, asociado tanto al rito católico como a la idea de civilización, hasta el auge efímero de su producción en las décadas de los años treinta a los cincuenta del siglo pasado, este relato expone cómo el trigo se entretejió en la vida campesina, así como las disputas comerciales y los imaginarios sociales que originó.
El núcleo del libro radica en el siglo XX, cuando la producción nacional alcanzó un desarrollo significativo. Sin embargo, pronto la política de excedentes agrícolas de Estados Unidos y un modelo económico que privilegiaba la importación a bajo costo sobre la soberanía alimentaria minaron ese desarrollo. Así, Raymond analiza cómo, a partir de los años sesenta, los cultivos locales entraron en un declive irreversible, mientras que el pan blanco y las pastas de harina importada se imponían en la dieta urbana.
Más que un simple recuento histórico, Pan nuestro, trigo ajeno constituye un alegato en favor de la diversidad agrícola y de la dignidad de la agricultura campesina. El autor defiende que Colombia pudo haber conservado una producción de trigo, al menos parcial, si las decisiones políticas hubieran seguido caminos más sensatos y menos subordinados a intereses externos. Así, la producción del cereal no se entiende solo como un episodio económico, sino también como un síntoma de la vulnerabilidad alimentaria del país.
En las páginas de la obra, el lector encontrará tanto el rigor del trabajo de archivo como la vitalidad de las historias locales: los molinos de piedra en Boyacá, que aún giran con el agua; los panaderos artesanales, que rescatan harinas criollas; y los campesinos, que persisten en cultivar lo que hoy parece una rareza. El libro adquiere su mayor fuerza justo en esa tensión entre pasado y presente, ya que cuestiona las formas en las que las decisiones globales impactan la cotidianidad, desde la mesa de las familias hasta las prácticas agrícolas de subsistencia.
En suma, este libro es un aporte fundamental para comprender la historia agroalimentaria colombiana. Con una escritura clara, una argumentación rigurosa y una documentación exhaustiva, Raymond les ofrece a sus lectores tanto una crónica del trigo en Colombia como una carta abierta para repensar los sentidos de la soberanía alimentaria del país, en un mundo marcado por la dependencia externa y la homogeneización. Se trata de una lectura imprescindible para quienes buscan entender, con una mirada crítica, la trayectoria de un cereal que fue nuestro y hoy es, casi por completo, ajeno.
Pan nuestro, trigo ajeno: historia de la aparición, expansión y declive del trigo en Colombia
288 pp. Pierre Raymond, con la colaboración de Mónica Ramírez y la revisión científica de Jaime Forero Editorial Pontificia Universidad Javeriana ISBN (impreso): 978-628-502-012-4 ISBN (digital): 978-628-502-013-1
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