Esta semana comenzó la Conferencias de las Partes del Acuerdo sobre cambio climático o COP 30 en Belém, Brasil, con dos principales preocupaciones: avanzar a mejor ritmo hacia el control del aumento de la temperatura terrestre, que no supere el 1,5 °C. Y, del otro lado, afrontar la barrera de la desinformación.
“Estamos caminando en la dirección correcta, pero a la velocidad equivocada”, aseguró Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil y anfitrión de este encuentro internacional. Por su parte, André Corrêa do Lago, economista, diplomático brasileño y presidente de la COP30, destacó que para diseñar planes eficientes y reales que respondan a estos retos se requiere la integración del clima en la economía y, nada menos, se escuche y crea en la ciencia.
En esa coyuntura, Pesquisa Javeriana presenta algunos aportes de la investigación de sus profesores que pueden nutrir los debates alrededor del cambio climático en esta trigésima reunión que se sustenta en los Acuerdos de París. En particular, lo concerniente al segundo eje temático de la Agenda de Acción para la gestión sostenible de los bosques, los océanos y la biodiversidad.
Las preocupaciones manifestadas por Lula y Corrêa esperan ser atendidas a través de los 113 planes nacionales que fueron presentados en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y que servirán como punto de partida para una nueva conversación que reúne a más de 40.000 personas, cerca de 60 jefes de Estado y a miles de representantes de organizaciones de la sociedad civil, empresarios, activistas, comunidades afro, campesinas e indígenas y académicos.
El encuentro parece insuficiente para resolver los riesgos de salud de la Tierra. Precisamente, hace un par de meses, el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático reconoció que superamos el séptimo de los nueve límites planetarios, el de acidificación de los océanos, que afecta los ecosistemas marinos y que genera un impacto en la calidad del oxígeno.

La investigación que viene adelantando Alberto Acosta, doctor en Ecología y profesor de la Pontificia Universidad Javeriana, alertó sobre esta situación. En 2024, documentó, junto a un equipo de docentes, estudiantes e investigadores aliados de universidades internacionales (de Francia, Chile, México y EE. UU.), el acelerado aumento de la acidificación en el mar del Parque Nacional Natural Gorgona, en el Pacífico colombiano.
La conclusión de este trabajo es alarmante: las aguas en este punto del océano colombiano ya tienen la acidez que estaba prevista para 2100, lo cual ha ocurrido 76 años antes. El mar tiene un pH de 7.6, es decir, está cerca de su límite máximo, lo que acelera la exposición de los organismos marinos a aguas más ácidas, y esto, por ende, minimizan su supervivencia.
Este tipo de investigaciones son las que podrían brindar insumos para el debate en la COP30, así como ocurrió con el trabajo del Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos de la Javeriana, que presentó en la COP 16 de Biodiversidad que se realizó el año pasado en Cali, el Atlas afrodescendiente: territorios ancestrales y tierras colectivas afrodescendientes en América Latina y el Caribe, una cartografía amplia que aporta información rigurosa sobre su localización, qué ecosistemas habitan y los conflictos que viven estos pueblos en sus territorios. Este trabajo alimentó la conversación alrededor de la participación de las comunidades afrodescendientes para la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad de diferentes territorios del planeta.

Pie de foto: El Atlas Afrodescendiente fue uno de los documentos que hizo parte de la agenda de discusión en la COP16 de Biodiversidad, en 2024. En la COP30 de Cambio Climático se presentará un nuevo capítulo: el Maritorio.
Esta vez, para la COP30 de Cambio Climático, el Observatorio presentará Maritorio, un informe que pone el foco a estas poblaciones que habitan territorios cercanos al mar. Para conocer más sobre el informe, este jueves 13 de noviembre tendremos una conversación con la investigadora principal, Johanna Herrera a las 5.00 p.m. en nuestras redes sociales y las de La Silla Vacía como parte del cubrimiento de este encuentro internacional.
Más ciencia sobre cambio climático para aportar a la COP
Estos casos son algunos de los ejemplos que reflejan cómo la academia puede contribuir en las conversaciones en las conferencias de las partes y atender el llamado de Corrêa do Lago a combatir la desinformación y el descrédito a la ciencia que circula en el planeta, con más ciencia.
El aumento de temperaturas, la degradación de la calidad del aire y las sequías, todos efectos del cambio climático, ya han tenido ecos en la salud de muchas personas, según han encontrado diversas investigaciones. Por ello el Instituto de Salud Pública de la Javeriana inauguró este año el CLIMAS hub, para liderar investigaciones en América Latina y el Caribe sobre este tema, a la vez que buscan impulsar el desarrollo de políticas y fomentar la participación comunitaria en esa intersección entre el cambio climático y la salud pública.
Los aportes de la Javeriana en conocimiento y metodologías no se quedan allí. Pesquisa Javeriana reúne más de 160 historias sobre investigaciones de la Universidad que abordan el cambio climático como tema de trabajo. En el portal de Perfiles y Capacidades de la Universidad Javeriana se reúnen 89 proyectos de investigación que abordan esta problemática desde diferentes disciplinas.
En algunos escenarios se ha planteado como alternativa que las tres Conferencias de Naciones Unidas en relación con lo ambiental se reúnan en un mismo espacio para discusiones integrales, es decir, que las COP de cambio climático, biodiversidad y desertificación sean transversales en los diálogos. En últimas, es un mismo planeta y las afectaciones de los tres temas se encuentran entre sí.
Desde el estudio de los océanos o a la relación de las comunidades afrodescendientes con ellos, hasta los efectos palpables de la emergencia climática en la salud pública, investigaciones javerianas destacan por la relevancia que tienen para esta semana de diplomacia climática. Escuchar a la ciencia, como han pedido el presidente de la COP30, y otros líderes del país anfitrión, puede mostrar el camino para llegar a la meta de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y, en consecuencia, a que la Tierra no se caliente más de 1,5°.



