Mucho se ha dicho acerca de no ensillar el caballo antes de comprarlo, pero quizá sea bueno considerar algunas cosas antes de comprar la silla. En especial cuando se trata de evitar o posponer una enfermedad y mantenernos más tiempo a trote.
La prevención requiere cambios en la vida de las personas y, en la búsqueda de una estrategia para motivar estos cambios, la investigadora Luz Helena Alba Talero y su equipo decidieron aprovechar una oportunidad de oro que se presenta cuando los pacientes son ingresados en el Hospital Universitario San Ignacio (HUSI) de la Pontificia Universidad Javeriana, para motivarlos a detener el consumo de alcohol y de tabaco.
El valor de lo que no es urgente
La medicina preventiva actúa antes de que la persona se sienta enferma –también cuando ya lo está– y se ocupa de limitar el progreso de sus condiciones de salud y de mitigar el impacto de estas; detecta y controla señales de advertencia para las enfermedades, y potencia elementos protectores que mantienen la salud.
Dentro de los factores de riesgo que más alarmas encienden están el consumo riesgoso de alcohol y el de productos que contienen tabaco, pues estos aumentan de manera significativa la probabilidad de ocurrencia de enfermedades cardiacas, respiratorias y de cáncer, entre otras. Reducir estos factores de riesgo motivó a la investigadora y a su equipo a movilizar acciones para ir más allá de la urgencia que suele atenderse en el hospital y trabajar en la salud futura de los pacientes.
Durante su exploración, la investigadora identificó un vacío en las estrategias de prevención: “Los servicios de salud generalmente nos movemos en lo urgente y complicado” y no hay mucho tiempo para atender las señales de alerta y actuar ante ellas, comenta Alba Talero.
Ventanas de oportunidad
Una ola verde es una sincronización de los semáforos para hacer fluir el tráfico a velocidad continua. La medicina preventiva puede encontrar una sincronía similar si se detectan factores de riesgo, como el consumo de alcohol y tabaco, mientras el paciente se encuentra en el hospital y se tiene el personal capacitado para intervenir.
Durante la hospitalización se da una ruptura en la vida cotidiana, “la persona está enferma, entonces se percibe vulnerable y, tal vez, si le damos recomendaciones ajustadas a sus necesidades, esa persona va a tener tiempo de reflexionar y repensar sus comportamientos”, explica la investigadora. En eso consisten las intervenciones breves: un acompañamiento puntual al paciente cuya intención es cambiar el curso de un factor de riesgo.

Consejerías médicas, la posibilidad de movilizar un cambio
Para saber si la motivación frente al cambio hace que “las personas disminuyan su consumo de alcohol o dejen de fumar”, la profesora Luz Helena Alba Talero, investigadora del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Pontificia Universidad Javeriana, llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado. En este tipo de estudio los pacientes se asignan al azar a los grupos de intervención, lo que reduce sesgos y otorga consistencia a los resultados. Con esta metodología experimental establecieron dos grupos de pacientes: uno que recibió material educativo impreso con recomendaciones generales y otro que recibió una intervención de consejería estructurada.
La consejería es una intervención médica que busca, mediante un diálogo personalizado, el desarrollo de habilidades para mejorar el autocuidado y cambiar comportamientos de riesgo. No se trata simplemente de decirle al paciente que deje de fumar o beber, es un procedimiento que implica hacer una valoración, establecer metas y realizar seguimiento.

Finalizada la hospitalización, el equipo hizo seguimiento uno y tres meses después del alta. A través de llamadas telefónicas, se reforzaba la intervención y se preguntaba por el consumo y la motivación para mantenerse alejado del hábito perjudicial. Esta parte extrahospitalaria de la investigación refleja la perspectiva del equipo: “Poner nuestro grano de arena donde creemos que se debe poner, y es en el individuo”, afirma Alba Talero.
El resultado del cambio
La investigación encontró que tanto la consejería estructurada como la entrega de información escrita motivaron a los pacientes a cesar el consumo de tabaco y disminuir el consumo de alcohol. Este cambio se fundamenta, parcialmente, en la capacidad de identificar el riesgo y hacer una recomendación puntual, algo que no suele hacerse durante la hospitalización.
Sin embargo, cuando el personal médico interactuó con el paciente, realizando una intervención de consejería estructurada, los sujetos se mantuvieron por más tiempo motivados y abstinentes del consumo de tabaco: entre uno y tres meses después de la intervención, en comparación con el grupo que recibió solo el material impreso; en este último grupo la motivación al cambio se redujo más rápido. El hecho de que las personas cesaran su consumo de tabaco y disminuyeran el consumo de alcohol “era un indicativo de que posiblemente a largo plazo también lo iban a lograr”, complementa la investigadora.
Un resultado adicional
Gracias a esta investigación, se ha establecido en el HUSI un servicio de interconsulta para la cesación del tabaquismo e intervenciones con este mismo objetivo en la consulta de la Especialidad de Medicina Familiar. Los esfuerzos se concentran en el tabaco porque respecto a este hábito la medida tuvo resultados más contundentes y permitió saber dónde invertir los esfuerzos dentro del hospital.
La expectativa para este ejercicio comenta la investigadora, es que se convierta en una práctica rutinaria en esta y otras instituciones. Aunque la prevención requiere tiempo y recursos, sus beneficios a largo plazo superan sus costos. Ello se debe a que prevenir la enfermedad, aunque no sea parte del enfoque cortoplacista del sistema de salud, hace más por el bienestar y la salud de las personas que la sola atención de lo urgente.
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TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN: Brief counseling for smoking cessation and alcohol use reduction in hospital procedures: a randomized clinical trial
INVESTIGADOR PRINCIPAL: Luz Helena Alba
COINVESTIGADORES: Maylin Peñaloza, Peter Olejua, Eliana Céspedes, Ingrid Almonacid, Virginia Cuevas, Lina Olaya, Nelci Becerra
Grupo de investigación Medicina Preventiva y Social
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Javeriana
PERIODO DE LA INVESTIGACIÓN: 2018-2020